martes, 5 de septiembre de 2017

VOTO NINGUNO O NULO

 
Ovidio Roca
En su estrategia de poder el masismo contempla controlar todos los mecanismos del Estado y como quieren seguir manejando el Poder Judicial, utilizando su mayoría parlamentaria, han seleccionado a su gente para mediante una elección trucha darles formalidad. Esto para la platea internacional pues los bolivianos ya saben de lo que se trata, recordemos que en la elección anterior de masistrados los candidatos fueron repudiados por la ciudadanía, que votó blanco y nulo en un sesenta por ciento.

Como es de esperar ninguna persona reconocida por su calidad profesional, su producción intelectual y que se valora como profesional, como persona de bien aparece en la lista, pues no se han prestado a ser operadores del gobierno para perseguir a los opositores, a aquellos que molestan o son cuestionadores del régimen.

Esto es preocupante y no corresponde a un Estado de Derecho pues las autoridades judiciales que se pretende elegir, son las que definen sobre nuestra vida, nuestra libertad, nuestros bienes y por tanto deberían ser personas que además de tener un amplio conocimiento de la ley, deben contar con valores éticos, humanos y fundamentalmente independencia de criterio que les permita tomar decisiones exclusivamente en base a la ley. Es claro que las autoridades colocadas por el gobierno, no tienen esta independencia pues responden a su mandato y actúan en defensa de los intereses de sus mandantes y no los del ciudadano.

El sistema electoral es el menos malo para elegir algunas de la autoridades gubernamentales, siempre y cuando los electores puedan votar libremente, estén bien informados y sobre todo tengan conocimiento y sentido común para elegir a gente idónea y honesta. Sin embargo, el electoral no es un buen mecanismo para decidir sobre actividades especializadas y técnicas, por ejemplo no votamos para elegir el médico, ni al piloto, ni el mecánico, ni al cocinero, a estos  lo elegimos por sus méritos, su experiencia; utilizando para ello nuestro conocimiento sobre su responsabilidad y referencias validas de su idoneidad y honestidad de parte de sus clientes.

Votar por los candidatos impuestos por el MAS significa aceptar y 
validar a esas autoridades, por lo que el pueblo debería repudiarlos, anulando su voto como rechazo a esta tramoya, pero el problema es que en nuestra legislación los votos blancos y nulos  no cuentan en la elección de los candidatos, pues aunque casi todos votemos nulo y blanco, con una mínima votación los candidatos del Gobierno serían elegidos y aunque no tendría legitimidad eso no les importa un comino.

En consecuencia hay que presionar por las vías legales para incluir la Casilla Ninguno en la papeleta como lo propone Generación 21, de manera que al ser mayoría se pueda invalidar a los candidatos impuestos por el Gobierno.

Recordemos que en la papeleta del Censo de Población del 2012, se preguntaba a qué nación indígena o afro boliviana se pertenece y un espacio para poner el nombre de una de las 36 nacionalidades listadas; existía también la casilla no pertenece, ninguno, que fue la que marco un sesenta por ciento de la población y esto permitió que el ciudadano boliviano no caiga en la trampa  de un encasillamiento racial. 

De no conseguirse la inclusión en la papeleta de la casilla el Ninguno, hay que votar Nulo, un voto restrictivo y de rechazo, voto que como acto individual no tiene peso, pero lo tiene en mucho cuando se convierte en un acto masivo de rechazo, pues representa la voz del pueblo contra sus malos gobernantes y un previo aviso ante la posibilidad de un estallido social.

De todas maneras la trama de esta elección es tan burda que la gente no la acepta, pues sabe que solo se trata de dar continuidad al proyecto de poder masista, que contempla entre otras cosas viabilizar la cuarta reelección del icono indígena, al que utiliza el grupo populista estalinista para sus propios fines, por lo que la mayoría de la población consciente la rechazara.


ovidioroca.wordpress.com

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