viernes, 10 de mayo de 2019

PROCURANDO POR UN PAIS VIABLE Y UN MEJOR FUTURO


Ovidio Roca
Al igual que en la distopía Orwelliana 1984, todos los días los q’aras llunkus del régimen masista reescriben e inventan un nuevo cuento, haciendo todo lo posible para denigrar a la oposición y ensalzar al Gran hermano cocalero, inventando una historia épica y de éxitos que se inicia con ellos.

Cambiaron el nombre de la Republica, se inventaron nuevos caudillos, nuevas banderas, rediseñaron los billetes para colocar nuevos símbolos y nuevos héroes, se eliminan paulatinamente las tradiciones y la cultura criolla, cambiaron las leyes para garantizar su poder y eterna permanencia, promueven la etnización de la política y finalmente nos quieren hacer creer: ¡que han hecho una buena gestión de gobierno “para vivir mejor”!

Lo que vemos a diario es la anomia, los movimientos sociales formados en la cultura del bloqueo chapareño y acostumbrados a presionar para conseguir sus demandas y prebendas, que están permanentemente en huelgas, bloqueos y movilizaciones para avasallar y aterrorizar a los opositores y procurar que en pago de estos servicios, el Presidente tome decisiones en favor de cada grupo corporativo, de sus reivindicaciones e intereses propios, pero sin ningún plan de desarrollo económico productivo y sostenible; ni de parte de los grupos corporativos cocaleros y contrabandistas, ni del gobierno populista. Como resultado ya casi no hay productores y en los mercados el ochenta por ciento de los productos alimenticios son importados, contrabandeados.

El discurso envolvente del grupo gobernante muestra un ansia de poder y riqueza que no se satisface sólo con tenerlo, con disfrutar de sus mieles, sino que procuran que los envidien, que les teman por ser inteligentes, poderosos e impunes; que los admiren por sus neuronas, por su poder totalitario y sus símbolos: sus museos, canchas, palacios, aviones y helicópteros y que se sometan a ellos.  Sus discursos están cada vez más cargados de fundamentalismo étnicista, con lo que están promoviendo una violencia que luego no se podrá controlar y que dañara aún más la buena convivencia  entre bolivianos. Esta es una predica que está creando divisiones entre los bolivianos, abriendo heridas que luego serán difíciles de cerrar.

Recordemos que cuando Evo Morales se posesionó como líder indígena y Presidente en enero de 2006, en el discurso que leyó explicitaba con claridad sus objetivos y deseos: Hay que quitar el alma a los q’aras, el indio debe gobernar 500 años”. Los escribidores eludieron colocar en el discurso excluyente del Jefazo; que el objetivo principal es favorecer a los q’aras ll’unkus de su entorno, de aquellos que lo manejan mientras se enriquecen como vulgares neoliberales.

Una vez en el poder los masistas se sienten todopoderosos y afirman explícitamente: Somos el pueblo y porque somos el pueblo tenemos todos los derechos, absolutamente todos; para comenzar, el de romper la Ley”. ¡Yo le meto nomas!, es la consigna.

Bajo esta lógica, los asambleístas del MAS presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), para que se declare inaplicables cuatro artículos de la Constitución Política del Estado (CPE) y así se permita una otra reelección al presidente, vicepresidente y otras autoridades electas. Después descubrieron que es un “derechos humano” del Jefe cocalero, gobernar indefinidamente.

Ocurre que en los procesos políticos y sociales, el problema empieza siempre por lo prosaico, por el estómago y el bolsillo, y cuando se acaban los recursos heredados de las gestiones anteriores (reservas de gas, ahorros y cuando falta, endeudamiento) los discursos ya no valen nada y el modelo populista evidencia su inviabilidad y su incapacidad de producir bienes y generar riqueza.  Una inviabilidad que es causada especialmente por la inseguridad jurídica, pues como ellos no respetan ninguna norma legal, social o ambiental, asustan y corren las inversiones y como consecuencia acaban con toda actividad productiva lícita y sostenible.

El modelo populista ha mostrado su fracaso y está en retirada en Latinoamérica dejando a su paso su herencia de anarquía, crisis y miseria, por lo que nuestro reto es trabajar unidos para cambiar este modelo de Estado, pasando del populismo cocalero a la democracia y la economía de mercado. Para avanzar en esto requerimos contar con un gobierno responsable y eficiente, que dote de seguridad jurídica y permita a la población y a los emprendedores labrar su futuro y tener éxito en la generación de riqueza.

Necesitamos urgente superar este fallido sistema populista y estatista de economía primaria, extractiva e insostenible, especialmente ahora en el nuevo mundo de la tecnología, para lo cual necesitamos mejorar la educación, la calidad de los profesores y construir una cultura y ambiente propicio para el emprendimiento y la innovación. Para lograr esto cada uno de nosotros y la sociedad en su conjunto necesitamos asumir la responsabilidad de trabajar unidos para legar a nuestros hijos y nietos una sociedad más viable y un mejor futuro.   

ovidioroca.wordpress.com


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