domingo, 3 de julio de 2016

PEDIR PERAS AL OLMO

Ovidio Roca
Durante los últimos días, los trabajadores de Enatex y la COB han venido presionando con huelgas y movilizaciones, en una vana procura de recuperar y mantener su fuente formal de trabajo; lo que lamentablemente es como pedir peras al olmo.
El problema no es la buena o mala voluntad que pueda tener el Presidente Morales para atender sus demandas, se trata de que el modelo, la receta socialista que aplica el gobierno no es buena, ya ha demostrado ser fallida en todo el mundo y por tanto, de seguir con la misma no existen posibilidades de que puedan reactivar la empresa estatizada, ni a ninguna otra mientras se sigan el mismo camino.
Gracias a los soviéticos, la república democrática alemana, los cubanos, los norcoreanos y los venezolanos que aplicaron la receta comunista,  podemos confirmar de forma concluyente que el sistema socialista y populista no funciona y nadie puede decir que sus gobiernos no tuvieron suficiente poder o suficiente burocracia o suficientes planificadores para implementarlo; el problema es que el modelo no funciona.
El caso de la China es especial, pues es una dictadura del partido comunista que dio paso a un capitalismo salvaje, que garantiza a los inversionistas siempre que no se metan en política ni adversen al partido: mano de obra esclava, bajos salarios, largas jornadas de trabajo y ningún beneficio social ni derecho a reclamo. De esta manera los empresarios comunistas se han convertido en los más ricos del mundo.
Debemos de una vez entender, que la política e ideología estatista y de socialismo corporativo del gobierno masista no es favorable ni proclive a la inversión y el desarrollo de la empresa privada competitiva, por lo cual ésta no tiene ambiente para prosperar. Lo que se puede evidenciar de sus políticas populistas, es que estas son más adecuadas y favorables para promover y mantener la informalidad, el comercio ilegal, el contrabando, los negocios de la coca, del narcotráfico y no a las actividades formales. En la misma línea su política exterior, de un gran sesgo ideológico, tampoco facilita el acceso a los mercados internacionales.
En años anteriores, antes del MAS, la empresa Ametex era una empresa dinámica y competitiva, situación que cambio al perder su ingreso privilegiado al mercado de los Estado Unidos, al que accedía bajo la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (ATPDEA). La situación para esta empresa se complica luego aún más, al carecer de seguridades contra el masivo contrabando de ropa usada y china y la informalidad cada vez más creciente. Como consecuencia de esto y durante los siguientes años y hasta su estatización y la creación de Enatex, la empresa atravesó un proceso de permanente declinación, pues no encontró nuevos mercados, ni ambiente favorable para su producción.
El Gobierno en su busca de mercados, pensó en su “pana” ideológico  venezolano y se iniciaron las exportaciones, pero su país ya en crisis no pago las facturas. Solo bastante tiempo después empezó a hacerlo pero en bolívares y luego surgieron problemas para conseguir los dólares del Banco Central de Venezuela.
En estos últimos años Enatex no es competitiva ni rentable, por lo que no pude cubrir sus costos ni pagar salarios a sus empleados y como el Gobierno boliviano no dispone de los recursos para subsidiarla, pragmáticamente decide cerrarla.
La enseñanza para nosotros será entender, que los países que progresan son aquellos donde existe un ambiente favorable y de seguridades para la inversión y donde se aplica un modelo de economía privada y competitiva que estimula la innovación y la generación de valor. El sistema liberal de estos países se basa en la libre competencia de precios y de mercado, el que refleja las prioridades sociales y guía el proceso económico. Intentar sustituirlo con planes nacionales, prohibiciones de exportación, fijaciones de precios, regulaciones económicas, control de tipo de cambio o nacionalizaciones es un esfuerzo destructivo.
Dado que nuestra supervivencia como seres humanos es inseparable de nuestras necesidades materiales, el pensamiento liberal a diferencia de los comunistas, postula que somos dueños de “nuestra vida y nuestra propiedad”,  pero a la vez afirma que nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás.
Lo que corresponde es que los jóvenes para labrar su futuro y lograr una sociedad más prospera y un país mejor, se esmeren en el cambio de modelo de política económica y de gestión pública; en desmantelar las políticas erradas y corregir las distorsiones económicas acumuladas durante los últimos años, que son las que impiden que las empresas prosperen y que la producción y el empleo formal, tan venido a menos en la actualidad, crezcan.

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