martes, 21 de agosto de 2012

DESAFIO GENERACIONAL, EL CAMBIO DEL PROCESO DE CAMBIO


DESAFIO GENERACIONAL, EL CAMBIO DEL PROCESO DE CAMBIO
Ovidio Roca
El país vive una sensación de bonanza económica y se señala como una muestra evidente de esta nueva riqueza, los miles de edificios y urbanizaciones que se construyen en el eje central, El Alto, Cochabamba,  Santa Cruz; la ingente cantidad de vehículos que abarrotan y obstaculizan el tráfico de las estrechas calles de nuestras ciudades; de los restaurantes y karaokes todos los días atestados y sobre todo de los miles de mercados colmados de todo de lo que se fabrica o falsifica en el planeta y traído de contrabando.
Y no vemos lo que es deseable para el país, una población educada, un entorno de seguridad jurídica efectiva y miles de empresas productivas, innovadoras  y competitivas generando empleo, abasteciendo al país y exportando al mundo nuestra producción nacional.
Advertimos que se ha echado por la borda la valorización ética del trabajo creativo y vemos como mucha gente se enriquece usando su falta de escrúpulos, sus contactos gubernamentales, y practicando una forma de economía especulativa, delictiva e insostenible, que conspira contra el sano y sostenible progreso económico del país.
Pero una cosa que hay que reconocer del Gobierno, es que en ninguna otra época se generaron condiciones como las actuales para el enriquecimiento fácil, sin límites, ni restricciones para sus cercanos colaboradores y amigos.
El gobierno ha sido claro al declarar reiteradamente que tiene como meta la estatización de la economía y la desaparición de las empresas privadas formales; a pesar de que la experiencia diaria nos muestra que las empresas estatales no solo están mal proyectadas y son adquiridas con sobreprecio, sino que por esencia su visión no es maximizar utilidades siendo competitivas,  sino  generar pegas para la militancia, multiplicar las ganancias para su burocracia y beneficios políticos para el régimen. Nos queda claro que lo hace para no tener una clase económica e ideológica que le haga frente.
No debe extrañar entonces, que algún funcionario público haya declarado que el objetivo de las empresas estatales no es ganar dinero. Obvio, ellos buscan sus propios beneficios, como puestos muy bien remunerados para ejercer funciones que desconocen, y si las empresas estatales pierden dinero, no hay problema, pues no existe dueño privado que los eche a patadas por incompetentes. Es entonces el pueblo, el contribuyente, quien tiene que pagar con sus impuestos o con el impuesto inflacionario, las pérdidas de las empresas públicas.
 Aunque bastantes “empresarios” y gente de clase media despotrican tibiamente contra el gobierno, “en el fondo de sus bolsillos”, son militantes masistas y cada día sacan provecho de la actual situación de informalidad y anomia.  Situación que puede mantenerse en la medida que permanezcan altos los precios de las materias primas y siga fluyendo el chorro de dólares del narcotráfico, de la pichicata. Pues con plata se puede disimular, hasta la pésima conducción económica.
Pero como el ciclo económico es imparable, a medida que caen los ingresos de las exportaciones, también lo hace la economía formal y los ingresos públicos; entonces el gobierno para mostrar crecimiento, necesita aumentar las estatizaciones e incentivar la economía informal y de paso al narcotráfico, que es el proveedor de los dólares.
A su vez, para frenar la protesta social se endurece la política represiva; los opositores son apresados y exiliados; las pugnas entre carteles de narcotraficantes y las ejecuciones en las calles se multiplican, la inseguridad aumenta, la pobreza crece y el país se hunde en la violencia y la anarquía.
La diferencia entre un país responsable y uno populista, se muestra cuando los ciudadanos saben distinguir exactamente entre su propia conveniencia y lo que conviene al país y muchas veces son capaces de anteponer esto ultimo. Igualmente los empresarios de un país desarrollado y exitoso entienden que no es posible progresar sosteniblemente si el país en su conjunto no lo hace.
Un nuevo gobierno con proyección nacional y visión de futuro, necesariamente mirara más allá de la coyuntura y tratará de poner orden en este desastre nacional, lo cual significa que la nueva burguesía cocalera y masista perderá sus beneficios.
Y esto aterroriza a la cúpula gobernante, que siente terror por un cambio hacia la democracia y la economía de mercado; no quieren oír de ser nuevamente ciudadanos comunes y sin privilegios, temen perder los autos oficiales, quedar sin guardaespaldas, sin secretarias, sin gastos reservados, sin cadenas nacionales y sin medios públicos a su servicio.
Y peor aun, sin aviones, helicópteros, ropajes,  casa, comida y  chola gratis, pues aunque demagógicamente tratan de confundir al país con su predica populista e indigenista, es evidente que lo que los guía es su afán de poder y riqueza.
Los  empresarios filo masistas, apuestan también a la continuidad del régimen y procuran acumular ganancias mientras este dure; importándoles poco lo que pase con el país en el futuro, y sin saberlo coinciden con lo dicho por Madame de Pompadur, “Después de nosotros, el diluvio”.
El asunto es como salir de esta situación, con una oposición dispersa, sin partidos políticos orgánicos. Con frentes opositores que no logran ponerse de acuerdo entre ellos por problemas de personas y sin alguien o algo que logre captar la adhesión y confianza de la ciudadanía.

Y como no es cuestión de esperar al Chapulín Colorado, los que se juegan su futuro y deben ganárselo son los jóvenes, los de la actual generación y están obligados a decidir si quieren vivir en un país de leyes y de principios, creando las oportunidades para un verdadero desarrollo, o caminar hacia un Estado forajido.
Ustedes mismos tienen que defenderse, y cuentan con el apoyo de sus madres y abuelas, pues la historia nos ha mostrado que son las mujeres las que siempre han puesto el espíritu y el pecho en las más difíciles circunstancias.

jueves, 16 de agosto de 2012

UN PAIS DOS SISTEMAS


UN PAIS DOS SISTEMAS

Ovidio Roca

El Proyecto de Nación Boliviana, pactado en 1825 entre las Provincias Autónomas del Alto Perú, se cae a pedazos. Fue destruido con complicidad y desidia nuestra, el apoyo militante de sindicatos cocaleros y perpetrada su devastación final por unos chapuceros aprendices de brujo, que ofrecieron construir el Socialismo Andino del “vivir bien” y buscando dólares y apoyo político, se enredaron con el Chavista Socialismo del Siglo XXI y luego con cada sátrapa totalitario que les ofrece sustento. Una mala lectura de veinte mil libros y de las arrugas de sin cuenta de venerables ancianos.  

Henchidos de soberbia, con peinado oficial de raya al medio  o con jopo al viento, los nuevos líderes proclamaron demagógicamente la supremacía indígena y el vivir bien, pero a costa de la hoja sagrada. Un chenko con el que han logrado exitosamente, incentivar la economía informal, extractivista y mercantilista; extender la siembra ilegal de coca y destruir la economía productiva y la empresa privada nacional. Quebrantaron igualmente, los cimientos mestizos de la abigarrada sociedad boliviana. Son desastres que se generan por ese afán desmedido de poder y gloria de algunos extraños personajes.

“Metiéndole nomás”, y a golpe de cercos, bloqueos y mañosas leyes, liquidaron la institucionalidad dificultosamente lograda y los lazos de solidaridad entre los miembros de una frágil nación boliviana, logrando aterrizar exitosamente en la anomia total.

A contrapelo del esquema centralista y totalitario diseñado por nuestros aprendices de brujo, la realidad social parió  un engendro “anarco corporativista” de grupos dispersos de sindicatos, gremios, colectividades, etnias (en lenguaje vernáculo: cocaleros, chuteros, contrabandistas, jacus, narcotraficantes, seudo-cooperativistas mineros, ayllus, comunarios, movimientos sociales, etc.) , que buscan sobrevivir y enriquecerse a cualquier costa y cuya única ley es la defensa de sus propios intereses de grupo; los que se imponen al Gobierno y la ciudadania, a fuerza de marchas, bloqueo, dinamita, palo, piedra; sin la mínima proyección de Estado Nacional, y que el Gobierno ni con su policía, su ejército, sus jueces y fiscales, puede ya controlar.

El régimen ha tenido éxito hasta ahora, porque cogió la ola de altos precios de materias primas y mientras estos se mantengan podrá navegar más o menos tranquilo y seguir con el presterío y la farra populista, aderezada con dólares del narcotráfico.

Pero si queremos perdurar y avanzar como sociedad y no debatirnos en la crisis económica, violencia  y anarquía que caracteriza a los Estado fallidos, nuestro desafío es reconstruir el país, un mejor Estado nacional que comparta los principios de legalidad y democracia y merezca respeto propio e internacional. Un país para todos los bolivianos, que sea más prospero, más incluyente, más solidario y responda adecuadamente a la pluralidad de intereses de sus habitantes.

Dada la disparidad de criterios y visiones, fruto del desbarajuste masista, tendríamos que transitar por los diversos caminos que nos señalan las esperanzas y expectativas prevalecientes en el país. Para unos: Departamentos constituidos en Estados Federales que apuestan a la cultura democrática y economía de mercado y para otros; Departamentos con régimen corporativista y comunitario. En fin, un país Federal con sistemas estaduales diversos.

Asistidos por Jano, dios romano de las puertas, de los comienzos y los finales, algún ciudadano de ese Imperio (derrotado por los indígenas americanos según nos enseña Evo) podía ver al mismo tiempo el pasado y el porvenir. Ahora con Google (otros con la coca), vemos on line el pasado y el presente; y razonando que al usar la misma receta, se cocina similar locro, un “nupcial” ají  de fídeos o un potente y mas apropiado ají de papalisa, fácilmente podemos atisbar el porvenir.


Por tanto nos es fácil verificar  el sabor y las consecuencias de la receta comunista. Solo  se requiere estudiar y visitar los  países donde se la cocino. Y para evitar el sesgo cultural, es mejor ver el resultado de su aplicación en un mismo país, una misma cultura, historia y geografía.

Podremos comprobar entonces, que la Alemania Federal democrática y de libre mercado es exitosa, mientras que la Alemania comunista se convirtió en un estado totalitario; su población se empobreció aceleradamente y que además, su modelo de gestión destruyo totalmente su medio ambiente, para finalmente colapsar.

Lo podemos ver también actualmente en las Coreas; la comunista medioeval, pobre y esclavizada y la Corea del Sur un ejemplo de sociedad libre, desarrollada económica, tecnológica y culturalmente.

También en Cuba, que en los años 50 del Siglo anterior era uno de los países mas desarrollados de América latina y ahora se debate en la pobreza y la opresión totalitaria.

Pocas personas y pueblos aprenden de la experiencia ajena, pues por alguna extraña razón, la ilusión es más fuerte  que la realidad y siempre surge la esperanza de que algún caudillo, un iluminado (pronto convertido en déspota), solucionara todos los problemas, aun los personales. 

Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, escribe el poeta español Antonio Machado.

Empecemos a caminar: aquellas personas y comunidades que siguen la tradición del comunitarismo y del ayllu, pueden en un Estado federal legislar y desarrollar libremente su visión de sociedad y avanzar aprendiendo de sus errores y aciertos.

Y lo mismo, para aquellos que prefieran la democracia y la libre empresa, ciudadanos que no quieren vivir bajo el totalitarismo, la violencia de grupos informales, de guerras de narcotraficantes. Pero como nada es gratis, hay que trabajar y se tiene la tarea, desde el hogar y desde las instituciones locales de armar un nuevo Estado Federal acorde a sus visiones e intereses comunes. “Caminante, son tus huellas el camino y nada más”.


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martes, 7 de agosto de 2012

YO UN BOLIVIANO NINGUNO


YO UN BOLIVIANO NINGUNO
Ovidio Roca
El próximo 21 de Noviembre se realizara el Censo Nacional, una herramienta estadística para ajustar y proyectar políticas públicas. Sus ejecutores impulsados por su síndrome totalitario, lamentablemente lo han convertido en un instrumento ideológico para demostrar una mayoría étnica, y el tema en debate y parece ser el único, es la pregunta sobre identificación étnica y las opciones religiosas del pueblo, que se ha decidido no conocerlas.
La consecuente polémica levantada sobre el mestizaje, quedó ya cerrada y trucada con el ultimo anuncio de las autoridades del Ejecutivo, limitando nuestra respuesta a llenar la casilla de una de las famosas 57 naciones indígenas o decidirse por la opciones: Boliviano - ninguno - otro.
Para la mayoría de la población, un coctel racial y cultural, que ha venido construyendo la patria y nación boliviana, la opción no es difícil, nos han hecho “gata parida”, nos han excluido de sus casillas y ahora lo que toca es decidir por la opción que nos queda: boliviano ninguno.
Todo esto como sabemos tiene un trasfondo y una explicación. Históricamente el libreto de los sistemas dictatoriales y absolutistas (fascismo y comunismo) es cambiarlo todo, para que la historia empiece con ellos, pero fundamentalmente para justificar sus privilegios y poder recién adquiridos. Se cambian las leyes, y se fabrica rápidamente una contra cada reclamo de la oposición; se busca sustituir una ciudadanía republicana de iguales ante la ley por una engañosa ciudadanía étnica; se cambia el nombre del país, de las instituciones, se cambia la historia y los héroes; se construyen palacios, se erigen estatuas y se pone la cara del líder a todo y para todo.
Y como en nuestro caso el Presidente se asume como Indígena y la imagen que quieren vender es la de un país indígena, se aprovecha el censo para fabricar una justificación estadística.
Con este manejo ideológico, los datos del Censo serán sesgados y nada reales, por lo menos en los temas que estamos comentado, pues una de las característica de los pueblos y muy útil para sobrevivir en condiciones difíciles, es acomodarse hacia donde mejor soplan los vientos.  Hace poco vimos en una encuesta sobre auto identificación étnica realizada por la Fundación UNIR, que confirma este acomodo, pues entre los años 2006 y 2011, un 22% de la población cambio su identificación pasando de ser mestizo a indígena, con la esperanza de verse favorecidos por las ventajas para las etnias (la que sabemos), que ofrece el actual gobierno. Y si la ventaja fuera ser choco, las peluquerías no darían abasto decolorando y tiñendo a troche y moche.
Finalmente, los bolivianos como casi todos los pueblos, somos una variopinta mescla de razas y cultura; un rico mestizaje étnico y cultural, y que crece con eso de la globalización y las comunicaciones, del machuque y el cruzamiento, y que desde nuestra identidad nos proyectamos a la ciudadanía del mundo. Y por eso sabemos que el proyecto del Gobierno mas allá de su retorica y grandilocuencia, no es de reivindicación étnica, sino de poder, de coca y de negocios.
C`est la vie.

lunes, 6 de agosto de 2012

GEOGRAFÍA, HISTORIA Y NATURALEZA CHIQUITANA, POR OSCAR TONELLI JUSTINIANO

 GEOGRAFÍA, HISTORIA Y NATURALEZA CHIQUITANA, POR OSCAR TONELLI JUSTINIANO

PROLOGO

Oscar Tonelli Justiniano, fue un reconocido profesional de exitosa trayectoria en los ámbitos público y privado. A principios de los años setenta, viajo a la chiquitania como Consultor y desde ese momento se sintió deslumbrado y apasionado por esa hermosa región, dedicando luego gran parte de su vida a investigar, para luego mediante sus libros hacernos conocer el patrimonio histórico, cultural, geográfico, económico y ecológico que encierra esa extensa región del oriente boliviano.

Mi vinculación afectiva con el autor y su obra, hace que esta presentación de su libro sea al mismo tiempo un testimonio de afecto personal y reconocimiento a la labor intelectual de Oscar Tonelli; historiador, geógrafo, naturalista y un rapsoda contagiado por el encantamiento de esas tierras, por sus paisajes y por la vida del pueblo chiquitano.

La primera vez que llegamos con Cacho a la chiquitania, la recorrimos extensamente, explorando todos los rincones y recogiendo el sentimiento y necesidades de sus habitantes, conversando con ellos horas y horas, recogiendo historias y relatos en cada choza, comunidad y poblado. Oscar rápidamente conquistaba a sus interlocutores que se sentían deseosos y felices de compartir sus conocimientos, recuerdos e historias y buscaban en el fondo de sus “cachas” viejos documentos, diarios y cartas y los compartían; felices de que alguien busque plasmar y difundir su rica tradición y lucha por construir cultura y economía en esas lejanas comarcas.

Oscar era un investigador nato y permanentemente estaba visitando el área geográfica de su preocupación, recogiendo y compartiendo testimonios y datos con sus pobladores. Revisaba y compulsaba la veracidad de cada documento que caía a sus manos y viajaba a cualquier lugar donde sospechaba podría encontrar más y mejor información: en Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y España; recababa datos y documentos, tomaba notas detallando las distintas facetas de su investigación y usando esa copiosa documentación publicó cinco libros sobre la Gran Chiquitania, quedando otros tantos en preparación.

En cada uno de sus libros, Oscar Tonelli nos transporta a ese extenso territorio oriental que abarca el 64 por ciento del Departamento Santa Cruz y el 21.6 de Bolivia. En su primer libro, “Reseña Histórica Social y Económica de la Chiquitania” nos introduce en su historia y cultura; busca y encuentra el zapato de amatista de “Santa Ana la Cenicienta Chiquitana”; nos conduce por los caminos de los ancestrales caminantes indígenas en el “Peabirú Chiquitano”, nos acompaña por la senda de los argonautas de la selva, buscando el oro negro del “Caucho Ignorado” y nos lleva a volar en el imaginario Chiquitano en “Ubio Karsch” Cuentos y Leyendas.

El libro que recibimos ahora, “Geografía, Historia y Naturaleza Chiquitana” es el último que escribió, concluyendo su redacción en Buenos Aires, mientras buscaba alivio para su quebrantada salud.

Al estilo de los naturalistas y geógrafos de antaño, presenta en el mismo una visión integral y maravillada del territorio, la evolución de su división política, su precámbrica geología, fisiografía, clima y orografía, y finalmente la intrincada hidrografía, con una detallada descripción de los ríos, lagunas y pantanos que abundan en la región. Todo ello en un marco donde la cultura e historia de los habitantes y la naturaleza circundante forman parte del todo. No se olvida del rescate de la toponimia y de señalar la raíz indígena de los nombres que identifican la geografía regional

Con prosa llana y elegante, que llega al lector en forma de  una amigable conversación, desarrolla sus ideas y descubrimientos los que nos ilustran y a la vez nos contagian de su admiración y cariño por este espacio geográfico cruceño al que dedico toda su obra.

Buscaba obsesivamente el espíritu de la chiquitania, la recorría y observaba una y otra vez, esperando descubrirlo en su gente, en sus relatos, su historia, su geografía. Mirándolo en la vida y en los ojos de sus originarios pobladores; en los épicos exploradores de la espada y la cruz, aventureros y místicos que finalmente quedan encantados por la tierra y se integran a ella en la historia y en la vida.

Son actores principales de las historias que nos relata el autor, juntamente con los pueblos indígenas chiquitanos, los padres de la Compañía de Jesús quienes construyeron esa utopía, desgraciadamente interrumpida y que cada vez se hace más imperioso rescatar. Lo son también modernamente esa elite cívica chiquitana de mediados del siglo anterior que busco integrar su región a la vida Departamental.
Y lo es también Oscar Tonelli, con su obra íntegramente dedicada a esta región con profesionalismo, rigor científico  y sobre todo con pasión y amor por esos pueblos, por esas tierras.


Ovidio Roca, Julio de 2012  

viernes, 3 de agosto de 2012

LOS SACH’A RUNA DEL TIPNIS


LOS SACH’A RUNA  DEL TIPNIS

Ovidio Roca

Son algunos caminos vías de integración, de comunicación que permiten el intercambio ágil y económico de productos y el movimiento de las personas. El tipo de vías depende de los flujos económicos, de la fisiografía y los recursos económicos con que se cuenten. En el caso del Beni que es una llanura de inundación, lo lógico es utilizar modalidades complementarias: carreteras, vía fluvial (limpiando los ríos y construyendo puertos flotantes) y la más usual para desplazamientos rápidos, la vía aérea. Alguna vez se deberá estudiarse seriamente el transporte con Dirigibles, para cargas pesadas.

Las actuales ventajas comparativas del Beni, para la producción comercial, según nos señala el Dr. Eloy Avila (1), están en la ganadería y el cultivo de arroz. Para movilizar esta producción se tiene actualmente dos vías, la carreta asfaltada a Santa Cruz y de allí al Atlántico, y la carretera, hace tiempo en construcción, hacia La Paz vía San Borja, para vincularse con el Pacifico donde la carne vacuna tiene un buen mercado en Chile y Perú, y donde existen los puertos para la venta de arroz a los mercados del Asia.
Lo que se requiere adicionalmente para ser competitivos en la nueva economía verde que se va extendiendo en el mundo, es trabajar con tecnologías sostenibles para la producción agropecuaria, que cuiden el ecosistema y el régimen acuático.

Y si de verdad el Gobierno (al que parece que le sobra la plata que alguien tendrá que pagar) luego de asfaltar la carretera a La Paz, quisiera vincular el Beni con Cochabamba, podría usar la alternativa que sugirió en reiteradas oportunidades el Alcalde de Trinidad, Moisés Shriqui. Desde Villa Tunari hasta el puerto de Camiaco sobre el rio mamoré y luego a Loreto y Trinidad. 

Son otros caminos, los que sirven para penetrar regiones y dominar sus pueblos. La actual pugna del gobierno por el control territorial del TIPNIS, es una muestra fehaciente del mal uso de las carreteras por el neo imperialismo cocalero.

 Desde siempre los pueblos arawak del oriente boliviano, han convivido en ese entorno natural de bosques y ríos. Son los descendientes de esa antigua y grandiosa cultura hidráulica en las llanuras inundadizas de Mojos.
En otro contexto ecológico, pueblos del área andina cuyos antecesores construyeron el Imperio Incaico, por su experiencia cultural vincularon el bosque con lo salvaje, lo “sach’a”. El monte sin coca, “purum coca coca”, debe controlarse, civilizarse con cultivos de coca para uso ritual, el “mallki coca coca”. (2)

En los últimos años y con el recrudecimiento del narcotráfico algunos sindicatos cocaleros del Chapare se proponen expulsar a los “sach’a runa”, los salvajes, de los montes y los ríos para civilizar el TIPNIS sembrando coca y cosechando dólares, con un afán de capitalismo salvaje. Se busca  colonizar el área y vincularse con su base de avanzada (mitimaes) en San Ignacio de Mojos.
Dada esta declarada necesidad de ampliar el territorio y área de cultivo cocalero, el Dirigente máximo, el Presidente de las Seis Federaciones del Trópico no puede defraudar a sus asociados, a sus bases y dejar de entregarles esa área de expansión cocalera y construir la carretera que atraviesa el propio corazón del TIPNIS.

Para romper la resistencia expresada en sus sacrificadas marchas y valientes declaraciones en defensa de su hábitat, se ha buscado permanentemente desprestigiar a los pueblos del TIPNIS y al margen de lo político,  se usan discursos pachamamistas que de forma demagógica difunden el sofisma de la intangibilidad total de la TCO, que no es tal, pues es el hogar donde han vivido siempre estos pueblos originarios. Lo que se exige cuando se titula este Territorio Indígena y Parque Nacional, es que sea manejado sosteniblemente y se proteja y conserve su biodiversidad.

En el Plan de Manejo y Conservación del Parque se establecen aéreas núcleo que no se deben intervenir y que es justamente la que quiere atravesar el Gobierno con la “rodovia do narcotráfico”.

En las aéreas donde viven tradicionalmente los indígenas no solo es posible sino necesario hacer manejo sostenible de recursos forestales maderables y no maderables, de fauna, de servicios ambientales, de ecoturismo. Pues la gente que vive allí debe tener recursos para mejorar su calidad de vida, para progresar, cuidando y disfrutando de la biodiversidad de esta hermosa región. Nosotros también comemos, “no somos cucos” decía Eusebio Semo, de Puerto San Lorenzo en el Sécure.

Es la coca, pues no se explica de otra manera este empecinamiento y el falso discurso de integración, pues esta carretera no es estratégica para el Beni, como lo es y reiteramos, asfaltar de forma inmediata la postergada carretera Trinidad, San Ignacio de Mojos, San Borja, La Paz y también apoyar a los pueblos indígenas a progresar haciendo uso pacifico de su territorio para bienestar suyo y de la humanidad.

(1) Diario La Misión Trinidad 13/03/2012,  “Existen soluciones mas importantes en el tema vial del Beni, que la carretera Villa Tunari – San Ignacio”. Entrevista a Eloy Ávila Alberdi.
(2)  TIPNIS, ecología y ethos indígena: en ovidioroca.wordpress.com, También: Geopolítica cocalera, La marcha del TIPNIS hace renacer el sentimiento nacional; Vida cotidiana con los Chimanes; Reportando desde el TIPNIS.