lunes, 28 de mayo de 2012

INDIGENISMO, ESTATISMO Y SINCERICIDIO


“Ceterum censeo Carthaginem esse delendam”
Ovidio Roca
Los teóricos masistas, en su marcha hacia el poder y buscando la adhesión de la población mas pobre, que tradicionalmente mantiene una significativa adscripción étnica, manejaron exitosamente la idea del Estado Plurinacional. Un Estado del “vivir bien” para 36 naciones indígenas y en este su discurso, que buscaba identificarlos con la figura de Evo Morales (presentado como indígena originario), dejaron de lado a las clases medias, poco proclives a estos mensajes étnicos.
Una vez capturado el gobierno, el discurso del MAS, indigenista y pachamamico, quedo en eso, en discurso. Los 36 pueblos indígenas fueron excluidos a palos y patadas y se entronizaron los gremios cocaleros, contrabandistas y comerciantes informales que son las bases firmes del MAS; las que movilizan y lavan los recursos del narcotráfico, única actividad boyante en el fallido Estado Plurinacional cocalero.
Los nuevos y circunstanciales inquilinos del Palacio Quemado y detentores del aparato del Estado, no se asumen como servidores públicos, se sienten los propietarios del poder y del destino de la población; se engolosinan, abusan del poder y buscan a toda costa perpetuarse eternamente o al menos por quinientos años.
Cuando se evidencia que el proyecto indigenista y socialista es solo un discurso demagógico, de poder hegemónico y de exclusivo usufructuo para el grupo dirigente, surgen las disidencias y pugnas entre los diferentes sectores que encumbraron al MAS y muchos de ellos se alejan. Los que quedan firmes, son los grupos informales y cocaleros que exigen total libertad y protección para sus negocios y actividades lucrativas y los grupos ideológicos que procuran afianzar su poder fáctico e imponer su sociopata obsesión de dominio y control.
Son q`aras trepados en el pescuezo del gobierno indígena del MAS, que gozando de las mieles del poder y las ventajas que da el apropiarse las rentas públicas; aprovechan la oportunidad de ensayar sus recetas ideológicas y fortalecer los mecanismos coercitivos del Estado para que les garanticen el disfrute y ejercicio indefinido del poder.
Desdeñado la experiencia histórica (fracasos en la URSS, Cuba, Corea del Norte) aplican la receta de estatización de la economía en procura de controlar y dirigir el país (en un Estado donde aun no se logro consolidar la institucionalidad y el Estado de Derecho) y aplastan a la oposición: clases medias y sectores de esa débil burguesía, surgida mayormente a la sombra del poder político y siempre en busca acomodarse y hacer negocios.
El MAS, que entre otras cosas, también se asume revolucionario, socialista y anti imperialista, ha gastado su discurso de múltiples promesas: defensa del indígena, de la madre tierra, disminuir la pobreza y corregir las desigualdades, y solo ha logrado la deleznable riqueza producida por el boom de la economía informal. Lo que el gobierno está cosechando y repartiendo es lo anteriormente construido y lo que la coyuntura internacional de altos precios internacionales de materias primas le regala, y vale la pena reconocer, de un producto industrializado como es la cocaína.
Lamentablemente, y mas pronto de lo que creemos, con la estatización y el dirigismo de la economía, lograran paralizar y luego destruir la actividad productiva nacional e iremos directo al desastre. Toda la experiencia histórica nos confirma que el modelo estatista y que tiene como componente ineludible el totalitarismo, ha fracasado permanentemente y en Bolivia no será la excepción.
Esto entre otros aspectos, el fracaso surge porque el objetivo de las empresas estatales no es la rentabilidad económica sino el rédito político (económico para algunos por las comisiones), aun a costa del despilfarro de recursos. Por tanto la principal misión de estas empresas públicas es crear pegas para los militantes (en cargos para los que no están preparados) y prometer, más que hacer, cosas que mejoren la imagen del gobierno, y poco les preocupa los costos, la eficiencia en la producción y satisfacer las necesidades de los consumidores.
Al contrario, el rol de una empresa privada sometida a la competencia, es manejar la actividad productiva y de servicios buscando maximizar sus beneficios, y lo hace mediante la innovación, el incremento de productividad y fundamentalmente prestando un buen servicio al consumidor para mantenerlo como cliente.
En esencia, el Proceso de Cambio no es Socialismo ni Indigenismo, sino Totalitarismo y Capitalismo de Estado, como lo podemos confirmar mirando la China actual, que tiene un sistema político comunista y totalitario, donde se prohíbe toda actividad política (está circunscrita al Partido Comunista), y que ante la crisis del modelo esta autorizando una economía de mercado, cada vez mas creciente. Un capitalismo salvaje sin el menor respeto por los derechos humanos, laborales y ambientales.
En Bolivia, (seria mejor antes) una vez que explote la burbuja de engañosa bonanza y aterrice el desastre económico y la violencia de los carteles del narcotráfico; recoger los retazos de economía, los restos de unidad y sentimiento de patria, para armar y reconstruir con ellos la Nación boliviana y la Republica democrática, es el reto que queda por delante a los partidos políticos y los ciudadanos, si queremos tener un horizonte de paz, prosperidad y desarrollo sostenible para todos.
Como todos los retos, este implica trabajo y responsabilidad pues se trata de construir un Estado de leyes y libertades individuales, al contrario de los grupos totalitarios para quienes lo que importa es el poder hegemónico y todo vale para conseguirlo y mantenerlo.
Nos lo confirma Evo Morales, en uno de esos sus arranques de sincericidio:
“Estar sometidos a las leyes es perjudicarnos. Aunque digan que son inconstitucionales nuestros decretos, nuestros hechos, no importa (…). No hay que esperar las leyes, hay que seguir trabajando con decisiones políticas y si nos demandan de inconstitucionalidad a nuestros Decretos Supremos, será el pueblo quien juzgue”.

viernes, 18 de mayo de 2012

MUTUN Y EL PRECIO DEL GAS


El 17 de Julio del 2007, el Presidente Evo Morales firmo con la Jindal Steel & Power el contrato para la explotación del yacimiento de hierro del Mutún.
“Misión cumplida”, dijo el Jefe de Estado, e informa que las ganancias para el país serán de 200 millones de dólares cada año; que se explotará sólo la mitad del yacimiento; habrá una inversión de 2.100 millones de dólares en 8 años (600 millones en los dos primeros años) todo bajo un contrato por 40 años que contempla la industrialización del hierro; vale decir, extracción del mineral, concentrado, fabricación de hierro, acero, laminados.
Asimismo, informó que el 95 por ciento del personal que trabajará serán bolivianos y se generará 4 mil empleos directos y 12 mil indirectos.
El Ministro de Minería José Guillermo Dalence, explico que el Gobierno cedió y aceptó que el precio del gas para reducción del hierro tenga un precio de 3,91 dólares el millón de Btu y el destinado a la generación de energía eléctrica de 1,95 dólares.
El 23 marzo 2012, el Ministro de Hidrocarburos, Juan José Sosa, reconoció que el precio del gas establecido con Jindal Steel Bolivia (JSB), está por debajo a lo que se obtiene por su exportación y que para modificar el contrato donde se establece este precio, se requiere de una Ley.
Sergio Alandia, Presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún (The Wall Street Journal Américas) expreso, “Fue un error grave el ligar el precio del gas a una cifra que no está sujeta a los movimientos del mercado”.
Según el plan de operaciones presentado por JSB, la demanda de gas seria de 4,5 millones de metros cúbicos día a partir del año 2014; de 6,0 millones el 2016 (para el complejo industrial y la planta termoeléctrica para la generación de 500 megavatios) y de 10,0 millones el 2017 y en adelante.
Noticias de prensa indican que de abril a junio de 2012, Brasil pagará a Bolivia 8,57 dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu) de gas natural, y Argentina 11,08 dólares.
Si asumimos que se cobra, en promedio, 3,0 dólares por millón de Btu a la Jindal y lo comparamos con el precio de 8,57 dólares al que hipotéticamente podríamos seguir vendiendo al exterior nos resulta que:
Del año 2014 al 2016 estaríamos subsidiando (perdiendo por la diferencia de precio) 357 millones de dólares por año.
El año 2017 estaríamos subsidiando (perdiendo) 436 millones de dólares.
El año 2018 y por los próximos 36 años estaríamos subsidiando (perdiendo) 726 millones de dólares cada año. En total 27.643 millones de dólares en los cuarenta años del contrato.
Como vimos arriba, el Presidente Morales, en ocasión de la firma del contrato, manifestó que ganaríamos 200 millones de dólares al año (8.000 millones de dólares en cuarenta años) y si mis cifras fueran más o menos correctas, nos deberíamos preguntar donde esta el negocio para Bolivia, pues exportando el gas triplicamos esa cifra.
Unos años atrás tuve ocasión de participar en un evento al cual también asistían dos Directores de la Empresa Siderúrgica del Mutún y aprovechando la ocasión pregunte reiteradas veces (luego también por Email) si se había realizado un análisis de costo beneficio sobre el negocio del Mutún, entendiendo que el subsidio nacional a los combustible (gasolina y diesel) y del gas natural para el proceso transporte, generación de energía, fundición y otros podía ser de tal magnitud que en realidad seria mejor negocio exportar el gas seco y con los licuables dedicarse a la petroquímica (no nos olvidemos que la materia prima para la siderurgia es la energía). Aunque insistí varias veces nunca tuve la menor respuesta.
Ahora que lo del Mutún esta color de hormiga, buscando explicarme el negocio siderúrgico realice el anterior ejercicio, queriendo llamar la atención de los expertos para que aclaren estas cifras, con el deseo de estar completamente equivocado. Si no lo estuviera valdría la pena repensar el negocio y empeñarse en cobrar el gas a precio de mercado internacional. Todo esto al margen de los impactos (buenos y malos) de la industrialización, sobre el empleo, tecnificación, infraestructura carretera y portuaria y el medio ambiente.

jueves, 10 de mayo de 2012

DEL FLAUTISTA DE HAMELÍN AL TROMPETISTA DE ORINOCA


Vivir de ilusiones es algo natural en las personas, sobre todo en países como el nuestro donde la pobreza y la frustración por el engaño y las promesas permanentemente incumplidas de los salvadores de la Patria, nos hacen incrédulos y desconfiados(2). Pero se hace necesario aterrizar en la cruda realidad y revisar nuestras actitudes y la forma en que vemos y reaccionamos ante los procesos políticos y económicos para poder recapacitar e intentar esbozar líneas de conducta y acción ciudadana, que nos permitan avanzar en la permanente construcción del Estado Nacional.
Una forma de entender las tendencias sociales, es revisar su comportamiento electoral. Podemos ver entonces que en las frecuentes justas eleccionarias (no tan justas), la gran mayoría de la población sigue y elige al líder carismático que ofrece ilusiones y con quien se identifica personalmente, y no por aquel que presenta buenas propuestas, plan de gobierno y además propugna responsabilidades mutuas y trabajo, en procura del progreso. Y cuando este líder populista se hace del poder, se entroniza y reorganiza a su conveniencia los poderes públicos y las fuerzas armadas, buscando mantenerse indefinidamente en el gobierno.
Esto lo vemos especialmente en el ALBA de nuestras democracias populistas, donde se tiene una fuerte tendencia hacia la personalización de la política; se vota por el líder y no por el partido político o la plataforma electoral puesta a consideración de los electores. Y como resultado, en cada país se han elegido presidentes que son reflejo de lo peor de su gente y sus grupos corporativos.
Por esto es que en Bolivia nos encontramos como los ratones del cuento de los hermanos Grimm, siguiendo al Trompetista de Orinoca tocando su melodía indigenista-comunitarista y evocando las promesas del vivir bien, mientras nos conduce al abismo.
Es preocupante constatar como el gobierno, con su chenko socialista, comunitarista, indigenista, esta devastando la Republica y el Estado Nacional y nuestro futuro como ciudadanos. Vivimos en una permanente confrontación que conduce a la destrucción de la unidad nacional, de la institucionalidad, la ecología, la estructura productiva y generando anomia social, anarquía, inseguridad, inestabilidad, desconfianza, conflictos étnicos y regionales, y por tanto destruyendo las posibilidades presentes y futuras de bienestar económico y social. Y todo esto, no solo causado por el modelo destructivo e inviable que aplica, sino por su incapacidad manifiesta de realizar gestión pública y MAS por el contrario causando indigestión publica.
Pero debemos admitir también nuestra responsabilidad en lo que ocurre, en lo bueno y en lo malo y convenir que nuestros políticos son un reflejo de nuestras miserias y eventualmente, nuestras grandezas.
Innegablemente vemos lo que queremos ver y no lo que realmente es, en la perspectiva de una sociedad democrática. Si de verdad quisiéramos conocer la verdadera realidad y los resultados actuales de la aventura comunista; una simple revisión y comparación de las condiciones de libertad y calidad de vida del pueblo, entre Corea del Norte y Corea del Sur; o de Cuba, con Chile y Brasil, permitiría mostrarnos cual sistema económico y político es mejor para los ciudadanos.
Pero evidentemente la promesa fácil y el “miedo a la libertad ” (3) de mucha gente que prefiere que sean otros los que tomen por ellos las decisiones y les construyan sus modos de vida, aunque sean vidas miserables, ahorrándoles la agonía de tener que escoger, esforzarse y trabajar en la conquista de mejores condiciones de vida; es mejor recibida.
En esta lógica, la oferta populista (de los socialistas-indigenistas-comunitaristas), ofrece mágicamente y de manos del Estado, la inmediata igualdad material para todos. Igualdad material que la historia nos enseña nunca se ha logrado, pero en el intento se ha sufrido de tiranía, muerte, miseria y pérdida de la libertad, de manos de la elite revolucionaria.
En nuestro país, podemos ver que una mayoría de la población encuentra en el proceso populista del MAS un ambiente favorable para sus actividades, y sabe adaptarse a ellas para lograr sus fines personales de lucro y poder. Por tanto la permanente propaganda oficial no muestra la situación del país en la perspectiva histórica de una sociedad libre, sana y democrática, sino bajo el lente de los intereses inmediatos de los beneficiarios y sostenedores del régimen: cocaleros, narcotraficantes, grandes grupos corporativos, contrabandistas, comerciantes informales, algunas empresas de sectores empresariales de la construcción, la agroindustria, la minería, etc. que están siendo beneficiados con ventajas de poder y ganancias exorbitantes.
Por el contrario, en los regimenes democráticos el ciudadano debe ser responsable de su futuro y corresponde al Estado ofrecer el marco legal y de seguridad para que las personas con su esfuerzo e inventiva y desarrollando libremente sus iniciativas, labren su futuro. Para ello se garantiza la igualdad de los ciudadanos ante la ley; iguales derechos y deberes para todos en un marco de libertad y seguridad jurídica.
Vale la pena resaltar que en economías de mercado libre y competitivo, donde no existan monopolios, la única forma de tener ganancias es satisfaciendo las necesidades, es decir las demandas ajenas. Esto explica por que el enriquecimiento general se produce solo bajo un régimen de libertad y economía de mercado.
En resumen, de la revisión de lo que acontece en países como el nuestro, infectados de populismo, podemos concluir que los electores por lo general: Votan por un líder carismático con el que se identifica la mayoría; no les interesa mayormente las propuestas electorales que exigen responsabilidades mutuas; lo importante son las promesas de bienestar inmediato, generalmente vía expropiación de la riqueza ajena, creada anteriormente y su reparto entre todos. El resultado también lo conocemos: totalitarismo, pobreza.
Nuestra preocupación por tanto es como salir de esta trampa populista, y la respuesta es casi siempre la misma, sabemos que se debería hacer, el problema surge en como hacerlo.
Por ejemplo sabemos que:
Necesitamos mejores ciudadanos y un proyecto de sociedad con principios éticos y de responsabilidad con el prójimo y con su entorno.
Necesitamos Partidos Políticos responsables, con propuestas serias, mejores líderes y militantes consecuentes.
Necesitamos la unidad de todos lo demócratas con una propuesta de país y un liderazgo unificado.
Necesitamos valorizar la riqueza de nuestra diversidad ecológica y humana invirtiendo en educación de contenido ético y cultura productiva e innovativa, y familias que eduquen a los hijos con principios morales, de trabajo, responsabilidad, respeto y amor para si mismo y para el prójimo.
Necesitamos una institucionalidad sólida y una burocracia seleccionada y mantenida en base al merito y la eficiencia en el ejercicio de su labor.
Necesitamos una economía sostenible, de alta productividad, fruto de una permanente innovación y con un amplio respeto al medio ambiente y la biodiversidad.
Y, también necesitamos hacer funcionar eficientemente el Estado (autonómico o federal) a nivel Nacional, Departamental y Municipal, un Estado mínimo que logre la adhesión emocional de los ciudadanos y disipe el riesgo de desbarajustes revolucionarios etnocomunistas, como el del MAS.
El problema esta en como lograrlo. Un reto michi para los gatos.
1. El trompetista interpreta piezas con música y letra de Cananchiri, a veces improvisa evadas magistrales (ver Museo de Orinoca – ovidioroca.wordpress.com)
2. “Basta de Realidades, queremos Promesas”, es un famoso graffiti en Argentina.
3. Erich Fromm

sábado, 5 de mayo de 2012

LOS BARONES DEL ORIENTE: EL PODER EN SANTA CRUZ AYER Y HOY


Ximena Soruco
El origen de la actual élite de Santa Cruz se remonta a las últimas décadas del siglo diecinueve con el auge de la goma en las alejadas regiones amazónicas, que da lugar a enclaves económicos de exportación a ultramar.
La presencia liberal de occidente en el poder, después de la guerra federalista de 1899, que paradójicamente ahogó las pretensiones federales de Cochabamba y Santa Cruz, también significó un duro golpe a las economías regionales al abastecer a los enclaves mineros con productos importados a través de los ferrocarriles vinculados al Pacífico. Así, la economía agrícola cruceña se detiene y tiene un viraje hacia la exportación de goma amazónica y alienta el surgimiento de una economía comercial y financiera a partir de 1914.
Esta es, en apretado resumen su historia.
A mediados del siglo diecinueve, Santa Cruz, pese a tener pocas haciendas y también poca mano de obra, es un activo suministrador de productos para las minas del sur, a las que abastecen con azúcar, hilados y tejidos de algodón, charque, cuero curtido y artículos de cuero como arneses lazos, botas y calzados.
Los artículos de cuero eran muy importantes, los que además de ser comercializados en el mercado interno, también eran valorados en el norte argentino. Es el tiempo en que también se ensayan otras exportaciones de materias primas como la quina, la goma, la castaña y la madera. Sobre todo la goma tendrá un inusitado auge a partir de 1876 con lo que se logra las grandes fortunas de Antonio Vaca diez, Nicolás Suárez, Nicanor Salvatierra y Antenor Vásquez, todos vinculados a capitales europeos.
El capital gomero será el promotor de la instalación de muchas casas comerciales europeas, en especial alemanas, que trasladan el capital logrado en el Beni a la ciudad de Santa Cruz. Destacan los inmigrantes Francisco Treu, Alberto Natush, Jorge Banzer y el austriaco David Cronenbold. Las casas comerciales de estos europeos traerán como empleados otros que luego harán fortuna, entre ellos Emilio Zeller, Felipe Schweitzer, Juan Elsner y Carlos Seiler.
Los comerciantes cruceños eran Crisanto Roca Pinto, Saturnino Saucedo, Manuel peña, Pedro Vega, Elías Antelo y la sociedad Morales & Bertram.
Estas casas comerciales controlaron el comercio oriental desde el siglo veinte, sobre todo con la importación de artículos suntuarios para los nuevos ricos gomeros que gustaban de ser ostentosos. Tenían otra fuente en los créditos y consignaciones, provisión de comida y dinero a los enganchadores de mano de obra para la explotación del caucho. También contaban con astilleros que controlaban el transporte fluvial de la goma.
La red de importación-exportación de goma, que tenía una larga ruta desde la amazonía hasta los puertos europeos y norteamericanos, requería de despachantes, firmas proveedoras de las mercaderías e intermediarios, también requirió crear un sistema de transacciones monetarias a través de letras de cambio (el primer banco que llega a la región lo hace en 1912). Proceso que tendrá hegemonía de capitales alemanes hasta la segunda guerra mundial.
Estos alemanes inmigrantes en Santa Cruz, pronto se vincularon, mediante matrimonios, con la vieja élite hispana, y permanecerán hasta hoy bajo el control económico de Santa Cruz. A ellos se unirán, aunque en menor medida, otros inmigrantes procedentes de Italia, como José Bruno y Dionisio Foianini. Ya en el siglo veinte llega de la Europa oriental Mateo Kuljis.
Algunas de estas casas comerciales, pasado el auge de la goma, diversificaron el comercio e incursionaron en la agricultura y la ganadería. Es importante señalar que en la primera mitad del siglo pasado la tierra casi no tiene valor comercial por el aislamiento del mercado interno, y la falta de procesamiento de los productos cerraba el mercado externo. Esta situación cambia a partir de 1952 cuando el Estado central vertebra mediante carretera oriente con occidente, e invierte en la producción agroindustrial con ingenios, créditos y maquinaria.
Pese a que la burguesía comercial no transita naturalmente a una burguesía agroindustrial, sino que requiere de una firme política económica estatal, haberse constituido en un circuito extractivo y mantenerse con la importación-exportación extranjera le imprimen un carácter privado y ajeno al Estado y al mercado interno.
La mayoría de estos inmigrantes llegaron carentes de capital, y los profesionales fueron traídos por las casas comerciales para prestar sus servicios; el contexto de visiones coloniales y racistas hizo que prosperen y se inserten rápidamente en las élites locales. Esta estructura social genera una subjetividad burguesa de iniciativa privada que minimiza o silencia, en su imaginario, circunstancias fortuitas (no controladas por ellos) favorables, como los precios internacionales, las ventajas de ser blancos europeos en una sociedad racista y llena de prejuicios, y, sobre todo el apoyo estatal que se inicia en la revolución del 52 que se acrecentará en las siguientes décadas.
Fuente: Soruco, Ximena. Coord. Los barones del oriente: El poder en Santa Cruz ayer y hoy. Santa Cruz, Fundación Tierra, 2008.