miércoles, 25 de abril de 2012

RETORNO AL FUTURO


Periplo por la cotidianidad habanera
Porqué vinieron a Cuba me pregunta el conductor del triciclo, en el que como turista que se respeta, nos habíamos trepado. Para conocer nuestro futuro, le respondo; el amadísimo líder plurinacional “siente” que el comunismo es la meta y Cuba el ejemplo a seguir y nuestro futuro.
Sudoroso y con voz ronca por el esfuerzo del pedaleo por las agujereadas y empinadas calles, me dice: Soy profesional universitario, ganaba 15 dólares mensuales y no me alcanzaba para comer; con ayuda familiar compre este triciclo y transporto turistas y para poder hacerlo pago al Estado 15 dólares mensuales de patente fija. Ahora tengo las rodillas y la cadera jodida pero como dos veces al día. “Asere (cumpa), bienvenido a tu futuro, coño!!”. Ves lo que te pasa por preguntón dice mi compañera. No es por eso, es que estas un poquito gorda, le respondo.
En el aeropuerto revisaban nuestras valijas y la encargada me dice, aquí hay productos alimenticios prohibidos. Están envasados al vacío, como me indicaron que podían traerse, le manifesté. No es así compañero, y empieza a sacar el jamón ahumado, los chorizos españoles, los variados quesos y otros para la mesa que pensaba compartir con mis amigos. “Yo soy un soldado de la revolución y mi trabajo es cumplir con las normas”, me dice, por tanto todo esto marcha al incinerador. Palante comandante, murmuro mientras miro desparecer con dolor y pena mis frustradas cenas de pan y queso, regadas con mojitos. Pero me reconforto pensando que subsiste el espíritu revolucionario, en el que alguna vez creímos. Mi mujer mas pragmática me grita, anda a reclamar, no pueden hacer eso!! y yo le digo, la compañera esta cumpliendo su trabajo!!. Un argentino que estaba al lado escuchando me hace la típica señal de boludo uniendo los dedos y dice, esa se lo mangia tutti, ni por putas lo incinera.
Maravillosa geografía, hermosa gente, ciudad llena de historia y cultura reflejada en esos imponentes edificios de la época colonial y republicana que podemos apreciar durante la caminata por los circuitos turísticos de la Habana vieja. Es notable que todo lo que se muestra a los turistas sea prerrevolucionario y se ignore por algún motivo los logros, si los hubo, de la revolución.
Como turista libre me aparto de la senda oficial y veo una ciudad que se cae a pedazos y lo que pude percibir como obras posteriores al sesenta son, en los Repartos, esos feos bloques de departamentos, todos iguales, de cinco pisos y 10 a 20 apartamentos por piso, todos sin el menor rastro de pintura o cuidado y que envejecen a la par de la gerontocracia gobernante, pero los primeros sin ningún cuidado ni mantenimiento.
En Cuba circulan dos monedas los pesos convertibles o CUC (dólares cubanos) y los pesos. Los primeros los usan los turistas y los cubanos con fe, el resto esta jodido.
Mientras tomaba un helado de 2.5 CUC (60 pesos cubanos) recordé que una vecina me había comentado que su jubilación era de doscientos pesos, y el funcionario que vino al Departamento para realizar el control de mosquitos, munido de una linterna y una libreta de notas, me comento que ganaba 430, neto 380 pesos. Desde ese momento de iluminación decidí no hacer más comparaciones.
Al retorno visite a la vecina y le pregunto, como puede usted vivir con lo que recibe y ella me responde; con “fe”, pero fe en que le insisto; con familiares en el exterior, con fe, me aclara. Como en toda Latinoamérica, la familia es el seguro social y la fe la tabla de salvación.
Me siento al lado de una bodega donde se adquieren los productos por la libreta, un local viejo, triste y desbastecido. Desfilan las amas de casa y pese a lo que uno podría esperar no se ve miseria sino una pobreza digna. Allí las familias hacen su cola y reciben mensualmente y por persona unas pocas libras de azúcar, arroz, sal y unas onzas de café, frijoles, aceite. El jabón es bimestral y el pan diario y también en pesos.
Cuba contó desde el inicio de su historia colonial y republicana con una infraestructura admirable, edificios monumentales, hermosos parques y avenidas, Iglesias, magnificas carreteras, vías férreas, túneles y puentes de alta tecnología. Si caminamos por La Habana no turística, aquella que esta fuera del circuito oficial, donde los edificios están siendo restaurados con un gran esfuerzo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y apoyo de UNESCO, al haber sido declarados patrimonio de la humanidad, nos sobrecoge el desconsuelo al ver estas edificaciones oscuras, sucias, sin atisbo de pintura, desconchadas las paredes y las puertas derruidas y donde viven apiñadas las familias. También se ven muchos edificios abandonados y extrañamente, amplias construcciones de antiguos almacenes e industrias, totalmente vacíos.
Las vallas de publicidad gubernamental, repiten las mismas viejas consignas: El Ché asesinado; Dos o tres Vietnam; Patria o Muerte Venceremos; Señores imperialistas no les tenemos ningún miedo. Son muy formales, un sindicalista boliviano hubiera escrito: Gringos hijos de p. no les tenemos miedo, carajo!!.
Preguntando a unos y otros me explican que luego el triunfo de la revolución, los vencidos fueron fusilados en la Fortaleza de la Cabaña, bajo el mando del Ché, y una gran mayoría salio hacia Miami dejando todo atrás. Esas viviendas e instalaciones fueron expropiadas y permanecieron mucho tiempo abandonadas, luego el gobierno empezó a entregar las infraestructuras para uso colectivo de los trabajadores, para oficinas gubernamentales y después poco a poco entregaron las casas de los barrios residenciales a las familias del grupo gobernante y luego algo goteo hacia abajo. Las casas y departamentos al ser de nadie, no reciben mantenimiento y poco a poco, especialmente las del centro, empezaron a venirse a menos y luego venirse abajo.
Existen muchos centros comerciales estatales relativamente surtidos, tiendas, supermercados, restaurantes, los que ahora son de libre acceso para todos, pero pagando en CUC. Los precios son algo más elevado que en otros países y la oferta y distribución muestran la lógica burocrática. Se ven grandes stocks del mismo producto y ninguna variedad, por ejemplo se apilan centenas de microondas del mismo modelo, freidoras, tostadores, etc. Y cuando se acaban se acaban. Quise comprar detergente para vajilla, finalmente lo encontré en una tienda que tiene cientos de frascos de la misma marca y calidad, pero cuando pido una esponja para lavar los platos, definitivamente no hay. Una nota inconsistente es que existe la prohibición de introducir artefactos eléctricos por los turistas familiares, por los problemas del déficit de energía, pero en las tiendas del Estado los hay por cientos.
Visite una librería, buscando algo actual de Leonardo Padura o un clásico de Alejo Carpentier, por supuesto no lo hay, solo retórica revolucionaria, poesía y aburridas historias del Che y de la revolución, todo en pesos y barato. Finalmente rebuscando encontré algunos buenos relatos ligeros, para leer en la Playa de Varadero, mientras espero a mi mujer lejos del sol, viendo como los rusos se colorean como camarones hervidos y pasan alguna cubanas morenas y bamboleantes, acompañadas de su choco petacudo con CUC.
Las playas y el paisaje, son hermosos y gratis para todos y un escape ante la incertidumbre. Buscando lugares donde no van los turistas, poca infraestructura y población local, llegamos a pequeñas y hermosas ensenadas y cuevas marinas, arrecifes y biodiversidad. Preguntando se llega cuando no se esta sujeto al tours oficial y se tiene apoyo familiar.
En las ferias de artesanía, se expone una pintura popular dirigida a los turistas, de poca calidad y menos imaginación; el motivo principal es el Ché, la Bodeguita del Medio, el Floridita, por la que no pagan royalties a la familia de Ernesto Guevara y menos a la de Hemingway. Lo que es realmente notable, si lo trabajan localmente, es la escultura en madera de guayacán y las carteras usando y combinando habilidosamente las semillas.
Permanentemente se siente, aunque poco se ve, la presencia ominosa del sistema de seguridad. Estuve en una playa y unos amigos me invitaron a alojarme en la casa que habían alquilado en pesos como cubanos. Luego el propietario nos dice que podíamos estar todo el tiempo que quisiéramos pero no dormir ahí, pues eventualmente los organismos de seguridad pasan en horas de la madrugada a revisar documentos y si encuentran pasaportes aplican severas multas a los alquilantes y expulsan a los extranjeros.
En el malecón vimos como la policía se cargaba a un muchacho, me dijeron que era de otro Municipio y no tenia residencia en la Habana. Cuando escuchaba la explicación me recordé las visitas nocturnas que practicaban los nazis. Extrema izquierda y derecha son jimaguas (gemelas univitelinas).
La sociedad cubana es el triste ejemplo de un experimento fallido, nada del hombre nuevo y el bienestar para todos; no sirvió para nada el ejemplo del derrumbe económico y político de la URSS, que ante la ausencia de una estructura política que se haga cargo del Estado, el país cayo en manos de los únicos grupos organizados, la KGB y la Mafia; o la miseria de la totalitaria Corea del Norte; o el capitalismo salvaje, sin respetos a los derechos laborales, humanos y medioambientales de la China neo capitalista.
En Cuba insistieron con la misma receta socialista inviable. Sobreviven gracias a la errada política de USA con el bloqueo que da argumento al régimen, los subsidios inicialmente de Rusia y luego de Chávez, pero fundamentalmente por la fe. Y ahora la esperanza y el temor es la muerte de la gerontocracia gobernante.
El Estado cubano en su última reforma, permite previo registro, patente y autorización burocrática, montar un pequeño emprendimiento. Tarea titánica por las penalidades que les aplica el Estado, altas patentes fijas mensuales y un único e ineficiente proveedor de insumos.
Camino desde temprano para compartir el despertar de la población habanera. En la esquina de la casa un par de viejitas, con su cartel “las jimaguas”, venden en una mesita café y algún pastel, mas allá un “Paladar” ofrece tamales, sándwich de cerdo y café, cuando pido el tamal me dicen que no les llego el maíz.
Pasa un carrito tirado a mano ofreciendo hortalizas y frutas: plátano fruta (guineo), melón (sandia) y unas deliciosas piñas. Me acerco a hacer mis compras y espero que una señora acomode en la jaba sus frutas y hortalizas y haga sus cuentas. Inmediatamente el vendedor le dice, son treinta pesos y no creo equivocarme. Y mirándome me dice, soy licenciado en matemáticas e informática y ahora comerciante, ella revisa sus cuentas y concuerda.
Una señora me comenta que esta arreglando un mini departamento para alquilar a turistas extranjeros, ella personalmente y con alguna ayuda trabaja en la remodelación, pintado, renovación de la plomería y embaldosado de las dos habitaciones y el baño. Estima cobrar 20 CUC diarios, pero me indica que debe pagar 150 CUC mensuales, tenga o no tenga clientes, además a fin de año debe hacer su declaración impositiva y allí los impuestos sobre utilidades van del 25 al 40%. Aunque tiene dudas sobre lograr una ocupación de por lo menos 60% se arriesga.
Estos son los heroicos y esforzados emprendedores que luchan contra las limitaciones burocráticas y la ausencia de insumos. Algunos insumos se compran en CUC y los productos se venden en pesos.
Preguntando sobre el futuro varios me dicen que no creen en una caída violenta del régimen, piensan que habrá una transformación paulatina cuando muera el último de los de sierra maestra, no antes. Recordándoles el duro “periodo especial” en los noventa, a consecuencia del hundimiento de la URSS y el fin de los subsidios y el riesgo de que lo mismo ocurra por una eventual desaparición de Chávez, no recibí opiniones; es normal porque siempre nos resistimos a las malas noticias y a las pésimas preguntas.
La juventud tiene una alta formación pero no existe ambiente ni campo para aplicar sus conocimientos, algunos se frustran y sueñan con salir de la isla, otros viven el día y se los ve más felices, mas domesticados. Pocos protestan pues la respuesta es: A protestar al Malecón (donde esta la representación norteamericana) que la culpa es del bloqueo.
Aunque nadie lo reconoce presiento que existe un temor del retorno de los cubanos de Miami, tanto por el eventual reclamo de las casas que habitan, pese a que el Estado finalmente las ha registrado en una oficina de Derechos Reales; pero especialmente por el temor de la capacidad competitiva de gente educada en la economía de mercado, con acceso a capital, información y negocios internacionales, que podría hacer quebrar a estos incipientes emprendedores.
El MAS nos ofrece como meta este futuro de pobreza comunista, totalitarismo y negación de la libertad de opinar, de informarse, de elegir, de viajar, de ser propietario.
En el contexto boliviano la receta socialista combinada con la coca, el narcotráfico y aplicada en una cultura informal y mercantilista, puede generar una mezcla tremendamente explosiva. Y me asusta pensar en lo que me dijo el sudoroso Ingeniero cubano del triciclo señalándose: “Asere, bienvenido a tu futuro, coño!!”.

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