Ovidio Roca
Libro de Elizabeth Burgos: “Filemón Escóbar de la Revolución al
Pachakuti*. El aprendizaje del respeto recíproco entre blancos e indianos”.
La Paz, Garza Azul Impresores, 2008.
En esta difícil coyuntura de crisis plurinacional, institucional,
étnica, social, política, regional y climática que atraviesa Bolivia, la lectura
de este libro de Elisabeth Burgos es esclarecedora, por lo que a continuación
se hace una transcripción libre y resumida de algunos capítulos de este
excelente libro.
Filemón
Escobar, en su libro “De la revolución al Pachakuti: El aprendizaje del respeto
recíproco entre blancos e indianos”, propone una reflexión desde el
interior acerca de los retos del futuro y apoyándose en su experiencia
personal, adquirida en sus más de cincuenta años de lucha sindical, en su
formación política y el legado de su pasado trotskista.
Filemón abandona las referencias políticas a las que obedeció en el pasado, en
particular los esquemas basados en la tradición marxista que según el autor
constituyeron un modelo no apto para Bolivia, y se percibe en su pensamiento una
inclinación hacia la constitución de un esencialismo de la hoja de coca;
simbolismo a partir del cual el autor sostiene que se reformuló
completamente la estrategia de la revolución boliviana.
Filemón Escobar, Filippo, como lo llaman sus
allegados, encontró en la hoja de coca el elemento aglutinante de los
colonizadores asentados en el trópico de Cochabamba, casi todos ex trabajadores
mineros que al cierre de las minas se encontraron desempleados.
Una dinámica que corresponde al cese de la economía minera del estaño, lo que ocasiona
el debilitamiento de la Federación de Mineros y de la COB, perdiendo así el
poder que hasta entonces había ostentado el sindicalismo. Filemón Escóbar, pone
luego su enorme experiencia de activista sindical al servicio de la creación
del Sindicato de cocaleros del Trópico.
Filemón funda el MAS, desechando formas de lucha
política como la guerrilla armada, que fracaso estruendosamente en Vallegrande
(1967) y Teoponte (1969-70), convierte a los jovenzuelos del trópico y
jugadores de fútbol, en dirigentes sindicales a través de Seminarios que se
extienden de 1984 a 2002.
Estos peloteros son ahora actores de una lucha política, que se expresó en las
elecciones de 1997, del 1999 y la del 2002 considerada como “La Gran Victoria”
porque accedieron al poder democrático en una combinación de agitación sindical
y movilizaciones, consistentes en paros, bloqueos, marchas, vigilias,
enfrentamientos, hasta que en diciembre del 2003 crearon el “Instrumento
Político” que permitió dotarse de un útil de poder.
Nos dice Filipo: “Puede
haber y es evidente que tenemos 36 naciones, pero las 36 son una sola
civilización, la civilización andina-amazónica”. De allí que Filipo abogue
por la aplicación de la noción de “complementaridad de opuestos” y la
formación de un “Estado Federal”, como lo propugnó Andrés Ibáñez (cruceño y
blanco) en su proclama de 1876. Veintitrés años después, el indígena Pablo
Zárate Willka (1899) propuso igualmente el Federalismo y la adopción de una
“Constitución Intercivilizatoria” donde estén representadas las dos Bolivias y
expresadas políticamente.
Según
Filemón, bajo el actual esquema del masismo, étnico y centralista, la división
del país es casi inevitable y lo trágico del hecho es que esta línea política
se hace en nombre de los “pueblos originarios” que han sido “convertidos en
pongos políticos de la izquierda tradicional”.
Él admite que en Bolivia los pueblos originarios “tienen rasgos de etnias, de
culturas y de naciones, sin embargo, por encima de las tres denominaciones,
son, sobre todo, Civilización”.
Filemón Escóbar, un dirigente sindical de origen
trotskista, se enfrasca en una “búsqueda culturalista” contraria a todas las
enseñanzas del marxismo y forja la idea de construir el MAS (el partido que
lleva a Evo Morales al poder), sobre bases político-culturales.
La forma cómo Filemón Escóbar operó el trabajo político, que culminó en la
llegada a la presidencia de la República de Evo Morales, consistió en la
aplicación de su noción de la “complementaridad de opuestos”: La combinación de
la acción directa de las masas, los métodos electorales occidentales con la
democracia comunitaria. Mecanismo que se acerca de la noción de “pensamiento
mestizo” que se encuentra desarrollada en la obra de Serge Gruzinski (que damos
por sentado Filemón Escóbar desconoce), como también la noción de
“complementaridad”, núcleo de la teoría de Georges Devereux.
El simbolismo de la hoja de coca, según Filipo, dio
punto final a toda la tradición teórica de lucha sindical: las tesis de
Pulacayo, las Tesis del cuarto Congreso de la COB, al pensamiento nacionalista.
Cabe preguntarse, si en la manera radical de desechar esas influencias y
substituirlas por un nuevo mesianismo el de la coca, que “devolvió a Bolivia la
conciencia política de su antiimperialismo”, el autor no está incurriendo en
una nueva creencia, que hoy ocupa el lugar que antes ocuparon las diferentes
creencias marxistas.
También cabe señalar, la sorpresa que provoca la
afirmación de la “coca verde que aplasta al dólar verde” (p. 296), cuando
sabemos que la hoja de coca produce ingentes cantidades de dólares, pues
la coca que se produce en el Chapare, supera con creces las necesidades del
consumo tradicional interno y es convertida en clorhidrato de cocaína,
que al ser exportado al odiado “Imperio” y cuna del neoliberalismo, regresa
convertido en dólares verdes, que por cierto no suscitan ningún movimiento de
protesta.
Filemón Escóbar, como fundador del MAS deplora que en
el entorno de Evo Morales se haya enquistado una tendencia que opera una
vuelta al estalinismo, que según Escóbar, es la causa del conflicto
surgido entre el gobierno y las regiones autonomistas, pues sus consejeros se
inspiran de las tesis forjadas por Stalin sobre la cuestión nacional y que en
Bolivia no pueden conducir sino al resquebrajamiento de la frágil unidad
nacional.
La teoría de la nación, elaborada por Stalin cuando
ostentaba el cargo de Comisario para las Nacionalidades, y forjó la
“declaración de los derechos de los pueblos de Rusia”, aboga por el derecho de
las naciones a la autodeterminación, inclusive hasta su separación y formación
en estado independiente; hecho que queda ilustrado en el artículo primero
de la Constitución : “Bolivia es un Estado Unitario Plurinacional comunitario…”
y que el gobierno se propone sea adoptada por el Congreso y donde reside el
conflicto actual, que opone el gobierno a las regiones que abogan por la
autonomía.
*Nota. Quechua: Pacha kuti (Pacha: tiempo y espacio.
Kuti: regreso, vuelta). Regreso del tiempo, cambio del tiempo. Pacha kuti. s.
Gran cambio o trastorno en el orden social o político.
ovidioroca.wordpress.com
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