martes, 26 de septiembre de 2017

REFLEXIONES PERIPATETICAS SEPTEMBRINAS


Ovidio Roca
Hemos transitado por más de once años por la senda del indigenismo y populismo cocalero y ahora sus beneficiarios por nada quieren soltar la mamadera. Si rememoramos la historia, el Foro de Sao Pablo contribuyo a crear un Icono con la etiqueta #evo indígena, el que posicionaron  con éxito pues lo folclórico tenía predicamento nacional e internacional. Usando esta marca registrada, el grupo palaciego detenta actualmente el poder total del país y además tuvieron la suerte de recibir como herencia de los gobiernos neoliberales: reservas probadas de gas y minerales, gasoductos hacia los mercados, buenos contratos de exportación y  de yapa el mercado internacional les regalo unos precios antes nunca vistos. Si a eso le añadimos la “coca nostra”, tenemos un cuadro de altísima bonanza económica que les ha permitido gastar a troche y moche y hacer que las inversiones en empresas fallidas y los gastos dispendiosos del gobierno pasen desapercibidos. Pero ahora esto se está acabando y ahora ante el rechazo viene la segunda fase: carestía para los trabajadores y clase media, expansión del narcotráfico y represión dura.

Actualmente la gente ve el futuro, cada vez con mayor incertidumbre, en una sociedad donde el indigenismo y el racismo enfrentan los pueblos y  solo queda el discurso populista que ofrece falsas esperanzas. La anarquía es total, cada corporación, o grupo de interés interpela a la autoridad, en la que no cree y por tanto bloquen diariamente para imponer sus intereses particulares y en este ambiente la ciudadanía carece de garantías y seguridad para transitar libremente. 

Durante este proceso de cambio, se ha distorsionado la democracia y entre sus instrumentos, el sufragio, que es una herramienta y no el objeto de la misma; pues de lo que se trata es de elegir bien y con conciencia y no simplemente votar. A su vez las políticas estatales aplicadas no fomentan las actividades productivas, ni dan seguridad al que trabaja y produce bienes y servicios que requieren un tiempo de maduración. Son inexistentes las políticas que garantizan la propiedad y el fruto del trabajo; se promueve el estatismo y el mercantilismo. También se mantiene un tipo de cambio fijo y sobrevaluado respecto al dólar, mientras las monedas del resto de nuestros vecinos se vienen adecuando al mercado de divisas.

Con el crecimiento poblacional, en el mundo entero el territorio se ha convertido en un objeto escaso y por tanto es tomado y avasallado por los grupos más dinámicos para afianzar su dominio y poder. Los indígenas andinos y los movimientos campesinos cocaleros han venido tomado posesión del territorio amazónico y chaqueño, usando el aparato estatal, las leyes y su reconocida capacidad de movilización. 
Para esta estrategia de mitimaes el gobierno usa sus normas y sus funcionarios, como un instrumento de colonización para tomar las tierras del oriente y sur. Usan como arma la Función Económica y Social (FES) que debe cumplir toda propiedad privada del área rural y como la FES es agropecuaria y no contempla criterios ecológicos y de preservación del medio ambiente, los bosques y las tierras, los propietarios se ven obligados a desmontar para demostrar el uso agrícola y ganadero.

Con esta su política el gobierno hace que el negocio más interesante sea contrabandear, importar y se castiga al productor y al exportador. Así se ganan como aliados a aquellos grupos dedicados a actividades ilegales, coca y contrabando, mientras que no se llevan bien con aquellos emprendedores de las regiones donde predominan las actividades legales, agricultura e industria.

Esta toma del control del país se facilita pues el populismo está en la impronta nacional, los bolivianos tenemos una cultura socialista y populista muy arraigada y esto lo notamos cuando leemos o escuchamos las críticas de los opositores. Estos opositores no defienden el liberalismo democrático, más bien critican a los masistas, afirmando que no son verdaderos socialistas pues asumen prácticas neoliberales y les piden mantener la ortodoxia socialista.

Durante estos once años, siguiendo la receta del castrochavismo los países populistas de Latinoamérica cada uno de ellos con sus propias especificidades, han venido practicando un capitalismo de estado y el mercantilismo, asociados con empresarios serviles a los que favorecen con privilegios y monopolios, siempre y cuando sean sumisos al poder y paguen las comisiones correspondientes.

Con esto han construido un Estado burocrático y devenido a empresario; un Estado frondoso e ineficiente, pésimo administrador, que genera corrupción, burocracia y clientelismo y no cumplen en lo más mínimo las funciones que le competen, como el orden público y la administración de justicia, dejándonos expuestos a la inseguridad y a la violencia. Para el control de su población, han recibido de los cubanos las técnicas del Estado policial: la represión constante pero selectiva, la compra de conciencias a través de la extorsión y el soborno, el espionaje y la delación.

Otro aspecto que llama la atención de los populistas  bolivianos, es que tienen una obsesión por elaborar normas, leyes y reglamentos, los que aprueban a mansalva pero que después ignoran y no cumplen, aplicando el axioma de un expresidente militar: Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley y también la declaración Evista: le meto nomas y que después arreglen los abogados.    

La oposición hasta ahora no logra organizarse y ponerse de acuerdo y el empresariado nacional y el cruceño  que en un principio pretendió resistir, se acomodó como pudo, aplicando ese dicho pragmático: “si no puedes vencerlos, únete a ellos” y ahora son socios exitosos. Al respecto, escuché en una reunión el sentir de muchos empresarios que en confianza comentaban su convencimiento de que si Evo y su combo no continua, el país se derrumba pues no hay otro líder que exprese y pueda manejar el sentimiento indigenista de gran parte de la población boliviana y consiga controlar la situación de una economía primaria, extractivista, nada diversificada y poco competitiva y que ellos logran dirigir aplicando esa su política pluriforme, que concede a cada sector: los informales, los cocaleros, los mercantilistas, los financista, etc, el modelo acorde a sus intereses.

A la pregunta ¿Qué hacer?, la respuesta es fácil; todo lo contrario del actual modelo populista: Necesitamos un Estado reducido y con servidores públicos seleccionados por mérito, idoneidad y honestidad; libertad plena y seguridad jurídica para las personas y su propiedad, establecer los límites al ejercicio del poder político y particular, y esto solo se logra si todos nos ponemos de acuerdo en un frente único y un proyecto para aplicar la democracia real y el desarrollo sostenible.


ovidioroca.wordpress.com

miércoles, 20 de septiembre de 2017

POPULISMO Y POSVERDAD


Ovidio Roca
En el país se intentó establecer un sistema democrático, con leyes, procedimientos e instituciones que regulen y garanticen la vida en sociedad. El problema es que los operadores no cumplieron su rol con honestidad e idoneidad por lo que las instituciones no lograron consolidarse, crear una cultura democrática y ganar credibilidad ante la población, por lo que el sistema devino en un autoritarismo y populismo que la gente mayoritariamente rechaza. Ahora al carecer de alternativas efectivas, la sociedad se desenvuelve en la anomia y bajo el arbitrio de grupos corporativos que disputan el poder entre sí y con los herederos de lo que queda del antiguo régimen.

Como resultado no hemos logrado construir una cultura de trabajo, propositiva y creativa, sino que se ha instalado una cultura rentista y extractivista donde los unos, usando el aparato del Estado disfrutan del poder económico y político y el resto se acomoda; o practica la cultura el bloqueo para oponerse a la autoridad que detestan y de paso perjudicar al resto hasta conseguir sus miserables demandas.

El Gobierno mantiene una eficaz estrategia comunicacional con la que convencen a la población que viven en el mejor de los mundos, un mudo de informalidad y extractivismo con la que convive la mayor parte de la población. Esta labor de desinformación está en manos de los Llunkus del poder,  lo que en otros lares se llaman de intelectuales orgánicos, cuyo trabajo es elaborar relatos sensacionalistas que engordan las expectativas del pueblo y que convierten en verdad todo aquello que necesita ser creído como cierto, aunque no lo sea.

Presentan como un éxito la Política económica gubernamental, indicando que gracias a la nacionalización, la economía está blindada, que no pasa nada con el déficit comercial y no es cierto que cae la producción de gas y de los alimentos; por lo que podemos seguir gastando, pues nuestra moneda es más fuerte que el dólar y eso nos permite traer todo de contrabando dando trabajo a nuestros esforzados y sacrificados comerciantes informales. No se les ocurre mencionar los diez años de altísimos precios del gas y minerales, que les cayó del mercado internacional.

Como resultado el gobierno tiene a sus aliados dedicados a actividades ilegales, mientras que no se lleva bien con las regiones donde predominan las actividades productivas y legales.

No se menciona ni se busca alternativas productivas y de innovación y se mantiene el país, en los moldes que los populistas cocaleros conocen y entienden, con una mayoritaria economía informal financiada por el narcotráfico que es la que financia especialmente el comercio de contrabando hacia adentro y fuera del país, generando la abundancia que vemos en los mercados y en las urbanizaciones como medio de consolidar el derecho propietario de las tierras, así como acumular en inversiones inmobiliarias.

El populismo cocalero no cree ni practica los valores democráticos, lo asumen de manera formal por un asunto acomodo internacional y evitar el rechazo de algunas instituciones internacionales como las Naciones Unidas y la OEA. Evo que practica la cultura del verticalismo autoritario sindical, es franco y directo en sus expresiones, no como sus llunkus que las disfrazan. Él dice: “Le meto nomas y que arreglen los abogados” o, “La llamada independencia de poderes está al servicio del imperio norteamericano”.

Para salir de este entuerto, el pueblo y los partidos políticos democráticos deben unirse y asumir con firmeza el modelo democrático y la economía competitiva y de mercado, caso contrario deben acomodarse al modelo populista cocalero y aprender a convivir con él o en su caso migrar. Todo lo demás es paja.

 ovidioroca.wordpress.com


martes, 5 de septiembre de 2017

VOTO NINGUNO O NULO

 
Ovidio Roca
En su estrategia de poder el masismo contempla controlar todos los mecanismos del Estado y como quieren seguir manejando el Poder Judicial, utilizando su mayoría parlamentaria, han seleccionado a su gente para mediante una elección trucha darles formalidad. Esto para la platea internacional pues los bolivianos ya saben de lo que se trata, recordemos que en la elección anterior de masistrados los candidatos fueron repudiados por la ciudadanía, que votó blanco y nulo en un sesenta por ciento.

Como es de esperar ninguna persona reconocida por su calidad profesional, su producción intelectual y que se valora como profesional, como persona de bien aparece en la lista, pues no se han prestado a ser operadores del gobierno para perseguir a los opositores, a aquellos que molestan o son cuestionadores del régimen.

Esto es preocupante y no corresponde a un Estado de Derecho pues las autoridades judiciales que se pretende elegir, son las que definen sobre nuestra vida, nuestra libertad, nuestros bienes y por tanto deberían ser personas que además de tener un amplio conocimiento de la ley, deben contar con valores éticos, humanos y fundamentalmente independencia de criterio que les permita tomar decisiones exclusivamente en base a la ley. Es claro que las autoridades colocadas por el gobierno, no tienen esta independencia pues responden a su mandato y actúan en defensa de los intereses de sus mandantes y no los del ciudadano.

El sistema electoral es el menos malo para elegir algunas de la autoridades gubernamentales, siempre y cuando los electores puedan votar libremente, estén bien informados y sobre todo tengan conocimiento y sentido común para elegir a gente idónea y honesta. Sin embargo, el electoral no es un buen mecanismo para decidir sobre actividades especializadas y técnicas, por ejemplo no votamos para elegir el médico, ni al piloto, ni el mecánico, ni al cocinero, a estos  lo elegimos por sus méritos, su experiencia; utilizando para ello nuestro conocimiento sobre su responsabilidad y referencias validas de su idoneidad y honestidad de parte de sus clientes.

Votar por los candidatos impuestos por el MAS significa aceptar y 
validar a esas autoridades, por lo que el pueblo debería repudiarlos, anulando su voto como rechazo a esta tramoya, pero el problema es que en nuestra legislación los votos blancos y nulos  no cuentan en la elección de los candidatos, pues aunque casi todos votemos nulo y blanco, con una mínima votación los candidatos del Gobierno serían elegidos y aunque no tendría legitimidad eso no les importa un comino.

En consecuencia hay que presionar por las vías legales para incluir la Casilla Ninguno en la papeleta como lo propone Generación 21, de manera que al ser mayoría se pueda invalidar a los candidatos impuestos por el Gobierno.

Recordemos que en la papeleta del Censo de Población del 2012, se preguntaba a qué nación indígena o afro boliviana se pertenece y un espacio para poner el nombre de una de las 36 nacionalidades listadas; existía también la casilla no pertenece, ninguno, que fue la que marco un sesenta por ciento de la población y esto permitió que el ciudadano boliviano no caiga en la trampa  de un encasillamiento racial. 

De no conseguirse la inclusión en la papeleta de la casilla el Ninguno, hay que votar Nulo, un voto restrictivo y de rechazo, voto que como acto individual no tiene peso, pero lo tiene en mucho cuando se convierte en un acto masivo de rechazo, pues representa la voz del pueblo contra sus malos gobernantes y un previo aviso ante la posibilidad de un estallido social.

De todas maneras la trama de esta elección es tan burda que la gente no la acepta, pues sabe que solo se trata de dar continuidad al proyecto de poder masista, que contempla entre otras cosas viabilizar la cuarta reelección del icono indígena, al que utiliza el grupo populista estalinista para sus propios fines, por lo que la mayoría de la población consciente la rechazara.


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