miércoles, 21 de noviembre de 2018

EL DISCURSO RACISTA Y PACHAMAMICO DEL MAS; UNA ESTRATEGIA DE PODER Y CONQUISTA TERRITORIAL



Ovidio Roca

En su estrategia política para la conquista del poder los ideólogos socialistas del Foro de Sao Pablo, diseñaron para aquellos países con mayoritaria población indígena una estrategia racista y de enfrentamiento con el mestizo blancoide, al que califican de neoliberal y explotador del pueblo y de la naturaleza, y en contrapartida dibujaron una imagen del indígena como persona pachamamista y explotada por el sistema. Hace poco decía el Evo que eran la “reserva moral de la humanidad”; se refería por supuesto a quienes lo apoyan, no a los indígenas con criterio propio y que lo adversan.

Luego sacralizaron las palabras racismo, discriminación, proceso de cambio, que son utilizadas por los grupos de activistas gubernamentales para manipular la opinión pública y así declarar culpable y enemigo del pueblo al ciudadano de cualquier color de piel y con pensamiento propio, por el solo e imperdonable delito de ser opositor al grupo gobernante.

El racismo ha sido siempre un mecanismo que permite eliminar de la competencia y del mercado a ciertos grupos que nos perjudican y molestan, y para visibilizarlos y excluirlos se utilizan los rasgos étnicos, culturales o religiosos. El racismo fue usado durante los gobiernos “neoliberales” y ahora lo utiliza activamente el grupo de poder masista; primero contra los blancoides opositores y luego contra todo aquel que se les oponga sin fijarse si es indígena o mestizo.

En el ejercicio del poder los masistas rápidamente se olvidan de la pachamama, especialmente  cuando se trata de incrementar el cultivo de coca, devenida en mercancía y no hoja sagrada; entonces se tumba el monte a troche y moche, se colocan pesticidas y fertilizantes para aumentar la producción y en su proceso de industrialización cocainera se utilizan ácidos y químicos que contaminan los acuíferos y matan la biodiversidad; y ni hablar de la exploración minera, con el cianuro, el mercurio y tuti cuanti, así el famosos discurso ecologista termina naufragando. Así comprobamos que el ecologismo, el pachamamismo, el cuidado de la madre tierra, es un eslogan que termina cuando hay un buen negocio, sea con la hoja sagrada, con los minerales de la madre tierra o la madera de los bosques y áreas protegidas.

Para avanzar y construir país libre y democrático, es necesario convenir que intrínsecamente todos somos ciudadanos, personas iguales ante la ley y que ni unos ni otros, hombres o mujeres, más blancos o más negros, somos mejores o peores y lo que verdaderamente nos identifica y califica es nuestro aporte personal a la sociedad. Somos lo que somos, no por una herencia genética sino por nuestro ser social como producto del entorno en que nos criamos, la cultura familiar, la educación y formación técnica y los valores éticos de respeto por uno mismo y por los demás; por tanto lo importante es crear oportunidades de educación, trabajo y riqueza para todos. 

Si observamos a los gobernantes y especialmente a los populistas, podemos verificar que el ejercicio del poder los enloquece a todos y con más fuerza a quienes no tiene principios y fortaleza de carácter, dejando salir la calidad de persona que verdaderamente son; pues reiteramos, no es asunto de sexo, de raza ni de color; sino de ética, de buenos y malos hábitos y peores gustos.

El presidente cocalero y futbolero, que se identifica como indígena, hace lo que le place y se satisface en construir aquello que le gusta para deleitarse observándolo cuando pasea en sus tours nacionales: coliseos y canchas de pasto sintético, museos personales, elefantes blancos (esto cuando no está en su avión por el mundo internacional de los VIP’s), prometiendo prebendas a sus seguidores y prometiéndoles bonos y subvenciones de todo género, aunque insostenibles.

Migración del altiplano hacia las tierras bajas la hubo desde los años cincuenta del siglo anterior; pero colonización orquestada, política y con intención colonizadora, sustitución poblacional y de toma de territorios, usando las instituciones y recursos del Estado, se dio con en el proyecto cocalero del masismo. El gobierno populista del MAS de prevalencia aymara en su plan de expansión de fronteras, busca colonizar un territorio y una población que les es ajena y que desde su perspectiva racista y centralista considera hostil y separatista; para ello utiliza discrecionalmente las instituciones creadas por ley republicana para garantizar el adecuado uso del suelo y la protección de los bosques (el INRA y la ABT) y en este plan, organiza los traslados poblacionales andinos, los mitimaes, para promover el avasallamiento del oriente; tanto de sus tierras como de su gente.

A su vez con nuestra actitud depredadora de los recursos naturales, hemos desequilibrado al ecosistema, por lo que la naturaleza se rebela y nos muestra su mala cara: el cambio climático, sequias inundaciones, incendios, escasez de agua potable y de alimentos y así entenderemos que el racismo y el ecologismo de los populistas cocaleros es una estrategia de poder que busca manipular y dominar a la población, enriquecerse hoy y rápido, sin pensar a que costo social y ambiental, lo que definitivamente es malo para todos: populistas y opositores.

ovidioroca.wordpress.com



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