miércoles, 7 de julio de 2021

VIDA TRABAJO Y LIBERTAD EN LA DISTOPIA COMUNISTA

 

Ovidio Roca

Todas las propuestas del llamado progresismo: comunismo, socialismo, nazismo, populismo son mismollata, la misma vaina. Son ideologías de carácter totalitario que centralizan todo en el Estado, que es el que controla los órdenes de la vida de las personas y las conduce inevitablemente a la miseria y la opresión. Pero extrañamente son muy bien acogida por grandes sectores de la población, especialmente en los países de débil institucionalidad.

Estas ideologías populistas reconocen el liderazgo de un Caudillo Supremo, cuya misión es la de conducir y arrear al pueblo; dicen que hacia su prosperidad económica y felicidad eterna. Los socialistas y los comunistas en sus discursos proclaman que el poder es: “Del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, pero en la práctica janiwua, nada de esto ocurre.

León Trotski. El líder bolchevique, en su libro La revolución traicionada, de 1936 escribió: “En un país donde el único empleador es el Estado, la oposición tiene una muerte lenta, por hambre”.

Milton Friedman en su obra Capitalismo y libertad, de 1962 escribió: “Para que los hombres puedan defender cualquier cosa, deben en primer lugar, poder ganarse la vida libremente”.

Esto muestra el grave problema para los trabajadores en las sociedades socialistas, donde todos los trabajos están bajo el control directo de las autoridades políticas y destinados a sus militantes.

El Gobierno populista boliviano está cada vez más cerca de China. Las barcazas chinas dedicadas a la extracción del oro, son dueñas de los ríos que bajan de los andes a la amazonia y sin mayor empacho descombran las riberas y contaminan de mercurio las cuencas. Se dice también  que están incursionando en compra de tierras presumiblemente para cocales.

Últimamente vimos que, Evo el Jefe del Estado Plurinacional, estaba sentado en la testera del Congreso del Partido Comunista chino, por lo que vale la pena referirse a su régimen, que luego puede ser el nuestro.

Los chinos viven y sufren la Distopía que describió Orwell en su libro, 1984. La población china está bajo control del Estado usando la inteligencia artificial. Al año 2020 existen 626 millones de cámaras, es decir una cámara por cada siete habitantes, con esto puedes sentir sus ojos puestos en ti todos los días, son unos ojos invisibles que siempre te siguen, sin importar lo que hagas.

Existe un sistema de “crédito social” que puntúa a los ciudadanos por sus ideas y comportamiento, es una pesadilla orwelliana dicen algunos críticos. Si tu puntuación de confianza baja de cierto nivel, podría afectar toda tu vida, desde la escuela a la que pueden ir tus hijos, los trabajos a los que puedes optar, si puedes viajar y el tipo de préstamo hipotecario que puedes obtener.

En China el modelo de Partido-Estado lo es todo. El Partido Comunista chino apela al autoritarismo controlando cada aspecto de la vida diaria de sus súbditos. No hay acceso a las redes sociales tradicionales de Occidente y las que hay, creadas para la población china, están fuertemente vigiladas. En las calles hay millones cámaras de vigilancia, los teléfonos están monitoreados, lo mismo que las cuentas de internet, las tarjetas de crédito y cuentas en bancos por lo que se conoce al detalle y minuto a minuto la vida de la gente, saben dónde está, que ve, que opina, en que gasta, que come, donde y cuando orina. China es un país tres en uno: comunista, capitalista y totalitario.

China con el fracaso de la URSS ha ido cambiando. Cuando se impuso el comunismo hace cuarenta años, el gobierno chino decidía el precio de casi todo, hoy en el  2021 el mercado decide el precio del 97 % de los bienes y servicios. Hace 40 años, apenas había empresas privadas en el país. Hoy el 90 % de las empresas son privadas y aportan el 60 % del PIB y el 80 % de los empleos. De ahí viene su éxito económico el capitalismo, aunque sin libertad para sus siervos y viviendo en una distopía Orwelliana.

Actualmente los líderes del PCCh permiten que los chinos, fieles al partido, se enriquezcan y han convencido a sus fieles de que todo lo que verdaderamente importa es la riqueza; que la libertad, la democracia y los derechos humanos son innecesarios, peligrosos e incompatibles con la cultura comunista china.

Actualmente en Latinoamérica cunde el Populismo y cuenta para su expansión con el apoyo del castrochavismo y la habilidad de los ideólogos populistas y para eso les pagan muy bien. Ellos  son expertos en cambiar el relato de los hechos históricos, de nombrar y renombrar las cosas cuando les conviene y así apropiarse de las mismas. El discurso demagógico que elaboran, sirve como herramienta para la construcción de una nueva realidad acorde a los intereses del poder populista. Manejan los medios de comunicación, que son el vehículo y los encargados de difundir estos relatos y de esta forma el mensaje pasa a formar parte de la opinión pública.
Los populistas saben que las palabras no solamente sirven para comunicar ideas, sino que pueden crear y modificar realidades, de ahí el interés por su parte de nombrar o cambiar el nombre las cosas: Cambiaron el nombre de la República de Bolivia para constituir el Estado étnico, plurinacional y corporativo bajo el mando de caudillos hegemónicos. Asimismo el de las Instituciones para debilitarlas y apropiarse de ellas. Cambiaron un hecho factico, el de un evidente Fraude Electoral por el relato del Golpe de Estado y con ello como bandera se dedican a perseguir y encarcelar a todo opositor a su régimen totalitario y cocalero.

Tenemos el problema y el diagnostico, lo que nos falta es el que hacer. El análisis es bueno y necesario, pero si no procedemos a aplicar la cura no hemos solucionado nada. La experiencia enseña que para enfrentar los males, tanto los personales como los sociales, debemos pasar del diagnóstico al tratamiento y la curación.  

ovidioroca.wordpress.com

 

 

 

 

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