sábado, 25 de julio de 2015

CULTURA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

CULTURA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
Ovidio Roca
La XXI Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, a celebrarse en Diciembre y en París, ya está en marcha y la esperanza es que los intereses económicos y políticos de las empresas y los países, no se antepongan a nuestra vital necesidad de conservar el hábitat de la humanidad y lograr un futuro sostenible para todos.
El cambio climático preocupación de esta Conferencia, se está produciendo ahora mismo y no en un lejano futuro y cada día todos sentimos como se tornan extremas las lluvias y las sequias, y en épocas que no recordamos normales. Esto que para una gran mayoría es miseria y desesperación, para otros es negocios.
En nuestro afán de crecimiento, durante los últimos dos siglos hemos contaminado los océanos vertiendo en ellos desechos orgánicos, nucleares, químicos e industriales. El océano se ha acidificado, se matan los arrecifes coralinos y la vida acuática; la pesca indiscriminada conduce al agotamiento de los recursos pesqueros y el empobrecimiento de millones de personas, cuyos medios de vida depende de los mares. Igualmente día a día estamos destruyendo los bosques y su biodiversidad con la tala incontrolada en la Amazonia, los bosques de Asia y África, contribuyendo en acelerar la desertificación y el cambio climático.
El problema es, que a pesar de los continuos informes y la diaria constatación de la huella ecológica cada vez más destructiva de nuestro único hábitat, los ignoramos y seguimos depredando y superpoblando la tierra.
Hay gente inteligente que cree que la solución es irse a otro planeta, donde por lo que sabemos no hay condiciones de vida, y de no ser así el problema subsistiría, pues llevamos como equipaje nuestra mentalidad consumista y depredadora.
Aunque en general la gente sabe lo que está ocurriendo pues puede apreciar en su vida diaria los efectos del cambio climático, no está dispuesta a sacar las respectivas conclusiones y se comporta de manera “esquizofrénica”: por un lado son conscientes de la degradación del medio ambiente y el cambio climático, pero no están dispuestos a cambiar su estilo consumista de vida y de negocios. Llevará tiempo y desastres para llegar a comprender que “más” no necesariamente significa “mejor”.
Lo que es evidente, es que no es posible vivir permanentemente más allá de nuestras posibilidades, pues en algún momento y más pronto de lo que pensamos, hay que pagar la cuenta.  Y aunque el terco sentido común nos recuerde que no se puede gastar más de lo que se tiene, en nuestro país preferimos escuchar la predica populista y cocalera que nos ofrece “el vivir bien”, sin pagar el costo por ello.
 Menos nos gusta que nos recuerden la necesidad de trabajar honestamente y ser responsable con nuestros gastos, de evitar el excesivo consumo y la falta de cuidados del ecosistema y olvidamos que lo inteligente es aprender a vivir y disfrutar de lo que se tiene y que merece cuidarse, pues no se puede vivir indefinidamente a costa de un capital natural, que no crece ni se renueva.
Contra todo esto ha surgido el pensamiento ecológico y del Desarrollo Sostenible que cuestionan la idea de que nuestro objetivo como sociedad es aumentar la producción, el consumo y el PIB.
En 1972 se presentó el Informe del Club de Roma, Los Limites del Crecimiento, cuya conclusión es: “si el actual incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años”.
En las sucesivas ediciones del Informe se confirma esta aseveración y en la última versión, del 2012, se afirma: “el crecimiento económico de los últimos cuarenta años es una danza en los bordes de un volcán que nos está preparando a una transición inevitable”. Seguro que para peor.
El actual modelo de crecimiento económico comienza a encontrar sus límites ecológicos: escasez de agua potable, pérdida de biodiversidad (hoy desaparecen más de 200 especies vegetales y animales por día), el calentamiento global, el agujero de ozono, el descongelamiento de los Polos, la desertificación del planeta, etc. Se prevé que antes de finales de siglo se elevara en cuatro grados centígrados la  temperatura media. Esto significa zonas costeras bajo el agua, decenas si no cientos de millones de refugiados ambientales, graves problemas alimenticios, escasez de agua potable para muchas poblaciones, etc.
Es claro que nuestra interrelación con el medio ambiente no puede ser entendida y mejorada solo por nuestras actividades económicas y productivas, sino especialmente por nuestras pautas de consumo, de infraestructura, de transporte, de manejo de los recursos naturales. Y esto es lo que postula el Desarrollo Sostenible, que implica la necesidad de investigar y utilizar nuevas tecnologías que ahorren recursos naturales, generen energía renovable, que evite la contaminación y el impacto sobre los ecosistemas; la necesaria reducción poblacional, limitar el crecimiento cuantitativo y crecer el cualitativo, de no consumir más sino mejor.  
Lo preocupante, es que pese a que el cambio climático es una realidad que nos impactara a todos, existen muchos intereses políticos y empresariales que impiden tomar medidas urgentes y efectivas para frenar el deterioro ambiental, por eso es urgente una decidida toma de conciencia y una acción efectiva de la sociedad para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo.
En este camino, recientemente ha surgido un importante actor, el Papa, que con la encíclica "Laudato Si” (Alabado Seas) puede contribuir positivamente a reforzar la conciencia ambiental. El  Papa Francisco en esta encíclica manifiesta: “Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta”…..“El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”.
En esta perspectiva necesitamos unirnos todos: ciudadanos, científicos, grupos religiosos para conseguir que nuestros gobiernos e instituciones asuman una posición proclive a la sostenibilidad y promuevan en la ciudadanía una cultura de austeridad que supondrá trabajar lo que corresponda para vivir mejor, consumir menos pero mejor, producir menos residuos, reciclar más… En pocas palabras, recobrar el sentido de la mesura y una huella ecológica sostenible.

ovidioroca.wordpress.com

lunes, 20 de julio de 2015

RECETA BOLIVARIANA Y PLURINACIONAL

RECETA BOLIVARIANA  Y OTROS CHISMES
 Ovidio Roca
Hace poco discurseaba un reputado líder plurinacional: “lo que se necesita es un modelo económico que funcione”, una afirmación correcta de aquello que los populistas filocomunistas no pueden ofrecer; pues como cualquiera puede percibir lo que ellos aplican sistemáticamente es en una mala receta, con la que consiguen que la economía y el aparato productivo se arruinen y por tanto la gente.
Como parte de su receta; en lo económico, nuestros populistas manifiestan su desprecio por el mercado, tienen una gran pasión por la estatización o nacionalización de las empresas, son acérrimos enemigos de la propiedad privada, de las libertades individuales, del comercio internacional sin restricciones y de los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, el FMI. 
En lo político son estatistas y centralistas; aplican una inmensa cantidad de regulaciones burocráticas con las que extorsionan y debilitan a la empresa privada. Son  totalitarios, populistas y muestran un fuerte apego por la represión estalinista; sus mentores y entrañables amigos son China, Rusia e Irán.
Un ejemplo de su política y solo como referencia, la podemos apreciar con las empresas públicas siempre deficitarias, cuya instalación es decidida por el autócrata populista en función de sus propios intereses políticos y demagogia regional, y sobre todo guiado por las jugosas comisiones que pagan contratistas y proveedores. Luego estas empresas sirven para dar pegas a los militantes y mientras más mejor. Criterios de competitividad, eficiencia, acceso al mercado y localización óptima, son ignorados. Nadie se preocupa por la competitividad pues las pérdidas son absorbidas por el erario nacional.
El resultado es el modelo populista que funciona para mal, lo vemos en nuestro continente y solo mencionamos dos ejemplos, Cuba y en Venezuela. El primero, luego de ser el país más próspero de Latinoamérica en los años cincuenta del siglo anterior, pasa a la absoluta miseria; por lo que ahora hacen esfuerzos para que vengan los jodidos gringos a salvarlos y el otro; el dueño de las mayores reservas de petróleo del mundo, viene sufriendo una crisis productiva y de desabastecimiento, con la inflación más alta del mundo y sin arepas ni papel higiénico. 
Esta misma inflación y debacle económico ya la tuvimos en Bolivia con la borrachera izquierdista de la UDP, la que por suerte fue controlada y saneada con el D. S. 21060. El problema es que nunca se aprende y siempre confiamos más en las promesas que en la realidad.
Recuerdo que en esa época revolucionaria de los años 80, apenas recibía el sueldo, mi mujer con los mellizos salían con su bolsa al hombro a comprar lo que sea. Por entonces no había Watsapp, pero funcionaba la radio cocina para enterarse donde había algo para comprar. Lo importante era comprar y deshacerse del papel moneda que cada día perdía valor y ya no había billetes sino cheques del Banco Central por doscientos mil, por un millón y así por delante. Con las bolsas a medias, llegaban a la casa y empezaba el trueque con los vecinos, alguien tenía arroz, otra harina, azúcar o aceite y así funcionaba el mercado en un mundo inflacionario.
En uno de esos cambalaches recibimos unos pollitos y los criamos en el patio; luego los chicos le pusieron nombres a cada uno y como ya eran familia no podíamos cocinarlos. Finalmente los cambiamos por pan y queso con los vecinos de la esquina.

Lo antagónico al populismo modelo Siglo XXI, es una verdadera democracia liberal, la que antagonicoantesional. competividad y las perdidas son absorvidas cion optima son ignorados.
ocupaban de cortar hojas de totai,no ha sido aplicada integralmente en nuestros países. Esta democracia liberal postula gobiernos limitados, con separación e independencia de poderes para evitar el abuso de los gobernantes; el respeto a los derechos humanos, a la propiedad privada, a la economía de mercado, al libre comercio internacional.

Si revisamos la situación de los diversos países y el nivel de vida de sus habitantes, podemos verificar que el modelo político, económico e institucional de la democracia liberal, con sus errores y aciertos, constituyen la savia de la economía en las naciones más prosperas y desarrolladas del planeta. Es importante resaltar además, el hecho, que donde no existe libertad económica, no existe libertad política y personal. 

Esto señala la crucial importancia de la responsabilidad de los ciudadanos en su concreción; pues a diferencia del populismo donde la riqueza y los ingresos se distribuyen para comprar apoyo y movilizaciones, en el liberalismo la riqueza se crea y  los ingresos se ganan por el esfuerzo y capacidad de las personas y eso estimula la innovación y el trabajo y por ende la prosperidad.

Todo lo anterior, lo que dicen los economistas, ya lo había escuchado antes de los campesinos (años cincuenta, San Lorenzo cerca de Montero Hoyos).  Escuchaba decir “el  ojo del amo engorda el caballo”, y veía como cuidaban su caballo, lo rasqueteaban para sacar las garrapatas, sacaban los boros y se preocupaban de cortar hojas de totaí, cuando no había pasto o maíz y se veía como estos eran sanos y engordaban. Igualmente comentaban, “son como suchas cuidando charque”, por aquellos que no cuidaban y más bien se aprovechan de la propiedad o bienes ajenos, como podemos verlo en muchas empresas públicas y entidades del Estado. Como se puede ver, es un axioma que la gente cuida y protege lo propio.
De lo que se trata entonces es el crear y mantener un ambiente favorable de libertades, garantías, seguridad jurídica para que prosperen las iniciativas y el trabajo fecundo de los ciudadanos.

Ya se avizoran los años de vacas flacas, por eso la importancia de elegir una buena receta y contar con buenos cocineros.

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jueves, 16 de julio de 2015

TAXÍMETRO EN SANTA CRUZ

TAXÍMETRO EN SANTA CRUZ
Ovidio Roca
Nuevamente se menciona el asunto del taxímetro; tanta discusión de los munícipes para un tema tan sencillo, pues lo único que hay que hacer es copiar lo bueno que hacen los vecinos. Se trata de aplicar en el taxímetro exactamente la tarifa que se usa en la ciudad de La Paz y todos en paz.
Es evidente que en La Paz los costos que se incurre en un vehículo, por su topografía extrema, son más altos en combustible y mantenimiento que en Santa Cruz; pero esto no importa, vale la pena utilizar la misma tarifa, pues se trata de importar el producto de la autoridad municipal y defensa de su bolsillo que hacen los paceños.
En Santa Cruz pululan los taxistas del Chapare, de Cochabamba, de Potosí  y sobre todo de La Paz, estos últimos ahora abundan mucho más empujados por el Teleférico y lo primero que aprenden; no son los nombres de las calles, ni donde queda la Plaza principal o el mercado mutualista, sino cuanto cobrar.
Cuando reclamo por la elevada tarifa, mencionando que cobran mucho más del doble que en La Paz o Cochabamba, ellos dicen: esto es Santa Cruz. Esto es Santa Cruz, significa que aquí la gente es boluda, no defiende su bolsillo y paga las tarifas más caras de Bolivia.

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domingo, 12 de julio de 2015

Tristán Roca Suárez

Tristán Roca Suárez

 Tristán Roca Suarez, intelectual, periodista y político fue el que introdujo la imprenta en Santa Cruz el año 1863 y luego funda el periódico  La Estrella del Oriente.

Siendo Prefecto del Departamento mediante decreto prefectural de 24 de julio de 1864, creó la bandera cruceña, constituida por tres franjas horizontales del mismo ancho; verdes la superior e inferior, y blanca la del centro.

Un año después, el general Mariano Melgarejo se apoderó de la primera magistratura del país a través de un golpe de estado, y Tristán Roca, que se negó a reconocerlo como presidente de Bolivia, y más bien convocó a comicios al pueblo cruceño, fue desterrado a Paraguay por orden del gobierno nacional, acusado, al igual que hoy, de una supuesta conspiración contra el poder central.

El gobierno de Melgarejo envió tropas del ejército a Santa Cruz y dijo en esa época, que se había sofocado un movimiento regional que intentaba derrocarlo y dividir al país.

Tristán Roca también escribió la letra del primer 'himno cruceño de guerra', que fue  publicado el 24 de septiembre de 1920 en el periódico cruceño 'La Ley'.

Tristán Roca, nació en el pueblo de Asusaqui en la provincia Warnes el 26 de junio de 1826, fue un afamado poeta, escritor y periodista.
En fecha de  24 de julio de 1864, Tristán Roca, tenía 38 años cuando siendo Prefecto del Departamento promulgó el Decreto que creo la bandera cruceña, verde, blanco y verde, y establecía sus características y significado.  


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DEMOCRACIA PLURINACIONAL

DEMOCRACIA PLURINACIONAL
Ovidio Roca
Relato sobre las trágicas ocurrencias en la vecindad de cocalandia, comarca donde los dólares no crecen en los árboles pero si en los arbustos, esperando que nuestros nietos y bisnietos entiendan lo que nos sucedió y no debe repetirse.
Es muy común el deseo que alguien satisfaga nuestras necesidades en lugar de hacerlo con esfuerzo y responsabilidad propia; por eso escuchamos con satisfacción las promesas y ofertas de un futuro mejor (aun sin la seguridad de que estas serán cumplidas), pues la esperanza es siempre más atractiva que la realidad.
Esto nos ayudaría a explicar el por qué los pueblos eligen gobernantes populistas, maestros en endulzarles los oídos y también el por qué no quieren enterarse (pese a la experiencia propia y de los vecinos) que cuando se acaba la riqueza producida anteriormente, se acaba la fiesta. Poco les interesa adoptar y promover las prácticas y la cultura del trabajo, el ahorro y la creatividad propia de los países prósperos y productivos, aquellos donde quieren migrar luego en busca de mejor vida.
Una vez más la fiebre del populismo se extiende por Latinoamérica, con su versión sesgada de una democracia electorera y permanente reelección de sus caudillos. En Bolivia ocurre lo propio con su versión plurinacional, que se caracteriza además por su énfasis étnico, sindical y corporativo, y donde siguiendo el libreto se impone la masa con sus intereses inmediatos y se atropellan los derechos humanos e individuales.
En cocalandia, la anarquía y el estatismo conviven: por un lado grupos sindicales y corporativos que se manejan bajo sus propias normas y por otro; los dueños del Estado plurinacional burocrático y centralizado. Un tercer componente son las reducidas clases medias con ideas democráticas; ellos son más o menos liberales e individualistas pero carentes de organización y viven asediadas por el estatismo y el sindicalismo.
Esto tiene ocurrencia en un país de economía primaria y de bajo nivel tecnológico; extractivista y mercantilista, que no logro establecer  una economía industrial y se maneja bajo un modelo económico dual, en el que conviven: emprendedores informales (viven al margen de las leyes) y cuya fuente de recursos se vincula con  el circuito de la coca, el contrabando, el comercio informal, y por otro lado, quienes usan el estatismo para su beneficio (viven del Estado).
Todo esto en un Estado en el cual, con el producto industrializado del negocio cocalero  se  financia y facilita la economía informal de contrabandistas, chuteros, cooperativistas mineros, comerciantes y negociantes de toda laya, que se expanden por todo el país y allende las fronteras.
El grupo palaciego populista, de mestizos blancoides, maneja tanto el aparato del Estado como al presidente indígena, quien disfruta a lo grande de su rol. Los palaciegos con gran habilidad política y vinculación internacional, especialmente con el Foro de Sao Pablo, han copado y bastardeado las instituciones republicanas y las centralizan en manos del  Ejecutivo; manejan el aparato del Estado y sus mecanismos de coerción y captación de recursos económicos y están absolutamente convencidos que son los propietarios de las instituciones y sus bienes, los que usan a su arbitrio. Una muestra de ello es que se informa oficialmente a la población que solo destinaran dineros, que son públicos, cuando las autoridades locales sean afines y tributarias al grupo de poder.
Esta percepción es aceptada y favorecida en el país por la generalizada creencia de la población, producto de la mentalidad estatista que ha prevalecido en el país;  que quien asume, quien gana o compra una función pública, lo hace como propietario de la institución y sus recursos. No se percatan que en los países de democracia avanzada, las personas que ejercen los  cargos públicos lo hacen como servidores públicos, funcionarios que son pagados por los dineros del erario nacional para administrar las instituciones con honestidad, eficiencia e idoneidad y en beneficio de la ciudadanía.
En su práctica gubernamental, el grupo de poder aplica siempre el mismo libreto; una política económica estatista, irracional y perniciosa y que funciona mientras existen recursos que gastar y gocen de las ventajas circunstanciales  de los altos precios de las materias primas. Como verdadero gobierno populista, prometen falazmente una distribución igualitaria de la riqueza que no produjeron;  contrario al liberalismo y el sentido común, que indica que los ingresos se producen y se ganan.
A su paso destruyen el sector productivo nacional, generando inseguridad para la propiedad privada; aplican mecanismos para controlar las exportaciones  de las empresas; manejan la política cambiaria promoviendo el contrabando y desincentivando a los exportadores; expropian empresas, las burocratizan y las quiebran; hacen inversiones con grandes sobreprecios en proyectos mal diseñados y peor localizados y solo guiados por las comisiones y algún interés regional, por lo general cocalero. Con todo esto, se afecta a las empresas productivas, se incentiva la informalidad y se destruye la producción.
Como producto de esta nueva realidad económica y política, actualmente se encumbran en conflictivo equilibrio, dos grupos sociales; los indígenas aimara quechua y el grupo mestizo palaciego.  El mito de lo indígena lleva al Presidente a afirmar en sus declaraciones internacionales: “en Bolivia mandamos los indios”. Una afirmación errónea, pues debería decir: aquí manda un grupo palaciego blancoide y algunos mestizos aimaras asimilados que los sirven.   
Los ideólogos plurinacionales manipulan la opinión pública: con las mayorías indígenas usan el discurso indigenista y con prebendas captan a los movimientos  sociales y grupos de interés corporativo para afirmar su poder. Hacen crecer una burocracia estatal donde los más incompetentes son los que administran las empresas e instituciones y a su vez, como parte de la estrategia de control territorial, el gobierno cocalero moviliza desde los andes hacia las llanuras a grupos de colonizadores “mitimaes aimaras y quechuas” para ampliar su dominio territorial, político y económico sobre las regiones mestizas del oriente.
Para manipular a los indígenas, los ideólogos populistas usan hábilmente el mito del presidente indígena, muy conveniente en un país de mayoritaria raigambre aimara y quechua y con el cual muchos se sienten representados y reivindicados. Se trata además de un líder que surge desde las bases sindicales, de una realidad económica emergente, la de los Sindicatos y Federaciones de cocaleros, el nuevo poder económico de los grupos informales que son mayoría en el país.
A continuación, los emborrachan de pachamamismo y para ello en los actos oficiales que se realizan cotidianamente, utilizan prácticas ritualistas, culturalistas y folclóricas (fruto del sincretismo de lo aimara y quechua con lo occidental) y así vemos, para la foto, a la nueva oligarquía indígena andina con vestidura presuntamente autóctonas y el infaltable sombrero europeo, que asumen erróneamente como marca de lo indígena.
Como todos los populistas, sufren de la alucinación del presente, por la que piensan en términos lineales y no ven las consecuencia más allá  del aquí y ahora, o quizá no les importe, pues como alguien dijo en Francia, “después de mi el diluvio”.
Hasta ahora y en Bolivia, este modelo populista que algún llunku llama Evonomics o el milagro boliviano, ha funcionado gracias a anteriores decisiones de inversión y actuales altos precios de los hidrocarburos y materias primas; más el hábil uso que hacen del Presidente Morales, un icono que expresa con gran éxito los mitos, deformaciones y falencias del país y que los ideólogos populistas manejan a su arbitrio.
Después vendrá el diluvio y si queremos preservarnos y sobrevivir necesitamos construir una alternativa, un gran “arca” democrática y ahí precisamos de las universidades, los intelectuales, los políticos honestos y sobre todo de la ciudadanía democrática, para generar un gran alternativa al populismo cocalero y evitar el desastre anunciado.
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