Ovidio Roca
(Archivos recuperados 2010)
Los cambios son para bien y para mal y para entender
hacia donde nos conduce el proceso de cambio masista y actuar en consecuencia,
es necesario comprender el pensamiento de los conductores, sus ideólogos y especialmente
el sentimiento del Gran Hermano. Una buena guía para esto es releer a Orwell y
su famosa novela 1984; esta novela publicada en 1949, es la que siempre se menciona
cuando se habla de gobiernos totalitarios y con toda razón, pues permanece absolutamente
vigente.
En ella se señala que la primera manifestación de
sumisión del pueblo al partido dominante es el acatamiento de sus tres grandes
slogans: “La guerra es la paz; la
libertad es la esclavitud; la ignorancia es la fuerza”.
Estas tres consignas constituyen el resumen del pensamiento del “Ingsoc” y es lo que un miembro del Partido necesita aceptar para ser un buen militante.
Este pensamiento postula, que la única manera de
alcanzar la paz es mantenerse en estado de guerra contra las otras dos
potencias imperiales. (El enemigo necesario, externo e interno).
Que la sumisión al Partido es la única manera de
mantener un sentimiento de seguridad, de libertad, pues en caso contrario
mueres, dejas de existir. (Sumisión absoluta al líder del partido)
El falseamiento de la realidad es la base del sistema:
creer las mentiras oficiales e impuestas hará fuertes a los militantes para
mantenerse dentro del juego propuesto por el Partido; cuanto más ignorante sean,
tienen menos riesgo de descubrir incoherencias, menos posibilidades de caer en
el “crimental”.
Los ideólogos del régimen plurinacional con la Tesis
de Sinahota, expresan con toda claridad esta lógica, cuando postulan su intencionalidad
de: “Quitar el alma a los k’haras”. Esto lo aclaran cuando dicen en la misma
tesis: “en la batalla política los símbolos culturales son fundamentales, pues están
vinculados a la reproducción del poder y fortalecen o debilitan la percepción
de la gente sobre la sociedad y el mundo y de como éste se halla ordenado”.
Es necesario reiterar que para que el sistema de
dominación funcione, es necesario acabar con la cultura, la libertad y la disidencia,
por lo que el “crimental” (crimen del libre pensamiento) es el mayor delito
para cualquier régimen totalitario, y para evitarlo hay que terminar con sus
causas. Hay que manipular el pasado y si es necesario hacerlo inexistente, de
ahí la consigna del partido, del Ingsoc: “Quien
controla el presente controla el futuro. Quien controla el pasado controla el presente”.
Por esto es fundamental la labor de la prensa libre y
de los “libre pensantes”, pues permiten hacer conocer a la población, más allá
de las consignas del régimen, sus atroces mentiras y falacias. Es tarea de la
prensa libre mostrar, enseñar a la gente a ver la realidad cotidiana; despejar
el velo ideológico de engaños y mentiras con que los obnubilan todos los días y
sobre todo de lo más peligroso: las esperanzas engañosas que tan bien saben
vender los ideólogos k’aras del masismo.
ovidioroca.wordpress.com
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