martes, 13 de abril de 2021

Vers. 1.1 LIBERALISMO DEMOCRATICO ESPÍRITU Y CONSCIENCIA, POPULISMO COCALERO PIEL Y COCA.

 

Ovidio Roca

El pensamiento liberal y democrático parte del reconocimiento del ser humano, de la persona, que se distingue por sus valores y cultura, que tiene consciencia de sí misma, capacidad de pensar y actuar con libertad.

El pensamiento populista cocalero identifica a la persona por sus rasgos físicos: faciales, color de piel, tipo de pelo y también por sus emociones y sumisión al Jefe.
Necesitamos entender que somos espíritu y consciencia y no solo piel.

En Bolivia, el populismo cocalero usa un Icono con rasgos indígenas y utiliza en su discurso la adscripción racista y lo hace políticamente para atacar y enfrentar a los pueblos indígenas con los ciudadanos de este país mestizo. Últimamente complementan este su discurso, aunque no tanto como en Europa, con la ideología de género.
Lo que si queda claro es que los populistas cocaleros y en todas sus manifestaciones, muestran un absoluto desprecio por la población mestiza del país y la clase media, a la que consideran el enemigo.

Ellos no entienden, ni asumen el concepto de “ciudadano”, la persona libre y responsable de su vida, aquella que habita en una nación y cumple con sus deberes y obligaciones con el Estado y la sociedad y de la misma forma exige sus derechos, como corresponde a todo ciudadano.

En Bolivia el populismo cocalero chapareño, tiene una continua y renovada estrategia de poder total en lo cultural, lo político, lo económico y en lo social e institucional y para esto utilizan el Estado centralizado, el aparato judicial, las pegas públicas y la industria de la coca.

Los próximos años serán muy difíciles para la humanidad y bastante complicados para nosotros los bolivianos. La economía formal se cae, el gobierno tendrá poco dinero y cuando decidan endeudarse y emitir moneda, generara tremenda inflación, la que ya el pueblo conoce y no está dispuesto a soportar.

La propuesta liberal democrática para enfrentar la actual crisis, es garantizar y promover la inversión productiva y competitiva, achicar el Estado, practicar la austeridad, disminuir las pegas públicas y eliminar el gasto innecesario. Paralelamente combatir la corrupción, el narcotráfico, el contrabando y la evasión tributaria de la economía informal. No se necesitan más impuestos sino menos y así se estimularía la inversión privada, generando más empleos e impulsando la economía formal. Un programa muy difícil de implementar, pues exige responsabilidad de todos, pero es sostenible y permite desarrollo y democracia.

Los seguidores del masismo expresan claramente su mentalidad y sus intereses y por ejemplo le dicen al Gobierno: “Queremos decirles a los directores y a algunos que se han agarrado los 20 ministerios, que les estamos pidiendo 1.500 espacios laborales (Pegas).
Ustedes siguen ratificando a esa gente que ha sido parte del gobierno de Jeanine Añez, pedimos masacre blanca para esa gente, de lo contrario el pueblo, las organizaciones se movilizarán, dirección por dirección, ministerio por ministerio y no va descansar hasta sacarlos”.
Eddy Loza dirigente del MÁS.

ovidioroca.wordpress.com

 

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