miércoles, 20 de septiembre de 2017

POPULISMO Y POSVERDAD


Ovidio Roca
En el país se intentó establecer un sistema democrático, con leyes, procedimientos e instituciones que regulen y garanticen la vida en sociedad. El problema es que los operadores no cumplieron su rol con honestidad e idoneidad por lo que las instituciones no lograron consolidarse, crear una cultura democrática y ganar credibilidad ante la población, por lo que el sistema devino en un autoritarismo y populismo que la gente mayoritariamente rechaza. Ahora al carecer de alternativas efectivas, la sociedad se desenvuelve en la anomia y bajo el arbitrio de grupos corporativos que disputan el poder entre sí y con los herederos de lo que queda del antiguo régimen.

Como resultado no hemos logrado construir una cultura de trabajo, propositiva y creativa, sino que se ha instalado una cultura rentista y extractivista donde los unos, usando el aparato del Estado disfrutan del poder económico y político y el resto se acomoda; o practica la cultura el bloqueo para oponerse a la autoridad que detestan y de paso perjudicar al resto hasta conseguir sus miserables demandas.

El Gobierno mantiene una eficaz estrategia comunicacional con la que convencen a la población que viven en el mejor de los mundos, un mudo de informalidad y extractivismo con la que convive la mayor parte de la población. Esta labor de desinformación está en manos de los Llunkus del poder,  lo que en otros lares se llaman de intelectuales orgánicos, cuyo trabajo es elaborar relatos sensacionalistas que engordan las expectativas del pueblo y que convierten en verdad todo aquello que necesita ser creído como cierto, aunque no lo sea.

Presentan como un éxito la Política económica gubernamental, indicando que gracias a la nacionalización, la economía está blindada, que no pasa nada con el déficit comercial y no es cierto que cae la producción de gas y de los alimentos; por lo que podemos seguir gastando, pues nuestra moneda es más fuerte que el dólar y eso nos permite traer todo de contrabando dando trabajo a nuestros esforzados y sacrificados comerciantes informales. No se les ocurre mencionar los diez años de altísimos precios del gas y minerales, que les cayó del mercado internacional.

Como resultado el gobierno tiene a sus aliados dedicados a actividades ilegales, mientras que no se lleva bien con las regiones donde predominan las actividades productivas y legales.

No se menciona ni se busca alternativas productivas y de innovación y se mantiene el país, en los moldes que los populistas cocaleros conocen y entienden, con una mayoritaria economía informal financiada por el narcotráfico que es la que financia especialmente el comercio de contrabando hacia adentro y fuera del país, generando la abundancia que vemos en los mercados y en las urbanizaciones como medio de consolidar el derecho propietario de las tierras, así como acumular en inversiones inmobiliarias.

El populismo cocalero no cree ni practica los valores democráticos, lo asumen de manera formal por un asunto acomodo internacional y evitar el rechazo de algunas instituciones internacionales como las Naciones Unidas y la OEA. Evo que practica la cultura del verticalismo autoritario sindical, es franco y directo en sus expresiones, no como sus llunkus que las disfrazan. Él dice: “Le meto nomas y que arreglen los abogados” o, “La llamada independencia de poderes está al servicio del imperio norteamericano”.

Para salir de este entuerto, el pueblo y los partidos políticos democráticos deben unirse y asumir con firmeza el modelo democrático y la economía competitiva y de mercado, caso contrario deben acomodarse al modelo populista cocalero y aprender a convivir con él o en su caso migrar. Todo lo demás es paja.

 ovidioroca.wordpress.com


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