Por sus frutos los conoceréis, afirma el Evangelio y parece que no  entendemos el mensaje, pues vemos como obcecada y reiteradamente el  pueblo insiste en creer en las promesas  mas que en la propia  realidad.  Si quisiéramos conocer los resultados, lo que nos depara la receta  socialista que están empezando a aplicar en Bolivia, seria fácil ver sus  productos y los frutos podridos que se dieron donde antes fue impuesta.  Bastaría revisar lo que ocurrió enla Unión Soviética,  Cuba y también  verificar que donde se aplico la receta democrático liberal: Europa,  Estados Unidos, Chile, Brasil, la economía mejora y la pobreza disminuye  paulatinamente.
Nuestros social – indigenistas, engolosinados por los ingresos  monetarios obtenidos gracias a una coyuntura internacional que catapulto  el precio de materias primas, hidrocarburos y minerales (los que  estaban en plena producción y comercialización gracias a decisiones  políticas y económicas de gobiernos anteriores), creen que nadan en  plata y que esta les durara eternamente. Viven en un espejismo pues se  puede constatar que la producción nacional ha caído estos últimos anos  con excepción de la coca.
Como ideológicamente repudian las leyes del mercado y la libertad  económica, siguiendo su receta han decidido eliminar la inversión  nacional y externa y liquidar el sistema de precios, vale decir las  señales que orientan la economía, con el fácil mecanismo de impedir las  exportaciones. Lo que ya consiguieron el ano pasado y nuevamente ahora,  será desincentivar la inversión, la producción y en consecuencia lograr  el pronto desabastecimiento. Ya Chávez su patrón y mentor,  hizo lo  mismo en Venezuela y ahora no hay energía eléctrica, tampoco leche,  azúcar, café y harina pan, y todo debe ser importado. Ellos pueden  hacerlo gracias a su extraordinaria producción petrolera que sus odiados  imperialistas gringos le compran y por supuesto como contrapartida le  venden de todo. Últimamente, como el gobierno socialista venezolano es  insaciable y necesita plata para sus “misiones” se la expropio a sus  ciudadanos devaluando en cien por ciento la moneda nacional, de esto no  nos vamos a librar tampoco en Bolivia.
Aunque la experiencia histórica mundial  y la cercana de Cuba y  Venezuela, nos muestra que es imposible desarrollar un sistema económico  y social más justo y más humano (alternativo al de la democracia  capitalista), mediante la acción de un Estado todopoderoso, que se hace  cargo de la producción y las empresas; nuestros socialistas no lo  aceptan. Si miraran  a China en lugar de Cuba,  descubrirían que cuando  este primer país finalmente aplico una economía de mercado y atrajo  inversión y empresas extranjeras, logro su actual éxito y crecimiento  económico, mientras el otro lamentablemente sigue avanzando raudamente  hacia la miseria.
La explicación es que mientras el capitalismo es un producto  sociocultural evolutivo, el socialismo es un diseño ideológico rígido y  producto de la particular visión de una persona o grupo. El desarrollo  capitalista forma parte integral de la cultura universal y no es  producto de una coyuntura histórica, lo cual significa que este sistema  es un proceso adaptativo a situaciones cambiantes y a diferencia del  socialismo, está estrechamente vinculado con la evolución de la sociedad  y con la forma de actuar de los hombres ante los problemas económicos  de cada etapa de su existencia.
La ganancia, es  sin duda el producto del natural afán de lucro de  los seres humanos y es el motor de toda la maquinaria capitalista.  Es  el resultado de una lucha altamente competitiva y muchas veces  despiadada. Esta característica obliga a los empresarios (en general) a  ser, además de astutos, sumamente eficientes para no sucumbir ante la  competencia.
Cuando el Estado se apropia, “nacionaliza” los medios de producción,  se elimina la ganancia y  se burocratiza la gestión, y ante la ausencia  de competencia se ignoran los costes y la productividad, por lo cual se  reducen los niveles de eficiencia y a su vez  se elimina el entusiasmo  por la función gerencial y la innovación. Como resultado se reduce el  crecimiento económico, con lo cual aumentan el desempleo y la pobreza.  Esto está suficientemente demostrado en los países que asumieron la  estatización como forma de resolver los problemas sociales. La decisión  de estatizar la actividad productiva y comercial, asumida en Venezuela y  ahora en Bolivia están produciendo los mismos resultados catastróficos  que se dieron enla Unión Soviéticay demás países socialistas marxistas  del mundo.
Es la rentabilidad, la capacidad de producir ganancia, el motor del  sistema capitalista; porque además de incentivar al productor permite la  acumulación y la reproducción constante del capital, que por efectos de  la competencia se obliga a la permanente innovación tecnológica y la  renovación de los equipos y sistemas productivos para aumentar la  productividad.
El mecanismo capitalista de la ganancia reinvertida como respuesta a  la necesidad creciente de la producción es de una simplicidad y eficacia  extraordinarias, por lo que el capitalismo sólo podrá ser sustituido  por un sistema de producción capaz de lograr mejores resultados a más  bajo costo y con seguridad no lo será por un capitalismo de Estado  manejado por burócratas y fanáticos.
Los social-indigenistas con su postulado de retorno a la economía de  subsistencia y reciprocidad pretenden eliminar el lucro, aunque esto no  se lo creen los cocaleros y menos los contrabandistas que apoyan al  MAS.  Ahora también nos presentan como la alternativa socialista a la  propiedad privada de los medios de producción, la llamada propiedad  “social” o “comunitaria”; aunque tal cosa no existe. Lo que  verdaderamente resulta, cuando se expropian o como eufemísticamente  dicen se “nacionalizan” las industrias, la tierra, las propiedades  agroindustriales y agrícolas y las demás empresas privadas, es la  propiedad “estatal” que es algo muy distinto a la idea de una propiedad  social o comunitaria.
Pero el Estado socialista marxista no se detiene allí, arremete  también contra la forma democrática de gobierno, eliminando la división  de poderes y la alternancia periódica de los gobernantes. Por su propia  dinámica el Estado socialista es centralista y “totalitario” y se ve  impelido a actuar contra los opositores a quienes considera enemigos de  la revolución y del pueblo, eliminando el pluralismo político y  erigiendo un partido único que monopoliza la representación popular. Por  eso se ve enfrentado a los sectores mas informados de la sociedad:  empresarios, intelectuales, estudiantes, artistas, profesionales,  religiosos, etc., y a la postre, a toda la sociedad. El totalitarismo se  convierte en una dictadura mesiánica de mandato unipersonal.
En resumen, por su esencia el socialismo marxista, castrista,  chavista, social-indigenista, no tiene la capacidad ni la posibilidad de  producir riqueza y por tanto mayor producción de bienes y servicios  para la población; cuando estos socialistas llegan al poder, toman la  generada anteriormente por el capitalismo y aplicando una política  populista y distributivista la reparten  hasta que logran igualar a  todos en la pobreza, con excepción obvia de la dirigencia  revolucionaria.
En el fondo todos sabemos lo que se nos viene con el mentado cambio  revolucionario y como todavía existe libertad de acceso a la  información, podemos aun y no como en Cuba, entrar a Internet y ver lo  que ocurre y se piensa en el mundo entero, que países crecen y cuales  fracasan, donde se respeta las libertades humanas y donde mueren los  opositores en manos del totalitarismo.
Lamentablemente para enfrentar este desastre no aparecen aun los  políticos con doctrina y con convicción. La política en Bolivia, también  en otros países, se la ha venido ejerciendo en ausencia de principios  ideológicos y con un gran desconocimiento de la doctrina y la economía  política y reduciéndose a la componenda, al cálculo cortoplacista de las  próximas elecciones y luego cómo lograr una mejor tajada del erario  nacional.
Vivimos en un camaleonismo de las izquierdas y derechas, donde todos  finalmente son populistas y nadie se diferencia de nadie. Los discursos  de los candidatos del MAS son de lo mas diversos y todos citan como  inspirador al gran líder. Cada uno ellos pone sus propias visiones y  versiones como salidas de boca del líder y de esta manera se nos  presenta una ensalada ideológica que seguramente nos va a caer pésimo.
A su vez muchos (no todos), de los representantes de las elites  políticas y empresariales tratan de acomodarse y quedar bien con la masa  y el gobierno; utilizan el discurso populista y no son francos y  capaces de exponer con claridad y convicción los principios doctrinales  de la economía social de mercado, que ha demostrado ser mas eficaz y por  lo tanto mas beneficiosa para la sociedad. Esta indefinición y falta de  principios les impide diseñar programas de gobierno consecuentes con su  propia orientación ideológica.
En consecuencia las elites democráticas al no asumir, por ignorancia o  desidia o acomodo, una propia doctrina: Estado regulador, libertad  política y económica, propiedad privada y economía de mercado con  inclusión social, no pueden ni van a poder diseñar propuestas y  programas de gobierno consecuentes con la ideología que dicen profesar y  al no tener planteamientos claros que los diferencie de los  social-indigenistas, no pueden convencer y orientar a los ciudadanos.
Por ahora, lo único claro que queda es la genial impostura del Icono  Indígena, Evo Morales, creación de ONGs e intelectuales marxistas, en  base al cual los operadores del poder han logrado unificar a la gran  masa bajo una consigna racista y de revancha histórica. Esto durara  algún tiempo hasta que la crisis por la mala conducción de la economía  los castigue y en este momento para frenar el descontento de la  población, de q`aras y t`aras, por el hambre, la miseria, la violencia  desbocada del narcotráfico, será necesario para la mantención del  régimen, aplicar a sangre y fuego la receta totalitaria cubana, el  terrorismo de Estado, que ya se viene ensayando en su version laight.
Nota. Inspirado en Pertinencia histórica del capitalismo de Emiro Rofundo Paul, Venezolano.
 
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