miércoles, 27 de noviembre de 2019

LA ECONOMÍA BOLIVIANA FUE RECONOCIDA COMO LA MÁS EXITOSA DE LATINOAMERICA.



Ovidio Roca

El populismo cocalero y castrochavista, para financiar sus operaciones se integró al narcotráfico internacional garantizando en sus países el libre tráfico y excluyendo la presencia de instituciones imperialistas. Instituciones liberales y capitalistas que interfieren en la política de los países y pretenden controlar y combatir este ilícito y criminal negocio; también cínicamente promueven la democracia y la libertad de los ciudadanos, conspirando así con la necesidad de dominio e impunidad que necesita el castrochavismo para mantenerse indefinidamente en el poder.

Existe una fracción de la población boliviana, asociada al MAS, que quiere mantener su modo de vida basado en la coca, el narcotráfico y el contrabando, por lo que procura preservar el statu quo y defienden al Gran hermano, quien es el que garantiza este modelo de economía, concede garantías para el narcotráfico y facilita la vinculación con las redes internacionales.

Analistas internacionales hablan de la economía boliviana como la más exitosa de Latinoamérica, sin preguntarse antes  que la impulso y si es sostenible, si los bonos ofrecidos y las millonarias inversiones fueron exitosas o meros elefantes blancos.
Sabemos que el Populismo sin plata no funciona. Evo recibió una rica herencia de yacimientos de gas certificados, contratos firmados y gasoductos a los mercados, más precios excepcionales y además se endeudo hasta el jopo y para más yapa se gastó las reservas internacionales.
Lo tiro todo, lo robo, lo malgasto y cuando se acabó se fue y al partir a su periplo dejo un mensaje a los bolivianos: Ahí nos vidrios!; trabajen, hagan plata y me avisan cuando haiga, para volver a gastar.

Evo en su exilio dorado, territorio del Peje Chavo, declaró ante la prensa internacional que en Bolivia sus opositores racistas lo discriminaban por su cara de indio. Esto me recuerda a su amigo camba, aquel que se hace el loco para peerse a gusto, ahora él se hace el indio para ídem.  

El Chapare es un Estado independiente en el cual se aplica exclusivamente la ley de la coca nostra. El territorio de esta Satrapía aumenta continuamente en superficie e influencia; las Provincias como Ichilo de Santa Cruz y otras del Beni y Cochabamba han sido paulatinamente anexionadas y el Chapare sigue expandiéndose al ritmo de la coca.

El territorio donde gobierna el Evo, es una Satrapía cocalera y ahora en su ausencia (pues viajó a conversar con el Cartel de Sinaloa y a comer tacos con el Peje) quedo al mando su representante Andrónico quien según las fuentes, siguiendo fielmente las instrucciones del Gran Hermano comanda las huestes cocalera y coordina con los carteles internacionales de narcotraficantes.

Como producto de todo esto se ha creado en el país una nueva cultura social para la cual: ser Dictador es un derecho humano y reelegirse indefinidamente contraviniendo la Constitución es también su derecho humano. Construir Palacios y Museos al Ego, adquirir lujosos aviones, helicópteros y autos blindados para el Gran Hermano, es su gustito y su derecho humano; bloquear las ciudades y dejarlas sin alimento es un derecho humano; lanzar dinamita en manifestaciones urbanas afectando a los ciudadanos, es un derecho humano; quemar bienes públicos, las casas de los vecinos, destruir puentes, asaltar supermercados, robarlos y quemarlos es un derecho humano y no existe ninguna ley que les exija el resarcimiento de los daños, pues no se puede contravenir un derecho humano.  

Como corolario de esta aventura cocalera la situación económica que deja el masismo se presenta complicada, aunque ellos no lo entienden así o no les importa. Dijo Luis XV Rey de Francia: “Después de mí, el diluvio” y Evo I Rey del Chapare: “Fiarime caserito, con coquita te lo he de pagar”.

KAUSACHUN COCA. JALLALLA EVO

ovidioroca.wordpress.com


martes, 19 de noviembre de 2019

HACIA LA REPUBLICA DEMOCRATICA FEDERAL DE BOLIVIA



Ovidio Roca

El mundo vive un nuevo ciclo histórico, de grandes transformaciones y en todos los ámbitos. Un mundo que tecnológicamente y socialmente se ha modificado radicalmente y ante lo cual la juventud latinoamericana está reaccionando sin un norte claro. Un mundo comandado por las redes sociales, noticias falsas y mensajes envenenados con los que se manipula a las personas y que los populistas latinoamericanos aprovechan para sembrar el odio y consolidar su dominio. También hay buenas noticias, pero las malas prevalecen.

Por todas partes vemos estallidos de una violencia destructiva y salvaje, de quemas y rapiña que se expande como una peste, la que es impulsada en nuestro país por la prédica Evista de odio racial y social, a la que se añade a la prédica castrochavista en la que muchos caen.

Lo que permanentemente se menciona de esta nueva sociedad, es la desconfianza hacia las instituciones, la falta de comunicación entre los líderes y la sociedad, el recelo hacia una democracia que no termina de afirmarse, los desniveles económicos y sobre todo la reducción o quita de algunos subsidios que gustan tanto a la población.

La comunidad humana en su tránsito histórico y como uno de sus últimos hitos construyo la democracia, como se dice el menos malo de todos los sistemas. Uno para el cual la libertad es el valor supremo y que debe manifestarse en todos los ámbitos: económico, político, social y cultural y con un Estado cuya función principal es asegurar la libertad, el orden público, el respeto a la ley, la propiedad privada y la igualdad de oportunidades.

Los bolivianos somos de un país diverso, geográfica, étnica, histórica y culturalmente.  Un pueblo que como todos, busca consolidarse y fortalecerse bajo principios comunes; cultura, tradición, familia; valores como respecto a derechos y responsabilidad frente a las leyes y las libertades, a la seguridad y el bienestar. Una búsqueda del progreso y la paz que debe estar por encima de las diferencias ideológicas de etnia, lengua, cultura o religión y bajo el entendido que “los derechos de unos terminan donde empiezan los derechos de los demás”.

En los últimos años se implanto demagógica y autoritariamente el Estado Plurinacional cocalero, ahora en retirada, cuya práctica ha sido la de publicitar la existencia de varias naciones indígenas, las mismas que fueron subyugadas bajo un Estado central y hegemónico y al servicio de un Cacique Indígena altiplánico. Con un gobierno populista cocalero, que como todos los de su tendencia totalitaria, basan su poder en la centralización absoluta del Poder y el manejo atrabiliario de las Instituciones del Estado, de la policía, el ejército y financiados por la coca, el narcotráfico y el contrabando.

Esto se da en el país de mayor raigambre indígena de América; una sociedad que se reconocía mestiza y que avanzaba hacia su integración, pero que con el populismo cocalero y Evo Morales, el racismo se lo radicaliza y se lo usa para enfrentar a la oposición mestiza, promoviendo y usando la discriminación racial. 

Lo irónico es que este gobierno que se dice indígena es manejado por q’aras como el Vice y los Ministros, que son el verdadero poder y donde el Presidente no pasa más allá de ser un bicu bicu con cara de indígena. El problema para los inventores, es que todo símbolo cuando se internaliza se da cuenta de su poder y se torna poderoso e inmanejable; ahí vemos a Evo que hace noticia mundial con su intolerancia y prepotencia sin límites; algo por demás conocido en nuestro país.

Desde hace rato se viene proponiendo, dada la diversidad del país, la necesidad implementar una República Democrática Federal para que cada región de acuerdo a su tradición y cultura, elija y sea responsable de su destino. El federalismo construye sociedades más democráticas, que respetan las individualidades sociales, religiosas, étnicas o culturales de las distintas regiones; algo vital en casos de países multiétnicos o Estados plurinacionales como el nuestro.

El federalismo contempla un ordenamiento jurídico doble: el propio de cada Departamento y el Federal de la nación; esto permite que dos Estados del mismo país tengan algunas leyes diferentes y adecuadas a su idiosincrasia. El sistema Federal parte de la premisa de la subsidiariedad, lo que implica que todo lo que se puede hacer bien a nivel local o departamental debe dejárselo a ese nivel. Como se afirma popularmente, una mejor administración es aquella que se realiza lo más cerca del problema. 

Recordemos además que por etimología Federalismo es la construcción política basada en la confianza (fides) mediante un pacto entre iguales (foedus).
En este contexto histórico la mejor opción política y administrativa para Bolivia es el reto de construir una nueva sociedad, no desde los caudillos sino desde las bases de la sociedad. 

Un modelo de subsidiaridad como el Federal es el reto para construir con responsabilidad una mejor sociedad. Líderes jóvenes como los que emergieron en Santa Cruz y Potosí y enfrentaron el populismo cocalero y derrotaron al Evismo, podrían enarbolar la bandera del federalismo y conducir a sus pueblos hacia una nueva sociedad más descentralizada y más responsable.

Vivimos una época difícil que el pueblo superara y es importante ir pensando en las nuevas opciones para este nuevo mundo de la tecnología, de las comunicaciones, de la globalización, de la economía del conocimiento y del cambio climático; siempre aferrados a los valores permanentes de la democracia y la libertad.

ovidioroca.wordpress.com

jueves, 14 de noviembre de 2019

FRENTE AL ODIO Y LA INCITACIÓN A LA GUERRA CIVIL; LA RAZÓN Y EL RESPETO POR EL SER HUMANO



Ovidio Roca

Evo no se lo esperaba, su hermano con quien compartió cuecas y guirnaldas de coca lo pilla en su asqueroso fraude electoral y lo denuncia; luego declara que su reelección no es un derecho humano sino un abuso contra la constitucionalidad y Evo no lo puede entender, pero siente que lo ha traicionado.

Sigue sin entenderlo, pero ante la presión nacional e internacional que lo identifica como un tramposo y además violador de los derechos humanos reacciona rabioso y renuncia; luego incita a sus huestes cocaleras para que salgan a las calles a sembrar el terror y el odio, usando el discurso del racismo, quemando casas, dependencias policiales, buses públicos, radio patrullas y todo lo que se cruzaba a su paso.

Diseñada por q’aras del Foro de San Pablo, la principal estrategia del MAS ha sido el uso político del racismo. Una estrategia diseñada para un país que tiene una rica y variada diversidad étnica y cultural y que se utiliza para el enfrentamiento, usando como Icono Indígena al Jefe Indio del Sur (como lo llamaba Chávez y luego Maduro) para conseguir la adscripción al régimen populista de esa gran población mestiza e indígena.

El populismo Latinoamericano es un gran Cartel Internacional de poder, basado en el uso de la demagogia para manipular a la población y los Carteles del narcotrafico como su base económica y logística. Asesores cubanos, venezolanos maduros y Guerrilleros de las FARC actualmente están incitando y dirigiendo en Bolivia las movilizaciones y emboscando y matando a los ciudadanos en varias carreteras del país.

Con gran habilidad los masistas cocaleros inventan historias y exaltan las emociones, de odio, frustración y racismo de sus huestes contra el resto de la población, la que es la culpable de su miseria y por tanto su enemigo.
Esto no es algo nuevo, en todas partes se usó y se usa diariamente el racismo para discriminar a las personas y obtener beneficios; se acude al color de piel o a una cultura diversa para excluirlas evitando así la competencia.
Con el MÁS y su Caudillo indígena este uso se ha extendido y agravado; el racismo les permite discriminar a todos los que se le oponen; a los indígenas contestatarios, a los q’aras y especialmente a los cambas; población tradicionalmente opositora al sistema centralista y estatista que ejerce el populismo cocalero.

En la elección del 20 de Octubre, durante el conteo de votos se usaron no las matemáticas de Baldor sino las del Linera. Es así que con burdas maniobras y matemáticas alineradas se produjeron resultados tan exagerados que son totalmente increíbles. El fraude se hizo evidente ante los ojos del mundo (menos de los populistas) y esa fue su perdición.

Ante la insurgencia de la ciudadanía liderada por los jóvenes, los Comités Cívicos y la denuncia del fraude realizada por la OEA, el masismo para resistir armo esta su guerra civil, cimentada en la carga de resentimiento y odio racial que había venido construyendo en procura de humillar, atemorizar y destruir a sus oponentes. Esta guerra la hacen a lo largo del país y también en las carreteras donde francotiradores masistas y de las FARC disparaban contra las caravanas de mineros, cooperativistas, ciudadanos de Potosí, de Chuquisaca de Cochabamba, que pretendían llegar a La Paz.
En el territorio independiente del Chapare, los cocaleros masistas salieron a quemar los puestos policiales y el Comando del Trópico de Cochabamba, de donde extrajeron documentos de investigaciones sobre narcotráfico y esto a gritos y llamados a una guerra civil contra los q’aras. De paso dejaron en cenizas el hotel Victoria Resort de un Senador opositor.  

Todo esto lo hacen los masistas en defensa de su Jefe y pero sobre todo por  un deseo irrefrenable de poder e interés económico, en algo que ellos conocen bien: uso de los recursos públicos, coca, narcotráfico y contrabando desde y hacia Bolivia.

La base de las Sociedades Democráticas es la promoción de los valores ciudadanos, que son las normas que toda persona debe aprender y practicar para garantizar una convivencia armoniosa en sociedad; son normas como el respeto a los demás, la solidaridad y el apego a la ley.
Al MAS de cultura verticalista, nunca le intereso construir ciudadanía sino sindicatos y grupos corporativos. La ciudadanía les es ajena pues se trata de personas libres, con pensamiento propio, de diversos orígenes raciales y sociales que deciden convivir en un país y que valen cada una de ellas por sus valores personales, humanos y culturales y no por estereotipos étnicos, por lo que son difíciles de manejar.

Producto de esta herencia populista cocalera, viviremos por varios años un ambiente de confrontación y de odios, Necesitamos desmontar estas mentiras alineradas que exaltan las emociones y el odio y no se trata de imponer la razón sobre los sentimientos, sino utilizarla para cambiar nuestras emociones y la conducta y acciones que de estas se derivan.

ovidioroca.wordpress.com


sábado, 9 de noviembre de 2019

EL DESAFÍO DE RECONSTRUIR LA ECONOMÍA E INSTITUCIONALIDAD NACIONAL



Ovidio Roca
El populismo es una enfermedad moral que se ha virilizado en las poblaciones latinoamericanos, destruyendo las instituciones, la economía y sobre todo la dignidad humana, pues la población considera que no puede valerse por sí misma y que necesita del Estado populista para que le satisfaga sus necesidades.  Mientras más larga es la enfermedad, más larga y complicada es la convalecencia, el cuerpo esta deteriorado, las defensas bajas y los ánimos por los suelos; la sociedad domada y domesticada, mueve la cola y pide al amo bienes gratuitos de educación, salud, seguros de vejez; pide avanzar para que todos seamos iguales, pero de manos de una burocracia estatal y no como fruto de la libertad y el esfuerzo individual.

El populismo actúa como una droga y genera adicción, es como el tabaco, el alcohol, la cocaína, el crack y cada una más fuerte que la otra, por lo que cuesta mucho salir de su adicción.

En estos días hemos visto la reacción de la población, en Ecuador, en Chile y también en la Argentina, ante la eliminación de subsidios de la gasolina y del transporte, esto nos muestra que cualquier decisión que afecte los costos básicos de vida de la población, como tarifas de transporte y gasolina subsidiada, los exacerba y ellos explotan.

Da mucho que pensar, que en uno de los países de mayor nivel de ingreso y menor nivel de pobreza de Latinoamérica, como es Chile, las protestas por el alza de unos centavos en el billete del metro hicieron explotar un sentimiento de frustración de una ciudadanía que se siente al margen de la senda de desarrollo y que reacciona de forma salvaje contra todo y contra todos. Se observó en las calles masas exaltadas que no respetan al prójimo ni a sus propiedades y los queman, roban y destruyen. Ha desaparecido el respeto a la autoridad; una autoridad que a su vez no se hace respetar y tampoco hace respetar las leyes y a los ciudadanos. 

Seguramente detrás de todo esto hay grupos populistas de interés internacional y una ideología impulsando este estallido; una que cree que el Estado liberal es el enemigo, que la democracia es represora y que ve la propiedad privada como una fuente de problemas.

Al contrario de este modelo populista y que está arraigado en la mente de la masa, los liberales demócratas apuestan a la persona, a la libertad y proponen soluciones bajo el modelo de economía de mercado: Una economía competitiva y con un mínimo de regulaciones para liberar la capacidad de innovación de la gente; un tipo de cambio monetario equilibrado, un bajo nivel de endeudamiento, sistema tributario y gasto público reducido y sin déficit fiscal ni financiero. Se postula como valores ciudadanos, que trabajar por tener una mejor calidad de vida es lo justo y necesario y que la cultura ciudadana entiende y acepta que existen derechos y obligaciones; que todo tiene su costo y que la vida en sociedad exige responsabilidad, respeto a las leyes, a las personas y al fruto de su trabajo.

El problema es que en la mentalidad populista no entra para nada el “principio de la escasez”, del que deriva el concepto de costo. Un costo que nadie quiere pagar. Macri intento aplicar en argentina una economía de mercado y además afirmó que en su gobierno no se robó ni se abusó del poder. El problema es que en su gobierno para comer había que laburar, mientras que en la receta populista, “Kristina roba, pero para comer, no hay que laburar”. Los argentinos son adictos al peronismo, a veces intentan escapar pero pronto vuelven al vicio, hasta el Papa no puede dejarlo.

Por tanto aplicar en estos nuestros países una cura económica de tipo liberal, sería casi imposible por la resistencia de la gente adicta al populismo. Una experiencia boliviana nos muestra que en la época de la UDP (años ochenta), cuando la crisis llego al extremo la inflación se comía los salarios  y dejo a la gente apabullada y dispuesta a aceptar soluciones dolorosas con tal de salir del problema. En ese momento se necesitó y se encontró un Estadista con ideas claras y con la fortaleza para aplicar medidas de shock a un paciente que estaba tan desesperado que acepto aguantar los dolores de la cura. El paciente se curó pero luego de varios años (2006) llego una peste castrochavista y el pueblo se infectó nuevamente de populismo.

Actualmente vivimos en una nueva sociedad, la sociedad de la tecnología y la información donde todos estamos conectados y mal o bien informados, pero seguimos gobernados con normas ya agotadas y que no responden a estos tiempos ni a los intereses y motivaciones de las actuales generaciones. Nos enfrentamos a un mundo globalizado, otros problemas, otras realidades y otra mentalidad de la población, por lo que se necesitan nuevas soluciones. Sin embargo existe poca preocupación de los dirigentes políticos para entender y satisfacer las necesidades de esta nueva era y esta nueva ciudadanía.

Ahora se necesita rápidamente una cura, hay que buscar un buen Doctor y una nueva y mejor receta. Varios países la encontraron; se trata de ir, ver, aprender y luego aplicarla de acuerdo a las características del paciente, pero sin dudar; también se puede preguntar a la Señora Google o a Siri.

ovidioroca.wordpress.com


lunes, 4 de noviembre de 2019

DIFICILES PERSPECTIVAS PARA EL PAIS BAJO EL MODELO POPULISTA



Ovidio Roca
Los desajustes en cualquier economía son problemáticos y peor aún en países que se encuentran debajo del nivel de pobreza; países de economía extractivista que llegaron tarde a la industrialización y cuya población es amansada con subsidios y empleos estatales, mientras otros sobreviven con autoempleos informales de bajo nivel tecnológico.

Los políticos populistas son expertos en el discurso y no se preocupan de la economía, de la producción, de los costos, ni de aumentar la productividad; ellos le meten nomas y gastan todo lo que pueden y como diría el Evo, alguien proveerá y así se gastan las reservas internacionales, se endeudan y sobre todo siguen mintiendo, ofreciendo la felicidad masista.
 
Después de 14 años, la herencia real que nos deja el masismo es la de una economía quebrada, informal y cocalizada; la agudización del racismo, el enfrentamiento campo ciudad, una institucionalidad destruida y un pueblo con una arraigada cultura populista.

El dato que los políticos populistas no quieren reconocer es que en economías pobres, extractivistas y dependientes del precio de las materias primas, no se pueden mantener estos niveles de subsidio sin endeudarse, sin emitir moneda inorgánica y por lo tanto al gobierno populista que por su ideología no apuesta al trabajo y la producción, solo le queda la represión, pues la gente ya no acepta perder sus prebendas y menos aún con la diaria constatación de que la administración del Estado en manos de los populistas, es además de corrupta, ineficiente.

Cuando se agudizan las crisis, los dirigentes populistas se ven obligados a cambiar de enfoque, pues ya no tienen los recursos para seguir con los subsidios e inversiones dispendiosas e intentan buscar otras opciones diferentes a lo que venían aplicando. Esto implica romper con compromisos políticos anteriores: recortar la inversión pública, congelar pensiones y reconocer la necesidad y urgencia de reducir prebendas hasta entonces consideradas auténticos logros de su gobierno, como los bonos y subsidios, sistema público de salud gratuito y el de pensiones sin aportes y en el caso boliviano y países chavistas, la permisividad con la economía de la coca y el narcotráfico.

El problema es que las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han posibilitado que aun las poblaciones pobres estén interconectada mediante el Internet y reciban permanentemente el mensaje y las imágenes de un mundo “desarrollado” presa del consumismo. Cuando los latinoamericanos se comparan con esos países ricos, se sienten frustrados por no acceder a los lujos que ven en las noticias y tampoco a los servicios básicos de educación, salud, seguridad y transporte y lo peor es que no avizoran una salida para lograr sus aspiraciones de una mejor vida, tanto por el rumbo actual de la economía de sus países y menos cuando observan a sus dirigentes políticos por lo general incapaces y corruptos. Por tanto buscando tener al menos la esperanza de vivir medianamente como ricos y “sin tener que laburar”, caen en la trampa y aceptan ser engañados por las promesas e ilusiones que le ofrecen los populistas.

Cuando se acaba la plata y los subsidios, la gente reacciona desesperada exigiendo sus derechos y el gobierno aumenta sus mecanismos y grupos de represión por lo que la gente se amotina; pero pasa un tiempo y no logran nada y se siente vencida y huye desesperada a cualquier parte. Esta película la hemos visto muchas veces con escenarios y actores diversos: cubanos, venezolanos, nicaragüenses, los que angustiados buscan como sobrevivir en otros países. Muchos quieren ir al paraíso capitalista gringo, pero ya no los están dejando entrar.

Reconstruir el país y la sociedad que dejará el MAS, va a requerir de un duro trabajo y de largo aliento. La Argentina lo intentó con errores, pues no se atrevió a cortar por lo sano la infección populista, de modo que el pueblo de cultura peronista decidió volver al Kristinismo y lo consiguió. Su argumento es: Cristina robaba pero teníamos para comer. Hoy tenemos que laburar día a día para tener algo”,  lo que termina de configurar lo peor de una mentalidad populista. Como dato, en la argentina dos tercios de la población viven del Estado y un tercio tiene que laburar para mantener al resto.
De continuar el masismo proliferará la coca y el narcotráfico y los carteles internacionales del narcotráfico se apoderaran del país y  “el sol se va a esconder, la luna se va a escapar y todo va a ser tristeza para nosotros” y además habrá violencia, muerte, hambre y miseria.

Lo que queda evidente en nuestro país, es que bajo el masismo la situación de la economía nacional se presenta catastrófica y que si el próximo Gobierno es un gobierno democrático y responsable, tendrá que cargar con esta explosiva herencia; una herencia nefasta a la cual hay que buscarle soluciones. En nuestra historia pasada se ha visto gente desesperada que se amotina y logra apoyo de parte del ejército y policía, consiguiendo la expulsión de los gobernantes y en algún caso lo han colgado en la Plaza Murillo. La historia nos lo dirá; si sobrevivimos.

ovidioroca.wordpress.com