jueves, 1 de mayo de 2014

SOBREVIVIENDO EN PAISES SIN EMPRENDEDORES, INSTITUCIONALIDAD Y ESTADO DE DERECHO

SOBREVIVIENDO EN PAÍSES SIN EMPRENDEDORES, INSTITUCIONALIDAD Y ESTADO DE DERECHO

Ovidio Roca

La experiencia internacional muestra que los países que viven del extractivismo de los recursos naturales, moldean para sus habitantes una cultura comunitaria, corporativista y proclives a un Estado populista; mientras que los habitantes de países con Estados Liberales y que se desarrollan en base al trabajo y la innovación, se forman como individuos libres y responsables de su futuro.
Bolivia desde su origen ha sido un país extractivista y por su enclaustramiento en las montañas, su bajo nivel educacional y  la inexistencia de un mercado para desarrollarse, no recibió ni aprovecho la influencia positiva de la cultura industrial e innovadora mundial. A su vez, la inestabilidad del país, el que no termina de consolidarse, no genero las condiciones de seguridad jurídica y menos de un horizonte de estabilidad en el tiempo, que permita desarrollar actividades productivas que necesitan largos periodos de maduración. 
Como no existe el ambiente propicio y favorable para la innovación, la industria y la actividad productiva; la mayoría de la gente se orienta no tanto a la creación de nuevo valor, sino al comercio y si es de contrabando, mejor. Por esto son de gran mérito los pocos empresarios industriales innovadores que perduran en su esfuerzo.
En estos últimos años, una gran población migra diariamente del campo a las ciudades donde no encuentran fuentes de trabajo, y en procura de sobrevivir hacen uso de su enorme habilidad para el comercio y el tráfico. Algunos encuentran en la coca y el narcotráfico el capital adicional requerido para mover las miles y miles de toneladas de mercancías con las que inundan el país y se irradian hacia los países vecinos; traen todo lo que el mundo ofrece, desde equipos electrónicos, electrodomésticos, autos chutos, miles de toneladas de ropa usada, toda clase de artículos de la industria pirata, etc., que es transportado e introducido al país de maneras creativas y a costa de un gran sacrificio personal.

Otros menos arriesgados, buscan una pega tranquila y para ello hacen anualmente inmensas colas para ingresar a la Escuela normal de maestros y a la Escuela de policías; son empleos con un sueldo de hambre, pero permanentes y poco exigentes y desde allí se buscan otras actividades para sobrevivir. Para lograr el cupo de admisión se mueven influencias políticas y sindicales y se paga importantes coimas.
El resultado es una profesión devaluada: maestros mal formados y peor pagados y un sistema educativo sin proyecto pedagógico, de sociedad y de cultura, lo que la convierte en un mero formalismo. Por ejemplo las matemáticas y el lenguaje que son el medio para desarrollar la lógica y la comunicación son casi obviados en la enseñanza y esto se lo verifica en las pruebas de admisión para la Universidad, pues la mayoría de los bachilleres no conocen las cuatro operaciones aritméticas y menos tienen habilidad para entender lo que leen.
Los policías reciben un sueldo miserable y tienen que comprar con sus propios recursos su uniforme y arma, y aun así pugnan por entrar al cuerpo policial. La explicación de este empeño nos viene luego, cuando vemos a policías de tránsito y aquellos aguerridos en la pelea contra el delito, que luego de pocos años, “pelechan” y son dueños de colectivos, de grandes casas, vehículos imponentes; todos conocen el secreto de su éxito y bastantes lo han sufrido.
La presidente de la Aduana Nacional de Bolivia, anotaba que “la vida útil de un agente del Control Operativo Aduanero, es de tres meses, porque después se contamina o lo contaminan”. La otra versión, recogida de fuentes generalmente confiables, es que los cargos en la Aduana se venden a los amigos del régimen por suma y plazo fijo. Estas sumas varían desde los diez mil dólares hasta los cien mil y el plazo de vigencia en el cargo alquilado es de tres meses. Se espera que en ese periodo el adquiriente recobre su inversión y logre sus ganancias.
Este ambiente, esta cultura que va de la informalidad y el capitalismos salvaje al peguismo y el deseo de vivir del Estado, hace que pocos quieren asumir el riesgo y la responsabilidad de la generación de riqueza de manera creativa y formal y también nos explica por qué las instituciones y organismos del Estado populista son percibidos y son, mera fuente de pegas para los obsecuentes del régimen, donde la idoneidad y el mérito están ausentes.
Por el contrario, en los países exitosos prima una “cultura de emprendimientos” que estimula y recompensa la iniciativa propia, la innovación y que es producto de una visión y ambiente proclive a la iniciativa personal y la creatividad y que es apoyada por buena educación y profesores de calidad.
Aunque somos producto de nuestras circunstancias; debemos estar conscientes que si no nos rebelamos y decidimos cambiarlas, seguiremos quejándonos y repitiendo por siempre el mismo libreto. Es sabido que para construir cualquier cosa, se necesita además de la decisión, contar con las condiciones mínimas y una base sólida sobre la cual edificar el objeto de nuestras aspiraciones, y este es el reto, necesitamos un país de emprendedores y no un estado populista o socialista comunitario.
Existe en el país mucha gente de gran empeño y creatividad y lo podemos ver cuando ellos triunfan en países donde existe el ambiente y las condiciones para que se desarrollen. Para esto ocurra también en nuestro país, se necesita obviamente: cultura de progreso, institucionalidad y estado de derecho


ovidioroca.wordpress.com

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