Ovidio Roca
“Hay que llamar las cosas por su nombre; el lenguaje políticamente
correcto impide visualizar las soluciones relacionándolas con el origen de los problemas”. Pukymon.
El sentido común, no es tan común.
En la vida cotidiana y en el mundo de la realidad, la
gente con su trabajo, su experiencia y utilizando el sentido común produce su
sustento y logra su seguridad. Ellos van aprendiendo mediante prueba y error y
también lo hacen cuando ven, cómo y cuándo consiguen las mejores cosechas.
Este comportamiento practico no lo vemos en la política, ni en las creencias
religiosas, donde los seguidores tienen su consigna y su fe y a ellas se
aferran.
Un operario, un cocinero, al concluir una obra examinan el resultado y si no
fue satisfactorio, analizan si esto se debe al ambiente, al clima, al diseño, la
receta, a los operarios, la calidad de los ingredientes, de su preparación, del
horno y la cocina, etc. etc.
Los políticos populistas aplican una técnica
interesada, analizan sus propias ganancias y las del círculo de sus seguidores
y poco les importa los beneficios para la población, que es la supuesta
beneficiaria y la que finalmente aporta los recursos.
Aprendiendo
en el huerto.
Así como se lo hace en un trabajo de agricultura y de jardinería,
en la política debería verificarse como está el clima, el ambiente para la
economía y el bienestar ciudadano. Revisar si la receta aplicada funciono para el
bien de la gente y si los funcionarios y actores de los procesos lo hicieron
bien y así cambiar la receta o los ingredientes en cantidad y calidad y también
a los operadores.
Estuve observando cómo trabajan para construir
el jardín de la casa. Se empezó por los cimientos, analizando el suelo y las
condiciones del clima; es decir verificando el entorno y las condiciones y
garantías de seguridad requeridas para que las plantas de este jardín resistan
a los embates del medio ambiente, arraiguen, crezcan y florezcan.
En el área de la vivienda y del jardín, comprobaron que la tierra es dura y capaz
de soportar los cimientos y la estructura de la casa, pero muy mala para cultivar
plantas. Además que existen fuertes vientos y animales que derriban y se comen
las plantas, por lo que hay que construir cercas para protegerlos. Es un
trabajo diario y duro.
Al igual que se necesita un buen ambiente para que
crezcan las plantas y que el Jardín se llene de flores y frutos; para que
prospere la economía, crezca la inversión y la actividad productiva, requerimos
de un ambiente favorable, vale decir seguridad
jurídica, libertad de comercio y propiedad privada garantizada. Con esto llegan
las semillas de las inversiones en
las áreas productivas: industrial, agroindustrial, minería, servicios, etc.
y estas fructifican siguiendo
las orientaciones y demandas del mercado.
En consecuencia debemos preocuparnos por el ambiente,
el natural para las plantas y el institucional con seguridad jurídica y Estado
de derecho para lo económico y social. Si no se tiene un buen ambiente nada
crece y prospera.
Los políticos gastan mucho y trabajan poco, pero eso
sí alaban su éxito y sus obras y si algo no funciona, es por culpa de la
oposición, del imperialismo y de Jeannine.
ovidioroca.wordpress.com
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