DICHOS Y HECHOS MIGUELEÑOS

Desde San Miguel de Velasco. El habla culta migueleña  

Miguel Dorado, Dorado.

Un migueleño llega a un restaurante rafaeleño y con tono prepotente pide almuerzo se sienta y dice:

Migueleño: Señora tráigame las herramientas punzo cortantes.

Rafaeleña: (al instante se da cuenta que se trata de un migueleño) sin decir palabra le trae los “cubiertos”

Migueleño: Señora tráigame Cloruro de Sodio.

Rafaeleña: (de mal gusto con el migueleño le trae la sal)

Migueleño: Finaliza el almuerzo y dice: Señora tráigame un vaso con H2O

Rafaeleña: (emputada con el migueleño le trae una Zanahoria en un platillo)

Migueleño: Con tono prepotente le dice: Oiga come cola, fragmento de neófita corroída por los gérmenes putrefactos de la ignorancia, yo a usted le pedí H2O

Rafaeleña: Usted ya me emputó y en vez de H2O le traje zanahoria para que se meta a su C-U-L-O

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Un migueleño en San Rafael al escuchar los “dobles” en el campanario le pregunta al Padre Pío: “Padre, porqué están tañendo lúgubre los bronces en la casa de Dios” el padre Pío le responde: Haa, se murió un camba rafaeleño y están doblando.

Migueleño: Y de que murió el occiso.

Padre Pío: De un Colapso.

Migueleño: ¡¡¡Seguramente era grande el lagartapzo¡¡¡.

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No hace más de diez años atrás el transporte San Ignacio - San Miguel era en Camionetas, le llamaba “Las Paveras”, puf se peleaban las cabinas para viajar; ahora ya hay flotas le llaman “Las Patasqueras”, felices los migueleños y dicen: desde que hubieron patasqueras ya todos viajamos emcabinau.

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Llega el primer avioncito a San Miguel con el Padre Hubert, todo el mundo a la pista nadie se quedó en el pueblo, solo un Señor Dorado que estaba a tres kilómetros de San Miguel se perdió el espectáculo.
Pero lo vio llegar y aterrizar, se quedó esperando hasta que alzó el vuelo, dio una vuelta que según él llegó hasta el final de su propiedad, pero… de allá vió que ya estaba sin ruedas y según él, las tumbó en el monte. Una semana le tiró el señor Dorado, con sus trabajadores y sus perros, buscando las ruedas.

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Llegan unos turistas a San Miguel en una full vagoneta, todos con cinturón de seguridad puestos, solo bajaron los vidrios e hicieron algunas preguntas y siguieron viaje; pufff los migueleños comentaban: Pobrecitos, los vieron esos iban presos amarradingos, directo a Palmasola.

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Llega la telefonía celular a San Miguel, todos con celulares¡¡¡¡¡ hubieron algunos cambios en nombres y apellidos, por ejemplo los casos más sencillos, los que eran Stelzer, ahora son Stelecel; los que eran Maturanas, ahora son Motorolas, también hay un Nokia Dorado.

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Como se lo reconoce a un migueleño en otro pueblo? Respuesta: Anda con celular en la mano.

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Se reúnen representantes de los madereros de San Miguel y San Rafael en San Ignacio, para coordinar temas del sector; el ignaciano les recomienda: “llegan a sus pueblos y avisan de los acuerdos a sus bases”, el rafaeleño dice: no hay problema yo llego a San Rafael, toco las campanas y el pueblo llega. El migueleño dice: Pero son ustedes… nosotros puro celular.

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Un campesino migueleño acobardao de los referéndum de los últimos años dice: “que tanto referendo y referendo, que será eso de referendo, yo sé que referendo le dicen a los curas.

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Un amigo Migueleño una vez me dio una receta para la gripe, solo que él me lo dijo de la siguiente manera: Veis aquel limonero que tenéis a tu vanguardia: ve y quita algunos de sus frutos, con un utensilio cortante lo divides en dos hemisferios iguales, haciendo presión con los dedos índices y pulgar le extraes su líquido ácido sobre una cacerola, que luego lo colocas sobre tres puntos de apoyo y en su parte inferior le pones un calor incandescente; cuando alcance su grado de ebullición lo viertes en un pocillo de vidrio lo haces reposar algunos instantes para que descienda su temperatura luego le agregas una grageas analgésicas y unos átomos de sacarosa y te lo administras por vía oral.

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Un migueleño que se reventó la punta del dedo haciendo un bocau (freno de rienda) para su caballo, dijo: Me he lastimado la pupeya del dedo índice por adaptar un trozo metálico de hierro para la embocadura de mis bestias.

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Un migueleño que estaba afilando su machete y su hacha para ir a melear dijo: Estoy agudizando las herramientas cortantes para lanzarme a los bosques a derribar los colmenares para el sustento de mis párvulos.

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El migueleño hacendado llega a su hacienda y no encuentra a su mujer, la misma que se había ido al pueblo en un carro, se va a darle alcance y encuentra a un campesino y le dice: Oídme indígena, no habéis visto pasar una carreta halada por un par de bestias cornamentadas en la que viaja un bello sexo femenino?

Campesino: No se señor pero si pregunta por su mujer la vide yendo en un carro.

Hacendado: Por la cual te interrogo.

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Un migueleño erudito, se encuentra con uno de los meros ilustrados miembro de la Real Academia Española de la Lengua y le habla solamente con palabras cultas que lo deja sorprendido, para lo cual éste le dice a manera de alabarlo: “Verdaderamente usted es un hombre conspicuo”; el migueleño se quedó pasmado por semejante palabra que no estaba en su vocablo de locución ni en su “disco duro” y como no sabía el significado le responde: Pues mire gentilhombre no entendí a qué se refiere con su expresión; pero mientras lo indago, interinamente usted es un bastardo.

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Con los refranes… los migueleños tienen su estilo.

Refrán tradicional

(Más vale pájaro en mano, que ciento volando)

Como lo dice un migueleño: Más vale plumífero volador en fosa metacarpiana, que segunda potencia de diez pululando por el espacio.

Refrán tradicional:

(Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente)

Como lo dice un migueleño: Crustáceo decápodo que pierde su estado de vigilia, es arrastrado por el ímpetu marino.

Refrán tradicional:

(Dime con quién andas y te diré quién eres)

Como lo dice un migueleño: Relátame con quién deambulas y te manifestaré tu idiosincrasia.

Refrán tradicional:

(Al mal tiempo, buena cara)

Como lo dice un migueleño: A perturbación ciclónica en el seno ambiental, rostro jocundo.

Refrán tradicional:

(Agua que no has de beber, déjala correr)

Como lo dice un migueleño: H2O que no has de ingurgitar, permítele que discurra por su cauce.

Refrán tradicional:

(Cría cuervos y te sacaran los ojos)

Como lo dice un migueleño: Ocúpate de la alimentación de las aves córvidas y estas te extirparán los órganos oftálmicos.

Refrán tradicional:

(El ojo del amo, engorda al caballo)

Como lo dice un migueleño: El globo oftálmico del poseedor torna obeso al corcel equino.

Refrán tradicional:

(El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija)

Como lo dice un migueleño: Quien a ubérrima conífera se adosa, óptima umbría le entolda.

Refrán tradicional:

(A caballo regalado, no se le mira los dientes)

Como lo dice un migueleño: A equino objeto de un obsequio, no se le aquilatan las piezas odontoblásticas

Refrán tradicional:

(La cabra tira al monte)

Como lo dice un migueleño: El rumiante cérvido perennemente propende al accidente orográfico.

Refrán tradicional:

(Las penas con pan son menos)

Como lo dice un migueleño: Las exequias con candil son más tolerables.

Refrán tradicional:

(No hay mal, que por bien no venga)

Como lo dice un migueleño: No existe adversidad que por sinecura no se trueque.

Refrán tradicional:

(Ojos que no ven, corazón que no siente)

Como lo dice un migueleño: La ausencia absoluta de percepción visual torna insensible al órgano cardíaco.

Refrán tradicional:

(Al mal paso, darle prisa)

Como lo dice un migueleño: Al andar maltrecho aplicarle premura.

Refrán tradicional:

(Barriga llena, corazón contento)

Como lo dice un migueleño: Cavidad abdominal satisfecha...........órgano cardíaco eufórico...

Refrán tradicional:

(Aquí hay gato encerrado)

Como lo dice un migueleño: Existe un felino cautivo.

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BORRACHO MIGUELEÑO...PERO CULTO!

Un político, que estaba en plena campaña, llegó a San Miguel de Velasco, e inició su discurso: ¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos aquí en San Miguel, intitulado, designado o apodado “Ciudad de Dios”; convocados, reunidos o amontonados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o a todo dar. El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o amontona, es mi postulación, aspiración o candidatura a la Alcaldía de este municipio migueleño.

De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato: ¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?

Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, es decir para la gente del área urbana, para los Dorados, Stelzer o Maturanas. La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted, los Pedrazas que antes eran Peíses y gente de las 40 comunidades que están aquí hoy. Y la tercera palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo, como por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.

De inmediato, el borracho, se levanta y le dice: Postulante, aspirante o candidato... ¡hic! El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en estado de intoxicación etílica, beodo o bestia de borracho... hic! no implica, significa, o quiere decir, que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido… ¡hic!. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece ¡hic!, puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando... ¡hic!, sus bártulos, efectos o cachivaches... ¡hic! y encaminarse, dirigirse o irse, derechito: a la progenitora de sus días, a la madre que lo llevó en su seno, o a la puta que lo pario.