jueves, 22 de marzo de 2012

DICCIONARIO PLURINACIONAL


Emilio Martínez
La implementación de un novedosísimo sistema político poscolonial, que no es república ni monarquía, ni democracia ni dictadura sino todo lo contrario, ha sido acompañada por el surgimiento de una terminología específica, una neolengua cuyos vocablos principales procuraremos describir aquí.
Azúcar: producto innecesario impuesto por los conquistadores, que está siendo erradicado mediante la descolonización alimentaria.
Capitalismo andino: fórmula económica por la cual los empresarios son malvados si critican a Evo y buenísimos cuando hacen negocios con funcionarios del gobierno.
Coca: en el Incario, hoja de consumo VIP para nobles y sacerdotes, democratizada durante la Colonia. Pero eso no lo decimos públicamente.
Cocaína: algo que estamos combatiendo efectivamente y que por eso cada día hay más.
Democracia: invento capitalista, sustituido por la democracia comunitaria basada en el consenso obligatorio y en el derecho al chicotazo.
Descolonización: eliminación de logros de la cultura universal que perjudican a nuestro proyecto de eternización en el poder (libertad de prensa, Estado de Derecho, economía de mercado, pensamiento científico, etc.).
Emapa: instrumento fallido para estatizar el comercio. Ni modo, la vamos a tener que cerrar.
Estado Integral: concepto gramsciano redefinido por nuestro cerebro neomarxista, Álvaro García Linera. Significa que ahora todos participan del Estado, menos los empresarios y los curas que tienen prohibido meterse en política.
Gasolinazo: medida maldita usada por los neoliberales para reducir el déficit fiscal y que en nuestras virtuosas manos se transmuta en socialista, justiciera y superavitaria.
Imperialismo: injerencia de un Estado en los asuntos de otro. Esto no se aplica al gobierno del hermano coronel Chávez, sino pura y exclusivamente a los Estados Unidos.
Indígenas: ciudadanos de primera clase en los papeles. En la práctica, tropa de choque que si se desvía de nuestras directivas puede ser convenientemente flagelada.
Neoliberalismo: pernicioso sistema que concentraba la riqueza en manos de unos pocos empresarios privados y que hemos sustituido por un sistema que concentra la riqueza en manos de unos pocos burócratas.
Nueva Constitución: norma de aplicación selectiva, que implementamos en todo aquello que convenga al copamiento total del poder.
Movimientos sociales: valerosos luchadores cuando hostigan a nuestros opositores y traidores financiados por USAID cuando protestan contra nuestras medidas.
Murucuntrullo: hueso comunitario que comparten las familias plurinacionales para hacer sus sopitas.
ONG: burocracia paraestatal que tuvo un papel fundamental en la formación de nuestros cuadros y tropas de choque. Ahora hay que controlarlas o disolverlas, para que nadie más pueda subir por esa escalera.
Plurinacionalidad: sistema político-territorial que sirvió para distorsionar el régimen autonómico y que luego archivamos para no perjudicar al Estado centralista.
Pollo: alimento imperialista que provoca homosexualidad, cuyo consumo le estamos restringiendo a un importante personaje de nuestro gobierno.
Proceso de cambio: bonito nombre con el que bautizamos a nuestro régimen y que sirve para descalificar a los críticos como “enemigos del proceso de cambio”.
Separatismo: algo que nunca existió en Achacachi, sólo practicado por revoltosos de tierras bajas.
Socialismo comunitario: modelo económico que impide la formación de riqueza en manos de los ciudadanos y que los obliga a mendigarnos ayuda estatal.
Terrorismo: método del que somos absolutamente inocentes, ya que el EGTK fue un simple círculo de reflexión filosófica. Practicado por el mercenario de la oligarquía cruceña Eduardo Rozsa, que por alguna razón nos llamaba por teléfono y nos escribía e-mails.
Uranio: mineral de uso inofensivo, que se encuentra en grandes cantidades en los lugares donde instalaremos “fábricas de cemento” con ayuda del pacifista Ahmadinejad.
OTROS (añadido de otras fuentes)
Indios: Poseedores, partícipes, constructores y productores de una cultura que la asumen como propia, que proviene desde tiempos inmemoriales y continúan asentados en esa cultura milenaria, pensando que aún es impoluta.
K`aras: Designa a los blancos, mestizos, y criollos. Son el no indio. “Pelado, sin vegetación, incivilizado, infértil. Mandón, aprovechador, el que engaña”.
T`aras: es el indio urbanizado, el que vive en la ciudad es el caso de la ciudad (urbana) aymara (india) de El Alto. También se lo conoce como puro, o cholo pobre, (pues hay cholos muy ricos).
Movimiento indígena o indigenismo: movimiento rural-urbano indígena, en búsqueda de la reivindicación, afirmación, o fortalecimiento de sus identidades, a través de una serie de demandas.
Este movimiento es heterogéneo dada las transfiguraciones socio- económicas y culturales que ha recibido gran parte del indígena migrante. Sin embargo puede en algún momento singular (crisis, levantamientos) encontrarse una determinada homogeneidad, cuando las vivencias y sus prácticas organizativas de larga data, confluyan hacia demandas similares. Por tratarse de un movimiento, está articulación no es orgánica, es más bien intuitiva de sobrevivencia.
Movimiento indio: movimiento de tipo estrictamente rural y perteneciente a una cultura india, sea aymara, quechua, guaraní u otra, que lucha por sus derechos.
Intelectuales indios: indios que conforman un capital intelectual propio, que siendo parte de esta raza, han realizado estudios universitarios, o por su vivencia, son autodidactas y expertos en temas de su propia cultura. Son productores de teoría indígena, es decir sobre temas que les pertenece en términos de vivencia. Su enfrentamiento ha estado dirigido tanto a los intelectuales directamente contrarios, como en algunos casos a la propia intelligentsia indiana.
Entre sus planteamientos fuertes está el de constituir una Nación Aymara (muy pocos y es raro, incluyen a los quechuas), eliminando o aislando por supuesto a los blanco-mestizos
Indianos: seguidores de la doctrina expresada por la cultura india ancestral, respetando el tiempo y el espacio de su origen y desarrollo, sea quechua, aymara u otros. La idealidad de esa doctrina busca constituir un paradigma indiano, que generalmente se centra en el Ayllu, que a decir de éstos, no ha sufrido grandes modificaciones, por lo que se hace necesario retornar o modelar en última instancia el presente en base a ese paradigma.
Intelligentsia indiana: grupo intelectual no-indio, descendiente y/o perteneciente a la clase media, mestiza, y en muchos casos a capas altas y blancas. En términos políticos, muchos provienen de la izquierda y, han cambiado “la lucha de clases” por la “lucha etnopolítica”. En Bolivia han cursado dos etapas: la intelligentsia indiana utópica y otra “científica”. Una característica importante que los define, es que siguen a otra clase o etnia distinta a sus raíces y tienen la manía de hablar a nombre de “esos otros”. Ayer de la clase obrera, hoy de los indios, “de los sin voz”, de “los mudos”. Son propulsores e ingeniosos para añadir lo “pluri”, lo “Inter” y lo “multi” a lo cultural.
Indiólogos: son primariamente estudiosos de lo que es la “cosmovisión andina”, un tema prioritario y vital en sus aspiraciones, aunque lamentablemente se han ido convirtiendo paulatinamente en seguidores fundamentalistas del logos indiano. En sus estudios, han logrado sobrepasar los espacios económico, político y social, alcanzando niveles teogónicos, religiosos y esotéricos.
Lo que quiero decir con todo esto es que en la medida que sigamos planteando o avalando los problemas de la sociedad boliviana en términos animistas o pachamámicos, no sólo estamos errando el asunto en toda su dimensión, sino que además estamos siendo sustancialmente hipócritas con nuestras preocupaciones y avalando por debajo de cuerda la desaparición de perspectivas socio políticas serias que vayan a insertarnos en forma inteligente a un capitalismo en crisis pero muy lejano de desaparecer.

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