Ovidio Roca
Al parecer no somos tan sapiens y en el fondo de nuestro ser, de nuestro espíritu,
no hemos evolucionado lo suficiente para asumirnos como personas, como seres
libres y responsables de nuestra vida y seguimos aferrados y vinculados con la manada
al igual que nuestros ancestros primates. Necesitamos ser y sentirnos parte del
rebaño, queremos
que nos arreen, que nos digan que hacer, que alguien nos de todas las
respuestas y soluciones, sin necesidad de decidir y asumir personalmente los
riesgos y las responsabilidades ante los eventuales fracasos. Queremos vivir
tranquilos, recibir todo del líder y aplaudirlo y esto nos hace presa fácil del
populismo.
Escuchaba el otro día,
una discusión entre un Gobernador y un ciudadano que le pedía intervenir y levantar los bloqueos masistas, que tiene secuestrada
a la población, sin alimentos, medicinas y posibilidades de trabajo. La
Autoridad Departamental decía que eso era responsabilidad del Tribunal Supremo Electoral
y del Gobierno Central. Cabe preguntarnos, para qué nos sirve el Gobierno
Departamental si no asume su responsabilidad básica y defiende al menos el
libre tránsito de sus ciudadanos, quienes lo mantienen con sus impuestos.
Es nuestra estolidez y cultura de manada, lo
que nos induce a dejarnos arrastrar al mundo de las mentiras, de la ilusión y las
medias verdades. Un campo en el cual los ideólogos populistas, como
practicantes del doble pensar, son unos verdaderos maestros, expertos en mentir
con arte y mejores argucias, ilusionando a la población para tiranizarla. En su
novela 1984, Orwell señala que el lema de la tiranía (eventualmente masista), en
lenguaje de doble pensar, es: “La guerra
es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza”. Por lo que
se ve en estos trechos, así nomás había sido.
Nos movemos en un mundo maleable y sin un referente
común y aceptado por la comunidad. En estas épocas la realidad se hizo difusa,
dejaron de existir la verdad y la mentira y ahora son simples opiniones, por lo
cual “nada es verdad y nada es mentira y
todo depende del cristal con que se mira”.
La izquierda, pese a
sus permanentes fracasos en proporcionar bienestar económico y cultural para la
población, tiene una admirable habilidad para obviarlo, echar las culpas a
otros y promover exitosamente su ideología. Su experticia en manipular la mente
de las personas, devaluar todo pensamiento contrario e inventar historias que
ensalzan el mito socialista y generar aceptación y solidaridad inmediata, es
asombrosa y es por eso que manejan el poder.
Diariamente vemos y escuchamos las entrevistas realizadas
con algún personaje masista. El periodista citando datos concretos, pregunta su
opinión sobre los destrozos que causan los masistas con sus bloqueos, la destrucción
del patrimonio de la gente, el robo de los productos que se transportan y de los
daños materiales y personales que se causa con los bloqueos por la dinamita
utilizada. Algunos periodistas más avezados piden explicaciones sobre el dolor
de los propietarios despojados del fruto de su trabajo, de los enfermos y sus
familiares que no cuentan con su medicación y mueren. Son hechos y datos, pero
ellos impertérritos obvian la pregunta y acusan al gobierno, a los neoliberales,
al imperialismo de todos estos males; ellos janiwa.
En el mundo hay ciertas ideologías
políticas y culturas religiosas, que influyen fuertemente sobre la mente de las personas (ya dañadas por al fanatismo)
y las impulsan actuar de manera destructiva.
Hoy por hoy, es raro ver un budista o un cristiano que asesine a sus semejantes
en nombre de su dios; pero sí lo hacen muchos musulmanes, que con bombas hacen
volar indiscriminadamente a cientos de inocentes, para honrar al suyo.
Es también muy común, ver a hordas y facciones politizadas de populistas,
haciendo uso de “su derecho humano” de bloquear
los caminos, paralizar el transporte, asaltar los suministros, quemar los bosques
y dinamitar las carreteras y todo en defensa de la democracia comunitaria y el
honor del Jefe y de paso ganarse unos quintos. Y nadie puede pedirles cuentas
por el daño que realizan.
ovidioroca.wordpress.com
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