domingo, 14 de abril de 2019

APUNTES PARA UNA ESTRATEGIA CONTRA EL POPULISMO COCALERO, II


Ovidio Roca
Todos los días recibimos malas noticias desde Venezuela, de nuestros amigos y vecinos, que viven un viacrucis del que todos se conduelen pero nadie se anima a tomar decisiones expeditivas para cortar su dolor. Es un paciente que sufre y aunque la solución es una operación quirúrgica, solo le damos consejos, aspirina y sobas de unto con sal.

No queremos tampoco, saber que el virus populista que ha producido este “maduro absceso” a los venezolanos y que los mantiene enfermos, ya lo tenemos en casa y lo que vemos por la tele de Venezuela, pronto lo tendremos aquí.

Está comprobado dramáticamente que el modelo populista es un fracaso y esto lo comprobamos todos los días, por lo que necesitamos revertirlo urgentemente y aplicar aquel otro modelo: la democracia liberal y la libre empresa, que ha funcionado exitosamente en el mundo libre.

El argumento concreto y objetivo para oponerse al proyecto populista es la demostrada inviabilidad económica e institucional de su receta castro-chavista, que viene bajo el rotulo de Socialismo Siglo XXI, pero en realidad es el viejo Capitalismo de Estado y dirigismo económico. Ellos combaten a la propiedad privada y procuran estatizarlo todo; lo hacen con las grandes empresas ya instaladas y compran maquinarias con sobreprecio para instalar otras, que luego no saben cómo manejarlas. Y esto, es lo que no hay que hacer.

Quieren controlar el mercado, los precios el tipo de cambio, pensando que algún burócrata ll’unku, es más inteligente que las millones de personas que con sus compras diarias y buscando la mejor opción del mercado lo regulan automáticamente. Algo que no es cierto.

Parodiando la lucha de clases de Marx, ellos ahora están promoviendo la mortal lucha de etnias, “diseñada” irónicamente  por aquellos q’aras que se identificaron en el último Censo de Bolivia, como “ninguno”.

Han destruido la institucionalidad democrática y dado paso al retorno al Imperio Inkaico totalitario. Un Cacique y miles de pequeños Jilakatas, dedicados a enriquecerse, realizando todo tipo de actividades expoliativas y mercantiles, donde se destacan las derivadas de la coca y el contrabando. No obedecen ninguna ley, no pagan ningún tributo, no se preocupan en lo mínimo del impacto ambiental. Los ideólogos del “proceso de cambio”, en su busca del Socialismo han generado un nuevo paradigma, el “Anarco Corporativismo Cocalero”.  Kawsachun coca.

Con el Gobierno Populista cocalero, vivimos tiempos de anomia, se ha perdido la confianza en el gobierno, en su política, no se respetan las instituciones, no se cree en las leyes, en la justicia, el pueblo se acostumbró al desorden gubernamental y pasó a ver como normal la corrupción, violencia, deterioro de los servicios públicos, el negocio informal, el narcotráfico que satisface y enriquece a sus seguidores se extiende en la sociedad y se incrementa el uso del temor para quien se oponga a ellos. Para garantizar un futuro sostenible necesitamos construir seguridad jurídica y confianza en las instituciones.

Hannah Arendt, 1951 (quien conoció el nazismo y el genocidio étnico) expresaba: “El totalitario, en primer lugar, transforma las instituciones y normas que rigen el país, buscando fortalecerse y perpetuarse en el poder. Revestido de legalidad, el totalitario cierra los caminos que permiten la alternancia pacífica en el gobierno. No basta con la reforma institucional, sino que necesita controlar la opinión pública a través del monopolio o fiscalización de la información y la educación. De esta manera, el totalitario adoctrina, transmite valores, y a través de la propaganda crea la verdad oficial, lo políticamente correcto.
El Gobierno, su partido y sus aliados se convierten en la voz del país, identificándose con la nación, el Estado o el pueblo, de manera que criticar es mentir, crispar o ser antipatriota”.

Se necesita por tanto, cambiar de modelo político económico populista y reconstruir el país bajo un sistema de democracia liberal, republicana y federal; es nuestro desafío.
Cada doce siglos desciende del empíreo un iluminado, un Qananchiri y nosotros fuimos bendecidos con el Licenciado, quien nos sentencia: En Bolivia: “No se está debatiendo el modelo de Estado, ni el modelo económico, no hay un proyecto alternativo en Bolivia, y no es culpa de nosotros, sino de la oposición que no tiene la capacidad intelectual”. Qananchiri en Alemania.

Aunque como dice el Licenciado, somos medio burros y de baja capacidad intelectual, algo tendremos que hacer para sobrevivir.
ovidioroca.wordpress.com

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