jueves, 16 de mayo de 2013

POPULISMO, INFLACIÓN DE EXPECTATIVAS


POPULISMO, INFLACIÓN DE EXPECTATIVAS

Ovidio Roca

El discurso populista gubernamental ha generado en el pueblo una inflación de expectativas, muchas de las cuales están más allá de las posibilidades reales de la economía nacional, pero que los movimientos sociales exigen, pues el gobierno lo ofreció y porque los han acostumbrado a pedir y pedir cuesta nada y existe siempre la esperanza de conseguir algo gratis.
Se olvida a veces el pueblo, que les han prometido todo, pero solo les darán lo que piden, siempre que cueste nada y valga menos.

El Estado Plurinacional convive, hasta ahora, con los movimientos sociales; los llamados sindicatos, gremios, ayllus, pueblos indígenas; quienes lo seguirán apoyando en la medida que sea funcional a sus intereses particulares o puedan beneficiase del mismo.
Los ideólogos plurinacionales se dicen socialistas, comunitaristas, indigenistas; pero en esencia son populistas, maestros de la palabra no del trabajo, demagogos no productores, vendedores de ilusiones no creadores de riqueza y sobre todo pésimos administradores.

Producto del populismo, existe la creencia popular que solo hay que marchar,  bloquear, para conseguir lo que se desea y también recibir lo que “haiga” antes que se acabe, pues no se trata de producir sino de repartir y cuando empieza la espiral de pedidos, algunos razonables y muchos no, cada grupo se va radicalizando para no quedar atrás, siguiendo el dicho criollo, “el que no llora no mama” y “el que se atrasa se queda sin leche”; pero sobre todo con la idea que hay que pedir, aunque la teta no aguante.

Cuando no se tiene confianza en el futuro, lo que importa es el hoy; lo importante es llenar la tripa ahora, mañana veremos.
Con esta cultura populista, comunitarista, inmediatista se pierde el rumbo; pues no se busca, producción, trabajo, inversión, seguridad jurídica, paz, tranquilidad; no se procura construir las condiciones para crear riqueza licita, se pide repartir lo que “haiga”, pues eso les ofrecieron. 

La mayoría de los apegados al gobierno no quieren trabajo, quieren pegas, y los que están lejos de la teta gubernamental, quieren que no los molesten y dejen que la coca crezca, se cristalice, que los chutos y los truchos lleguen. 
No se dan cuenta que detrás de esta economía ilegal, de la perdida de la moral, del trabajo fecundo, de la responsabilidad, viene la barbarie de los carteles de narcotraficantes y contrabandistas, y estamos creando un país donde la vida vale nada, la familia no existe, la coca crece, se cristaliza, blanquea, y se convierte en verdes; los caminos del narcotráfico se expanden y el tráfico fluye.

Hasta ahora el país no ha explotado gracias a nuestra cultura ritualista y festiva, lo que evita la confrontación fanática religiosa, política o racial y como además tenemos una moral relajada, por lo general no llegamos a ser extremistas, de esta manera hemos podido hasta ahora más o menos, convivir a pesar de nuestras diferencias.
Es conocido que el éxito de los partidos socialistas en el mundo, se ha sustentado en las promesas con las que manejan las masas y con el control de la calle, y su fracaso ha sido la gestión de la economía (en criollo tener desayuno, almuerzo, cena y últimamente también papel higiénico), campo este último donde todos han fracasado.

En este momento, los políticos del gobierno ya saben que se acaban los años de las vacas gordas, que la economía les va a pasar la factura, que las expectativas que ellos crearon les serán cobradas con creces y que las masas reaccionan y aunque se muestran serviles ante una autoridad fuerte, están siempre dispuestas a sublevarse contra una autoridad débil. Por ello se han preocupado de comprarse a las Fuerzas Armadas, a la Policía y están fortaleciendo sus grupos de espionaje y paramilitares.
Los ideólogos plurinacionales  lo saben, lo aprendieron de Hitler, de Stalin, de Castro: Solo mediante el miedo se logra, se asegura la lealtad absoluta. 

Una mitad de la sociedad boliviana esta atemorizada, sus derechos humanos y políticos violados y considera que debe haber una alternativa  de un país democrático, un país viable, donde se permita a la gente prosperar y vivir en paz.

Esta alternativa, antítesis al fementido socialismo, comunitarismo y indigenismo del gobierno, es la liberal y republicana, exitosa en los países más desarrollados,  que explica lo que todo el mundo sabe, pero pocos practican: que la pobreza se derrota con el trabajo, con esfuerzo privado, con ahorro e inversiones y con el achicamiento del Estado que es un mal administrador, peor empresario y culpable de una corrupta cultura de tramitología burocrática.

Estos proponen recuperar el Estado Democrático, para que este último realice su verdadero trabajo, cual es mantener el orden público y la administración de justicia, una justicia justa para todos.

Promuevan una acción decidida para consolidar una institucionalidad pública y privada, orientada a crear las condiciones de entorno favorable para que el desarrollo se produzca. Un desarrollo centrado en la persona humana y en sus capacidades, que sea simultáneamente pensamiento y acción.

Los liberales, republicanos, propugnan la eliminación del dirigismo en la economía, de los corruptos trámites y regulaciones, y proponen implantar una verdadera economía competitiva y de mercado, con educación técnica de alto nivel y un Estado de Derecho.
Todo esto cuesta esfuerzo y exige responsabilidad y el problema es que la gente gusta más de las promesas, de las ilusiones, que del trabajo y la responsabilidad.

Que lejos estamos de Churchill, un Estadista que le dice a su pueblo en 1940, cuando ya Europa había sido invadida y era el único país que enfrentaba al Nacional Socialismo, "Solo les puedo ofrecer; sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas".
Y el pueblo ingles lo siguió, el nazismo fue derrotado y Hitler se suicidó.

ovidioroca.wordpress.com

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