miércoles, 23 de abril de 2014

ANÉCDOTAS DE POLLERAS Y SOMBREROS

ANÉCDOTAS DE POLLERAS Y SOMBREROS

Ovidio Roca

En los años sesenta, varios años antes del Compadre Palenque y el proceso de cambio, nos fuimos a vivir a San Lorenzo de Mojos y mi esposa contrato a una simpática cholita orureña para que la acompañe y ayude con sus gemelos. Ella acepto feliz ir al Beni y al poco de llegar guardo la pollera y pidió a Pilarica que le regale bluyines y blusas, pues ya no usaría sus vestidos. Fue un cambio radical, la sonrisa se amplió, las dos trenzas se convirtieron en una y ya teníamos una tropa de cunumis persiguiendo a la pelada de bluyines, y ella feliz y realizada.  
Cuando retornamos a Cochabamba nuevamente vistió la pollera, se peinó con dos trenzas y volvió a sus orígenes; quería ir a Oruro a visitar a sus padres y no podía llegarles como una birlocha. Entendí entonces que la chola sin pollera y sombrero, se convierte en birlocha y ya no es lo que cree ser, pues son cautivas de la pollera y sin ella no son reconocidas ni aceptadas por su familia o grupo. Creo entender que esto tiene que ver con su densidad identitaria, que como nos explica tan claramente Qananchiri“es de la fuerza performativa del discurso aglutinante, de su capacidad de persistir en el tiempo, institucionalizar y territorializar el efecto de sus acciones, etc.” (Ver: Identidad Boliviana Nación, mestizaje y plurinacionalidad, pag.17). 
En relación a la moda y sus orígenes, recuerdo que en los años sesenta o setenta, cuando ya se empezaba a colonizar el Chapare, una fábrica cochabambina de sombreros lanzo al mercado el sombrero chapareño, inspirada en uno de aquellos que usaba Vivien Leigh en la película “Lo que el viento se llevó”. En poco tiempo el sombrero tradicional de chola cochabambina, blanco y de alta copa, desapareció y ahora en el chapare y todo el oriente se usa el sombrero “gringo” a lo Vivien Leigh.
Vivimos la época del relanzamiento de las polleras y sombreros; esta vestimenta de origen europeo genera al ser llevada, un sentimiento de pertenencia e identidad y puede constituir una afirmación de las ideas y valores del grupo o de la  organización.  Así como el uniforme, la vestimenta criolla sirve para reforzar el proceso de diferenciación, de identificación y pertenencia al grupo cultural y étnico ahora parcialmente en el poder.
Actualmente como producto de esta nueva estructura de poderes e influencias plurinacionales, vemos en las instituciones públicas la proliferación de sombreros, de ponchos y de polleras (bueno si es acompañado de idoneidad y mérito para el cargo y esto en beneficio de la ciudadanía que no precisa de inmorales e ineptos de cualquier vestimenta)  y vemos también, muchos otros peinados con raya al medio, la moda impuesta por Evo y Choquehuanca.
En Santa Cruz también se ha hecho común ver este peinado en aquellos “llunkus” que aspiran a un cargo público o quieren conservarlo. Esperamos que prime la cordura y que este corte y peinado no sea obligatorio por ley y para todos, como lo es el corte del sociópata presidente de Corea del Norte y se discrimine de paso a los “pajlas” y a la tribu forestal “taripelao”.


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viernes, 18 de abril de 2014

RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA Y RESISTENCIA CIVIL

RECUPERACIÓN DE LA DEMOCRACIA Y RESISTENCIA CIVIL

Ovidio Roca

Antes de terminar jodidos como Corea del Norte, como en Cuba o Venezuela, algo debemos hacer, pues ya estamos en la senda del colectivismo y el dirigismo que tal como decía Karl Popper, está detrás de todos los totalitarismos, tanto del fascismo, como del comunismo, que acaban con la libertad y la economía del individuo. Un camino fallido, pues es por demás evidente que los países prósperos se caracterizan por la  libertad personal y libertades económicas; ambas en un sistema de libre mercado e instituciones sólidas y confiables. 
Al respecto, ya en 1776 Adán Smith decía que mientras menos interviene un gobierno en la actividad económica; mientras más se deja en libertad a las personas para que a través de su esfuerzo, de sus competencias, de sus aptitudes busquen la manera de materializar sus ideales, sus metas, haciéndolo dentro de un sistema de libertad y de competencia; donde nadie tenga un monopolio, una exclusividad en determinado campo, en determinada área de la producción; surge entonces la riqueza de una manera mucho más rápida y dinámica que en las sociedades donde los gobiernos deciden qué es lo que debe hacer cada cual para ofrecer bienes y servicios.
En Bolivia, país abigarrado, convive el capitalismo salvaje de los grupos informales, beneficiarios del régimen plurinacional (cocaleros, cooperativistas mineros, contrabandistas, narcotraficantes, chuteros, comerciantes  informales, burguesía plurinacional) y por otro lado los jerarcas, la burocracia estatal de discurso socialista y estatista, que conspira contra la empresa formal y la inversión, mientras se beneficia de las jugosas comisiones por compras de aviones, barcazas y empresas deficitarias, aunque generadoras de pegas para los seguidores.
En este despelote plurinacional, algunos ciudadanos acosados por el régimen dejan el país, su familia y sus bienes; por su vez algunos deciden acomodarse y hacer negocios con los jerarcas; otros muchos se sienten vencidos y aguantan como pueden y bastantes son lo que  creen que pasaran muchos años y generaciones antes de recuperar democracia. Y es probable que esto sea así, si esperamos sin hacer nada, o buscamos la solución por el desastre, la que irremediablemente viene acompañada de represión salvaje, especialmente cuando a los regímenes populistas les falla la economía. Por tanto es urgente trabajar, organizarse y realizar acciones prácticas y concertadas, cada uno desde el puesto en que tiene más posibilidades o habilidades, todo ello en procura de recuperar la democracia, los derechos humanos, la economía, la confianza y la institucionalidad y haciendo llegar a nuestros vecinos y amigos el mensaje de las ventajas de vivir en Democracia.
En esto de aprender de la desgracia ajena, podemos ver que en Cuba han esperado ya cincuenta y cuatro años y siguen sufriendo la miseria y el atropello de los Castro; otros como en Colombia, ensayaron acciones violentas para cambiar una situación que consideraron antipopular y terminaron convertidos en terroristas y narcotraficantes; otros iniciaron la Resistencia civil activa y pacífica y lograron su libertad y de eso tenemos ejemplos exitosos en el mundo entero. Y lo vemos ahora en Venezuela, donde la oposición unida en una mesa de concertación, y con el impulso de los jóvenes universitarios y las mujeres están logrando enfrentar exitosamente a una tiranía corrupta, armada, cubanizada y con la chequera llena de petrodólares.
En esta última temática, referente a los métodos de enfrentar la tiranía, vale la pena conocer el trabajo esperanzador de Érica Chenoweth y María J. Stephan, autoras del libro ¿Why Civil Resistance Works?, en el cual analizan la resistencia civil y su tasa de éxito en lograr los cambios políticos y la comparan con la resistencia violenta.
En el análisis de 106 años (1900 al 2006) sobre los efectos de la resistencia civil en el mundo, los datos muestran que las campañas pacíficas de resistencia civil fueron doblemente más eficientes para lograr sus objetivos que las insurgencias violentas, incluso ante regímenes autoritarios con alto nivel de represión.
Al analizar los métodos de acción establecieron que las protestas pacíficas habían sido exitosas en un 53%, semi exitosas en un 25% y fracasado en apenas 22% de los casos. En cambio, las violentas habían terminado en fracaso en 62% de las crisis, con éxito en 26% y semi éxito en 12%.
Y cuando se consideró el período histórico como variable, observaron que en el último periodo (años1940 a 2006), el éxito de la protesta pacífica subió a 68,42%. Mientras, en esas mismas décadas, la acción violenta perdía terreno como herramienta para lograr un cambio político, bajando su eficiencia al 13,64%.
Explican que este éxito tiene dos razones. En primer lugar, el compromiso de una campaña con métodos no violentos refuerza su legitimidad nacional e internacional y promueve una participación más amplia en la resistencia, lo que se traduce en una mayor presión sobre el objetivo. El reconocimiento de los motivos de lucha del grupo puede generar más apoyo interno y externo para ese grupo y el alineamiento del régimen objetivo, socavando las fuentes de poder político, económico e incluso militar del régimen.
Este es el problema, estos son los ejemplos y la decisión corresponde a cada uno de nosotros, sin olvidar que cuando la tomemos necesitamos luego estar unidos en un frente amplio.

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jueves, 10 de abril de 2014

DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y RECORDANDO A EINSTEIN

DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y RECORDANDO A EINSTEIN

Ovidio Roca

El planeta y el ecosistema van a sobrevivir por millones de años y habrá vida; lo que es una buena noticia es que para los que creen en el karma y las sucesivas reencarnaciones; pero seguramente no la conseguirán en mamíferos, quizá en insectos como el “chulupi”, las cucarachas. Pues el tipo de vida como la conocemos hoy, seguro no habrá.
El planeta y la vida orgánica sobrevivió a muchas calamidades, una de las ultimas hace 65 millones de años, mato más del ochenta por ciento de la vida en el planeta y entre ellos a los dinosaurios, lo que permitió que unos pequeños mamíferos que sobrevivieron, pudieran prosperar y adaptarse a las nuevas condiciones sin el peligro de esos tremendos depredadores; de esos pequeños bichos es que venimos nosotros. En el futuro cercano, habrá otras especies que sobrevivirán a la bomba poblacional y poluyente que estamos generando; serán especies más adaptables al nuevo ambiente y muy diferentes a las actuales.
Entretanto, casi todos miramos angustiados las perspectivas y los impactos del cambio climático: un mundo de clima extremo, de sequias, desertificación, lluvias, inundaciones, olas de calor y de frío, tifones, huracanes. Unos se preocupan y lamentan y otros ante lo irreversible, se preparan para hacer negocios.
Al parecer hay más negocios inmediatos en reparar los daños causados por los fenómenos meteorológicos, en construir defensas y prestar servicios de seguridad, que en la prevención, el uso responsable de la naturaleza, la conservación del ecosistema y uso de tecnologías limpias que evitan el daño ambiental, acción que tiene buenos efectos, pero a largo plazo.
Por su parte los países y las agencias internacionales, cercadas por los intereses económicos de los grandes consorcios empresariales mundiales y los de cada país en particular (tanto en el área comunista como capitalista), miran displicentemente como se  desequilibra el actual ecosistema, en el que se desarrolló y puede vivir la especie humana.  
A nivel de la institucionalidad internacional se han creado: La convención marco de las naciones unidas sobre el cambio climático; El protocolo de Kioto; los Mecanismos flexibles (Implementación conjunta; Mecanismo de Desarrollo Limpio y Comercio de emisiones). Son buenas iniciativas y las agencias se reúnen periódicamente para analizar el tema, se preocupan, pero no se ocupan y menos se ponen de acuerdo en reducir el impacto ambiental y frenar las actividades, las explotaciones y los negocios generadores de estos desajustes, en sus respectivos países.
A su vez, todos vemos sin inmutarnos como crece la población, aumenta exponencialmente la basura, se contaminan las aguas potables, los ríos y los océanos; disminuyen los peces, se destruyen los bosques y día a día desaparecen especies que permiten el equilibrio ecológico, por ejemplo para la polinización de las plantas.
Entonces, uno se pregunta la razón por la cual ante hechos evidentes de daño y desequilibrio ambiental, las personas, los países y las instituciones no toman acciones efectivas, y una respuesta siguiendo a Santos Noco Choco, es porque hacerlo da trabajo y ninguna ganancia monetaria y lo explica al decir: “el órgano más sensible del hombre es el bolsillo”.
Podemos ver además que el problema del desajuste climático no será igual para todos, ni para las regiones, ni para las personas de distinto nivel de ingresos.
A los países Nórdicos, les llegara el verano y probablemente sean favorecidos por el cambio climático, a los países del sur y áfrica les “ira como la mona”.
Los países y personas de alto nivel de ingresos podrán protegerse y serán clientes de emprendedores que lucran con los negocios del agua, la refrigeración, la protección de bienes y personas, la protección contra las inundaciones, etc.
Por tanto siguiendo a nuestro compatriota originario de Mojos, lo que debemos hacer es, dada la naturaleza humana,  lograr que los mecanismos de desarrollo limpio sean tan buenos o mejores negocios que aquellos que se originan por el desastre climático.
Aunque tenemos esperanzas de que algún rato tomaremos las decisiones correctas, recordamos a Einstein, cuando dice "Hay dos cosas infinitas; el universo y la estupidez humana, de la primera, tengo mis dudas".


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jueves, 3 de abril de 2014

INSTITUCIONALIDAD DESMANTELADA, LA NEFASTA HERENCIA

INSTITUCIONALIDAD DESMANTELADA, LA NEFASTA HERENCIA
Ovidio Roca

Llama la atención y es alentador, ver a nuestros transportistas cuando ingresan conduciendo a Chile o Brasil; allí los vemos comportarse como unos perfectos ciudadanos; educados, respetuosos de las normas de tránsito, de pesaje, de velocidad, usan cinturón de seguridad, respetan la señalización y al peatón, y aunque no se lo crea es el mismo transportista que en Bolivia hace apenas unos minutos irrespetaba absolutamente todo. La explicación es que en estos países vecinos, por no hablar de Europa, existen normas y se la respeta y no es posible un “arreglo” con el carabinero, ni acudir a la protección política del sindicato.
Durante los últimos años, el angustiante día a día,  nos está forjando una cultura de la anarquía, de la anomia; nadie cree en la justicia, las leyes, no respeta a la policía ni a las instituciones. Todo grupo con una mínima capacidad de movilización (ni que hablar de los sindicatos), cuando se siente afectado en sus expectativas, aunque sean ilegales y contrarias al interés público, ni por un instante se les ocurre acudir a la ley, a la justicia, sino que inmediatamente proceden al bloqueo de carreteras, la toma de edificios y predios, a quemar y matar a presuntos ladrones; es decir toman la justicia (su justicia) por mano propia, pues son jueces y verdugos. Y a nadie le preocupa, ni le importa un comino, el perjuicio que causan a la ciudadanía, al productor que tiene el derecho constitucional del libre tránsito y los otros de ser juzgados imparcialmente.  
Esta ausencia de institucionalidad, del respeto de las reglas del juego, es el mayor daño causado por el gobierno y esta es la nefasta herencia que dejara el MAS cuando sea apartado del poder. Es la cultura del ch’enko masista, una mescla del totalitarismo y permisividad: La receta es: palo para los opositores e impunidad para los seguidores; seguidores que lo seguirán siendo en la medida que les permitan continuar con sus negocios ilegales, coca, contrabando, minería cooperativista ecocida, narcotráfico, extorciones. 
Es sabido que las normas, las reglas de juego, se cumplen, principalmente: por conveniencia, por temor  al castigo y lo ideal, por la internalización de las normas. Lo importante por tanto es avanzar con la buena receta de la zanahoria y el garrote, hacia la internalización de la norma, aprendiendo a  acatarla y valorarla como la forma civilizada de convivencia. 
Ahora es el momento de un pacto nacional, social y político para recuperar la República y la Democracia; de construir un Estado que no promueva e incite el enfrentamiento y el conflicto, sino más bien contribuya a la unidad de los bolivianos, todos iguales ante la ley.
Rescatada la democracia, la tarea urgente será recuperar las instituciones, realizar una selección meritocratica de todos los servidores públicos, como forma de lograr un verdadero cambio que dará confianza y seguridad a las personas, a la propiedad privada; con esto se recuperará la certidumbre en la inversión y los pleitos y problemas se resolverán no con la violencia y los bloqueos, sino civilizadamente en instancias legales, creíbles y confiables. Así algún día veremos gobernantes y ciudadanos respetuosos con los demás, y no nos maravillaremos, de hasta ver conductores comportándose como si estuvieran en el extranjero.


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