viernes, 28 de abril de 2017

APRENDER DE LOS BUENOS EJEMPLOS Y CAMBIAR LA RECETA POPULISTA


Ovidio Roca

Cuando los gobiernos populistas terminan de desarmar el país, enfrentar entre sí a sus habitantes y sobre todo dilapidar los recursos; eventualmente se ven obligados a salir o son expulsados del poder. Luego es a otros a quien les queda la dura e ingrata tarea de reconstruir el país, la sociedad, la economía y esto implica trabajo y sacrificios que el pueblo cebado de populismo y demagogia no está dispuesto a aceptar.  

Aquí empiezan los problemas, especialmente por las diversas visiones de sociedad y de la economía que tienen los grupos poblacionales como producto de su diversa herencia cultural e histórica. Unos pocos de cultura hispano mestiza e influidos de alguna manera con el republicanismo y el liberalismo, aspiran a un Estado democrático con leyes, libertades individuales y propiedad privada; mientras otros que mantienen la cultura tribal, comunitarista, derivada luego en sindical, prefieren un Estado proteccionista, una sociedad comunitaria y un liderazgo vertical y mesiánico.

Es por demás evidente que nuestra economía nacional, estatista, basada en la explotación de recursos naturales, cocalera, informal y contrabandista, no es viable ni en lo económico, ni en el concierto internacional de países que quieren vivir en democracia y con seguridad. Por esto hace falta y de manera urgente, un rediseño de la estructura política económica nacional y el establecimiento de un ambiente de seguridad jurídica y física, para que los innovadores y emprendedores puedan desarrollar sus iniciativas en un esquema de libertad y sana competencia.

Podemos verificar a lo largo y ancho del planeta que las sociedades más libres y exitosas en lo económico y social, son aquellos Estados Democráticos y con economía de mercado. Ellos tienen un Estado mínimo y no proteccionista; la oferta y la demanda regulan la economía y el Estado solo interviene para asegurar el estado de derecho, las libertades individuales, la libre competencia, mantener la estabilidad de los procesos económicos y garantizar a la población el acceso a ciertos bienes y servicios considerados de necesidad absoluta para la dignidad humana.

Por esto y buscando el bienestar de nuestra población en su conjunto, vemos la necesidad de estudiar y aprender del ejemplo de los países exitosos: en su modelo de economía, su democracia, su sistema educativo, su sistema de libertad, asuntos en los cuales las instancias políticas, empresariales y sociales, se deberían comprometer impulsando una amplia tarea educativa y de reeducación de la población.

En lo político, necesitamos plantearnos y concertar una única visión de país y dada la diversidad cultural de la población, conformar un Estado Republicano, Democrático y Federal donde quepan las particularidades culturales de cada uno de nuestros pueblos y regiones, conformados como Estados federales.

En el proceso de transformación económica y productiva de lo que se trata no es dejar de hacer inmediatamente lo que estamos haciendo (agricultura, industria, minería), sino hacerlo de manera distinta y más eficiente, apostando como eje vertebrador en toda la cadena de valor, el conocimiento, la innovación, la preocupación por la sostenibilidad, el medio ambiente, la eficiencia energética y  la sustitución de combustible fósiles; con esto seguramente lograremos cambiar el modelo de producción hacia uno más sostenible.

Se trata de rescatar los principios que sustentan al Estado de Derecho: división de poderes, legalidad, legitimidad y protección de los derechos fundamentales. Todo esto en un marco de solidaridad, aplicando el principio de subsidiariedad y como objetivo el bien común.


ovidioroca.wordpress.com

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