Ovidio Roca
“Es
del necio el desprecio,
y
del sabio el aprecio”. j.ll.folch (6/8/20)
Esta es una ruta que luego se conecta con la de la seda, de los
chinos, que vienen hacia estos amplios territorios, buscando tierras, recursos
naturales y el oro que necesita su imperio y su población en continua expansión.
Como contraparte, las
bases cocaleras se preocupan de aterrorizar y eliminar a los opositores del MAS
y esta exigencia la cumplen bloqueando los caminos, cercando y paralizando toda
actividad en las ciudades, destrozando
infraestructuras, negocios públicos y privados, en un insano gozo de poder y de
placer.
Todo esto ha ido posicionado
en la mentalidad de la población, el reconocimiento de la omnipotencia del
Gobierno Central populista y una cultura pedigüeña. La gente cree que puede
pedir del Gobierno todo lo que necesita; pero se olvidan que esto solo funciona
si está organizada sindicalmente y además es cocalera.
Muchos pensábamos,
ingenuamente, que con la huida del cocalero, las cosas se calmarían en el país,
pero vemos que el masismo nuevamente se articula y nos somete a sus chantajes. Vemos
que al margen del trabajo diario que hace el Parlamento masista para boicotear
al Gobierno de transición, en estos días dirigentes mineros, cocaleros y los
Ponchos Rojos, nos amenazan con una “guerra
civil”, dicen que es en defensa de su sigla (comprada años atrás a un
falangista, por tres fardos de coca y una penga de plátanos).
El dirigente de los
Ponchos Rojos, Pedro Lucana, afirmo hace poco que este es solamente el inicio.
“Yo creo que las cosas van a empeorar,
dijo y reveló que si el MAS pierde su personería, “se arma la guerra civil”, no lo dude. Y además del bloqueo de
caminos y cierre total de todas las ciudades se va a cortar el agua, servicios
y todo lo que se pueda”.
Ahora por todos los
bastiones masistas se está bloqueando: San Julián, Cuatro Cañadas. Yapacaní, Chapare.
San Pablo, San Ignacio y Santa Rosa de la Roca, además de Samaipata, Cochabamba,
Oruro y El Alto.
Se trata de terrorismo
a todo dar, fáctico y psicológico y por toda la ruta de la coca y con esto se
muestra a la población, que ellos tienen el poder sobre el territorio y así la someten a
su voluntad y sus deseos.
La izquierda progre ha instalado en el mundo una licencia
de impunidad para los grupos antidemocráticos; si estos se presentan como de
izquierda, indígenas o transgénero. Basta autoconvocarse y denominarse así y de
esta manera pueden destruir tu vehículo, tu casa, tu negocio, tu derechos a
transitar a alimentarte y a tu vida. Los Organismos internacionales, manejados
por el populismo, salen en su defensa y denuncian y bloquean a la Policía y el
Ejército, para que dejen de cumplir con su función constitucional de controlar
y reprimir esta práctica delincuencial, en las calles y caminos.
Para intentar una primera
explicación de este comportamiento totalmente interesado y agresivo de los
grupos masistas, necesitamos de un buen diagnóstico, que aún no existe y luego una
terapia acorde. Esto ayudaría para que esta parte de nuestro pueblo
traumatizado y permanentemente movilizado, pueda encontrar un camino de
convivencia y de respeto ciudadano y que finalmente todos podamos vivir en paz.
(Un sucha graznó, tuiteó, que quizá sea útil el dióxido de cloro).
Los populistas conocen,
que la manera de mantener esclavizada y sumisa a la población, es aniquilando
el espíritu crítico de los individuos; quitándoles el alma, despersonalizándolos,
hasta convertirlos en una masa informe, atemorizada, incapaz de tener ideas
propias. La tarea se facilita pue estos grupos, por su mala experiencia,
no tienen confianza en las instituciones, en las leyes y en la palabra de las
personas.
Por lo que vemos y por
sus accionar (Lucas 6:43-45: por sus frutos los conoceréis) a ellos los instigaron
e indujeron a odiar a los demás. Se odian a sí mismos, no creen tener un futuro
y se lanzan sin temor y de forma suicida hacia el terror y la anarquía. ¿Que
conseguirán?, no lo saben ni les importa. Mientras tanto acullican y escupen sus
odios y frustración contra todos, todas y todys. Padecen de una
patología ideológica que los hace actuar de forma destructiva; contra ellos
mismo y contra su entorno social; se les ha distorsionado la mente y las ideas
y por eso actúan así.
No les interesa él régimen
democrático, ni una vida q’ara; buscan solo y exclusivamente el poder, y se
movilizan para recuperarlo a como dé lugar y con la violencia como telón de
fondo. No se conciben a sí mismos y no creen poder sobrevivir; si no tienen el
poder político y con ello algo muy importante; la garantía de transitar
impunemente por la ruta de la coca.
Un poder, que no es sostenible ni
viable, pues carecen de una base productiva sustentable. Al haber abandonado
sus cultivos tradicionales, su ganadería y artesanía; ahora su sustento es la
coca, el narcotráfico, el terrorismo, el contrabando; algo que las sociedades
democráticas, dentro y fuera del país, no aceptan. Miremos la miseria a la cual
llego la población de Venezuela y Cuba; países que antes de que les llegue el
virus castrochavista, fueron los más ricos y adelantados de Latinoamérica.
Como dicen los
cocineros; ahora “el horno no está para bollos”. Con la pandemia, la gente
muriendo y aterrorizada, la economía destrozada, no es momento de
enfrentamientos fratricidas, sino de unirse, remar juntos y para adelante,
hacia un futuro democrático y sostenible, enfrentando el oleaje cocalero y los
virus chinos.
Este
es nuestro desafío y aunque los jóvenes no son culpables, sino herederos de los problemas estructurales de la economía y la política de sus países; son
los responsables de cambiarlos, pues nadie más lo hará por ellos.
ovidioroca.wordpress.com
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