lunes, 31 de enero de 2022

RELATO SOBRE BOLIVIA, UN PAIS INVERTEBRADO PRODUCTO DE SU GEOGRAFIA, SUS CULTURAS ANCESTRALES Y AHORA LA COCA

 

Ovidio Roca

Bolivia como toda nuestra américa es un país de indígenas y mestizos, producto de antiguos y diversos procesos migratorios provenientes de Asia y Europa, pues en América no existía población humana.

Sobre el poblamiento inicial de América hay muchas teorías y la más probable es que: Unas hordas mongoloides, vinieron del norte por Beringia, un puente que hace entre 20 mil y 40 mil años atrás unía a Siberia con Alaska y así cruzaron hasta Norte América. Luego fueron desplazándose hacia el sur y viajaron por  las costas del Pacifico, las estribaciones de los Andes y el Altiplano. De aquí provienen los  quechuas y aimaras del altiplano andino.

Otras migraciones provenientes del área Subsahariana, pasaron por mar a Oceanía, luego por la costa atlántica y penetraron por la hoya amazónica y platense y se esparcieron por las llanuras y bosques colindantes. De aquí probablemente vienen los  Tupi Guaraní y los Chiquitanos que habitan Bolivia.
Estos pueblos arawak vivieron separados por la lengua y la geografía de los pueblos andinos, mucho tiempo antes de la existencia de Bolivia y recién empiezan a integrarse al país ciento veinticinco años después de su fundación, más o menos a partir del año 1950.

Los pueblos andinos habituados al paisaje y ecología de montañas, cerros y valles, están en permanente guerra contra el monte diverso y salvaje, contra la diversidad sach'a (salvaje) y prefieren y buscan el barbecho uniforme de los cocales. La visión tradicional de los pueblos andinos, considera que el monte es salvaje y que el mismo debe controlarse y civilizarse con cultivos de coca para uso ritual, el “mallki coca coca”.

Esta práctica ancestral es ahora reformulada, ampliada y reforzada por el interés mercantilista de los masistas por la producción cocalera, materia prima de la cocaína, un cultivo que permite grandes ganancias con poco esfuerzo. Kawsachun coca.

Los pueblos orientales especialmente los Guaranís y los Chiquitanos, eran tribus semi nómadas y vivieron del producto de los bosques y la llanura.

 Durante los años 1500, la migración española llego a las tierras ahora bolivianas desde la costa pacífica por el lado del Perú  y se orientó hacia la zona andina donde están las minas de plata y allí se asentaron. Usaron para el laboreo de la plata y la agricultura la mano de obra indígena, ya domesticada por el imperio Incaico. Cuando llegan lo hacen en son de conquista y enriquecimiento y su vinculación comercial fue por el Océano Pacifico y por Panamá hacia Europa.

 La colonización del Oriente provino de españoles y mestizos del Paraguay. Un tercio de la población de Asunción vino a estas tierras con Ñuflo de Chávez buscando las riquezas de la plata. Los españoles, ya asentados no los dejaron pasar hacia el fabuloso Potosí, donde ya estaba asentada la migración que vino del Perú por lo que se quedaron en la Chiquitanía y fundaron Santa Cruz.

A la llegada de los españoles al oriente, muchas tribus de indígenas fueron atraídos, agrupados y protegidos por los Padres Jesuitas en las Reservaciones de Moxos y Chiquitos. Como cada tribu hablaba un dialecto diferente, los Jesuitas aglutinaron los distintos dialectos e idearon una síntesis lingüística, un dialecto común que las permitía comunicarse; es la lengua chiquitana.

Las Misiones Jesuíticas empiezan su labor cultural y evangelizadora a partir del año de 1691 en San Francisco Javier de Chiquitos y concluyen su trabajo en 1767 con la expulsión de la Orden ordenada por el rey de España.

 Cuando se constituye la República de Bolivia en 1825 los cruceños deciden asociarse al Alto Perú influenciados por el prestigio de la Audiencia de Chacas y la riqueza de Potosí. Sin embargo esta región oriental no tenía el menor interés para la oligarquía minera, por lo que toda esta basta y despoblada región de Chiquitos y Mojos continua su vida de aislacionismo y el único contacto que tiene con la Republica minera, es el arribo de los Prefectos enviados desde La Paz y los opositores exiliados por el régimen de turno.


En esa época la economía cruceña era rural, arroz, caña de azúcar, ganadería, curtiembres, talabartería e ingenios rústicos para la producción de chancaca y azúcar baya y pare de contar.   A partir de los años 1950, con la integración caminera se posibilita el acceso de la producción cruceña a los mercados andinos, en consecuencia la economía de Santa Cruz crece de forma sostenida y así mismo lo hace la migración andina hacia estas tierras.

En los años dos mil seis y hacia adelante, con el MAS en el gobierno, se produce un auge internacional de precios de las materias primas y vendiendo el gas abundante extraído en el oriente y chaco, se genera una época de bonanza la que luego por la falta de trabajos de exploración petrolera y la baja de los precios de los hidrocarburos y minerales se acaba. Por tanto el Gobierno populista cocalero se aferra a su origen, la coca y ahora es la base de la economía informal del país y sustento del gobierno.
Para ampliar los límites de la coca y del Narco estado, el Gobierno masista envían a sus huestes las que avasallan y toman las tierras en el oriente y con el apoyo de los migrantes ya asentados, por ahora, tienen el control del Departamento. Kawsachun coca, wañuchun q'aras.

Algo fundamental y que no terminamos de entender y defender, es que los dueños del país no son los Funcionarios públicos, ni los Presidentes, ni los Jefazos sindicales; lo son los ciudadanos, aquellos que producen riqueza y pagan impuestos para mantener un gobierno que es limitado. Se define al ciudadano como el miembro pleno de una comunidad y que tiene los mismos derechos, obligaciones y  oportunidades que los demás, ya sea blanco, negro, amarillo o azul.

El país empieza su debacle cuando los Funcionarios públicos se aferran al poder, olvidan sus obligaciones y desconocen los derechos de sus mandantes, y especialmente cuando estos ciudadanos lo permiten.

ovidioroca.wordpress.com

miércoles, 26 de enero de 2022

VIDA COTIDIANA BAJO EL POPULISMO COCALERO. LA HISTORIA NO MASISTA

 

Ovidio Roca

La Democracia no puede vivir sin la verdad y el Populismo no puede vivir sin la mentira”. Jean-François Revel.

Relatos y cuentos que pretenden recoger las penurias de los pueblos bolivianos y los de Chiquitos y Moxos durante la era populista, para conocimiento de nuestros descendientes y de los ciudadanos cuyos países aún no han caído bajo el populismo. Se describe asimismo cómo funciona la justicia en nuestro país y esto para que se vayan preparando, pues si dejan avanzar el virus populista no tardará en llegarles la mala racha.
Pukymon nos especifica la consigna populista: “Al hermano todo, al q'ara opositor la ley y la justicia, masista”.

 En la época democrática, anterior al masimo, el país contaba con escasos ingresos por lo que teníamos pobreza, aunque más digna y sobre todo, con esperanzas de ascender social y económicamente. Teníamos relativa estabilidad política, con dirigentes mejor formados y responsables, había pocas carreteras y menos vehículos, pero transitábamos por todo el país en paz, sin bloqueos y sin mayores peligros.

Había menos presupuesto educativo, pero más calidad de la educación.

Las instituciones funcionaban con las típicas insuficiencias y deficiencias, pero eran creíbles y confiábamos en la Justicia, en la Policía, en el burócrata que nos atendía, en el partido político que nos representaba e incluía, en el plomero o electricista, en los dirigentes deportivos, en el servicio penitenciario. En fin la confianza primaba, aunque siempre hubo pillastrines.

 Cuando en el 2006 el masismo accede al Gobierno, el país tenía campos de petróleo y gas en producción y todos certificados y conectados por gasoductos con los mercados de Argentina y Brasil. El MAS cosecha estos recursos y además se beneficia con el gran incremento de los precios de las materias primas y especialmente del gas que se da en esa época y perdura durante varios años.

Desde el inicio de su gestión el masismo combatió a la empresa formal y favoreció la informalidad.  Cuatro grandes sectores económicos que actúan en el marco de la informalidad: cocaleros, comerciantes, cooperativas mineras, transporte urbano e interprovincial, solo pagan tributos simbólicos y no facturan. Dos de los sectores económicos que no facturan, los cocaleros y los cooperativistas mineros, tampoco realizan aportes al SIN. Por su parte los comerciantes y los transportistas se encuentran en regímenes especiales que fueron negociados por los movimientos sociales y bajo los cuales realizan aportes fijos mínimos al fisco.

El MAS sigue las directivas del Foro de San Pablo y a la caída de comunismo en la URSS, ya no utiliza la lucha de clases como instrumento de subversión sino el control cultural y la política identitaria.  

Si bien, el indigenismo como teoría es una farsa, es muy útil para las dictaduras del Socialismo del Siglo XXI y son los populistas cocaleros los que utilizan profusamente el discurso del indigenismo, que en la práctica no defiende al indígena sino que los instrumentaliza para que ellos se eternicen en el poder.

En el mundo tenemos proyectos de gobierno, centralistas y totalitarios y democráticos y descentralizados, y cada proyecto ideológico usa a las instituciones para sus objetivos y fines de poder.
Para el populismo, las instituciones son instrumentos que utilizan para su proyecto político e ideológico; usan especialmente el aparato Judicial y la policía y fuerzas armadas, las que son utilizados como instrumento del partido para controlar con las armas al enemigo interno, vale decir el pueblo que no los apoya.

Para sus fines de control ideológico, el MAS cuenta con una activa jauría digital bajo asesoramiento cubano y dedicada a destrozar psicológica y moralmente a todo opositor. Utilizan además la fuerza policial, lo que les permite castigar y hacer infelices a los opositores y sus familias.

 Siguiendo la receta Castrochavista y el marxismo cultural, los masistas para el manejo de la mente de las personas y su control ideológico, elaboran y venden productos jurídicos letales, muy bien escondidos bajo una etiqueta atractiva y llamativa. Son leyes con títulos tramposos y engañosos, que tiene como propósito generar acciones de espionaje financiero y control de las actividades económicas del pueblo, su persecución y amedrentamiento, Por supuesto, eximiendo de todo este proceso a la principal actividad ilegal y generadora de ganancias ilícitas, cual es el narcotráfico.

 De ninguna manera se trata, como mañosamente dicen los títulos de sus leyes (de las actuales y las que vendrán), de favorecer a la población. Por ejemplo su “Ley de la lucha contra la legitimación de ganancias ilícitas y el financiamiento del terrorismo”, no se aplica contra el circuito coca y el narcotráfico. Lo que busca es establecer un mecanismo de intromisión en la vida privada y la economía del ciudadano común, estableciendo el espionaje y el control institucional, social y económico de todo y de todos. La norma permite al gobierno investigar todo tipo de transacciones y de cualquier cuenta bancaria que les resulte sospechosa, seguramente las de un opositor al gobierno y lo hacen utilizando una policía supraestatal la llamada Unidad de Investigaciones Financieras.

Usando estas leyes, los ayucos digitales del Gobierno vigilan tus cuentas, escuchan tus llamadas, leen tus mensajes y esto les permite: Primero congelar tus cuentas y luego invitarte a demostrar que eres inocente.
Esto no ocurre en otras partes del mundo, donde no se puede indagar cualquier cuenta, sino solamente aquellas cuyas operaciones tienen visos de ilegitimidad y superan unos montos específicos.

Esta “viveza” del masismo de englobar bajo el título de “combate a las ganancias ilícitas” medidas que podían afectar la propiedad privada y hacer posible el socialismo, fue rápidamente identificada y combatida por los bolivianos y lo hicieron hasta lograr su abrogación. Pero los masistas no se amilanan  y ahora están fabricando otras leyes, pues ellos no pueden con su carácter. Pero lo más grave viene después; pues aunque las leyes tienen su impacto, lo letal es el trabajo de los Jueces y Fiscales, que usan estas leyes y las aplican contra todo aquel que cuestione o adverse al Gobierno y lo hacen de acuerdo a las instrucciones que reciben del MAS. 

 En su contienda contra los Estados Unidos y contra todos los países democráticos de las américas, el Club de los Castrochavistas buscan eliminar a la OEA y para ello crean un grupo aparte, RUNASUR.

El objetivo de Runasur es integrar a los 12 países filocomunistas de la región, por lo que Bolivia ya se comprometió a contactar e informar de este proyecto a organizaciones sociales de Perú y Paraguay. Argentina hará lo propio con Brasil y Uruguay; Ecuador se encargará de Colombia y Chile; y Venezuela de Surinam y Guayana.
La Runasur según se convino tendrá una sede central que será Bolivia y cuatro subsedes en las regiones Norte, Sur, Este y Oeste. Informe de Radio Kawsachun Coca.

 En cuanto al ámbito cultural boliviano, el MAS ha tenido magníficos intelectuales, tanto de origen q'ara como indígena, que son la envidia de muchos en el planeta.

El Licenciado Linera, cuyo nombre en castellano significa el tejedor de lino y el que arma la trama; en lengua aymara se auto identifica como el Qananchiri”, el iluminado, el que clarifica las cosas.
Él licenciado ha dejado un legado de frases célebres para la historia, como aquella sentida exhortación a unos niños y sus padres de una escuela rural andina: “Papá, mamá, no lo abandones al presidente Evo, no lo dejes solo. No lo abandonen, el presidente Evo si tiene apoyo construye colegios, si no tiene apoyo regresarán los gringos, regresarán los vende patrias, regresarán los asesinos y a las wawas les van a quitar todo y no va a haber destino. Va a haber llanto y el sol se va a esconder, la luna se va a escapar y todo va a ser tristeza para nosotros, no se olviden”.

El Choquehuanca cuyo nombre aymara, significa dura piedra, se auto identifica con el apelativo de Larama”: el magnífico, el sabio, valiente, poeta y astrólogo que sabe del ruedo del sol y de la luna, de eclipses y de estrellas y cometas.

Él es un amauta que además relata y se solaza con el sexo de las piedras, de los relojes que giran y corren hacia atrás para volver al Incario y también de la cura para los virus chinos con medicina natural, comiendo pasto. Jallalla.

ovidioroca.wordpress.com

 

 


lunes, 24 de enero de 2022

A CABALLO ENTRE LA DEMOCRACIA LIBERAL Y EL POPULISMO

 

Ovidio Roca

Muchos miran al empresario, como el lobo que hay que abatir, otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar, y muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”. Winston Churchill.

Debemos recordar que la pobreza ha sido el estado natural del ser humano, por lo que el objetivo no es sacar a la gente de la pobreza, sino generar un ambiente de estabilidad y seguridad y dejar que la gente libremente construya su riqueza, respetando al prójimo y al medio ambiente.

Las ideologías socialistas, populistas y colectivistas, postulan que el orden económico y social sólo puede ser impuesto y mantenido por el Estado, el que debe distribuir la riqueza, promover la cultura y eventualmente ayudar a pequeñas empresas del sector industrial y agrícola. Es con esta ideología que se mantiene en la pobreza y la opresión a gran parte de la humanidad; para muestra solo mencionamos a Cuba y Venezuela.

Por lo contrario, la propuesta democrática y liberal considera que el rol del Estado no es hacerse cargo de nuestras vidas, su misión es la protección de los derechos individuales y dejar que los ciudadanos persigan sus propios fines de un modo creativo y pacífico.

Lo anterior es un problema de visión e ideología; podemos tratar de convencer a un populista de las ventajas de la libertad y democracia y nunca lo conseguiremos. Ocurre lo mismo con la abeja, esta trata de convencer a la mosca que las flores son mejor que la basura y no lo consigue, porque a la mosca le gusta vivir en la basura.

Los liberales demócratas  postulan que la libertad individual siempre será la energía que induce al individuo a mejorar, a buscar la excelencia, a crear, a emprender y poner su potencial a funcionar en conjunto con otros, en lo que podría ser una libertad grupal. Ellos consideran que es la acción descentralizada de las personas que persiguen sus propios fines en un mercado libre lo que hace posible crear y mantener este orden espontáneo, traer prosperidad y sostener la compleja civilización en la que vivimos.

Una persona sensata, un ciudadano viviendo en un Estado de derecho, busca y encuentra la mejor manera de solucionar sus propios asuntos y lo hace de forma libre y voluntaria colaborando con los demás. Esto permite que los problemas y soluciones de cada cual se acomoden y eso facilita el solucionar los problemas de todos. Por tanto es absurdo entregar competencias a una persona o un partido político corrupto e inepto, para dirigir los complejos acuerdos que afectan la vida del país y la de millones de personas. En consecuencia el mejor modo de combatir la pobreza, es garantizar un sistema de libre empresa y libre intercambio y permitir que las iniciativas de asistencia social privada vayan en rescate de los necesitados.

En los últimos años se ha impuesto la cultura del lenguaje políticamente correcto y se critica a los liberales cuando hablan claro y promueven el gobierno de los más aptos, de la excelencia, el gobierno de los mejores. Será que para estar en la onda del buenismo, deberíamos procurar el gobierno de los peores, de los demagogos, de los populistas.
Esta peligrosa tendencia de nuestro tiempo de preferir lo mediocre, de igualar para abajo, apartar a los mejores, aplaudir a los peores, seguir la línea del menor esfuerzo, sustituir la calidad por la cantidad, seguramente nos llevara al desastre. La cultura democrática y la aspiración a una sociedad prospera y productiva nada tiene que ver con estas pobres aspiraciones.

ovidioroca.wordpress.com

viernes, 21 de enero de 2022

APUNTES PARA UNA HISTORIA ALTERNATIVA DE MOJOS Y CHIQUITOS

 Ovidio Roca

La emergencia de una ciudad de frontera

Santa Cruz de la Sierra emergió como una ciudad de frontera hace más de cuatro siglos y, después de numerosos traslados, vino a recalar en un paraje donde comienzan las tierras bajas del Oriente de Bolivia, al pie de las últimas estribaciones de la Cordillera Oriental de los Andes.

Durante la época colonial y republicana, la villa permaneció en el más completo aislamiento de la que fue la célebre Real Audiencia de Charcas y, a partir de 1825, de la nueva República de Bolivia, por falta de vías de comunicación y de mercados para su producción.

Quienes colonizaron el oriente de Bolivia, vinieron de Asunción del Paraguay. Estos fueron avezados aventureros españoles y de otras regiones de Europa, que luego de fallidos intentos por establecerse en lo que hoy es Buenos Aires, debido a la ferocidad de los nativos, arribaron el río de la Plata y el río Paraguay y llegaron a la tierra de los guaraníes. La plata, objeto de su temeraria aventura, solo la habían conocido por noticias llegadas de lejanos confines andinos, de ahí que el nombre de Río de la Plata resulta una cruel ironía, para quienes que tuvieron que conformarse con la colonización de un territorio selvático, desprovistos de riquezas mineras.

La Gobernación de Moxos, creada en 1560 y ubicada en el centro del continente, lejos de todas partes y más todavía de las costas marítimas del Atlántico y del Pacífico, carecía de la riqueza minera andina y menos aún de la sumisa mano de obra indígena, pues los nativos de esta ignota región estaban dispersos en múltiples tribus, mayormente nómadas y hostiles, no acostumbrados al trabajo sedentario.

Santa Cruz de la Sierra, capital de la Gobernación, se funda en 1561 en lo que es hoy en día San José de Chiquitos y sus pobladores, llegados por el río Paraguay e ingresando por los míticos Xarayes, por la actual laguna La Gaiba, inmediatamente avanzan en procura de la Sierra de la Plata, siendo detenidos en el río Grande por otros españoles que ya dominaban el Alto Perú. Bajo estas circunstancias no les queda más que asentarse en el centro de la llanura Chacobeniana, soñando con El Dorado y haciendo esporádicas incursiones a Moxos y el Chaco, donde solo encuentran la feroz resistencia de tribus indígenas indomables, como los chiriguanos.

Desde el inicio de su precario asentamiento en el Sutó, los cruceños habían logrado de la Corona española todo un conjunto de libertades y exenciones, de manera que prácticamente se consideraban autónomos, empezando por elegir a su propio Gobernador, Alonso de Mendoza, tras la muerte de su líder y fundador, el capitán Ñuflo de Chávez, exactamente igual que años antes habían encumbrado en Asunción a Domingo Martínez de Irala, en desmedro de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, enviado por el Rey de España para suprimir la anarquía reinante en la remota colonia paraguaya.

Es por esto que, siglos más tarde,  ante la disputa de poderes que trajo la revolución emancipadora americana, ellos prefirieron a un Rey lejano que no les gobernaba, que al autoritarismo de los criollos rebeldes que pregonaban la promesa de una Patria independiente, pero ausente y lejana. Bajo esta lógica, en los avatares de 15 años de guerra por la independencia los cruceños inicialmente transitaron más hacia el bando realista que al republicano, en la celosa defensa de su autonomía.

Tradición de autogobierno e identidad cruceña

Bolivia se constituyó en 1825 en base a una inicial confederación de provincias autónomas, que optaron por constituir un Estado Nación en los territorios que habían pertenecido a la Real Audiencia de Charcas. Durante tres lustros de lucha fratricida, desde el primer grito emancipador lanzado en Chuquisaca el 25 de mayo de 1809, y tras una sucesión de sangrientas victoria y derrotas de patriotas y realistas, la población de Santa Cruz de la Sierra fue ocupada reiteradas veces por las tropas de ambos bandos, quedando finalmente adherida a la causa rebelde.

En 1813 Manuel Belgrano comanda el ejército del Alto Perú desde Potosí, y combate a las tropas realistas. Belgrano nombra gobernadores de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra a Juan Antonio Álvarez de Arenales e Ignacio Warnes, y en Chuquisaca goza de la ayuda del poderoso capitán Cumbay.

Ignacio Warnes, enviado por Belgrano desde las Provincias Unidas del Río de la Plata, en plena guerra por la Independencia, ocupa Santa Cruz de la Sierra en 1813 con su batallón de pardos sublevados y muchas familias cruceñas huyen hacia Portachuelo. Entre tanto el brigadier Aguilera, cruceño de nacimiento y leal realista, defiende los intereses de su pueblo y enfrenta a Warnes derrotándolo en el Pari en 1816. Lo extraño es que la historiografía cruceña, influenciada por la docta Charcas, ensalza a un invasor extranjero, Ignacio Warnes, y desmerece al verdadero patriota cruceño que fue el Brigadier Francisco Xavier Aguilera.

Triunfantes las tropas de la Gran Colombia y ante la inminencia de la conformación de una nueva República, los representantes cruceños deslumbrados por la Audiencia de Charcas, su Universidad y las riquezas de Potosí, en 1825 optan por unirse al proyecto independentista de las provincias del Alto Perú. Los delegados de Santa Cruz y Vallegrande que viajan a Charcas, Seoane y Caballero, respectivamente, quienes llegan después de haberse realizado la Asamblea fundacional, nos incorporan de hecho a la naciente República de Bolívar. No participan, y por ende no se adscriben, Moxos, Chiquitos ni Cordillera.

Luego de la independencia, la inmensa y despoblada región de los llanos orientales, que tenía como principal núcleo urbano a la diminuta “ciudad andariega” de Santa Cruz de la Sierra,  siguió enclaustrada durante décadas en su crónico aislacionismo y lo único que conoció de la república minera de occidente fue el arribo de los Prefectos enviados desde el Gobierno y de los opositores exiliados periódicamente por los regímenes de turno.

Santa Cruz -esencialmente Mojos y Chiquitos- fue fundada por pioneros, navegantes de la selva, los que en el centro de Sudamérica construyeron una sociedad mestiza y una historia común, con sus héroes, tradiciones, símbolos y ritos que encarnan la identidad espiritual de la cruceñidad a lo largo del tiempo.

De esta manera, durante más de cuatrocientos años, la sociedad cruceña y oriental fue conformando su particular cultura y psicología, amalgamando en un continuo mestizaje racial y cultural la herencia española y las costumbres de los pueblos indígenas. Durante este largo periodo se construyó una historia colectiva, una particular forma de hablar, una serie de valores y principios compartidos y una profunda tradición religiosa, así como peculiares formas solidarias de relacionamiento social. Son parte de esta cultura e identidad oriental los símbolos, mitos, leyendas y festividades, así como la música, la gastronomía, y todo ese bagaje cultural que constituye la argamasa para cimentar la conformación de un estado federal cruceño -y su reiterada reivindicación a lo largo del siglo XIX- al interior de una anhelada confederación de estados de Bolivia.

Una economía autosuficiente ansiosa de integración

En esa época Santa Cruz se autoabastecía totalmente de productos agrícolas y ganaderos. Se producía azúcar, alcohol, arroz, maíz, yuca, plátano, chocolate, tabaco, goma elástica, ganadería y otros productos eminentemente agropecuarios, limitando su producción al tamaño de su propio mercado, pues por la ausencia de vías camineras y por los altos costos de transporte no tenía posibilidad de acceder a otros bienes y servicios, ya sea del país o del exterior. Esta situación es la que impulsó muchos años más tarde a la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos a presentar el Memorando de 1904, sobre la urgencia de una vinculación ferroviaria con el occidente del país.

Con la llegada del ferrocarril al Macizo Andino, desde la costa del Pacifico (Antofagasta) hasta Uyuni en 1880, la producción cruceña fue totalmente desplazada por los productos que llegaban de Chile y Perú, mucho más baratos y prácticamente sin costo de transporte. Recordemos que este ferrocarril fue construido para llevar los minerales a la costa, y de retorno venían los vagones vacíos; por lo que los fletes prácticamente gratuitos, permitían traer productos para el mercado de las minas y centros poblados de occidente.

Santa Cruz en esa época tenía poco menos de diez mil habitantes, los que quedaron súbitamente sin ingresos para importar algunos productos esenciales y cundió en ellos la desazón. Afortunadamente pronto llegaron noticias de nuevas oportunidades de trabajo con el descubrimiento de quina y goma elástica en la llamada Hylea amazónica y en consecuencia gran parte de la población cruceña, ilusionada por encontrar mejores horizontes, se aventuró hacia esas ignotas regiones. Familias enteras avanzaron por los ríos, las pampas y los montes, fundando y poblando a su paso pueblos y villorrios. Construyeron barracas, “defumaron” goma y la llevaron hasta Europa; otros criaron ganado, hicieron charque, chive (moincho), empanizado; cultivaron maíz y arroz y lo vendieron a las barracas.

La vinculación con Beni y Pando

Durante esa época la vinculación con el Beni y los gomales se la hacía mayormente por sendas y a caballo, con carretas de bueyes y luego con batelones y lanchas a vapor que partían del Puerto de Cuatro Ojos en el río Piraí. Estas navegaban por el Mamoré hacia el Beni donde se desarrollaba el lucrativo negocio de la producción gomera.

Cuatro Ojos era el rústico astillero y embarcadero de José Sciaroni, que se encontraba más allá de Portachuelo, camino hacia Santa Rosa del Sara, pasando por Palometas, Asubí Grande y finalmente al río Piraí, que luego desemboca en el río Grande o Guapaí (río de los guapá), el cual se une al Mamoré, luego al Madera y finalmente al Amazonas.

Las empresas de transporte Zeller Rosler-Villinger & Cia; R. Barriga & Cia; Voss & Stofen contaban con lanchas de vapor que navegaban tanto hacia el Beni por los ríos Grande y Mamoré -Trinidad, Santa Ana, Guayaramerin- como desde Puerto Suarez hacia Asunción y Buenos Aires, por el río Paraguay y el Río de la Plata. Los principales comerciantes cruceños por esta vía eran Crisanto Roca Pinto, Saturnino Saucedo, Manuel Peña, Pedro Vega, Elías Antelo y la sociedad Morales & Bertram.

Durante el auge de la goma Santa Cruz se desvincula económicamente del altiplano minero y esto se confirma en el Almanaque Guía de Santa Cruz, redactado y editado por Luis Lavadenz y publicado el año 1903, pues en ninguna parte del mismo se menciona empresa de transporte alguna hacia el altiplano.

Las representaciones diplomáticas y su localización también reflejan el flujo y dirección del comercio y de la economía regional. Se establecen  en Santa Cruz  consulados de España, Méjico, Francia y Perú; en San José de Chiquitos el viceconsulado del Brasil y en Portachuelo el viceconsulado de Argentina.

A inicios de 1900 la población de Santa Cruz era de 166.000 habitantes y estaba distribuida uniformemente en sus distintas provincias: Santa Cruz y Cercado, con 38.000 habitantes; Valle Grande 38.000; Cordillera, 28.000; Velasco 28.000; Sara 25.000 y Chiquitos 9.000.

A mediados del siglo diecinueve, pese a tener pocas haciendas y también escasa mano de obra, Santa Cruz se convierte nuevamente en un activo suministrador de productos para las minas del sur del Altiplano, a las que abastecen con azúcar, hilados y tejidos de algodón, charque, cuero curtido y artículos de cuero, como arneses lazos, botas y calzados.

Los artículos de cuero eran muy importantes porque, además de ser comercializados en el mercado nacional, también eran valorados en el norte argentino. Es el tiempo en que también se ensayan otras exportaciones de materias primas como la quina, la goma, la castaña y la madera. Sobre todo la goma tendrá un inusitado auge a partir de 1876 con lo que se logran consolidar grandes fortunas de emprendedores como Antonio Vaca díez, Nicolás Suárez, Nicanor Salvatierra y Antenor Vásquez, todos vinculados a los mercados europeos.

El auge de la goma y de la cascarilla

En los años 1880 y en adelante, se escuchaban en Europa y América noticias sobre la cascarilla y la goma y en consecuencia los emprendedores bolivianos en busca de oportunidades empezaron a viajar hacia las lejanas tierras de Mojos.

Las corrientes de penetración hacia el Beni y el Acre, utilizaron tres vías dependiendo del punto de origen.

Los cruceños usaron el río Grande hasta desembocar en el río Mamoré y continuar hacia el norte, abasteciéndose en Trinidad, en Santa Ana de Yacuma y en Riberalta. Esta corriente de penetración fue la que llevó el mayor empuje empresarial y la que tuvo mayor éxito económico.

Desde La Paz se trazaron varias rutas pasando por Sorata y los Yungas hasta encontrar el río Beni. Esta fue la ruta usada oficialmente por los enviados y representantes del gobierno y los interesados que llegaban desde la zona andina.

Los cochabambinos hacían su entrada por los ríos San Mateo y Chapare hasta encontrar el Mamorecillo y el Mamoré, por aquí penetró una gran parte de la mano de obra indígena y mestiza traída desde esos valles altos.

Luego de la  declinación del negocio gomero hacia los años  veinte y treinta del siglo anterior, un nuevo auge gomero se inicia con la segunda guerra mundial (1939 – 1945) y durante la misma, la Argentina es el único país americano que se declara neutral y por tanto un puerto ideal para el abastecimiento de los productos que necesita Alemania. Es así que la producción de goma de la zona de la chiquitanía, el río Paraguá, el Verde, el Iténez ingresa libremente a este país, mas bien ayudados por los argentinos. La empresa norteamericana Rubber Development y el gobierno boliviano tratan infructuosamente en frenar esta salida de goma a la Argentina, pero el que mas y el que menos se da modos para llevar su lonja  y es así que se logra la capitalización de algunos personajes con espíritu empresarial, lo que sirve de base para la instalación de ingenios azucareros, destilerías de alcohol, fabrica de hielo, curtiembres en Santa Cruz.

Los cruceños y la goma

Entre los años 1860 y 1880, emprendedores yungueños y cruceños se dirigen al Beni en busca de nuevas oportunidades de negocios, inicialmente con la cascarilla. Hacia 1870, Nicolás Suárez y Augusto Roca Pinto ya estaban establecidos en Reyes, como socios en una casa comercial dedicada a estos negocios. Por el mismo tiempo llegaron allí empresas mercantiles como la Casa Braillard, Zeller & Roessler y otras reconvertidas a la goma desde la explotación de la quina o cascarilla, como la Casa Richter.

Las noticias de la explotación de estos productos que gozaban de gran demanda internacional y buenos precios, incentiva a los cruceños a explorar su territorio, los que a partir de 1870 empiezan a poblar lo que actualmente ocupan los departamentos de Beni y Pando, en busca como de El Dorado o el Gran Paitití, al igual que sus antepasados. Más del sesenta por ciento de la población de Santa Cruz parte a la aventura gomera y solo quedan los niños y ancianos en el pueblo. El boom gomero termina alrededor del 1920 y muchas familias retornan nuevamente a Santa Cruz, algunas con sus “cachas” llenas de libras esterlinas, dejando centros poblados y su descendencia a lo largo de todo ese extenso territorio amazónico conformado actualmente por Beni y Pando.

El capital gomero será el promotor de la instalación de muchas casas comerciales europeas, en especial alemanas, que trasladan el capital logrado en el Beni a la ciudad de Santa Cruz. Se destacan los inmigrantes Francisco Treu, Alberto Natush, Jorge Banzer y el austríaco David Cronenbold. Las casas comerciales de estos europeos traerán como empleados a otros extranjeros que luego harán fortuna, entre ellos Emilio Zeller, Felipe Schweitzer, Otto Kenning, Juan Elsner y Carlos Seiler. Los principales empresarios comerciantes cruceños eran Crisanto Roca Pinto, Saturnino Saucedo, Manuel Peña, Pedro Vega, Elías Antelo y la sociedad Morales & Bertram.

Estas casas comerciales controlaron el comercio oriental hasta a inicios del siglo XX, sobre todo con la importación de artículos suntuarios para los ostentosos nuevos ricos de la goma. Tenían, además, otra importante fuente de ingresos en los créditos y consignaciones, así como en la provisión de alimentos, pertrechos y dinero a los enganchadores de mano de obra para la explotación del caucho. También contaban con navíos, puertos y astilleros con lo que controlaban el transporte fluvial de la goma.

Esa red de exportación de goma e importación de bienes europeos, que tenía una larga ruta desde la Amazonía hasta los puertos europeos y norteamericanos, requería de despachantes, intermediarios y firmas proveedoras de mercaderías, así como de un sistema de transacciones monetarias a través de letras de cambio (el primer banco que llega a la región lo hace en 1912). La hegemonía de este proceso estará en manos de capitales alemanes hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Los alemanes afincados en Santa Cruz, pronto se vincularon mediante matrimonios con la vieja élite hispana. A ellos se unirán, aunque en menor medida, otros inmigrantes procedentes de Italia, como José Bruno, Vito Catera y Dionisio Foianini. Ya entrado el siglo veinte llega de la Europa oriental Mateo Kuljis y otros inmigrantes de origen croata.

La primera formación de capital y la Ruta Atlántica

Los excedentes económicos de la explotación del caucho que se vuelcan hacia la ciudad de Santa Cruz permiten financiar un activo comercio de importación, tanto el que se realiza por la ruta del Amazonas-Madera-Mamoré, como el que se desarrolla desde Puerto Suárez por la Hidrovía Paraguay-Paraná, ambas vías orientadas decididamente hacia el Atlántico.

Para entonces Santa Cruz ha dado definitivamente la espalda al occidente y la pérdida del Litoral sobre la costa del Pacífico, así como la de los mercados andinos para sus productos, llevó a los cruceños a buscar la Ruta Atlántica por las cuencas hidrográficas del Amazonas y del Plata. En realidad, desde tiempos coloniales los habitantes de las tierras bajas del oriente de Bolivia miraron la costa atlántica como el rumbo natural para sus contactos e intercambios con el mundo exterior.

De esta manera, desde la urbe cruceña exploradores y emprendedores orientales se lanzaron a la empresa de ocupar, poblar y activar económicamente regiones inmensas del territorio nacional hasta entonces desconocidas, por esas grandes avenidas de la selva que eran los grandes ríos que desde las cumbres y valles de los Andes recorrían las entrañas del continente buscando la salida al mar.

Hacia el Norte, los primeros establecimientos gomeros estaban establecidos en el curso medio del rio Beni, a la altura de Reyes, por lo que el transporte de la goma hacia el amazonas y ultramar, se realizaba primero en carretones con bueyes, cruzando las pampas hasta llegar al Santa Ana del Yacuma, para de allí continuar en canoas y batelones por el rio Mamoré y el Madera. Esto llevó a muchas familias cruceñas a establecerse en Santa Ana, dedicándose a la ganadería y agricultura para abastecer a las barracas gomeras. Son los Cuellar, Suarez, Roca, Franco, Chávez, Carvalho, Arauz y varias otras.

Recién en 1880 el explorador Edwin Heath descubre y confirma la confluencia del río Beni con el Mamoré. Las ventajas de esta nueva ruta para la empresa gomera fueron inmediatas. Nicolás Suarez tomo posesión de la Cachuela Esperanza en el rio Beni, controlando desde ella el flujo comercial de la goma boliviana hacia el Amazonas y Europa.

Pasado el auge de la goma, algunas de estas casas comerciales diversificaron sus inversiones e incursionaron en la agricultura y la ganadería. Es importante señalar que en la primera mitad del siglo XX la tierra casi no tiene valor comercial en Santa Cruz, por su total aislamiento del mercado interno y externo. Esta situación cambiará a partir de 1953 cuando el Estado central vertebra mediante carretera el occidente minero con el oriente agropecuario y se invierte en la producción agroindustrial, ingenios azucareros, créditos y maquinaria.

El Ferrocarril Madera-Mamoré

Un proyecto emblemático de la aspiración cruceña para consolidar una salida al Atlántico fue sin duda la construcción del ferrocarril Madera-Mamoré para eludir las peligrosas cachuelas que obstaculizaban la navegación comercial en las gargantas del Madera, para acceder al Amazonas.

La Empresa Church, como era denominado el ambicioso proyecto vial del empresario norteamericano que en la segunda mitad del siglo XIX se comprometió con los Gobiernos de Bolivia y Brasil a construir un ferrocarril entre San Antonio y Guayaramerin, había despertado el interés y entusiasta apoyo de Santa Cruz, Beni, Cochabamba y algunos círculos influyentes de la sociedad boliviana, regiones que serían directamente beneficiadas al salir de su letargo secular gracias a la apertura de gran una ruta comercial, sin parangón en la historia desde la fundación de la República.

Church calculaba con absoluta certeza que por lo menos tres cuartas partes del comercio de Bolivia se haría por fuerza a través del ferrocarril Madeira-Mamoré, porque todos sus grandes ríos navegables convergen a este estratégico punto del Madera. Sus estimaciones no dudaban en calcular las exportaciones de mercancías bolivianas hacia Europa y Estados Unidos en más de 20.000 toneladas de quina o cascarilla, cueros, caucho, tabaco, madera, azúcar, café, cacao, lanas, algodón, plumas exóticas y apetecidas especias, además de oro, plata, cobre y otros minerales. En tanto que las importaciones de maquinaria y herramientas, hierro y acero, textiles y otras manufacturas llegarían a las 15.000 toneladas en el primer año de operaciones del ferrocarril.

Por ello, pese a los enormes obstáculos y avatares políticos y legales, el proyecto de George E. Church mantuvo a lo largo de una conflictiva década la esperanza de muchos bolivianos que lo apoyaron incondicionalmente, pese a la inconsecuencia y la errática conducta de los gobiernos que se sucedieron en el país al calor de los cuartelazos y golpes de Estado.

El explorador Manuel Macedonio Salinas, abierto opositor a la brutal dictadura de Melgarejo, supo reflejar el sentimiento prevaleciente entre los intelectuales bolivianos de fin de siglo respecto al gran proyecto: “El ferrocarril del Madera-Mamoré será un gran acontecimiento que transforme la faz de varias naciones, especialmente del Brasil y de Bolivia… La imaginación se sorprende con la expectativa de un grandioso porvenir, en un país de inmensa superficie y asombrosa exuberancia que produce espontáneamente los más nobles frutos destinados ahora a perecer donde nacen; un país tan rico que según Castelnau abraza todos los grados de la escala vegetal del mundo; un país en el que se encuentran todos los climas y se producen desde la gramínea hasta los grandes monumentos de la vegetación… este país será pues el plantel del más activo comercio que al fin se hará universal.”

De igual manera, cinco años más tarde, el célebre explorador James Orton manifestaba su optimismo por los resultados del proyecto durante un largo viaje por el Amazonas con estas palabras:

“La ejecución de esta ferrovía removerá el gran obstáculo al desarrollo de medio millón de millas cuadradas de un bello país (Bolivia) y se convertirá en un gran impulsor del comercio con los Estados Unidos, ya que cada uno tiene lo que el otro necesita: Bolivia requiere de maquinaria, herramientas y trabajadores calificados y nosotros necesitamos la corteza de la quina, el café y el cacao, valiosos productos que hoy deben trepar las montañas de La Paz, cruzar el desierto del Pacífico y rodear el Cabo de Hornos a un costo promedio de $us. 200 la tonelada.”

El proyecto de George E. Church naufragó, principalmente debido a la mortandad entre los trabajadores causada por la Malaria y a las desinteligencias de Church con el Gobierno boliviano, con la empresa inglesa Public Works Co. y con los accionistas británicos que financiaron la obra.

Pero después de casi cuatro décadas de intentos fallidos, el gran proyecto se hizo realidad: el 1º de agosto de 1912 la ferrovía fue oficialmente inaugurada con el pitazo de la humeante locomotora a vapor arrastrando sus vagones en medio de la selva, con los empresarios y autoridades contemplando complacidos la proeza de haber sometido a la Naturaleza con el tendido del fulgurante camino de hierro. No sospechaban que en poco menos de un año de operación aquel regocijo no tendría más sentido.

La apertura del Canal de Panamá y la construcción del ferrocarril Arica-La Paz había abierto una ruta de transporte hacia ultramar mucho más corta para Bolivia, quitando al proyecto amazónico una de sus principales justificaciones para existir.

Por otra parte, coincidiendo con la conclusión de las obras se produjo la caída del precio del caucho en el mercado internacional, tornando la ferrovía en un esfuerzo inútil, al desaparecer la motivación principal que había llevado a tan persistente empeño. Más 3.000 trabajadores de todo el mundo habían perdido la vida en aquellos remotos parajes durante los últimos cinco años de construcción de aquella magnífica obra de ingeniería, cuyo costo se estimaba en más de 28 toneladas de oro, equivalente a unos 33 millones de dólares, según los valores de la época.

Nuevo auge gomero

Un nuevo auge gomero se inicia con la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) y durante la misma, la Argentina es el único país americano que se declara neutral y por tanto un puerto ideal para el abastecimiento de los productos que necesita Alemania. Es así que la producción de goma de la zona de la Chiquitanía, el río Paraguá, el Verde, el Iténez ingresa libremente a este país, más bien ayudados por los argentinos.

La empresa norteamericana Rubber Development y el gobierno boliviano tratan infructuosamente en frenar esta salida de goma a la Argentina, pero el que más y el que menos se da modos para llevar su lonja de goma y es así que se logra la capitalización de algunos personajes con espíritu empresarial, (Gutiérrez, Gasser, Fernández, Banegas y otros) lo que sirve de base para la instalación de  los primeros ingenios azucareros, destilerías de alcohol, fábricas de hielo, maestranzas y curtiembres en Santa Cruz.

La riqueza derivada de la goma permite también que se construyan algunas casas que se distinguen de las una sola planta, construidas de tabique y teja, que eran los materiales básicos de la típica arquitectura cruceña. En la plaza principal: la casa de José Lino Torres (Club Social 24 de Septiembre), El Palace Theatre, la casa de los Gutiérrez (Museo de Historia Regional), la casa de los Ortiz, en la calle 24 de Septiembre y algunas otras edificaciones de mayor porte.

La ruta de la siringa

En el siglo XIX la conexión fluvial de Santa Cruz con el Beni se la hacía por Puerto Paila, en el río Grande. Una crecida registrada en 1825 llevó a las aguas de este río a encontrarse con el Piraí y puerto Paila quedó inutilizado, cediendo al puerto de Cuatro Ojos sobre el Piraí, la función de conectar con Mojos.

Para embarcarse en el puerto de Cuatro Ojos pasaban a ritmo de buey cerca del río Asubicito, luego Santa Rosa del Sara, Palometas y Asubí Grande. Sesenta kilómetros de selva debían atravesar los carretoneros. Cada jornada terminaba con el misterioso canto del guajojó, que aún se oye cerca del río Palacio, que va a sumar su riqueza de peces al ya cargado Piraí, a varios kilómetros de Cuatro Ojos.

Durante las primeras décadas de la era republicana se formó el pueblo de Cuatro Ojos. Hacia finales del siglo XIX o comienzos del XX, llegó un francés de ascendencia suiza e italiana: José Sciaroni Conil, su administrador era un danés, Ángel Bruun. Este camba-francés vio surgir el mayor esplendor de este puerto, cuando llegó a tener 2.500 habitantes, cuatro tiendas comerciales y oficina de telégrafo y correo. También se construían batelones (barcazas de regular tamaño) y lanchas, impulsadas por diestros remeros indígenas, en gran demanda por el movimiento comercial que se había generado.

Los productos de Santa Cruz llegaban hasta Mojos: arroz, charque, maíz y azúcar abastecían esas remotas regiones y terminaban en las barracas de los siringueros que explotaban la Hevea brasiliensis.

Carlos Cirbián documentó que los comerciantes cruceños iban hasta Belém do Pará, en Brasil, ya en el siglo XVIII, llevando sorgo, aceite de copaibo, cuero y pieles. Regresaban con especias y otros productos de ultramar. Eran conocidas las lanchas a vapor como La Estrella del Oriente de Barriga y Compañía, y el vapor Guapay, de la casa Zeller y Mozer. “En 1899, algunos periódicos anunciaban que ya no había despachos, porque los almacenes de Cuatro Ojos estaban llenos”.

El hecho de que ahí se asentase una Capitanía de Puerto indica la importancia de este punto comercial. Por ahí llegaron las máquinas de Luz y Fuerza y uno de los primeros vehículos que circuló en Santa Cruz de la Sierra.

En 1912 el negocio de la goma llegó a su fin. La planta crecía en la lejana Malasia (por entonces colonia británica), África y Ceilán en las plantaciones que británicos y holandeses habían creado en sus colonias asiáticas. Bolivia, Brasil, Perú, Ecuador y Colombia no pudieron competir con esa producción, más barata y accesible. Lo paradójico del caso es que las semillas fueron llevadas ilegalmente de la misma Amazonía, tal como había ocurrido con las semillas de quina extraídas de Sudamérica, germinadas en los laboratorios botánicos de Kew Gardens en Londres, para cultivarlas comercialmente en el sudeste asiático.

El pequeño puerto de Cuatro Ojos dejó de ser útil y poco a poco las tiendas fueron cerrando y quienes se instalaron en la zona buscaron mejores ubicaciones. Era raro ver navegando a las lanchas que antes surcaban frenéticas las aguas con su carga de azúcar, charque y provisiones.

La pugna por el acceso al mercado interno

La preocupación de los cruceños por el acceso a los mercados de occidente, que permita la expansión de la producción agropecuaria, fue permanente en toda esta etapa y se refleja de manera explícita en el Memorando de 1904, donde se fundamenta: I) las ventajas económicas del ferrocarril, II) Los productos que ofrece el Oriente como la región más rica de Bolivia. III) Los mercados, Inmigración, Colonización; IV) Las ventajas políticas del ferrocarril. Obviamente, sin respuesta alguna del Estado centralista.

En el siglo XIX, el sector dominante de la Bolivia andina tenía enfocados sus intereses en la minería de la plata y para ello activaron un eje económico en torno al altiplano andino, y poco conocían y se importaban de esas lejanas tierras del Oriente y la Amazonia. Las importaciones de artículos y alimentos para abastecer las actividades mineras se realizaban especialmente desde las costas del Pacifico y estas importaciones se facilitan y amplían con la llegada del Ferrocarril desde Antofagasta, al pueblo de Uyuni, a principios del año 1890. Este Ferrocarril llegaba en 1883 desde Antofagasta hasta Pampa Alta, cerca de la frontera con Bolivia. Al poco tiempo se empezó con el diseño y luego la construcción de la trocha hacia Bolivia, llegando el primer tren a Uyuni a principios de 1890 y luego a Oruro en 1892.

Las elites andinas siguen con su negocio de minas e indios y el Gobierno Nacional, desconociendo e ignorando el extenso territorio de las llanuras bajo su administración pierde la mitad del territorio nacional con que nació (poco más de dos millones de Km2) por guerras fallidas y pésimos tratados, muchos de ellos bien remunerados para los negociadores.

Paradójicamente, la historia Moxos y Chiquitos, de Santa Cruz, Beni y Pando ha sido la de la permanente búsqueda de la integración con los mercados nacionales que permita la expansión de su producción y la búsqueda de la libertad personal y colectiva y del derecho de decidir autónomamente su forma de vida.

Una caracterización de la Santa Cruz pre-moderna

La Santa Cruz pre-moderna de 1937 a 1942 era un villorio de agricultores, ganaderos y comerciantes que desarrollaban una vida algo bucólica, pero pertrechados de un fuerte sentido de pertenencia. Con ese sentimiento, los miembros de una sociedad de estas características aspiran y logran posicionarse como especiales y diferentes a otras comunidades existentes en el ámbito nacional. Valoran intensamente esta forma de convivencia porque les da fortaleza para sobrevivir y progresar materialmente y esto los hace muy interdependientes, fortaleciendo sus intereses de grupo, ya sea de familia, gremios o instituciones sociales, generando un profundo sentimiento de identidad, de ser cruceños.

Ello generó una cultura con sentido colectivista y comunal, dentro de los límites de la comarca. Por esa época no existían grandes diferencias de riqueza y poder entre los actores sociales de Santa Cruz de la Sierra. Eso los une. Se trata de un colectivismo predominantemente horizontal, donde se asientan lealtades dentro de las normas de los grupos y clanes familiares, y que está relacionado con las tradiciones transmitidas por generaciones, con un liderazgo fundado en los méritos de la gerontocracia, prácticamente sin injerencias foráneas.

El concepto de colectivismo horizontal está fundamentado en una amplia evidencia científica para comprender por qué en comunidades fuertes y con una tendencia de adscripción de sus patrones de comportamiento a estructuras económicas simples, tienden a ser colectivistas. Triandis et. al. (2002):139-140 discuten el tema con gran amplitud y definen conceptos sobre la materia. Se entiende por sociedades fuertes a los elementos unitarios de sus miembros que tienen claras ideas sobre cuáles son sus valores y acuerdan las sanciones que serán pasibles aquellos que se apartan de este comportamiento y que además son débilmente influidos por las culturas vecinas, por lo que no son proclives a aceptar otras normas. Este fenómeno normalmente se produce en sociedades aisladas ¡Y vaya si Santa Cruz estaba aislada del mundo por aquellos años …!

Es importante elaborar lo específico del concepto colectivista horizontal que asociamos a la Santa Cruz pre-moderna. Este colectivismo no busca cobijarse bajo un aparato estatal que resuelva sus problemas y carencias, ni tampoco pretende estar más presente en la vida nacional. El Estado es el ejercicio del poder de una clase dominante sobre el resto de la sociedad en base a instituciones como el Poder Judicial, la Policía, el Ejército, etc. Pero los miembros de la comarca cruceña no tenían acceso a ese poder; por el contrario, los cruceños se sentían más bien sus víctimas. La respuesta fue un colectivismo horizontal que permitió estructurar un tejido social local capaz de limitar el ejercicio de ese poder estatal o al menos reducir las asperezas de su influencia en el ámbito local. De acuerdo al colectivismo horizontal de raigambre cruceña, ese poder estatal nacional era más bien lo que limitaba y frenaba las potencialidades de desarrollo de la sociedad local.

Esas convicciones marcarían por muchos años el periódico estallido de conflictos de Santa Cruz contra los poderes andinos oligárquicos, con sus pesadas y obsoletas instituciones de raíces coloniales y su inmóvil estructura socioeconómica asentada en el extractivismo minero y el latifundio agrario.

En las culturas colectivistas, al ser tan interdependientes los grupos sociales (familia, asociaciones voluntarias, etc.), las personas les confieren absoluta prioridad y estructuran su comportamiento siguiendo estrictamente sus normas. En estas culturas se privilegia la empatía, la cohesión social y sobre todo el compartir objetivos comunes.

Desde el punto de vista de los valores morales, en las culturas colectivistas el supremo valor es el bienestar del grupo, por lo tanto la violación a los códigos morales de la comunidad y sus jerarquías aceptadas constituye un aspecto conflictivo inaceptable.

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APUNTES PARA UNA HISTORIA ALTERNATIVA DEL ALTO PERU Y MOXOS

 

Ovidio Roca

 EL Alto Perú desde su inicio construyo su economía alrededor de la minería, especialmente la del cerro de Potosí, viviendo de la explotación de los minerales y con la ventaja de poder utilizar una mano de obra indígena, que heredan ya esclava, del Imperio Incaico- Quechua.

 La sede de la Audiencia de Charcas se establece en la campiña de Chuquisaca, un agradable valle donde los españoles deciden enviar a su familia y establecer su domicilio lejos del sorojchi de Potosí. Allí se establece el Gobierno de la Audiencia de Charcas y la célebre Universidad de San Francisco Xavier

 La Provincia de Mojos, ubicada en el centro del continente y lejos de todos lados y más aun de las costas marítimas, no participa de los negocios de la América, que son el oro y la plata y la mano de obra indígena. Viven una vida rural bucólica.

 A principios del Siglo XIX, los criollos americanos ante la debilidad del Imperio Español y la prisión de Fernando VII, buscan tomar el control del aparato del Estado y reemplazar en el poder a los españoles

 Durante este proceso de reorganización territorial y política de América, la región de Mojos, al centro del continente, no tiene mayor importancia desde el punto de vista económico, pero por su extenso territorio es apetecido por la gran Colombia y la Audiencia del Río de la Plata.

 Los cruceños desde el inicio de su asentamiento en Mojos en 1671 habían logrado de España todo un conjunto de libertades y exenciones de manera que prácticamente eran autónomos y desde el principio nombraron su Gobernador.

 Es por esto que ante la disputa de poderes producto de la revolución americana,  ellos preferían un Rey lejano que no gobierna, a un criollo autoritario encima de sus cabezas, bajo esta lógica los cruceños eran realistas, es decir autónomos.

 La Audiencia del Río de la Plata entra en la disputa por definir  la tutoría sobre el Alto Perú y Mojos, y decide enviar ejércitos expedicionarios para sentar reales en estas tierras. Asaltan y roban las cajas de Potosí y otro tipo de lindezas pero finalmente son expulsados.

 Warnes enviado por Belgrano ocupa Santa Cruz con su ejército de Pardos y las familias tradicionales cruceñas huyen hacia Portachuelo

 Aguilera, cruceño de nacimiento y realista, defiende los intereses de su gente y enfrenta a Warnes derrotándolo en el Pari.

 La actual historia cruceña, influenciada de inicio por charcas, ensalza al  invasor extranjero Warnes y vitupera al verdadero patriota cruceño el General Aguilera.

 En la conformación de la nueva República los cruceños deciden asociarse al Alto Perú por el prestigio de la Audiencia de Chacas y la riqueza de Potosí, antes que con Buenos Aires que era un matadero y salazón, sin mayor prestigio. Finalmente los delegados que viajan a Charcas (Moldes y Lemoine) para la conformación de la nueva República, aunque llegan después de la reunión, deciden la adhesión a Chuquisaca porque además se sienten vinculados personalmente con esa capital.

 Luego de la fundación de la Republica, toda esta basta y despoblada región de Mojos sigue su vida de aislacionismo y lo único que conoce de la Republica minera es el arribo de los Prefectos enviados de La Paz y los opositores exiliados por el régimen de turno

 La economía cruceña es rural, caña de azúcar, ganadería, arroz y las curtiembres y talabartería, e ingenios rústicos para la producción de azúcar. Parte de esta producción es vendida a las zonas mineras y transportada en mulas. Los productos cruceños, especialmente el azúcar, el algodón y en menor escala el cuero, eran comercializados especialmente en los centros mineros, a través de caminos muy precarios desde el período colonial. Ya en el último tercio del siglo XIX esto cambió radicalmente como consecuencia de dos importantes hechos: la llegada del ferrocarril al país y la explotación gomera.

 Cuando al año 1880 llega el ferrocarril a Uyuni, construido para llevar los minerales a la costa y que de retorno, con flete gratuito permite traer productos de la costa de Chile y Perú a las minas y centros poblados de occidente, lo que compite fácilmente con la producción cruceña y la desplaza.

 Santa Cruz en esa época no tenía más de 10.000 habitantes y sus pobladores quedan sin ingresos para importar algunos productos esenciales que traen del rio de la plata.

 En esa misma época, las noticias de la cascarilla y luego la goma incentiva a los cruceños, los que a partir de 1870 empiezan a viajar a lo que actualmente es Beni y Pando, en busca como siempre de El Dorado. Más del sesenta por ciento de la población joven parte a la aventura gomera y solo quedan los niños y ancianos. El boom gomero termina alrededor del 1920 y muchos retornan nuevamente a Santa Cruz, dejando centros poblados por sus descendientes, a lo largo de todo el extenso territorio amazónico boliviano.

 Un segundo auge gomero se inicia durante la segunda guerra mundial (1939 – 1945) durante la cual, la Argentina es el único país americano que se declarar neutral y por tanto un puerto para el abastecimiento de productos que necesita Alemania. Es así que  la producción de goma de la zona de la chiquitania, el río Paraguá, el Iténez ingresa libremente y más bien ayudado por los argentinos. La empresa Ruber Company norteamericana y el gobierno boliviano tratan infructuosamente en frenar esta salida de goma a la argentina, pero el que más y el que menos lleva su carguita de goma y es así que se logra la capitalización de algunos personajes con espíritu empresarial, lo que sirve de base para la instalación de ingenios azucareros, fábrica de hielo, curtiembres.

 En esa época se construyen algunas de las tres o cuatro casas  de buena factura, que sobresalen por sobre los pahuichis de un piso que son la típica construcción cruceña. La Casa Zeller en la Plaza Principal, la casa de los Gutiérrez actualmente el museo de historia, la casa de los Ortiz en la 24 de Septiembre y Beni y la de los Paz en la Plaza principal y otras pocas.

 Santa Cruz vegeta en su aislamiento y su pobreza y recién el año 1954 con la conclusión de la carretera con Cochabamba se abre el mercado para la producción agropecuaria cruceña hacia occidente y la llegada de los ferrocarriles de Brasil y Argentina frena toda posibilidad de industrialización. Con el mercado de occidente recién es posible ampliar la producción agropecuaria cruceña.

 El “Plan Inmediato de la Revolución Nacional”, documento elaborado por Walter Guevara Arze indica con claridad que de los diez productos que Bolivia necesita importar y que afectan a la existencia de divisas, seis se pueden producir en Santa Cruz. Se instala el Ingenio Guabirá y con apoyo de los EEUU se establece el SAI, Servicio Agrícola Interamericano, que alquila maquinaria a precios bajos y pago con la cosecha, lo que permite ampliar rápidamente las áreas cañeras y luego arroceras y maiceras.

En la década de los cincuenta del siglo pasado, el COOPP se organiza para responder al viejo anhelo de la población citadina (ya de cincuenta mil habitantes), de contar con servicios básicos.

La idea era dotar de estos servicio inicialmente en la ciudad de Santa Cruz una infraestructura de agua, pavimento, energía, alcantarillado que permita una vida más confortable al igual que en otras ciudades y facilite que se radiquen en ella las empresas y sus funcionarios. No olvidemos el eslogan con que se peleaban las regalías: Agua, pavimento y luz para Santa Cruz

 En los años setenta con la visión de ampliar las competencias del COOPP y sentar las bases de un desarrollo productivo regional, se organiza CORDECRUZ que tenía como finalidad impulsar proyectos productivos y de desarrollo que sirvan a las regiones de estímulo para continuar con este tipo de actividad introducir una instancia de modernidad en las regiones, técnicos, ingenieros, mecánicos, administradores cuya presencia induzca a tomar actitudes.

Los proyectos estudiados en la primera etapa eran de máximo doscientos mil dólares por proyecto, adecuado al presupuesto del COOPP y de inicio en  CORDECRUZ inicial de dos millones de US$

 Por su parte impulsado por  líderes regionales de prestigio personal y ético promovieron la creación de entidades cooperativas para manejar la telefonía. Posteriormente SAGUAPAC que fue constituida por el COOPP se transformó en una Cooperativa.

Años después la estructura administrativa de las cooperativas fue cooptada y mediante el control de las elecciones dio paso a los grupos de poder que se capitalizan con las cooperativas mediante comisiones en la adjudicación de contratos y la creación de empresas del grupo que reciben todos los pedidos que demandan estas entidades. La cooptación de inicio fue beneficiosa, la estructura administrativa estable y permanente y permitió el desarrollo técnico de su personal haciéndolas más eficientes que las del resto del país de su mismo género.

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lunes, 17 de enero de 2022

NUESTRA PRINCIPAL EMPRESA ES BOLIVIA

 

Ovidio Roca

Las sociedades con instituciones fuertes y razonables niveles de libertad, desarrollo económico y social, tienen más probabilidades de progresar y de no sucumbir ante el populismo autoritario. Pukymon.

Hemos visto en Cuba, Nicaragua, Venezuela, el resultado de aplicar un modelo populista y dictatorial, que elimina la libertad, la propiedad privada y aplica modelos estatistas. Producto de esto en los paraísos socialistas la gente muere de hambre y miseria y millones de ellos se escapan y huyen hacia el capitalismo. El problema es, como dice el dicho: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. 

El país es nuestra empresa y como todas ellas, necesita un buen Gerente y un equipo idóneo que la saque adelante, solucionando los problemas y adecuándola a las nuevas exigencias del mercado. En la empresa país no cabe como hemos visto aquí, un gerente que justifique su mal desempeño echando la culpa a la anterior gestión. Él está ahí para sacarla adelante y no para justificar su mal desempeño.

Existen principalmente dos visiones sobre la Gestión del Gobierno, aquella basada en el centralismo y estatismo y la de libre mercado y propiedad privada. Se conoce que mercado no es perfecto, va a ciegas, tanteando, a prueba y error, pero es el mejor sistema de asignación de recursos. Todos los intentos de reemplazarlo por la planificación centralizada, no solamente terminaron en crisis económicas, sino en feroces dictaduras comunistas y castrochavistas.

En nuestro país las poblaciones de las regiones alejadas del poder centralista y de las dadivas del populismo, generalmente no viven del Estado y tienen que ganarse su propio sustento, por lo que apuntan hacia la economía de libre mercado y también a modalidades descentralizadas de gobernanza y así son más libres y responsables de su vida. La libertad y autonomía ha sido su lucha permanente, pues entienden que con ello se tiende hacia la redistribución política, administrativa y financiera de los poderes públicos en las regiones, vale decir la vigencia plena y efectiva de las competencias de los Gobiernos, Nacional, Departamental y Municipal.
Consideran además, que la descentralización profundiza la democracia acercando el poder a la población, creando así mejores condiciones tanto para el ejercicio de la democracia, como para la prestación eficaz y eficiente de los servicios públicos que requiere la población.

Esta es la aspiración de los demócratas liberales que forman parte de una oposición bastante dispersa y que es combatida por el masismo, el que profundiza cada vez más el centralismo autoritario y la proliferación de caciques populistas que se apoderan y centralizan todos lo poderes y especialmente la justicia, que utilizan para encerrar, exiliar y liquidar económica y socialmente a sus opositores.
Bajo el populismo y por ende en nuestro país, todo aquel que es parte del gobierno y a cualquier nivel, siente que puede actuar por encima de la ley. Este sentimiento de impunidad es como un virus chino que se propaga rápido e impide que nuestras instituciones se desenvuelvan de una manera justa y correcta. Este irrespeto por la ley trae de la mano a la corrupción y a una justicia presa y sumisa al gobierno masista.

En Bolivia, por ahora, no existen partidos políticos sólidos, con doctrina democrática, propuesta de gobierno, dirigencia y militancia activa. Hasta ahora lo que se ve es un juego de siglas que se alquilan y esto genera una anarquía y desconfianza ciudadana, la que es llenada por grupos populistas que tienen como fortaleza, la coca y la informalidad.
Por esto es necesario fortalecer y potenciar los partidos, pues sin ellos no hay propuestas, formación de cuadros y gobernanza. Decía Burke: “Para que triunfe el mal, solo es necesario que los buenos ciudadanos no hagan nada”.

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