martes, 13 de septiembre de 2011

El melting pot, cambas, cunumis y carayanas.

Yo me críe en el campo, mi padre tenía estancias en Santa Cruz y en el Beni, nosotros éramos carayanas porque éramos un poco más blancos, los más negros eran cambas y los hijos de los cambas eran cunumis. A pesar de los colores, todos comíamos lo mismo y en la misma mesa en el alar de la casa, que tenía como treinta sillas. A veces se llenaba con la gente que pasaba, que como era costumbre bajaban del caballo y el carretón, saludaba y si estábamos comiendo se sentaba también a la mesa y comentaban las nuevas del pueblo. Se le echaba mas agua al locro o si se había carneado se metía un nuevo pacumuto a las brasas, yucas habían siempre.

En las noches la cunumisada se reunía en la oscurana a escuchar cuentos de miedo que esos cambas de antes sabían tan bien relatar, luego temblando de miedo todos nos íbamos a la cama a taparnos cabeza y todo. No había escuela cercana y mi madre nos enseñaba a todos a leer, escribir y las tablas que las cantábamos a coro.

Cuando nos vinimos al pueblo (para que estudie en el Colegio Seminario de Santa Cruz), este terminaba al sur en el Colegio Nacional, al Norte en el Arenal y por el Oeste poco mas allá dela Iglesiadela Merceddonde empezaban unas barrancas y mas abajo estaba la curtiembre de Lino Banegas. Al Este, poco más allá del Tambo Hondo, empezaban las quintas. Allí cerca mi abuelo tenía una quinta que quedaba lejísimos (Ahora Avenida Irala y Cochabamba).

Con los puebleros me ilustre que el que es negro es camba y nada de quemadito por el sol, también a decir: morena de labios gruesos, para no hablar de camba jetona.

En esa época (años 50) había en la ciudad de Santa Cruz poco más de 50 mil habitantes y recuerdo que en mi barrio (Calle Chuquisaca) dela Capillahabía solo dos collas, el colla Montaño y el que luego fue mi suegro Chavo Urioste, dela RadioElectra.

Al lado Norte dela Plazaestaba el Mercado Viejo, allí se veía a las cambas vendiendo yucas, maíz, ambaibas, tujuré  y horneau. En esa época empezaron a llegar los collas. Estos tenían sus camiones grandes y de ahí se bajaban las cholas con pollera que eran consumadas comerciantes y en forma agresiva corrían a las cambas de sus ventitas de tablillas de motojobobo y naranja agria. La provisión y variedad de productos, por su vinculación con los camioneros hizo que las cholas se apoderen del mercado y los collas del transporte. Hoy solo queda como un relicto camba el Mercado Nuevo. El resquemor del pueblo con los collas empezó porque estos más competitivos expulsaron a los cambas de los mercados y del trasporte.

Sabemos que la discriminación es un mecanismo que se usa para evitar la competencia y utiliza rasgos diferenciables, tipo racial, religión, origen nacional, lengua, etc. para lograr la exclusión del otro. La descodificación del genoma nos enseña que poco nos diferenciamos de los gusanos y nada entre los humanos, así es que el tema del racismo es y ha sido siempre económico y político, esto último entendido como un mecanismo para agrupar a la masa y usarla para ejercer dominio sobre el circunstancial opositor, como se lo hace en la actualidad.

Han pasado sesenta años y tenemos más de un millón y medio de habitantes que vinieron de todos lados, hay en Santa Cruz mas benianos que en Trinidad, y casi tantos cochabambinos como en la ciudad de Cochabamba y así por delante. Cambas, collas, chapacos, croatas, turcos,  menonos, brasileros, etc forman ese melting pot, esa olla donde se cuece el locro nacional.

El termino camba de peyorativo paso a ser el denominativo orgulloso, el gentilicio de los cruceños y orientales. Las cambas jetonas, mediante un activo mestizaje creo ese tipo oriental de belleza que se luce orgullosamente (quizá en exceso), por todos lados. Surgen “magnificas” de todos los pueblos y barrios, mujeres hermosas, espigadas, de labios pulposos y con los rasgos garbosos del mestizo

En este proceso, lo importante es que en el oriente se ha asumido la cultura global sin perder su identidad regional (aunque sea un poco pueblerina) y  se asumió la cambitud como una pertenencia regional, mejorando la autoestima, y asumiéndola como una actitud de mente positiva y libre, donde cambas somos todos los que queremos a Santa Cruz y como se dice: el camba nace donde quiere, en Potosí o en Alemania.

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