miércoles, 12 de junio de 2019

DEL DISCURSO PACHAMAMICO E INDIGENISTA A LA DURA REALIDAD POPULISTA COCALERA



Ovidio Roca

El MAS se presentó ante la población boliviana con un discurso pachamamista e indigenista; de defensores de la Madre Tierra y de los indígenas originarios, pero en la práctica realizo todo lo contrario: Facilitó la destrucción de los bosques para sembrar coca, para el negocio de la madera y para consolidar las tomas de tierras, que son una constante. Y en cuanto a los indígenas, al margen de los cocaleros y algunos grupos altiplánicos afines, el resto ha sido apaleado y correteado por los grupos armados del régimen y ni que hablar de la corrupción que llego a niveles nunca vistos. Sin embargo en todos los ámbitos insisten con su discurso del vivir bien, que en el país ya nadie les cree y afuera tampoco.

Aunque el 2014, Evo postulo en la ONU: Un nuevo orden mundial que debe construirse sobre la base de la hermandad de los pueblos y en armonía con la Madre Tierra para el “vivir bien”; él sabe que para mantenerse en el poder necesita apoyo político y esto se logra con plata, y una forma fácil de conseguirla es haciéndose el de la vista gorda con la pachamama y permitir la producción e industrialización de la coca, que según dicen puede cosechar más de cuatro mil millones de dólares por año y eso financia, entre otros, la cadena del contrabando y el comercio informal, que aparte de dar trabajo a mucha gente nos abastece de bienes y servicios y alimentos dando una imagen de bonanza; aunque como daño colateral perjudique a los agricultores y productores nacionales. 

Asimismo los masistas nos dicen que no se cumplirá sentencia del TIDN (Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza) que en su sentencia concluyó que el Estado Plurinacional de Bolivia “ha violado los derechos de la naturaleza y de los pueblos indígenas del TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure) en calidad de defensores de la Madre Tierra” y sanciono al Gobierno imponiendo una serie de medidas para preservar el territorio. La respuesta en la práctica fue, “Yo le meto nomas”.

La madre tierra nos está pasando la factura por nuestro irresponsable comportamiento; el cambio climático empieza a generar catástrofes medioambientales que afectan a millones de personas alrededor del mundo: lluvias, vientos y sequías desmesuradas y a destiempo azotan la producción agrícola y la infraestructura en todos lados. Olas de calor, fríos extremos, huracanes, incendios forestales, aumento del nivel de los mares, inundaciones, sequías y la falta de agua limpia. Fenómenos que, con el paso del tiempo se intensificarán hasta el extremo de crear grandes conflictos humanos por la pérdida de hábitats y de cultivos, lo que induce a una migración ambiental forzada y masiva de hombres y animales.

Nos dicen los expertos que el cambio climático terminara con destruir los ecosistemas y la civilización humana allá por el año 2050, es decir en apenas treinta años; lo vemos venir y nos preocupa, pero nada hacemos para evitarlo como personas y como Estados.

El futuro depende de nuestras decisiones y para frenar el cambio climático y nuestra eventual destrucción, los movimientos ecologistas plantean trabajar armónicamente y a nivel mundial (pues se trata de un solo planeta y un único ecosistema) en las siguientes áreas: Economía sostenible y ecológica. Descarbonización total de la economía, utilizando energías renovables y reduciendo los gases de efecto invernadero. Parar la deforestación y trabajar en la reforestación y conservación de los bosques y sus ecosistemas. Evitar la contaminación de los acuíferos subterraneos y proteger los ríos y cuencas. Eliminar los plásticos que inundan y contaminan las tierras y océanos. Frenar el crecimiento poblacional. Eliminar el consumismo, promover el consumo responsable e implementar el desarrollo sostenible.

En procura de nuestro bienestar y seguridad necesitamos trabajar seriamente para frenar el cambio climático, garantizando así nuestra seguridad alimentaria y nuestra vida; esto implica investigación y políticas de Estado que den seguridad jurídica a los agricultores y la acción responsable, efectiva y cotidiana de cada uno de nosotros cuidando nuestro entorno y nuestro ecosistema.

ovidioroca.wordpress.com


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