Ovidio Roca
“Todos
somos migrantes, pero la
inmigración sin asimilación es colonización y debe ser rechazada”. Pukymon.
Los seres humanos, como todos los individuos del reino
animal, nacemos naturalmente y no elegimos ni dónde ni cuándo nacer. Tampoco
las circunstancias y el entorno familiar, social económico y cultural en el
cual vivimos y es el que nos hace las personas que somos. Algunos nacen o se
hacen de un mejor entorno y así pueden educarse, formar su personalidad y tener
una mejor vida. El lugar donde nacemos, padres, lengua y nombre, se conservan
desde la cuna hasta la tumba.
Somos
los nietos de Lucy.
Para comprendernos y entendernos mejor, no debemos
olvidar nuestro origen común y a nuestra ancestral abuela Lucy. Somos una
especie migrante y nuestro viaje se inició en el Sur de África, luego que
nuestra abuela (Australopithecus Afarensis), bajo del árbol se paró en sus dos
patas, miró hacia el horizonte y avanzo firme y erguida; decidida a poblar y
dominar el planeta.
En esencia los homo sapiens para cooperar y
entendernos, debemos reconocer que todos somos migrantes y que venimos del
mismo origen biológico y geográfico. Todos venimos de África de especies pre homínidas
que hace 200.000 años empezaron a migrar hacia el Sur de ese Continente. Allí
surgió nuestra especie, somos descendientes de la abuela Lucy de una especie
que luego bautizamos como Homo Sapiens, por ello nuestra sangre es Rh+, la de los
monos Rhesus. ¿Los de sangre Rh- vienen de otra especie, cuál, la de los Anunnaki?.
Lucy pensó que debía avanzar hacia adelante, hacia el homo sensato y no andar
dando vueltas y revueltas, como en efecto lo hicimos: del Homo neandertalensis,
homo sapiens, homo ilustratis, homo economicus, homo estulticius y ahora para
algunos optimistas, vamos con la esperanza de llegar al homo sensato, culto e
inteligente.
En América del sur, los
quechuas y aimaras son pueblos que migraron hacia estas tierras procedentes del
Asia y que por el estrecho de Bering bajaron al sur, hacia los Andes aunque no llegaron
a la Amazonia.
Este territorio amazónico, atesora un inmenso bosque, al que ahora llegaron y avasallan
los Interculturales masistas y que para “civilizarlo” lo tumban y plantan coca.
Para los antiguos pueblos aimara y quechua, el monte es sach'a, salvaje
y debe ser civilizado realizando cultivos de coca para uso ritual, el “mallki
coca coca”; los masistas los hacen para el uso comercial: con el ritual, coca,
cocaína, dólar.
Los pueblos amazónicos
arawaks, guaraní y otros, vinieron a estas tierras en una diferente ola
migratoria, la que transitó por la costa atlántica y pobló esta inmensa región del
amazonas. Esto hace más de diez mil años.
En esencia; inicialmente las personas se definen desde
el punto de vista de la raza, la genealogía, la religión, la lengua, la
historia, los valores, costumbres. Se identifican con grupos culturales:
tribus, grupos étnicos, comunidades religiosas y avanzamos y creamos
civilizaciones.
Y luego son los valores humanos, las creencias y las tradiciones, usos y
costumbres, historias, esperanzas y amores compartidos, los que dan sentido a
una cultura. Posteriormente se introduce la responsabilidad personal, los
derechos humanos, la institucionalidad, la soberanía de la ley, y la libertad
de pensamiento, construyendo la moderna ciudadanía y el Estado democrático.
Los
hijos de Lucy poblaron la tierra y ahora Elon Musk quiere repetirlo en Marte.
Dicen los Evangelios Cristianos, los que más influyeron
en la cultura occidental: “Y creó Dios al
hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó macho y hembra; y
los bendijo Dios, diciéndoles: Procread y multiplicaos, y henchid la tierra;
sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre
los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra”. (Gen
1,27-28).
Cumpliendo el mandato bíblico, acuciosamente y con gran felicidad la gente se
dedicó a procrear:
Hace 1.8 millones de años, la población mundial se estima en unas 400 mil
personas. Hace 100 mil años andaba por 1. 2 millones de personas
Hace 35 mil años, en plena época del Homo sapiens, la humanidad contaba con
unos 6 millones de individuos. Hace 10 mil años, cuando el hombre comenzó
su actividad agrícola y ganadera, los habitantes serían unos 8
millones. Hace 6.000 años, la humanidad ya contaba 86 millones de personas.
Actualmente en el año 2023, existen más de 8.000 millones de personas.
Avanzo la agricultura, la ciencia, la
medicina y ahora vivimos mucho mejor y la esperanza de vida aumento significativamente.
El año 100 en el Imperio Romano, la esperanza de vida, era de 20 años. El Año
1900 en Europa y USA, de 40 años. El año 2022 la esperanza de vida a nivel
mundial fue de 71 años y en varios países desarrollados entre 80 y 90.
Actualmente y para no complicarnos la vida, nos
reproducimos menos y ahora hay muchos viejos y pocos jóvenes. Esto preocupa a
muchos, pues quieren más población para que trabaje y sostenga a los viejos y para
esto en los países desarrollados se incentiva y se premia la reproducción,
aunque con poco éxito.
El problema es que con nuestro crecimiento poblacional
en un planeta con límites, nos expandimos, destruimos el ecosistema, los
bosques y la vida natural. Una forma más inteligente, menos invasiva y
sostenible seria disminuir la población, cambiar la forma de producir, con cultivos
verticales, huertos ecológicos, carne sintética, etc. y los robots haciendo las
labores duras y rutinarias.
Y lo más importante: si gastáramos para innovar, producir, construir y educarnos
para vivir en paz, menos del diez por ciento del dinero que utilizamos en
producir armas y tecnología para matar a la gente y destruir todo tipo de infraestructura,
todos viviéramos mejor.
ovidioroca.wordpress.com
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