Ovidio Roca
Notas previas sobre el incendio
chiquitano:
Evo bombero:
“No se puede entender hermanas y
hermanos, algunos grupos están pagando a los jóvenes para que vayan incendiar y
echarnos la culpa”.
Corresponsal
de Radio Riavé: “Se ha visto en el área
de los incendios de la Chiquitania, a un viejo choco con jopo que estaba
repartiendo dólares”.
Somos parte del ecosistema tierra y todo
lo que hacemos bueno o malo afecta al todo. Ahora hemos ingresado a un proceso de
cambio climático y esta vez causado por la especie humana que ha crecido de
manera agresiva y que por su destrucción de la flora y fauna, la generación de
basura y emisión de gases está desequilibrando el clima mundial. Se derriten
los glaciares y los polos; el clima de desequilibra y tenemos extremos de
temperatura, lluvias y vientos.
Anteriormente en la amazonia había dos estaciones climáticas;
la seca que en realidad era húmeda, y la época de lluvias con grandes aguaceros.
Ahora tenemos una estación húmeda moderada y una estación cada vez más seca y
con efectos muy perversos, pues en esta época seca los árboles arden, el fuego
se expande y ya no queda bosque, ni animales, ni agua y por otro lado cuando
llueve todo se inunda.
La selva amazónica produce los
llamados ríos voladores y el polvo de hadas. Lo primero es una gran masa de
aire húmedo que es bombeada por la Amazonia contra los Andes, que son una pared
de hasta más de 6.000 metros de altura; esta humedad es condensada gracias al
polvo de hadas, un polvo muy fino que produce la selva y con ello se produce la
lluvia; una lluvia que llega hasta zonas donde normalmente debería haber un desierto.
Es por esto del polvo y los ríos voladores, que llueve en Bolivia y Paraguay.
Como producto del cambio climático en
nuestro país tenemos sequías y fuertes vientos que afectan el clima y por tanto
la forma de practicar la agricultura. El problema es que irresponsablemente el
Gobierno con un interés político y de dominio territorial distribuye tierras en
zonas no aptas, como el bosque seco chiquitano, área que según el PLUS no es
apta para la agricultura y ganadería y autoriza irresponsablemente e induce
mediante Decreto estas quemas preelectorales.
Se trata de un plan de colonización que
viene desde hace 14 años, nos informa Luis Cardozo el Secretario General de la
Federación Regional de la Gran Chiquitania (FRGC): “Tenemos 1.000 comunidades afiliadas en la Federación y todas estamos en
las cinco provincias que corresponden a la Gran Chiquitania, las comunidades
más antiguas están asentadas desde hace 14 años y las más nuevas tienen entre
ocho meses y un año”.
Cada actor de este desastre ecológico
tiene su interés y su motivación; el Gobierno masista quiere tener el control
del oriente mediante la colonización, como muy bien dice el analista brasileño
Leonardo Coutinho; “trata de rediseñar
el mapa étnico-electoral de Bolivia”.
Por su parte los interculturales
buscan hacerse de un capitalito y cumpliendo la función de mitimaes van a
colonizar el oriente, en este caso la Chiquitania. Los colonos andinos que
llegan a estas regiones provenientes de otro ecosistema y otra cultura agrícola,
acuden a tomar posesión de sus terrenos y lo hacen como es costumbre, tumbando
monte y quemando, luego los dejan en engorde esperando venderlos a algún chino;
ellos saben que esas tierras del bosque seco no son buenas para
una agricultura sostenible. El problema es que las condiciones
del clima les complicaron el negocio y nos causaron a todos una mala pasada,
generando esa tremenda destrucción del ecosistema y la biodiversidad, con efectos
planetarios.
Los mitimaes entiendo que de ninguna
manera querrían causar estos tremendos incendios, solo buscan hacerse de unos
terrenitos y posteriormente venderlos. El compromiso con el Gobierno fue
apoyarlo mediante proclamas y manifestaciones y acudir a votar por ellos cuando
sean convocados.
Obviamente la responsabilidad de este desastre ambiental y biológico recae en la autoridad que reparte las tierras en los lugares inadecuados y contraviniendo las leyes de uso de los suelos y especialmente el PLUS. Pero donde manda capitán no manda marinero y si quieres seguir en la pega tienes que proceder cumpliendo las órdenes, aun desconociendo las leyes y en este caso irrespetando la vocación de las tierras.
El bosque, nos enseña la experiencia, es un sistema protector contra los eventos atmosféricos extremos; donde está el monte y los grandes árboles no se tienen sequías, ni exceso de agua, ni huracanes, ni tornados.
Por eso, nos ilustra la sabiduría indoamericana: “Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta que el dinero no se come”.
ovidioroca.wordpress.com
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