FANATISMO
Y RELIGIÓN
Ovidio Roca
Todos los días, horrorizados y asombrados vemos y
leemos sobre fanáticos islamitas con explosivos adheridos a sus cuerpos, los que
hacen explotar, suicidándose y asesinando centenas de inocentes víctimas.
Espanta y llama la atención esta actitud extendida
en los grupos religiosos y buscando alguna explicación sobre esta brutal
y desalmada conducta pregunte a un amigo de origen árabe.
Me decía que a su
entender el problema empieza en la casa, por la propia cultura familiar,
producto de la costumbre de estas sociedades donde los hombres oprimen a sus mujeres
con tanta crueldad, que las impulsan a devolver los golpes cómo y dónde pueden
y lo más cercano es aterrorizando a los propios hijos, los que en su momento
aterrorizan a sus esposas, las que aterrorizan a sus hijos, y así
sucesivamente, en una interminable espiral de odio sexual, amor y muerte.
Esta deformación cultural y de vida desde la
infancia, produce personas traumatizadas, llenas de odios y temores y si a ello
añadimos el lavado de cerebro al que luego son sometidos por reclutadores y
entrenadores de los grupos extremistas islámicos, quienes saben cómo activar
instintos y emociones básicos, como los sentimientos de desesperanza,
humillación, odio y venganza; el futuro suicida y mártir ya está preparado.
A su vez, la vida cotidiana en estas sociedades no
es fácil para su gran mayoría. Más bien es dura, azarosa y llena de
incertidumbres, lo que hace que muchas de las personas “no teman a la muerte, sino a la vida”.
Si se añade a esto la promesa de lograr el paraíso para
aquellos que mueren en la guerra santa, para sí y su familia y salir inmediatamente
de esta su vida miserable; la yijad es
la elección obvia: es convertirse inmediatamente en mártir y por tanto en una
imparable bomba humana.
Una persona desesperada, un fanático que está
convencido que con su acción suicida y matar al infiel, es decir a todos los
demás, se consigue inmediatamente el cielo, encuentra en la bomba humana su
gran oportunidad.
Además no se trata del cielo aburrido de los católicos,
no conozco las otras ofertas religiosas, con angelitos tocando arpa; es un Cielo que refleja y satisface los deseos
y deleites que un habitante del desierto anhela y también de cuantos en la
infancia leíamos las Mil y una Noche.
El prometido paraíso islamita es sensual: un oasis de
ríos de agua, vino, leche y miel y 77 huríes para su gozo y solaz, las que en
la mañana recobran su virginidad. *
Realidad muy dramática esta espiral de odio y muerte
y que requiere para solucionarla de la voluntad de los líderes y dirigentes
religiosos islámicos actuando desde la base cultural, en procura de lograr una convivencia
pacífica de todas las religiones y culturas.
Personalmente creo que el Inicio de la solución,
está en la liberación y respeto a la mujer y el tener una familia unida.
La mujer es
el centro de la familia y la familia constituye,
en las sociedades pobres, el seguro social y su sostén y resguardo psicológico.
Notas: Wikipedia.
·
“Según
el Corán, hay hurís blancas, verdes, amarillas y rojas; sus cuerpos son de
azafrán, almizcle, ámbar e incienso, despidiendo un olor sumamente
aromático y llevan sobre la cara descubierta un letrero de oro con expresiones
consoladoras.
·
Las
viviendas serán agradables, con amplios jardines, valles sombreados y fuentes
perfumadas con alcanfor o jengibre habrá ríos de agua, leche, miel y vinos,
frutas deliciosas de todas las estaciones sin espinas y pabellones llenos de
huríes. Un día en el paraíso se considera igual a mil días en la tierra. Los
palacios serán de oro, plata y perlas, entre otros materiales, y también habrá
caballos y camellos de "blancura deslumbrante", junto con otras
criaturas. Se describen grandes árboles y montañas hechas con almizcle, entre
las que los ríos fluyen por valles de perlas y rubíes”.
ovidioroca.wordpress.com
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