domingo, 6 de octubre de 2013

LEYENDO AL PAÍS, LIBRO DEL MALLKU

LEYENDO AL PAÍS, LIBRO DEL MALLKU

Ovidio Roca

Lo interesante y atractivo de un libro es que tiene dos autores, el que lo escribe y el que lo lee, por ello es que podemos leer un libro varias veces, de tiempo en tiempo y encontrarle nuevas facetas, nuevas interpretaciones; fruto de nuestra mayor información, formación o deformación cultural e ideológica.

Por otra parte, y como "todo depende del color del cristal con que se mira",  un cristal ideológico fuerte puede ser un problema, por el excesivo sesgo del lector, tal que lo obnubile y entonces pierda la objetividad ante lo que lee.

Recientemente leí el libro del Profesional de la Carrera de Historia (UMSA), Felipe Quispe Huanca, boliviano en mi opinión, del qullasuyo según él. Se trata del libro, La Caída de Goni, diario de la “Huelga de Hambre”. 

Es reconocido, que tanto las memorias como los relatos históricos, traen en si una gran carga de resignificación, pues en estos escritos se busca acomodar y adornar los hechos para afirmar el protagonismo del autor y ensalzar sus acciones, o en su caso dar interpretaciones acordes al punto de vista o los intereses de un grupo, etnia, clase o país. 
En el caso de este libro, vemos el fuerte sesgo del autor que quiere por una parte: emular a una figura histórica, la de Tupak Katari y por otra; reclama que siendo él, quien ha escrito la historia de “la tercera revolución india”, le hayan quitado el protagonismo.

Un interesante libro, de ágil lectura y escrito y dictado por el deseo de reconocimiento, de recuperar protagonismo, satisfacer su ego y también dicen, fruto del desengaño de su autor.
Al respecto de lo anterior, que no lo tenía claro, me ilustro un amigo q'ara de la zona sur de La Paz y ahora en el Urubo, contándome del dolor del Mallku por el abandono de su discípulo amado, con quien convivio años ha, durante sus aventuras terroristas y luego en la cárcel. El discípulo ya no lo es más, había encontrado un otro originario más refinado y manipulable y sobre todo con más perspectivas de éxito, quien luego le permitió acceder y ejercer plenamente el poder, convivir con las cámaras, lucir fino traje y corbata y casarse con una muy joven y bella presentadora de TV.  

A lo largo del libro, el Mallku rezuma, exuda su resentimiento hacia el q'ara y enfatiza el propósito de refundar el qullasuyo y “estrangular y matar de hambre a los q'aras burgueses” y expulsar a los blancos y mestizos. Él quiere ser el Tupak Katari del Siglo XXI y vencer y quemar a la odiada ciudad de Sebastián de Segurola. La verdadera posición, afirma, "es separarnos de Bolivia y restablecer a nuestra madre patria: el gran Qullasuyu"

Reiteradamente plantea la guerra a muerte entre dos naciones: la Bolivia q'ara y el Qullasuyo indio  y se regodea con su Plan Tarajchi, por suerte incumplido, para cortar los suministros de agua y electricidad, quemar a la ciudad y asaltar el Palacio de Gobierno, los cuarteles, las casas de los ricos y matar a los q'aras ministros y otros, de la zona Sur de la ciudad de La Paz, ahora de La Guerra.

Por lo tanto, al margen de los discursos y consignas de circunstancias, de lo que se trata en el fondo es “tomar el poder a cualquier precio”, tumbar a los q'aras para que los aymaras lo asuman y todo lo demás, entre ello lo del gas, es pura cháchara. 
Expresa también su rencor y desprecio por el sindicalista cocalero triunfante, a quien (y lo deja bien entendido) le entrego el camino al poder en bandeja de plata. “Gracias a Felipe Quispe Huanca está donde está, pues de lo contrario Evo hubiera estado pataleando como cocalero, con las marchas y otros simulacros improductivos”.

No entiende el Mallku que el problema no es el sindicalista cocalero, sino que su propio proyecto carecía y carece de viabilidad, especialmente económica; solo ofrece la revancha, el odio racial y el retorno al ayllu, donde aparece un mallku con poncho y sombrero, chicote al hombro y bastón de mando, mostrando el autoritarismo jerárquico y ninguna opción económica y de negocios para la población aymara y quechua, de mentalidad profundamente mercantilista, y menos aún posibilidades de convivencia y progreso para todo un país.

Es conocida la afición por los negocios de los aymaras; recordemos que ya triunfantes en su insurrección, la primera petición que hacen al nuevo Presidente Carlos Mesa (a la caída de Goni) y luego que el Mallku le toma el juramento de rigor a lo indio; y es que se comprometa a pagar indemnización a las familia de los muertos. (Anteriormente negociada en 50.000 Bs. por cada indígena originario fallecido).

Por su parte el sindicalista cocalero y su entorno original (Filipo y otros) ofrece y usa eficazmente su vinculación internacional (Foro de Sao Paulo), maneja hábilmente la reivindicación indígena y sobre todo ofrece negocios, dejando ver que se facilitara la economía informal: coca y su cadena productiva industrial, que es la que alimenta el contrabando, el comercio ilegal de importación y exportación, el transporte, la toma de tierras y además ofrece las peras y pegas del Estado. Es así que vemos como resultado y fruto del MAS en el ejercicio del poder, el crecimiento exponencial y la consolidación de la burguesía chola masista, mucho más rica que la anterior mestiza q'ara.
El éxito momentáneo del masismo se debe por tanto, a que ha sabido asociarse a la izquierda internacional y que tiene fuertes vinculaciones con los gremios, sindicatos, cooperativas mineras y cocaleros; es decir con el indio alejado del ayllu, que se mueve en la economía mercantil y el capitalismo salvaje con mucha solvencia y suceso. Un proyecto inviable a la larga, como el del Mallku, pues un país no puede edificarse sobre el autoritarismo, la economía informal y la coca.

Un libro interesante, un relato ágil que vale la pena leer para conocer una otra cara, no de la medalla, sino del prisma que tiene muchas, y reflexionar con bastante calma, para tratar de entender si este país centralista es realmente viable o debería sin mayor drama tomar la exitosa opción de Checoslovaquia, o una intermedia como el Federalismo, como se propone en algunos Departamento y especialmente en Potosí y Santa Cruz.

ovidioroca.wordpress.com


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