jueves, 3 de enero de 2013

EN LA BUSQUEDA DEL TESORO; DEL CAPITAL NATURAL


EN LA BUSQUEDA DEL TESORO; DEL CAPITAL NATURAL

Ovidio Roca

Encontrar el tesoro, extraerlo y comercializarlo es el oficio de los buscadores de fortuna. No son creadores, constructores; son los extractores y recolectores de los tesoros de la naturaleza; pues no buscan inventar, producir, fabricar, sino extraer del suelo la plata, el oro, el estaño, el gas; recursos todos no renovables, en una practica centenaria que marca la historia económica de nuestro país y la cultura de nuestro pueblo.

Este comportamiento forma parte del accionar tradicional de todos los países periféricos: producir y exportar exclusivamente materias primas (minerales, hidrocarburos) y  alimentos, sujetos a las constantes variaciones de los precios y de los términos de intercambio y viviendo bajo la dependencia de la tecnología ajena. Tecnología y patentes de invenciones, que en los países desarrollados generan mucho más ganancias que las materias primas.

La actividad extractiva de los recursos naturales es parte del natural ciclo económico de los pueblos y se convierte en un problema por la dependencia de los mismos, así se lo ha señalado con la expresión “la maldición de los recursos naturales”. Vivir de la riqueza natural es fácil y no promueve la cultura del trabajo y además, por la revaluación del tipo de cambio que se genera en la época de altos precios, se resta competitividad y se desincentiva a los demás sectores de la economía.

Los impactos de esta maldición varían según el contexto sociopolítico; en un país poco diversificado como el nuestro, con una casi total dependencia de las exportaciones de recursos naturales, un ambiente de corrupción y debilidad institucional, la maldición se magnifica.

Otro aspecto a destacar es que mientras en la economía mundial, los países desarrollados generan el proceso técnico y de innovación, que se difunde rápidamente a través de la industrialización; en los países periféricos, este progreso técnico solo se orienta hacia las actividades de exportación.

En este nuevo milenio, cuando prevalece una economía basada en el conocimiento, nuestra obligación es cambiar de paradigma y aprender a crear y producir tecnologías innovadoras y amigables con el entorno, de lo contrario no lograremos subsistir.

Una coyuntura que limita el cambio, son los excepcionales precios de las materias primas en estos últimos años,  que induce a que utilicemos y exportemos al máximo las materias primas, minerales e hidrocarburos, sin pensar que luego cuando se acaben o sean sustituidos, no tendremos los recursos financieros ni la capacidad tecnológica para solventar nuestras necesidades mas apremiantes.

Y esto tiene que ver con una visión equivocada del progreso, que a estas alturas requiere de una revisión del modelo de desarrollo; hacia uno mas global, con nuevas tecnologías, menos consumista y apuntando hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental.

Para ello es preciso cambiar el enfoque de la educación; necesitamos filósofos y científicos, primero para saber como convivir en sociedad y luego, como producir los bienes que requerimos para sustentarnos sin destruir la biosfera.
Actualmente nuestra formación escolar y académica está distante de la ciencia y la tecnología y por tanto de la innovación y la invención. Los resultados de los exámenes de admisión en nuestras universidades muestran sistemáticamente que los postulantes no saben las operaciones aritméticas, no entienden lo que leen y finalmente optan mayoritariamente por ser abogados esperando llegar a políticos  o fiscales.

Necesitamos por tanto establecer una educación para el desarrollo humano, en procura de una mejor sociedad, con respeto al prójimo y al entorno global y una educación científica y tecnológica que nos permita generar actividades productivas que no destruyan el ecosistema. 

Políticas educativas y comerciales que promuevan el surgimiento de inventores e innovadores. Instituciones económicas y sociales que generen incentivos monetarios y morales apropiados para promoverlos; fuertes incentivos para las nuevas tecnologías y sus patentes y resguardo ante el eventual ataque de aquellas industrias que se ven amenazadas por el progreso y cambio tecnológico.

ovidioroca.wordpress.com

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