lunes, 28 de junio de 2021

GOBERNAR BAJO PANDEMIA POPULISTA Y CORONAVIRICA

 

Ovidio Roca

Winston Churchill menciona un aspecto fundamental aunque poco y nada practicado: “El político piensa en la próxima elección, el Estadista en la próxima generación”.

No todos tenemos habilidades, conocimiento y aptitudes para todo; unos son buenos para el fútbol, la música, los negocios, la artesanía, la política. En política ser un Estadista es muy complicado, pues se trata de atender a personas con múltiples intereses y expectativas, por lo que se necesita conocimiento, experiencia, carácter y sobre todo ética; además de carisma para llegar a la población.
Lo extraño es que, los que se dedican a la política no son necesariamente los más capacitados, ni a quienes les preocupa la ética. También extrañamente, lo que la gente les pide no es capacidad de gestión, sino discursos, arengas, como si ellos buscaran a un histrión, un actor de telenovela y no un Estadista.

Un Estadista es el responsable de conducir una sociedad y lo hace conformado equipos de profesionales idóneos en cada cartera y con voluntad y coraje para afrontar el difícil camino que tenemos por delante. Actuando de esta manera es posible llevar a un país por una senda de progreso, económico, cultural; con paz, concordia y bajo un Estado de derecho.  

En nuestros países donde cunde la cultura del populismo, el Jefazo populista necesita sentirse poderoso y satisface su ego a través del control y manejo del pueblo y goza sintiendo que lo tiene a su disposición y doblegado. Cuando el Jefazo populista accede al poder, contrariamente a lo racional, arma su equipo de gobierno con sus allegados, pero cuidando que ninguno pueda hacerle sombra. Sin embargo rápidamente aparecen en su entorno los llunkus que lo endiosan y engolosinan; los que con Evo se diversificaron y especializaron y así aparecieron los amarrahuatos y ahora los limpia mocos y por supuesto proliferan los eternos lameculos.

Por falta de coherencia y unidad los sucesivos gobiernos democráticos no satisficieron las expectativas de la población, la que al entrar a este nuevo mundo de la tecnología y la digitalización se sintió perdida y temerosa.
No olvidemos que nuestros pueblos por diversas circunstancias históricas, tienen una educación precaria y poco adecuada para enfrentar los desafíos de este nuevo mundo de la economía globalizada, tecnológica y digital, por lo que se le dificulta acompañar esta dinámica económica internacional y frente a la cual nos estamos quedando cada vez más  rezagados.

Es la nuestra, una población mayoritariamente de agricultores, trabajadores informales, comerciantes y artesanos, que conocen de su negocio privado, lo manejan bien y generan ganancias, pero tienen problemas y deficiente educación para enfrentar esta nueva economía globalizada. Por esto el discurso de populismo les cala hondo, pues ofrece a la población hacerse cargo de su vida y su futuro y lo hace vendiéndole ilusiones y esperanzas.

Los estrategas castrochavistas que conducen los procesos populistas en Latinoamérica, utilizan el conocimiento práctico que tienen del pueblo y de sus debilidades y esto por su interrelación personal; ahora por la tecnología y la pandemia, lo manejan mayormente mediante las redes y como siempre siguiendo, identificando y utilizando para sus fines sus debilidades, temores y conflictos. No olvidemos que el primer objetivo de un buen manipulador es crear dependencia y utilizar a los demás para lograr sus fines y así lo hacen.

El Populismo utiliza la democracia electoral como artimaña y trampa política y una vez en el poder, practica el totalitarismo, el estatismo en la economía y ataca la propiedad privada y la iniciativa empresarial. Se ha retornado con entusiasmo al centralismo y estatismo, controlando las exportaciones, aplicando más impuestos e intentando nacionalizaciones, con estas políticas se está liquidando la clase media y generando la quiebra de los negocios de emprendedores medianos y pequeños.

La falta de unidad de los políticos y ciudadanos, que creemos en la democracia, la propiedad privada y la libre economía, nos ha debilitado ante el pueblo y ante la comunidad internacional. La democracia ha perdido la credibilidad de muchos ciudadanos los que están cansados y decepcionados de las divisiones de la oposición.
Para quien detenta el poder, mantener la confianza del pueblo es vital, si los ciudadanos dejan de creer en la autoridad, esta comienza a licuarse a pasos agigantados lo que puede conducir a un peligroso vacío de poder y eso es lo que ocurrió en Latinoamérica, de ahí la imperiosa necesidad de que el gobernante entienda que no debe irrespetar a la población y menos mentirle.
La confianza en el gobernante es más que un asunto interno, pues además de perder la confianza de los gobernados, también se puede perder la confianza del sistema internacional.

Los políticos sensatos, entienden que los procesos y transformaciones en democracia necesitan de negociaciones y acuerdos entre partidos, grupos y personas, pues el poder está repartido y esto ayuda a que se cumplan las leyes y evitan la violencia propia de las revoluciones.

El futuro, está abierto de par en par y es obligación de los dirigentes políticos y sociales unirse, pues esta falta de unidad es el primer síntoma de que no estamos listos para ser verdaderamente libre y sólo el realismo y el sentido común nos harán reconocer que no hay otro camino que la unidad.

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miércoles, 23 de junio de 2021

AVATARES DE LA GOBERNANZA EN LOS REGIMENES POPULISTAS BUROCRATICOS

 

Ovidio Roca

En los regímenes populistas burocráticos, no existe el “Gobierno de las Leyes”, ni son necesariamente los gobernantes electos los que ejercen el poder real. En estos regímenes, el Estado de Derecho se ha diluido entre reglamentos, regulaciones, circulares, prácticas y costumbres, las que por lo reiteradas se han impuesto.
Bajo el populismo y el centralismo se constata que la burocracia crece, se instala y prevalece. Una burocracia que es un fenómeno social y político, que condiciona la vida pública del país y de la actividad privada y escapa a todo control. La burocracia, por esencia es conservadora, cerrada, poderosa y contra ella solo cabe la constante voluntad de golpear sus núcleos y romper los nudos con los que han atado al Estado y a la sociedad.

Me comentaba Pukymon, un amigo y compañero de caminatas: Imagínese que usted llega a ocupar algún cargo de rango en la función pública del aparato del gobierno central, inmediatamente cae en las entrañas y marañas de esa burocracia centralista y de la cual usted no tiene la menor idea de cómo opera. Además, usted no tiene un equipo de confianza y le imponen uno, del cual ignora hacia donde apuntan los interesas de cada uno de sus miembros. Si para más yapa y como le ocurrió recién a Jeannine, le cae una catástrofe, una pandemia como el virus chino para el cual no se tiene el conocimiento ni los medios para enfrentarlo y para más yapa le cae la peste masista que lo hostiga, ahí se lo regalo.

Escuchándolo y pensando en Jeannine, una víctima de las circunstancias, una Señora  que soportó y soporta heroicamente los avatares y vicisitudes a las cuales ha estado y está sometida. Ella es cuestionada y culpada de todo y por todos, todas y todes. Ella no puede defenderse, es la culpable de aquello que cada uno se pueda y quiera imaginar y de acuerdo a los intereses y traumas del acusador. Es muy fácil y cómodo para quien no ha tenido experiencia de gestión pública y en general para algunas personas conflictuadas, el echar la culpa de todo a otros y peor aun cuando ésta persona se encuentra sola e inerme.

Esta es una situación muy común para esos escasos profesionales de regiones ajenas a la sede del Gobierno, que son elegidos por sus méritos o por diversas circunstancias y sin tener una filiación política, han sido invitados a ocupar algún cargo en el aparato público.
Al llegar a la sede del centralismo en la ciudad de La Paz, se encuentran con poco oxígeno y un ambiente extraño: cientos de funcionarios burocráticos, sumisos, pero impenetrables. Una burocracia de jerarquía inferior y bastante estable que tiene lazos de cooperación y permanente información entre ellos, pero que no se la brindan al extraño, al nuevo.  

La ciudad de la paz, hermosa, panorámica y heterogénea, pero en permanentemente en pugna, es la sede del gobierno Plurinacional y el hábitat de la burocracia. En el siglo anterior se hizo una guerra federal para instalar allí el centralismo y también la burocracia como una forma de vida.

Allí se produce una dinámica social, que expulsa a los mejores y deja el campo libre a lo peor del rebaño, a los que no se preocupan de otra cosa que no sea medrar en un partido, una estructura que favorece a los aspirantes a burócratas, aquellos que no tienen educación y opiniones propias y son buenos para aplaudir las decisiones de los jefes de turno, sea en lo que sea y diga lo que diga el jefe, ya sea blanco verde o azul.

La estructura de gobierno que encuentra el novato funcionario, es absolutamente vertical y los funcionarios aparentan una actitud amable y sumisa a la jerarquía. Una jerarquía rígida que va escalonada desde el portero, el chofer, el mensajero, la secretaria, el Director etc., Todos los miembros de la burocracia se comunican entre sus pares, se informan, apoyan y en apariencia respetan y se someten a la jerarquía oficial.

Esta burocracia es el verdadero poder paralelo y actúa según sus propios códigos, los que afianzan sus poderes; cierran puertas y preservan sus tradiciones, operan con un potente espíritu de cuerpo que blinda o al menos dificulta fuertemente cualquier decisión o cambio.
En la práctica, incluso las más altas instancias del Estado se estrellan contra el muro de la estructura burocrática, de allí que las decisiones de los nuevos jefes con frecuencia se traben hasta el infinito en los informes, los memos, las interpretaciones y la “jurisprudencia.”

Cuando el nuevo jefe, un extraño para la burocracia llega a su oficina, no conoce a nadie y se encuentra con el drama de adecuarse a los estamentos que dominan en la entidad, o eventualmente puede animarse a emprender cambios o “revoluciones”, las que si no están acompañadas de constante apoyo y voluntad política de los líderes políticos definitivamente fracasarán. Si triunfa será por poco tiempo, porque las jefaturas nuevas y extrañas son coyunturales y pasajeras, mientras los estamentos permanecen y retoñan.

No es que la burocracia sea totalmente negativa, incluso en una nación de “leyes y no de hombres” se necesita de equipos de personas idóneas que hagan cumplir las leyes.
Este problema de la burocracia no sería tan grave si existiera una verdadera carrera profesional y los cargos hubieran sido otorgados por concurso público y por mérito y existieran evaluaciones de desempeño periódicas y objetivas. De esta manera el funcionario estaría vinculado a la institucionalidad por sus méritos y la eficiencia en sus labores y no por servir a un político que le dio la pega y del cual es fiel tributario.


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viernes, 18 de junio de 2021

ECONOMIA POPULISTA Y SU VARIANTE COCALERA

 

Ovidio Roca

 En el primer tomo de El Capital, Marx describe dramáticamente las penurias a las que eran sometidos los trabajadores europeos a inicios del capitalismo. En plena revolución industrial del siglo XIX, los niños eran obligados a trabajar de sol a sol en condiciones infrahumanas, las enfermedades respiratorias severas eran muy frecuentes y el hacinamiento era habitual. Los obreros eran brutalmente explotados por una patronal que sólo perseguía el lucro ilimitado.   

Los comunistas rusos seguidores de Marx, partir de su triunfo del año 1917 instalaron para su gestión de la economía el modelo comunista, donde no existe la propiedad privada y el aparato productivo, en realidad todo, está en manos del Estado. Un modelo que dejó miseria y millones de muertos, con una economía destruida y empresas fracasadas.

Con esta experiencia, los chinos en el Siglo XX para afianzar su economía y mantenerse el poder, combinaron hábilmente lo peor del capitalismo con lo peor del comunismo. Un capitalismo salvaje peor al que criticaba Marx, sin leyes ni normas y un régimen social esclavista, donde el trabajador no tiene ningún derecho, salvo el de someterse al caudillo para poder sobrevivir.

Conocemos que el capitalismo está lejos de ser un sistema económico perfecto, pero es el menos malo de todos y esto gracias a la prevalencia de la libertad, la iniciativa privada y el estado de derecho, por lo que siempre está en procura de mejorar y así se lo puede confirmar por el éxito en los países democráticos y de libre mercado.

En Bolivia cunde el populismo y su modelo de economía: Económico, Social, Comunitario y Productivo”, que es en realidad autoritario, centralista, estatista, informal y cocalero.
La informalidad ronda por el ochenta por ciento de la economía nacional y la manejan los cocaleros, comerciantes informales, contrabandistas, chuteros, cooperativistas mineros y gremiales. Ellos no tienen registro legal, no pagan impuestos y tampoco tienen interés en hacerlo. Los únicos quienes tributan al Estado, son las pocas empresas formales que aún subsisten.

Como dato del régimen impositivo bajo el masismo, los pagos al Estado realizados por la explotación de oro por las “cooperativas originarias, chinas” de los masistas, son inferiores al subsidio del diésel que estos usan en sus barcazas. Esto sin contar el tremendo daño ambiental por el mercurio que usan para amalgamar el oro y por la depredación de los bosques ribereños.

 Los populistas utilizan al Estado para sus fines de poder y enriquecimiento y cuando en  las arcas del Estado hay plata la gastan rápidamente y cosechan las comisiones; esto implica inversiones sin ton ni son, salvo para la melea.

Centrándonos en el territorio cocalero, de ocho empresas estatales construidas por el masismo en el Chapare durante la gestión de Evococa, tres han dejado de operar: la Planta Industrializadora de Urea y Amoniaco, la Empresa de Papeles de Bolivia (Papelbol) y Ebococa.
Pasa lo mismo con dos mega obras  que no están en uso pleno en la región cocalera: el Aeropuerto Internacional de Chimoré y el Centro de Alto Rendimiento (CAR) que son unas canchitas de costo millonario, construidas para los Juegos Sudamericanos.
Estas obras y las plantas  que no operan, demandaron una inversión de 7.173 millones de bolivianos. 1.025 millones de dólares gastados en el Chapare y no solo para dar gusto al Jefazo, sino para cosechar comisiones.

 En 2010 se anunció un nuevo proyecto, la construcción de una carretera que uniría Villa Tunari en el Departamento de Cochabamba, con San Ignacio de Mojos en el Departamento del Beni, pasando por el corazón del TIPNIS.

Este es un importante proyecto geopolítico del Estado Cocalero. Un Gran Proyecto de Desarrollo”, denomino la Prefectura Masista de Cochabamba a lo que en realidad es una Carretera de “Penetración” al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Este en realidad es un proyecto de colonización y siembra de coca, que desintegra el territorio indígena, reduce el área Protegida y crea una gran área de producción y expansión del narcotráfico.


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lunes, 14 de junio de 2021

PROCESO DE CAMBIO: DESDE LA LUCHA DE CLASES Y LA GUERRA DE GUERRILLAS, AL POPULISMO Y LA IDEOLOGIA DE GÉNERO

 

Ovidio Roca

El sueño comunista siempre es mejor que la realidad capitalista. Pukymon.

El comportamiento humano es muy peculiar; la gente acepta y agradece con mayor agrado y satisfacción aquello que se le promete, pero lo hace menos por aquello que efectivamente se le otorga.

Bajo esta particular lógica, el pueblo es crítico con los liberales y condescendiente y permisivo con los populistas a quienes no juzga por los resultados de su gestión, que son realmente desastrosos, sino en base a sus múltiples promesas y propósitos presumiblemente nobles.

Por lo que se ve, las bases populistas asumen que lo importante son las promesas y cuando estas fallan, que siempre lo hacen, echan la culpa de sus fracasos al imperialismo, al capitalismo y en Bolivia a Jeanine, etc. y nunca al gobierno populista. Asimismo, los populistas por principio y estrategia nunca asumen sus responsabilidades y siempre inculpan de sus fracasos a terceros.

Desde siempre el manejo de la mente y la voluntad de las personas estuvo sometido a la manipulación, especialmente la de un político demagogo que con gran capacidad y habilidad gana su apoyo y les genera dependencia, ofreciéndoles todo tipo de prebendas, dándoles fe, esperanza y especialmente un enemigo a quien culpar y odiar.

El arma más poderosa del populismo es el doble discurso y las múltiples fantasías que venden permanentemente al pueblo. Dirigen su atención,  mayormente a gente de baja autoestima y bajos ingresos, la que ha sido humillada y con la cual generan una vinculación emotiva permanente. Ante ellos aparecen como los líderes poderosos, tribales y sindicales; un salvador ante el cual se postran como súbditos sumisos y temerosos, pero esperanzados.

En la lucha por controlar el poder y durante el último siglo, pasamos de la lucha de clases de los obreros y los pobres contra los ricos, la sublevación contra el imperio, la guerra de guerrillas castrista y actualmente el populismo electorero, como mecanismo demagógico para la captura del poder y el aparato del Estado.

Con el populismo hay un cambio de estrategia, sus operadores pasan de utilizar la violencia física para apostar por el control cultural del pueblo y el uso del liderazgo carismático. El objetivo sigue siendo el mismo, lograr el manejo absoluto del poder y el usufructo del Estado.

Con el control cultural se busca capturar, modificar y utilizar el alma de los individuos, engatusándolos ahora con la “corrección política”. La corrección política traslada la lucha de clases tipo comunista, a la confrontación grupal de las identidades y con esto se evidencia que la corrección política es una tercera ola del virus marxista.
La estrategia de la corrección política se fundamenta y utiliza lo que Fukuyama denominó “las identidades” y que en realidad solo es otra manera de enfrentar dentro de la misma sociedad, a los unos contra los otros: las mujeres contra los hombres, los inmigrantes contra los nacionales, los negros contra los blancos. A esto se añade un otro mecanismo construido a partir de un artificio lingüístico, el del género y que es utilizado para continuar dividiendo a la sociedad: los homosexuales contra los heterosexuales, los “trans” contra los “cis” y 164 géneros más. El objetivo es la división y la confrontación.

Es un dato que en general la población se niega a escuchar las voces de las personas sensatas, que no son pocas, pero estas voces carecen de la meliflua seducción de la mentira populista, aquella que impulsa la ambición de las personas por la riqueza fácil y de conseguir la revancha acumulada de sus odios y rencores.

Para progresar, entiendo que pese a nuestra propensión a las ilusiones deberíamos apostar a la racionalidad, educarnos, invertir en nuestro cerebro y aprender a pensar, para así decidir nuestra vida y construir nuestro futuro. De esta manera seria posible superar el populismo privilegiando la responsabilidad ciudadana, aplicando la meritocracia, el combate a corrupción, el trabajo creativo y la reducción de la pobreza. Esto implica decisión y educación, lo que no será posible si dejamos nuestra educación, nuestra formación en manos de las estructuras populistas que lo que hacen es adoctrinarnos y adocenarnos.

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miércoles, 9 de junio de 2021

RECRIMINACIÓN A LA ESTULTICIA.

 

RECRIMINACIÓN A LA ESTULTICIA.

Ovidio Roca

A los peruanos se lo dijeron, lo escribió el candidato en su programa de gobierno, ellos lo leyeron, lo vieron y compartieron su tragedia producto del populismo con nuestros hermanos venezolanos en las calles. Pero existe una fuerza poderosa que obnubila y guía al pueblo, el que guiado por el masoquismo y la estupidez corre a buscar y recibir su castigo, y este es el virus del populismo, condimentado ahora con el virus chino.

Al margen de la crisis económica y miseria que se les avecina a los peruanos, con el comunismo y el populismo, se añade la pérdida de su libertad y el drama de tener que vivir en una sociedad fuertemente dividida y enfrentada por sus visiones y esperanzas.

En Latinoamérica las izquierdas y derechas ya venían fracasado. Es una derecha que se mueve exclusivamente en el espacio de la economía y una izquierda que lo hace casi exclusivamente en el espacio de la ideología, por lo que la gente angustiada y buscando una nueva referencia se deja manipular con la predica populista, que es la que se acerca más a las emociones de la gente.

Nos preguntamos, que tiene el populismo que hace perder la razón al pueblo, aunque por suerte no a todos. Por lo que hemos visto se trata de una predica ideológica que se enfoca en las masas más desposeídas y humilladas; con aquellos históricamente más postergados, empobrecidos y de procedencia indígena, a quienes les venden unos espejitos que ellos ilusionados compran. En este esquema político y ambiente de desesperanza es que prevalece y triunfa el populismo, un mecanismo exitoso de manipulación y lo hace con promesas de bienestar de manos del Estado y un discurso de odio.
Un discurso que divide y enfrenta a la sociedad: el pueblo contra los ricos, los burgueses, los blancos y contra todo aquel que interfiera en sus negocios. Un mal sentimiento pero una muy buena estrategia política.

Estos manipuladores, manejan un discurso de campaña muy sencillo y rentable: propone salvar a los pobres, evitar los abusos del poder, combatir la corrupción y fabricar un mundo mejor para sus seguidores. Lo admirable es que a los Populistas en ejercicio del poder y pese a sus resultados reiteradamente catastróficos, siempre se los justifica porque sus buenas intenciones “no funcionaron“, pero fue por culpa de los otros y del imperialismo.

Pedro Castillo abanderado del partido marxista Perú Libre, propone a sus seguidores cambiar la Constitución y establecer una economía al estilo de Evo Morales en Bolivia. Un modelo de gobierno y de economía que los masistas llaman de Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo; pero que en los hechos es un modelo centralista, estatista, corporativista, cocalero y contrabandista.

Para información de los peruanos seguidores del modelo Evo, los populistas cocaleros bolivianos ya en el poder, echaron mano a los recursos del Estado, que en ese momento eran cuantiosos por el boom de los minerales e hidrocarburos. Crearon y repartieron miles de empleos públicos, endeudaron el país, realizaron cuantiosas inversiones en proyectos fallidos pero que les produjeron jugosas comisiones, proliferaron los negocios y contratos raros, el reparto de tierras para los interculturales cocaleros con lo que se amplió el negocio de la coca y el narcotráfico, y no dudaron de aprovecharse de las instituciones, especialmente de la justicia y las arcas públicas. Para aplicar esto en su país, es que ustedes votaron y lamentablemente van a tener que aguantarse, pues ya lo sabían.

Volviendo al malhadado triunfo de Piter Castle compinche de Evo; se viene un gran problema para el resto de los latinoamericanos. Es previsible que Sendero Luminoso avance y controle mayores territorios cocaleros y que en éstos se pueda conformar una fuerza interamericana con las milicias armadas que proponen los cocaleros de Chapare, más los Comandos brasileños y las FARC. En este caso estaría surgiendo un ejército multinacional del narcotráfico, con capacidad de operar en Perú, Brasil, Bolivia, Colombia y Venezuela, en una gesta imparable del narcotráfico.

Lo ideal es que nada de esto ocurra, pero lamentablemente lo hará y el origen es esa obsesiva persistencia por las ilusiones que siembra el populismo y que engatusa al pueblo, sustentada en el engaño que alienta la estulticia del pueblo.

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jueves, 3 de junio de 2021

BAJO EL PROGRESISMO Y POPULISMO, QUIEN RESPETA LAS NORMAS ESTA EN DESVENTAJA

 

Ovidio Roca

Los populistas enseñan a sus militantes a llamar derechos a sus intereses y apetitos, y abusos a los derechos de los demás”. Pulymon.

La democracia se basa en un sistema de reglas que se centran básicamente en la libertad y el respeto al otro. El problema es que existen algunos otros, que quieren apoderase del mundo con una ideología donde todo vale para conseguir su objetivo y tomar el poder total, y allí nos encontramos en desventaja pues unos respetan las reglas y otros definitivamente no lo hacen.

El vandalismo cunde en nuestra américa y las instituciones democráticas y los funcionarios, carecen de autoridad para cumplir sus obligaciones constitucionales, que son proteger la vida y patrimonio de la ciudadanía. Lo vemos últimamente en Venezuela, Nicaragua, Colombia, Argentina, etc. y la gente lamentablemente se está acostumbrando o resignando a ello.

Como parte del jolgorio, días atrás en Colombia los vándalos intentaron incendiar el Palacio de Justicia y una sede de la Alcaldía donde se almacenan vacunas contra el COVID-19. No conforme con eso, no dejaban pasar a los bomberos, por lo que tuvieron que enviar al Ejército. Y ahí surgió la crítica internacional progre.

Argumentaba el ciudadano Uribe: El policía colombiano está obligado a observar los derechos humanos, pero también es beneficiario de los derechos humanos. ¿Entonces, el policía colombiano tiene que dejarse matar sin defenderse?. Hago otra pregunta ¿si no es la fuerza pública institucional la que defiende a las personas, los bienes públicos y los bienes privados, quién?”.
 ¡Quién podrá defenderme!. Yo el Chapulín colorado, que lamentablemente ya no está.

Cuando no se respetan las leyes y menos se las cumple, el Estado de Derecho pierde vigor, por lo que surge la anarquía, el vandalismo y demás actos que atentan contra la integridad del individuo. Dice el artículo primero de la Carta Democrática Interamericana: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”. Las autoridades deberían saberlo y cumplirlo, aplicando con firmeza las medidas legales que correspondan. Es importante que las leyes y lo que estas determinen se cumpla a carta cabal para el correcto funcionamiento de la sociedad, y eso implica que los Presidentes y las Autoridades del Estado deben ejercer con firmeza y prontitud sus competencias.

Durante años los venezolanos han venido trabajando por su libertad, han utilizado y consultado todos los mecanismos nacionales e internacionales y siempre le aconsejan que dialoguen, que negocien con la dictadura.

Entre tanto el concierto internacional se hace de la vista gorda y aconsejan que hay que jugar con las normas legales y no presionar al tirano y por otro lado  algún partido político ya está dispuesto a apañar el fraude aceptando los escaños que le asignen como segunda fuerza en la Asamblea Nacional.

¿Con cuántos votos quiere ganar, Su Excelencia?, preguntan los funcionarios del sistema electoral, al tirano populista. Cuando su reelección amañada sea reconocida diplomáticamente por los países occidentales se considerará que el Chavismo tiene la legitimidad que necesita.

Esto en Venezuela un país bajo las garras del populismo, donde cada día aumentan los presos, perseguidos y exiliados políticos, donde no hay separación de poderes y el gobierno usa la justicia como mecanismo de persecución y administración del miedo, donde no hay Estado de derecho y se han institucionalizado la dictaduras que con sus leyes violan los derechos humanos en lugar de protegerlos, que han hecho desaparecer la posibilidad de elecciones libres y donde no existe libertad de prensa e información, donde son Narcoestados.

Nos dice Arthur Miller: “La vida es como una nuez; no puede cascarse con almohadones de plumas”. Negociar un proceso electoral, con el tirano dueño del aparto del Estado, sin libertad ciudadana y sin ningún control del proceso electoral, es legitimar la dictadura.

Cuando se analizan las acciones en defensa de la vida y la libertad a veces no corresponde juzgar, si fueron acciones políticamente correctas, sino más bien si fueron oportunas y acordes con las circunstancias y condiciones existentes, y en defensa de la ciudadanía.

ovidioroca.wordpress.com