jueves, 5 de julio de 2012

CALAPURCA


CALAPURCA

Ovidio Roca

Me contó el abuelo, que le contó su abuelo, que le contó su abuelo…, un viejo catalán con algo de andaluz por parte de su abuela; que cuando andaba en los minerales de Potosí en busca de la plata, una vez termino quedándose sin vituallas y mientras caminaba de retorno a su campamento, viendo la casa de un campesino se llego a ella pidiendo algo de comer.
El campesino le responde: mana canchu, no hay patroncito, no tenemos nada. Viendo el abuelo que ese campo era surtido le dice, te voy a pagar por la comida y el campesino reitera, mana canchu. Entonces le dice: pero habrá piedras y agua; claro en la quebrada. Entonces no te preocupes yo te enseñare a cocinar un buen puchero con esas piedras.
Se presto una olla de barro y con ella se fue a la quebrada y allí mientras el campesino miraba curioso recogió algunas piedras, las que cabían en el puño, las escogía y miraba con cuidado, que fueran regulares, muy duras y nada deleznables. Las lavo cuidadosamente, así como a la olla y llenándola de agua se fue al fogón y la puso a calentar. Cuando estaba hirviendo puso las piedras y revolvió. Un poco mas tarde empezó a probar la sopa mientras decía ¡¡que buena y sabrosa que salio!!. El campesino miraba y el abuelo le dice, esta buena pero quizá podamos mejorarla. Tienes algo de chalona de llama: ari tian, claro dice el campesino y le trae. El abuelo corta la chalona en trozos y lo pone en la olla. Parece que no mejora dice, quizá tienes unas papas, el campesino curioso trae las papas, las que trozadas van a parar al puchero, igual procede con la cebolla. Nuevamente prueba y dice: a lo mejor mejora con maíz, tienes algo dice y el campesino trae el maíz y el abuelo lo muele en el batan y lo agrega al puchero y así caen el ají molido, las habas, las ocas, etc.
El puchero hervía y pasado un tiempo el abuelo prueba la sopa varias veces y luego dice: creo que únicamente con las piedras estaba mucho mejor y procede a sacar la chalona con las papas y habas y empieza a comer, repartiendo también a los mirones. Saca todo y sigue comiendo. Cuando solo quedaba la sopa se sirve un buen plato y le dice al campesino, toma prueba y también invita a tu familia, luego saca su cuchara de plata y da fin con el potaje. Concuerdan luego todos que realmente la sopa resulto sabrosa y ¡solo con las piedras!.
El abuelo regalo al campesino las piedras y la cuchara de plata y siguió su camino.
Las veces que paso por Potosí siempre voy a saborear la callapurca, la sopa del abuelo, del abuelo…..y siempre trate de llevarme las piedras pero la mesera nunca lo permitió.

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