martes, 28 de julio de 2020

ANTROPOLOGIA: HOMO ECONOMICUS, HOMO POLITICUS, HOMO ERYTHROXYLUM.



Ovidio Roca

Por la pandemia del virus chino que nos agobia a todos, la población mundial se está aislando y encapsulando, por lo cual como primates sociales y competitivos nos sentimos afectados en nuestra salud física y mental. Irónicamente este virus comunista chino, nos ataca de forma democrática y sin distingo, quizá porque somos de la misma especie y parte del ecosistema.  

Somos una especie homínida, descendientes de Lucy, que cada día somos más y al expandirnos estamos arrasando con el planeta. Vivimos hacinados, en una sola morada, en un mismo planeta y lo hacemos en interdependencia social, pero también ecológica, por lo que nuestra salud y bienestar depende tanto de la salud del ecosistema, como la de nuestro grupo social. Esto quiere decir que debemos cuidar de ambos.

En la naturaleza y como seres biológicos nos desarrollamos mediante la selección natural, donde lo viejo perece para que lo nuevo prospere. En la vida en sociedad lo hacemos mediante la competencia; una competencia económica capitalista y una competencia política socialista, y lo que más nos fastidia es que ambas nos ponen en aprietos y sin pedir permiso.

El capitalismo es permanente cambio y en ello reside su antipatía, pues nuestra aversión al cambio es enorme y preferimos que las cosas no cambien, para así no cambiar nosotros.  Por su parte el socialismo busca seducir; el discurso socialista y populista es antinómico, contradictorio y proclama que “todo es de todos”, aunque el socialismo real nos muestra que: “todo es del gobierno, y el gobierno es de los dirigentes”.  

Las sociedades socialistas tienen discursos populistas y prácticas dictatoriales y la población se encuentra bajo las órdenes de un poder central del cual depende la vida de todos. En nuestro país, con el populismo cocalero se restringieron las libertades individuales, lo que afectó a la sociedad y al funcionamiento eficiente de la economía y de la producción. Con el estatismo y el dirigismo aplicado a la actividad económica, el trabajo empresarial se distorsiono y también las funciones propias de los mercados, cual es regular los precios y asignar los recursos en un marco de libre competencia y derechos de los consumidores.  Finalmente y con el populismo todo el manejo de la economía quedo en las manos y los bolsillos de la burocracia del partido.

Lidiamos con un  paquete maligno: el virus chino; la cultura política del masismo aún vigente y los carteles del narcotráfico. Esto nos ha llevado a la peor crisis política e institucional de nuestra historia, con la posibilidad de que en un próximo futuro se convierta en una  conmoción civil, y quizá militar. 

Entre tanto el actual Gobierno transitorio, está inerme y maniatado por los masistas que manejan gran parte del Estado y permanente vapuleado por la crítica de sus presuntos aliados ideológicos.  

Gobernar un país afectado por la pandemia, con una economía destruida y una población beligerante y acostumbrada a la informalidad y la economía cocalera, es tarea casi imposible y peor aun cuando se está bajo la constante presión de los enemigos cocaleros y los amigos demócratas.
Al margen de las dificultades que significan un gobierno de transición, el avanzar hacia la reconstrucción económica e institucional será dificultosa para cualquiera que lo intente pues de inicio necesitamos superar la herencia cultural masista del populismo y la coca que tiene internalizada la población.  Esta cultura populista cocalera que conspira contra la construcción de una economía legal y sostenible, que es la única que hará viable el crecimiento de la producción y del bienestar de la población.

En estos tiempos oscuros y difíciles, se nos hace evidente que para avanzar debemos ponernos de acuerdo para reconstruir y fortalecer la nación y la ciudadanía boliviana. Una Nación que es definida como un conglomerado humano con pensamiento compartido y unido por lazos culturales; un rico legado de historia y sobre todo la voluntad y el consentimiento de vivir juntos y dando valor a la herencia recibida.

Definitivamente y si queremos un mejor destino, requerimos consolidar la Nación y el Estado Republicano, Democrático y Federal; que no es el sistema perfecto que ofrecen los socialistas, imposible para una humanidad imperfecta, pero seguramente el menos malo de todos.

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lunes, 27 de julio de 2020

HACIENDO OFICIO DURANTE LA PANDEMIA



Ovidio Roca

Para una de sus tareas escolares vía internet, mi bisnieta Andreina me pidió que le cuente como se conservaban los alimentos en aquellos tiempos de mi lejana infancia, cuando no había luz eléctrica ni heladeras y de ahí salió esta charla o cháchara, que le hice de la cotidianidad campesina camba.

En el oriente boliviano, la gente de mi generación que vivía en el campo ha tenido una cambiante experiencia. Nos criamos en las Estancias, con el chaco para alimentarnos, la vela de sebo para alumbrarnos y el carretón para los viajes. La Señora de la casa, la Doña, enseñaba a los niños de la estancia, a leer, escribir y las cuatro operaciones aritméticas y a todos en bollo.  Las tablas se aprendían cantando, algunos se olvidaban de la letra pero no de la tonada. Se enseñaba el sistema de medidas de uso cotidiano como la legua, la cuarta, el jeme, la vara, la libra, la arroba y otras más.
En la casa grande de la estancia, trabajaban todos y en todo: los viejos enseñando y los  niños ayudando y aprendiendo.
Los jóvenes estaban en los corrales o en el chaco. Los muchachos hacían sus hondas de palca de guayabo para cazar chaicitas y espantar a los suchas que querían comerse el charque. La orden era ¡ojo al charque!.

La conservación de la comida se lo hacía de manera artesanal. La carne se fileteaba, salaba y se la ponía al sol para que se deshidrate y así poder conservarla como charque.
La leche, como no había donde conservarla, se mantenía en las ubres de la vaca y se la sacaba en la mañana ordeñándola; espumosa y tibia en el caneco. Mejor si se le ponía azúcar baya y bíter.
Con la leche también se hacía quesillo y queso para que dure más en los viajes y para ello era necesario guardar el cuajo de la vaca cuando se la carneaba y conservarlo como el charque.
El azúcar se la fabricaba moliendo la caña en el trapiche y poniendo el caldo a hervir en una paila de bronce hasta que tome punto, luego se la vertía en unas hormas de barro para que cristalice y se seque, mientras  por el agujero de abajo de la horma, chorreaba el barreno.
Los huevos estaban bien cuidados dentro de la gallina y cuando los ponía cada mañana en el nido, se los recogía.
El plátano verde se lo cortaba en rodajas, se lo freía con manteca de chancho o cochi y así se lo podía guardar por bastante tiempo como chipilo. Cuando se carneaba el cerdo, se sacaba la manteca que se freía en una paila y luego se separaba el chicharrón de la manteca y se la guardaba en una olla colgada del techo en la cocina, esto para que no le entren los bichos.
El chicharrón se conservaba bien durante varios días y servía para hacer masaco de yuca o de plátano y comerlo con café batido a la oración; en la tardecita.
La yuca se rallaba y se la dejaba macerar en una gaveta de madera tapada con un trapo, para evitar la tierra y los bichos y esto por dos días para que fermente. Luego se la ponía al sol para que seque y finalmente al fuego, en un tiesto de barro, de arcilla, para tostarla. Es una harina muy buena para comer con charque y para los viajes en carretón. Las frutas estaban colgando de los árboles.

Ahora tenemos el avión Jet, el internet y las compras digitales y estábamos tranquilos hasta que nos topamos con el coronavirus chino que nos obligó a  encapsularnos. Ahora ayudamos a los nietos en las tareas escolares y cocinarle a la mujer.
Andreina hizo charque, el sol le ayudó y le salió muy bueno y también el show time por guasap para su grupo de estudio, mostrando su arte culinario. Los suchas no aparecieron, estaban en una romería por la Guardia.

Para comer con el charque compre chive, esperando que al menos sea de tres aguas, pero resulta que no llego ni a media.
Ayer comentó un tiluchi en el Parque, que Sophia y Diana fabricaron un Pizza y la mandaron a su abuela con dos palomas mensajeras, pero estaba tan rica que las sinvergüenzas se la comieron. Confianza ni en las palomas.

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jueves, 23 de julio de 2020

DISTOPIA POPULISTA Y ACTIVISMO MASISTA



Ovidio Roca

Escribió Aldous Huxley: “la gran lección de la historia, es que no hemos aprendido la lección de la historia”.
Hemos sufrido catorce años de la peste populista cocalera a la cual luego se añadió la peste china, de ambas no hemos salido, no nos hemos repuesto, ni vacunado.
Para aprender la lección, necesitamos recordar lo que nos aconteció y lo que continuamos padeciendo como secuela de la peste populista cocalera y mantenerlo presente en la memoria personal y colectiva para no caer en la trampa y evitar repetirla.

Vivimos con inseguridad y temor, embelecados por “el doble pensar Linerista” que se instauro en el país y que utilizando las medias verdades típicas de la izquierda, sigue agitando las frustraciones y también los odios de la población, la que ahora confinada en sus casas sobrevive temerosa y desconfiada. 

Recordemos que la estrategia de poder cocalera busca distorsionar y manipular el sistema democrático y lo hace desvalorizando al ciudadano en sus  principios de responsabilidad personal y social. De esta manera construyen un militante cocalero; que apocado, masticado y acullicado por la inseguridad y el temor puede ser manejado como un rebaño. Una manada que pasta en los cocales, abreva en las pozas de maceración, trapichea en las fronteras, se auto convoca para amedrentar a los ciudadanos y recibir del Más, sus verdes quintos.

Ahora el masismo, hambriento de poder y añorando el dominio absoluto que tenía, busca recuperarlo y ataca a la frágil democracia. Aplica una persistente violencia revanchista y utiliza múltiples grupos de activistas, todos ellos muy bien financiados, motivados y adoctrinados para aterrorizar a la población. 

El objetivo es que una buena parte de la población afectada por el populismo y la pandemia y en busca de una salida a sus temores, entregue su apoyo electoral a los narco cocaleros que le ofrecen, seguridad, negocios, ilusiones, bonos y prebendas.
En esencia se trata de extinguir la democracia destruyendo al ciudadano libre y responsable, y colocándolo en una condición de dependencia y sumisión ante los dictados del Estado Totalitario. Un Estado centralista, encabezado por un cacique despótico que impone su poder por encima de todo límite y cuestionamiento.
El discurso masista y de reconquista del poder a cualquier costo, es permanente. Si revisamos, solo algunas declaraciones de los dirigentes masistas reproducidas por la prensa nacional, podemos conocer la esencia de sus principios y valores éticos y políticos y lo que nos espera como ciudadanos y como sociedad de caer bajo su comando.

Desde su exilio dorado Evo proclamaba: “Si de acá a poco tiempo, si volvería, o alguien vuelva, hay que organizar como Venezuela milicias armadas del pueblo”.
También instruyo telefónicamente a Yucra: “Hermano, que no entre comida a las ciudades. Vamos a bloquear, cerco de verdad, y ahora me expulsan de Bolivia y hay bloqueo hasta ganar, hermano”.
El  dirigente masista Huarachi, durante un acto de apoyo a Evo en la ciudad de El Alto, exhortaba: “El uso de la dinamita es histórico y democrático. Hoy los mineros han dicho basta, alto, y han realizado una pasadita, un calentamiento”.
José Domingo Vásquez, confirmaba: “Al menos 40 mil mineros desbloquearán a punta de dinamitas”.

Henry Nina, Ejecutivo de la Confederación de Comunidades Interculturales de Bolivia, conminaba: “Damos 48 horas para que levanten sus supuestos, paros, bloqueos que están en las calles: dos, tres personas con sus “pititas” perjudicando al ciudadano, al desarrollo. Nosotros vamos cortar el agua que va hacia la ciudad de La Paz”.

Últimamente en Cochabamba están proliferando los “Autoconvocados”, infatigables jornaleros que el masismo contrata y paga muy bien. Estos autoconvocados, después de haber realizado acuciosamente su tarea de bloqueo y amedrentamiento, “invocan y convocan” a los masistas para que le paguen por su trabajo.

Después de catorce años de dictadura masista cocalera y luego de la huida de Evo Morales, los Demócratas vía la sucesión constitucional lograron asumir el Poder Ejecutivo, aunque solo a medias, pues la mayoría de los funcionarios de los ministerios son fieles al MAS y trabajan cavándoles los camotes a las autoridades transitorias. Los Poderes Judicial y Legislativo y muchos Departamentales y Municipales, están a cargo de masistas militantes, los que trabajan día y noche para hacer fracasar el Gobierno Provisional. Los opositores hacen lo mismo.

Esto nos muestra que como herencia del masismo tenemos un Estado descuajeringado y tuco y que luego de la peste masista cocalera solo nos quedó la formalidad democrática, por lo que hay que trabajar para recuperarla y darle sustancia.

Recordemos que el Estado democrático y con separación de poderes, se lo constituyo para garantizar que la población pueda vivir con seguridad y libertad; sujeta a normas de convivencia iguales para todos y que garantizan la vida, la propiedad y el trabajo de las personas. En consecuencia la primera responsabilidad de los ciudadanos es recuperar la democracia y elegir gobernantes idóneos y honestos, cuyo principal trabajo como servidores públicos y no dueños del Estado, es proteger la vida, la seguridad, el trabajo y el orden público.

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sábado, 18 de julio de 2020

NADA SE PUEDE CAMBIAR SI NO CAMBIAMOS NUESTRA FORMA DE PENSAR



Ovidio Roca

Actualmente los términos de izquierda y derecha pueden significar cualquier cosa y no definir nada; solo expresan y califican aquello que el interés del que los utiliza quiere significar. Sería mucho más sensato usar términos que verdaderamente signifiquen y muestren una condición concreta, tanto económica como política: comunismo, fascismo, liberalismo, populismo; pero esto que sería útil para que el pueblo lo entienda, no es aceptable para los populistas que en su propaganda necesitan de las medias verdades.

Los activistas de la izquierda siempre han vivido del conflicto, desde el inicial conflicto de clase hasta el actual de la ideología de género, más arraigado en los países europeos.  
Los comunistas, ahora llamados progre, fracasada la revolución socialista suplen la ausencia de propuestas económica, social y política, con los cuentos de pueblos originarios, ideología de género, ideología LGTB, lenguaje inclusivo; entre otras sandeces parecidas.
(Como referencia, e
l paradigma de género desconoce la esencia biológica de la persona y le asigna una fuerte carga psicológica, ya no hay hombres y mujeres, sino género y a gusto de cada quien).

Para los demócratas liberales todas las personas en su condición de ciudadanos son iguales ante la ley, y no es aceptable para la democracia toda norma o reglamento que otorgue mayores derechos o dé preferencias a las personas, por consideraciones económicas, étnicas, de sexo o pertenencia regional.

Países como Bolivia, Colombia y Perú, por la influencia de su base productiva, tienen algunas peculiaridades en sus procesos políticos populistas. En estos países la coca tiene un importante efecto e impacto en la economía y la política por ser una de las actividades que genera las mayores ganancias. Este es un importante cultivo y muy productivo por la cantidad de cosechas de la hoja de coca que se realizan al año, pero fundamentalmente por la activa demanda del narcotráfico.

Los Carteles de la droga y para consolidar su negocio han establecido Republiquetas de la coca en el Chapare de Bolivia y en Colombia. Estas son la base operacional para la producción de cocaína y son manejadas por los Carteles de las FARC (colombianos)  y de los Soles (venezolanos), usando como mano de obra local, a los dirigentes cocaleros y sus sindicalizados.

Utilizando la demagogia populista y financiados por los ingentes negocios del narcotráfico, se instalan los Gobiernos Populistas que controlan la vida de las personas. Se establece un Estado Totalitario que concentra los poderes y dicta y comanda arbitrariamente, según sus antojadizas interpretaciones, la vida de los ciudadanos. Y como resultado final tenemos la entronización del terror y la miseria para los ciudadanos y esto podemos verlo en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Lamentablemente hasta ahora no hemos sido capaces de garantizar una convivencia social basada en el trabajo, el respeto y la tolerancia; por lo que la población esperanzada en días mejores fácilmente se deja engatusar por los populistas. Estos hábiles demagogos realizan una propaganda falaz, que repite incesantemente esperanzadoras mentiras y logran con éxito su objetivo de poder y riqueza.

 Dice Einstein: “El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se lo puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar”. Crisis como la actual pueden ser coyunturas decisivas para cambiar y mejorar nuestra manera de pensar y nuestra vida. Necesitamos educarnos e informarnos mejor y luego asumir el compromiso personal de lograr un mejor futuro para todos.

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lunes, 13 de julio de 2020

PANDEMIA, CAMBIO CLIMATICO Y NUEVOS SISTEMAS PRODUCTIVOS



Ovidio Roca

La humanidad durante su larga historia, ha sufrido de pestes, pandemias y guerras y ha sabido superarlas gracias a que sus dirigentes y la población las enfrento con verdad y coraje. Churchill, cuando asumió su mandato, época de la Segunda Guerra, no trato de endulzar la realidad y engañar al pueblo, sino que dijo algo duro y real: “Yo diría a la Cámara, como dije a todos los que se han incorporado a este Gobierno: No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”.

Nos enfrentamos contra la pandemia viral y el cambio climático y junto con nuestros dirigentes debemos actuar para enfrentarlo, con verdad, responsabilidad y coraje.
Actualmente, la población aterrorizada por la pandemia permanece encerrada, los menos trabajan y los más escuchan en los medios propalar obsesivamente sobre miles de muertos y contagiados en el entorno y en todo el mundo, con lo que se agudiza el temor, mientras muchos esperan que el gobierno y los políticos le solucionen el problema.
La población confinada en sus hogares no está percibiendo ingresos y vive apenas de sus ahorros, si es que los tiene. Desesperadamente buscan el que comer y superando el temor salen a recibir los bonos estatales, a pedir ayuda de la familia o realizar alguna actividad precaria de comercio y servicios. Se percatan angustiados que muchos de los trabajos y negocios que conocían y practicaban normalmente están desapareciendo, y que en el entorno aumenta la irracionalidad y la violencia.

Se espera que en los próximos dos años la vacuna llegue a cada persona y que paulatinamente se pueda salir a trabajar, se reanuden las actividades productivas y de servicios y en los rubros “que aun tengan vigencia y viabilidad en esta nueva realidad”.

Entre tanto el clima se presenta cada vez más variable y extremo, y conspira contra nuestras prácticas tradicionales del trabajo y especialmente el agrícola. Sus ciclos ya no son aquellos que conocíamos y que establecían las épocas de sembrar y cosechar. A destiempo se presentan altas y bajas temperaturas, abundantes precipitaciones y sequias, vientos huracanados y plagas recurrentes de insectos y hongos que afectan nuestros cultivos y la biodiversidad y esto ocurre en los meses en los cuales no era lo usual.
USANDO LA CIENCIA NECESITAMOS ENCONTRAR UNA PROPUESTA PRODUCTIVA Y ADECUADA A LAS NUEVAS REALIDADES SANITARIAS Y CLIMÁTICAS.

Frente al cambio climático y la evidenciada fragilidad de nuestra salud ante los virus, necesitamos desarrollar nuevas alternativas económicas y tecnológicas para que las personas y los sectores productivos generen recursos para cuidar su vida, salud y alimentación. Esperanzados que esta vez se lo haga bajo un modelo de economía sostenible y en un marco de legalidad y respeto por el ecosistema.

Se asegura que una de las principales causas de este cambio en el clima, es una excesiva concentración de gases de efecto invernadero y en consecuencia algunos agricultores, aunque no los suficientes,  están optando por los cultivos transgénicos que incrementan la producción por hectárea demandando a su vez menos plaguicidas y trabajo de labranza, con lo que se evita la desforestación y se mejora el ambiente.
Igualmente se ha evidenciado, que los cultivos transgénicos son resistentes a varias plagas e insectos con lo que se reduce el uso de agroquímicos y se disminuye el uso de rociados y tractores y por ende el consumo de combustibles fósiles que emiten CO2, y todo esto beneficiando al clima.

Entre tanto muchos trabajos han venido perdiendo vigencia, mientras otros surgen. Vemos a nuestro alrededor que con la Pandemia y el aislamiento social no están funcionando actividades como hotelería, turismo, transporte, aviación, restaurantes, cines, estadios deportivos, conciertos, empleados domésticos, cuenta propistas, bares, restaurantes y pensiones, servicios de transporte y otros.
Entre los rubros que aun funcionan están: Agricultura, industria alimenticia. Servicios de salud, laboratorios, medicina y farmacia. Atención a la tercera edad. Alimentos para llevar a la casa, delivery (reparto o entrega).
Asimismo el reciclaje de plásticos, desperdicios agrícolas, manejo de residuos industriales y domésticos, la siembra de árboles, purificadores de agua, energías limpias, empresas ambientales.

Durante la pandemia se expande rápidamente la economía digital, que incorpora el Internet en la información, Internet de las cosas (IoT), la producción y comercialización de bienes y servicios mediante E-commerce, transferencias electrónicas. Tiendas online. E-learning, educación virtual por internet. Video Conferencias. Tele trabajo. Tutoría online. Mantenimiento y reparación artículos electrónicos. Impresoras 3D.

Por su vez los promotores del desarrollo sostenible, demandan la necesidad de reforzar nuestra responsabilidad con el ecosistema y con la vida, proponen un nuevo modelo de vida y del uso de la energía y esto implica: Reducir drásticamente el uso de combustibles fósiles y las emisiones de carbono, usando energías limpias y equipos adaptados para esta energía. Aumentar la productividad agrícola, con lo que se reducen las áreas de cultivo y el impacto sobre los bosques. Se propone la reducción del consumismo, el retorno a la vida rural e incrementar el trabajo artesanal. Estabilizar la población. Proteger e incrementar los bosques y florestas. Reducir los envases plásticos, reducir la basura y la contaminación. 
Todo esto debería estar incorporado en un plan de gobierno, en lugar del típico discurso demagógico y confrontacional.

Aunque las cosas están difíciles, la sociedad saldrá adelante pero necesitamos enfrentarlas con verdad, responsabilidad y coraje. Y no podemos permitir que en estos aciagos momentos, se use el temor de la población para beneficios políticos y económicos de los dirigentes populistas.

Es claro que el mundo ya no será como lo conocimos y que será dificultoso para los viejos adaptarse al mismo; las nuevas generaciones como siempre ocurrió en la historia, inventaran como sobrevivir y seguir adelante, pero les costara sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.
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jueves, 9 de julio de 2020

QUIEN YERRA EN EL DIAGNÓSTICO YERRA EN LA TERAPIA



Ovidio Roca

Pasamos por una época en la cual la población aterrorizada por la pandemia, se encapsula y reúsa ver y escuchar las verdades que nos muestran la realidad y la vida, favoreciendo así el discurso demagógico de los populistas.
Hemos tenido una historia poco satisfactoria, la que necesitamos evaluar y entender para cambiarla y así mejorar nuestra vida. Esto por supuesto aplicando un análisis realista y objetivo, pues cuando los hechos están velados por el lente ideológico solo vemos la interpretación sesgada de los mismos y podemos equivocarnos. Necesitamos investigar, leer y consultar para confirmar los dichos y los hechos de nuestra vida y obtener los elementos que nos ayuden para hacernos cargo de nuestro presente y nuestro futuro.

Nunca antes, fuimos capaces de garantizar una convivencia basada en el respeto y la tolerancia, ahora con el cúmulo de las crisis: sanitaria, económica y política, puede ser una coyuntura decisiva para lograrlo.
En una sociedad democrática, el debate amplio, serio, documentado y con propuestas nos protege del colapso, pues sin razonar y sin debatir entre nosotros, solo nos quedará la violencia como mecanismo de interacción.

Sin embargo, este debate debe tratar de los asuntos que interesan para el bienestar de la sociedad y no distraccionismos. Por ejemplo en estos momentos de profunda crisis económica, sanitaria, social y ambiental, los políticos están en plena discusión sobre la eliminación o reducción de sus salarios, lo cual en si es una verdadera estupidez. Un trabajador público o privado, lo que debe hacer y con capacidad y honestidad es un buen trabajo, cobrando por ello el salario que le corresponde como fruto de su idoneidad y dedicación, pues de esto vive.
Otra cosa es el funcionario público nombrado por el partido, generalmente no idóneo para la tarea a realizar y cuya fuente de ingresos proviene de la corrupción utilizando el cargo. A éste individuo el salario no le interesa.

Un aspecto que resalta en este dramático ambiente de pandemia y crisis múltiples y que preocupa a toda la ciudadanía, es el futuro del empleo y del trabajo. Esta preocupación se explica tanto por los riesgos que vemos al frente, vinculados a la pérdida de empleo por la automatización, la universalización de nuevos requerimientos en términos de educación, habilidades, la aparición del trabajo digital y el surgimiento de novedosas y múltiples formas de trabajo para las cuales no estamos capacitados.

El desafío por tanto es trabajar arduamente en nuestra formación, pues la baja calidad de la educación formal y la ausencia de valores, usos y costumbres adecuados, impide competir y prosperar en un mundo y una sociedad, nueva, dinámica y competitiva.

Y es en este difícil escenario, con miedo a salir a la calle y al trabajo, no hablemos de viajes y turismo, el populismo cocalero nos empuja a un proceso electoral. Una elección en la cual, por un lado está el masismo, una masa humana aglutinada por la etnia, la coca, el corporativismo y sobre todo por el afán de retomar el poder. Por otra parte un conglomerado disperso de demócratas a medias, con afanes de poder y alguno con celos enfermizos por cualquiera que les haga sombra; con lo que el cocalero se fortalece mientras la oposición se critica y destruye mutuamente.

Todos los ciudadanos y especialmente los demócratas, deberían elegir en las próximas elecciones  a quien presente la propuesta más seria y el equipo más capacitado y que en las encuestas muestre las mayores preferencias. Sin embargo, hasta ahora los candidatos no presentan propuestas sólidas y como van las cosas la gente irá a votar sin saber qué ofrecen y menos que saben y pueden hacer. 

Debería estar claro para nosotros, no los enseña el sentido común, que u
n servidor público o privado y en este caso el Candidato, debe tener conocimientos, habilidades y disposición para ejercer un oficio. Un mecánico tiene que saber arreglar un automóvil y un gobernante arreglar un país.

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sábado, 4 de julio de 2020

CORONAVIRUS Y LECCIONES DEL LIBERALISMO Y POPULISMO



Ovidio Roca

La cuarentena a la que estamos sometidos y por mucho tiempo más, nos da la oportunidad de meditar entre otros aspectos, sobre nuestro futuro en relación con el trabajo, la salud, la economía y la política. De comprobar en la práctica diaria, sobre la esencia del populismo y la del liberalismo que no se reduce exclusivamente a la propiedad y el capital como se afirma, sino la libertad humana y en toda su extensión.

Permite ver y meditar sobre las consecuencias funestas que trae el estatismo y  las expropiaciones de las propiedades de aquellos emprendedores que innovan y producen, realizada por los Gobiernos populistas, desconociendo sus derechos y libertades económicas, civiles y políticas. Asimismo evidenciar las inmensas ineficiencias y distorsiones que generan los monopolios estatales al interior de la economía.  
En su tiempo Stalin desmanteló cientos de fábricas en la Alemania de la posguerra; las embarcó en trenes hacia la Unión Soviética pero jamás las pudieron hacer funcionar y producir. El Partido Comunista soviético era el dueño de todas esas fábricas, pero ni eso los salvó de la debacle económica que por su ineficiencia les sobrevino a finales del siglo XX.

Fidel Castro expropió todas las grandes haciendas productivas y las empresas privadas de la Isla. Hoy Cuba es uno de los países más miserables del planeta y el Partido Comunista Cubano es dueño de todo y produce nada más que exiliados y miseria.
Los masistas, entre otras varias inversiones truchas, compraron en mil millones de dólares una planta de urea; la pusieron cerca de los cocales chapareños, lejos y aislada de los mercados y no funcionó. Pero esto no importa pues la comisión fue más de trescientos millones de dólares, color verde coca. Esto lo graznó (twitteo) un Urubú que sobrevolaba por la zona y escucho claramente: el negocio, el “qhatu”, el “deal” que celebraban los interfectos, mientras acullicaban coca yungueña.

Las dolencias y secuelas del coronavirus chino y el reforzamiento del populismo, nos están enseñando que cuando se interrumpen nuestros derechos fundamentales de libertad económica y empresa, todo se distorsiona.  Se confirma igualmente que la justicia social tan cacareada por los populistas no son las dadivas del partido, sino el libre acceso y en igualdad de oportunidades para todas las personas: a la educación, a los recursos, al trabajo, la propiedad y al libre mercado.

Por su parte, la izquierda que sabe muy bien manejar los temores y sentimientos de amor, odio y frustraciones de la gente, está aprovechando hábilmente el ambiente de anarquía y desazón exacerbado por la pandemia, para aplicar una estrategia internacional de expansión geopolítica.  
Siguen con el conocido método comunista del agit-prop, para generar el caos: movilizan a la población que se encuentra perturbada y le señalan al capitalista y empresario, como el enemigo causante de todos sus problemas. Ellos se desahogan y con violencia producen disturbios, desmanes y destrucción de bienes privados y públicos en las diversas ciudades. Lo vimos en Chile, una de las sociedades más prósperas y estables de Latinoamérica, antes en Ecuador, Perú, Brasil y ahora en los Estados Unidos, causando inseguridad e inestabilidad y sobre todo buscando desmoralizar a la sociedad con sus acciones violentas y debilitar con ello las defensas del Estado democrático.

Esta misma violencia es la que vemos en Bolivia, orientada y extendida mediante los movimientos sociales, y motorizada por minúsculos grupos de activistas del terror, bien organizados, motivados, adoctrinados y financiados por el masismo cocalero. Lo vimos últimamente en K’ara K’ara, Yapacaní, San Julián, Chapare, etc.
Nos enfrentamos a un tremendo riesgo, pues la población atemorizada y sin rumbo espera que alguien los ayude y solucione sus problemas  y esto lo hace mirando esperanzada a los líderes políticos populistas y demagogos (Y ahora quien podrá defenderme!! Yo, el Chapulín colorado/azul). 

Con esta actitud las personas pierden su responsabilidad personal, su autoestima, su identidad, su creatividad e iniciativa y se sienten frágiles y dependientes y es sobre esta dependencia que la dirigencia política populista construye los cimientos de su poder y lo hace de manera cínica y demagógica, ofreciendo soluciones que no tienen.

La miseria y sufrimiento social no es como dicen los populistas, el resultado automático de la aviesa voluntad de la derecha, sino muy por el contrario el resultado de las fórmulas utópicas y aplicadas por los socialistas en búsqueda de la sociedad perfecta y como siempre con nefastos resultados. Las personas y los pueblos deben madurar y aprender a ser responsables de su vida y no esperar que los caudillos y caciques los organicen y finalmente los manipulen.

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viernes, 3 de julio de 2020

EVOLUCION HOMINIDA Y PANDEMIA


Ovidio Roca

Evolución del hombre: Lucy, homo erectus, homo habilís, homo faber, homo sapiens, homo económicus, homo videns, homo Smartphone.


Muy temprano voy a caminar al Parque los Mangales y allí veo algunas personas que deambulan mirando su Smartphone y lo hacen sin percatarse de la belleza de los árboles, las flores, los pájaros y tampoco de los otros caminantes. Las personas no se miran físicamente unas a otras, lo hacen digitalmente por su teléfono; se trata del Homo videns.

En estos tiempos la juventud ve y vive vía el celular, los acontecimientos que nuestros padres conocían a través de su vivencia personal, de los cuentos, relatos y lecturas; comportamiento que los obligaba a la abstracción, la conceptualización y así imaginaban y razonaban. Ahora mediante la televisión y medios digitales se perciben directamente imágenes, se anula la conceptualización y se atrofia nuestra capacidad de abstracción y en consecuencia nuestra  capacidad de razonar y entender. Esto es lo que  sucede cuando el homo sapiens es suplantado por el  homo videns.

Son múltiples los factores que actualmente se unen contra nuestra tradicional forma de vida y lo más evidente, aunque no para todos, son el cambio climático y la pandemia coronavirica que todo lo dramatizó. Esta pandemia sin embargo nos está permitiendo ver lo bueno y malo que hemos venido haciendo y también nos debería dar el tiempo necesario para evaluar los resultados de nuestro comportamiento y eventualmente definir una mejor manera de relacionarnos con el ecosistema, la actividad productiva, con nosotros mismos y nuestros semejantes.

Antes de la pandemia y gracias al progreso de la medicina, nos sentíamos seguros y de paso olvidamos que nuestra vida está siempre en constante peligro (vivíamos la amnesia de los afortunados). Ahora y como producto de la misma nos sentimos frágiles, solos, desamparados y en nuestra vida social entramos a la era del distanciamiento social y el relacionamiento digital, a la que habrá que acostumbrase porque no será por un periodo breve, quizá dos años. Entonces y escondidos detrás del barbijo entendemos que somos presa fácil de los virus, que estamos solos y distantes y entendemos que es preciso fortalecer la salud y potenciar la investigación y la ciencia.

El populismo cocalero es viral; leía hace poco la explicación de un científico sobre los coronavirus chino y cocalero: “Los virus son buenos haciendo copias de sí mismos y haciendo que esas copias entren dentro de nuevos huéspedes, así son más exitosos y se vuelven más prevalentes hasta que la inmunidad del huésped o medidas de salud pública lo contienen”. Asimismo es la infección por el populismo cocalero; vacunémonos y vacunémoslos. 

En este nuevo mundo viral y digital, presos de la angustia y el temor de la pandemia, resurge con fuerza la fe primitiva; las curas mágicas, los fetiches y los ensalmos. Cada cual se inventa una cura para el virus y la difunde por “guasap” y la gente se llena de ensalmos, de pócimas, de hierbas, de químicos y medicamentos diversos, pero sobre todo de esperanza. Surgen sectas de curanderos y otras hierbas mediáticas y así se pasan los días, mientras escuchamos machaconamente y por todos los medios de comunicación las  cifras de muertos e infectados por cientos y miles, de aquí y de acullá.

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