Ovidio Roca
“Las sociedades con instituciones
fuertes y razonables niveles de libertad, desarrollo económico y social, tienen
más probabilidades de progresar y de no sucumbir ante el populismo autoritario”.
Pukymon.
Hemos visto en Cuba, Nicaragua, Venezuela, el
resultado de aplicar un modelo populista y dictatorial, que elimina la
libertad, la propiedad privada y aplica modelos estatistas. Producto de esto en
los paraísos socialistas la gente muere de hambre y miseria y millones de ellos
se escapan y huyen hacia el capitalismo. El problema es, como dice el dicho: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.
El país es nuestra empresa y como todas ellas, necesita
un buen Gerente y un equipo idóneo que la saque adelante, solucionando los
problemas y adecuándola a las nuevas exigencias del mercado. En la empresa país
no cabe como hemos visto aquí, un gerente que justifique su mal desempeño
echando la culpa a la anterior gestión. Él está ahí para sacarla adelante y no
para justificar su mal desempeño.
Existen principalmente dos visiones sobre la Gestión
del Gobierno, aquella basada en el centralismo y estatismo y la de libre
mercado y propiedad privada. Se
conoce que mercado no es perfecto, va a ciegas, tanteando, a prueba y error,
pero es el mejor sistema de asignación de recursos. Todos los intentos de
reemplazarlo por la planificación centralizada, no solamente terminaron en
crisis económicas, sino en feroces dictaduras comunistas y castrochavistas.
En nuestro país las poblaciones de las regiones
alejadas del poder centralista y de las dadivas del populismo, generalmente no
viven del Estado y tienen que ganarse su propio sustento, por lo que apuntan
hacia la economía de libre mercado y también a modalidades descentralizadas de
gobernanza y así son más libres y responsables de su vida. La libertad y
autonomía ha sido su lucha permanente, pues entienden que con ello se tiende
hacia la redistribución política, administrativa y financiera de los poderes
públicos en las regiones, vale decir la vigencia plena y efectiva de las
competencias de los Gobiernos, Nacional, Departamental y Municipal.
Consideran además, que la descentralización profundiza la democracia acercando
el poder a la población, creando así mejores condiciones tanto para el
ejercicio de la democracia, como para la prestación eficaz y eficiente de los
servicios públicos que requiere la población.
Esta es la aspiración de los demócratas liberales que
forman parte de una oposición bastante dispersa y que es combatida por el
masismo, el que profundiza cada vez más el centralismo autoritario y la
proliferación de caciques populistas que se apoderan y centralizan todos lo poderes
y especialmente la justicia, que utilizan para encerrar, exiliar y liquidar
económica y socialmente a sus opositores.
Bajo el populismo y por ende en
nuestro país, todo aquel que es parte del gobierno y a cualquier nivel, siente
que puede actuar por encima de la ley. Este sentimiento de impunidad es como un
virus chino que se propaga rápido e impide que nuestras instituciones se
desenvuelvan de una manera justa y correcta. Este irrespeto por la ley trae de
la mano a la corrupción y a una justicia presa y sumisa al gobierno masista.
En Bolivia, por ahora, no existen partidos políticos sólidos,
con doctrina democrática, propuesta de gobierno, dirigencia y militancia activa.
Hasta ahora lo que se ve es un juego de siglas que se alquilan y esto genera
una anarquía y desconfianza ciudadana, la que es llenada por grupos populistas
que tienen como fortaleza, la coca y la informalidad.
Por esto es necesario fortalecer y potenciar los partidos, pues sin ellos no
hay propuestas, formación de cuadros y gobernanza. Decía Burke: “Para que triunfe el mal, solo es necesario que
los buenos ciudadanos no hagan nada”.
ovidioroca.wordpress.com
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