lunes, 24 de febrero de 2014

HACIA EL FELIZ MUNDO ALBANICO

HACIA EL FELIZ MUNDO ALBANICO

Ovidio Roca

Al principio fueron los twitter, luego un pajarito chiquitico (y era Chávez), quien entre twiteos y gorjeos me revelo la verdad verdadera y me di cuenta que lo equivocado que estaba con respecto a Fidel, Maduro, Kristina y Evo; comprendí que en el fondo, ellos nos aman y se sacrifican y trabajan día a día por vernos felices y en la sana pobreza. 
He sabido que en Cuba, por ejemplo, la gente no come asados, churrascos, ni mantequilla, ni jamón, ni leche, ni todas esas otras porquerías que engordan. La gente es sana pues camina todo el día buscando su pavo turista, y como a veces tienen que correr tras de él, hacen bastante ejercicio. Tampoco hay internet, ni facebook, que hace a la gente chismosa, ociosa y floja. Han logrado el hombre nuevo y la mujer buenona.
En Venezuela ocurre lo mismo, y allí militantemente también, les evitan los malos hábitos alimenticios, eliminando las  harinas pan y de las otras, azúcar, mantequilla, aceite, carne, pollo. El café que hace tanto mal, las arepas de cochino frito que son mortales, el papel higiénico que produce alergias colaterales y ahí por delante; por eso y solo por eso, no hay estos productos nocivos en los almacenes y mercados.
Evo afanosamente busca lo mismo para nosotros y no entendemos su loable esfuerzo, pues estamos envenenados por la propaganda yanqui que nos lava el cerebro. Por tanto debemos repetir todas las mañanas: Kawsachun coca, Wañuchiy gringos.
Nos encaminamos hacia el nuevo mundo albanico, donde las autoridades revolucionarias deciden por nosotros y nos liberan de la pesada carga de asumir nuestras responsabilidades; allí viviremos libres del maldito consumismo neoliberal y capitalista, y nos estamos encaminando, unos más rápido que otros, hacia el mundo sano de las libretas de racionamiento; de las bodegas, pulperías y anaqueles vacíos, que evitan malos hábitos; lejos de la obesidad, el colesterol, los triglicéridos, la celulitis, los rollitos, la pancita; de la banalidad del wasapeo, el facebookeo, y la angustia de ver la alienante televisión q’ara y a CNN con sus noticias mentirosas e imperialistas.
Pronto en todos nuestros países albanicos, los niños jugaran felices, una vida sin complicaciones, saltando sobre los huecos de las calle, jugando sanamente a las canicas, pelota de trapo, con tapitas de cerveza, sin playstation, ni internet; tampoco pensaran en comer galletas y bombones, ni tomar coca cola, solo sana coca molida y agua del grifo, cuando “haiga”.

Jallalla hermanos plurinacionales.


ovidioroca.wordpress.com

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