Ovidio Roca
“Quien controla
el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro”.
George Orwell.
Millones de migrantes del populismo que circulan por
las calles de los países libres, vienen del futuro, de un mundo post apocalíptico
creado por los populistas y al cual nos dirigimos gracias a nuestra estulticia,
nuestra cultura progre y del buenismo. Y que pese a que sabemos que este camino
indefectiblemente nos conduce hacia la miseria y el desastre, nos negamos a
reconocerlo y enfrentarlo.
Lo siguiente son algunas notas tomadas y luego escritas
libremente, de la primera parte del libro de Eduardo Feinmann “10 lecciones para salir de la trampa
populista”: I. Populismo, la entrevista a Isabel Díaz Ayuso, Presidente
de la Comunidad de Madrid.
Nos cuenta Isabel Díaz Ayuso, que los emigrados de países
populistas que se radican en España comentan: “Vengo del futuro, yo ya perdí un país, no quiero perder otro; tengan
cuidado con lo que hacen y hágannos caso, nosotros venimos del futuro”.
Estos procesos políticos no se tratan de izquierdas ni
de derechas: ¿Qué cambia si el Dictador es de derecha o de izquierda? Las
dictaduras son dictaduras y el populismo es populismo.
Nos comenta Isabel Díaz Ayuso: “Ahora
llamamos populismo a lo que toda la vida fue demagogia”.
El populismo es una máquina de crear y reproducir
pobres, que trata de mantenerlos cautivos a través de prebendas, planes
sociales y relatos grandilocuentes, propuestos por esos políticos que van ofreciendo
recetas fáciles para situaciones muy complejas.
Recetas que conducen a la informalidad, que es el
hábitat natural de los populistas y el ámbito propicio para que sigan
destruyendo las instituciones y terminen por convertir al país en un mercado de
baratijas y coca.
Al descalabro económico y social producido, hay que
sumarle el delito creciente del narcotráfico, la violencia, los robos, las
muertes, la desidia, la destrucción de la cultura del trabajo, los atropellos
institucionales que se multiplican, las oportunidades que se pierden, los
jóvenes con talento que emigran, los jóvenes que quizás también tenían talento
pero no pudieron desarrollarlo porque les robaron las oportunidades. También
los jubilados que ganan miserias.
Los populismos, añade Cayetana Álvarez de Toledo: “Son un burro de Troya que se meten dentro de los sistemas democráticos
y los implosionan desde dentro”.
El populismo despoja al hombre de su libertad, y para
hacerlo le quitan su propiedad, lo debilitan económicamente y además tienen que
borrar su historia, tienen que reducir la calidad de su educación. Y luego
tienen que contaminarlo todo con esa política de la cancelación, para decirte
qué tienes que comer, cómo te tienes que comportar, cómo ser un mejor
ciudadano.
El negocio del populismo es ir quitándole a un país
todo lo que le hace ser nación, para así controlar el presente y el futuro y
vivir de ello eternamente. Lo que procuran los populistas es debilitar a la
sociedad, para ser cada vez gobiernos más poderosos, más fuertes y perpetuarse
en el poder.
Lo que hasta ahora verdaderamente ha demostrado
viabilidad, es una Democracia Liberal que se sustenta en ciudadanos libres e
iguales ante la ley, que llevan las riendas de sus vidas, crecen según se van
esforzando, van conquistando sus sueños; cuando algo va mal hay un Estado de
Derecho que le protege, que le da la razón cuando la tiene y cuando no la tiene
se la quita.
Donde hay estas reglas de juego y se cumplen, se camina libremente y se
prospera.
Y todo esto está en tela de juicio, porque el mal se
organiza y el mal está en permanente atención para ver cómo inmiscuirse en cada
uno de nosotros. Desde abajo y desde distintos poderes intentan
desestabilizarnos y atacar a las empresas, la prosperidad, incentivar la
pobreza, hacer ciudadanos dependientes.
¡Ojo al charque!.
ovidioroca.wordpress.com
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