SISTEMA EFICAZ PARA DESTRUIR LA AGRICULTURA
Ovidio Roca
Existe una extraña obsesión de los socialistas y
plurinacionales por aplicar recetas y modelos que destruyen no solo la libertad
sino el sector productivo, y pese a los reiterados fracasos, evidentes en todas
partes del mundo, siguen aplicándolos y cuando vienen los reclamos echan la culpa de sus errores y
delitos a la oposición y al imperialismo.
Son gobiernos presidencialistas, centralistas y estatistas,
que actualmente logran aparente éxito económico gracias a los buenos precios de
las materias primas en la que basan su economía extractivista exportadora. En
el discurso ensalzan a la madre tierra y
en la práctica son refractarios a las cuestiones ambientales, interpretándolas
como trabas a la minería y los hidrocarburos.
El sector agropecuario es uno de los más afectados
por la acción nefasta de estos aprendices de brujo y en nuestra América ya lo
han destruido en Cuba, Nicaragua, Venezuela y lo están logrando rápidamente en Argentina
y Bolivia.
Los ingredientes del modelo socialista y
plurinacional, que mueven la economía y la sociedad al fracaso, tienen que ver
con las siguientes consignas y creencias:
El sistema de libre mercado no funciona y los
burócratas son más inteligentes que miles de personas tomando sus decisiones en
un mercado competitivo; por lo cual le corresponde a ellos y desde su
escritorio, tomar las decisiones económicas y productivas.
En beneficio del pueblo, corresponde a la burocracia
fijar los precios de los productos.
Sin conocer ni entender la vocación de la tierra y
menos de técnicas productivas y uso de maquinaria agrícola, se limita el tamaño
de la propiedad agraria.
Haciendo gala de sus prejuicios ideológicos y sin
base científica, se prohíbe el uso de semillas mejoradas.
Como la propiedad privada es enemiga del pueblo, debe
ser eliminada vía expropiaciones y avasallamientos de tierras, fomentando y estableciendo como norma la inseguridad
jurídica.
En defensa de la dignidad nacional y el proceso de
cambio se espanta la inversión productiva y tecnológica, nacional y extranjera.
Se expropian y estatizan las empresas las que luego se manejan
revolucionariamente y bajo el criterio de generar negocios para los
administradores y pegas para las bases.
Para garantizar el consumo nacional se deben regular
y prohibir las exportaciones y aplicar cupos y complicados trámites para quien
pretenda hacerlo.
Se establece un tipo de cambio sobrevaluado, como
una forma de favorecer el contrabando y afectar negativamente la capacidad
competitiva de la producción nacional.
Para dar paso a los apetitos y rencores de algunos
legisladores y sus amanuenses se incentiva la generación una gran masa de legislación
anti productiva.
Si alguien preguntara a un productor, que deberíamos
hacer ante esta compulsión anti productiva; éste usando su experiencia y
sentido común diría que para mejorar la situación del campo agropecuario,
aumentar la producción y la productividad debe “hacerse totalmente lo contrario de lo que proponen los ideólogos comunistas
de las estrategias envolventes”.
Diría además; que el Estado debe apoyar la construcción
de carreteras rurales y de integración. Garantizar el derecho del libre
tránsito y el libre comercio y la seguridad en las vías. Incentivar y
garantizar el suministro de gas natural y energía para la industria existente y
nuevos proyectos y fundamentalmente garantizar y mantener un efectivo Estado de
Derecho.
ovidioroca.wordpress.com