miércoles, 12 de abril de 2017

COLONIZACIÓN ÉTNICA Y COCALERA DE LAS TIERRAS DE LA AMAZONIA


Ovidio Roca

La estrategia de dominación masista, se gestiona en varios frentes y mediante diversas prácticas, tanto en lo ideológico discursivo, como en lo geopolítico con la toma y control del territorio. Esta apropiación del territorio se la realiza, tanto por sus potencialidades económicas como por su valor geopolítico y cultural, pues de lo que se trata para el MAS y los pueblos andinos, es ampliar su espacio vital y dominar a los pueblos orientales que se resisten su proceso de cambio colonizador. 

Confrontando el concepto moderno de ciudadanía, el modelo totalitario del MAS utiliza el racismo, la identificación étnica de las masas populares con el caudillo, así como el manejo demagógico que hacen los ideólogos estalinistas de las masas, doblegando así a la población mestiza y grupos no afines a su visión populista y comunitarista, en procura de lograr la dominación del país y la apropiación del aparato del Estado; esto recuerda lo mencionado por Samuel Huntington en sus escritos sobre el Choque de Civilizaciones.

Uno de los frentes de batalla de este proyecto está en las tierras y bosques de la amazonia, de las que se apropian mediante la colonización, el traslado poblacional (mitimae) y la anulación de los oriundos, generando a su paso un masivo ecocidio.
Con la aplicación de este modelo el MAS avanzo rápidamente y tienen el control de todo el país; han tomado las tierras y las distribuyen a sus seguidores fieles y de esta manera los pueblos andinos, que en la época precolombina no pudieron penetrar y dominar la amazonia por la fuerte resistencia de los arawaks, ahora lo hacen apoyados por las federaciones de cocaleros y la mama coca.

El Estado Plurinacional, para la exportación, maneja un ampuloso discurso ecologista, pachamamico y de la madre tierra, pero impone sobre los bosques y selvas, la práctica ancestral de los pueblos andinos, cuya visión del bosque es la de lo salvaje, purum llacta. Un monte que debe ser  “civilizado”, tumbado y arrasado para luego realizar actividades agropecuarias.

La visión andina considera que el monte es salvaje sin la coca, “purum coca coca”,  y debía controlarse y civilizarse con cultivos de coca para uso ritual, el “mallki coca coca”. Esta práctica es ahora reformulada, ampliada y reforzada por el interés mercantilista de la producción cocalera, materia prima de la cocaína; un cultivo que permite grandes ganancias con poco esfuerzo.

En la época de la Republica, se avanzó grandemente en la legislación ambiental y de manejo de bosques; esto con la  ley del medio ambiente, ley forestal, plan de uso del suelo, protección de cuencas, creación de parques ecológicos, reservas  forestales, concesiones forestales y sobre todo con seguridad jurídica para la propiedad, las concesiones y las inversiones. Fue durante esos años que Bolivia logro la mayor área de bosque bajo manejo forestal certificado, a nivel mundial.

Mediante la Ley Forestal, los bosques fueron dotados bajo concesión de manejo sostenible a empresas madereras, las que lograron luego el sello verde de reconocimiento internacional por su buen manejo. Actualmente estos bosques, en su gran mayoría, están siendo tomados por los campesinos andinos llamados “interculturales”, por acciones de hecho o al amparo de normas legales fabricadas a la medida. Lo evidente es que estos bosques, han sido destruidos por el chaqueo ilegal e impune de los colonizadores con apoyo y poder político. En las cercanías de Santa Cruz podemos verlo en el Choré, Amboró y Guarayos.

La destrucción del sector forestal era indispensable en la estrategia geopolítica del gobierno para ampliar su espacio territorial, tomando las tierras y los bosques de la amazonia y el chaco y  trasladar allí a los campesinos andinos. Siguiendo esta estrategia ya tomaron las tierras del Norte amazónico: Provincias Ballivián, Moxos, Iténez y Marbán del Beni y Provincias Sara, Ichilo (El Choré), Guarayos y avanzan hacia el Bajo Paraguá, en Santa Cruz. Todo esto como parte de la ejecución de su estrategia geopolítica de ocupación del territorio hostil a su proyecto populista y comunitarista.

Hoy constatamos que luego de la destrucción del sector forestal, que era la primera barrera para el avance masista sobre las tierras bajas, quedan en esta temática, solo dos objetivos pendientes: el avasallamiento de los territorios de los indígenas orientales y luego ocupar los parques nacionales; ambos objetivos están en marcha, no otra cosa significa las gestiones del masismo para cambiar el estatus legal del Tipnis y otras áreas protegidas.

Como dato ilustrativo: El año 1997 existían 89 empresas forestales y 5.8 millones de hectáreas bajo manejo sustentable; el año 2016: 20 empresas y 2 millones de hectáreas bajo manejo sustentable y cada año son menos. 
Las anteriores cifras del decrecimiento de las áreas bajo manejo forestal son reveladoras,  a ello, hay que agregar lo efectos socioeconómicos por el cierre de más de 4.000 empresas pequeñas, medianas y grandes y el despido de más de 25.000 trabajadores, según datos de las entidades gremiales del sector forestal. 
Actualmente, según la Cámara Forestal, cerca al 60% de los productos de madera que consumimos en el país provienen de importaciones, las mismas  que llegan al país favorecidas por la destrucción de las concesiones, la sobrevaluación del peso boliviano y la quiebra de la industria maderera.

Vale la pena reiterar y enfatizar, que es la vigencia de la seguridad jurídica y la existencia de instituciones eficientes y confiables lo que incentiva y viabiliza  las inversiones productivas y a largo plazo, así como la innovación y los nuevos productos tecnológicos que nos hacen competitivos.

De esta manera se complementan las visiones tradicionales andinas que buscan “civilizar”, cocalizar, el bosque y ampliar su territorio; y la de los políticos estalinistas que manejan el Estado Plurinacional, quienes pretenden la dominación total del país y de su gente.

En la antigüedad los pueblos indígenas aimaras y quechua, vasallos del Imperio Incaico fueron resistidos por los indígenas arawacs de la amazonia, posteriormente fueron avasallados por los colonizadores europeos, para terminar ahora como instrumentos del masismo.

Refiriéndose a las políticas forestales del Gobierno, escribe Wilfredo Rojo miembro de la Cámara Forestal: " Primer paso logrado, sector forestal destruido”.
A lo que agrega Santos Noco Choco; si los pueblos orientales no despiertan, los masistas: “No dejaran árbol sobre el suelo, ni camba libre sobre la tierra”.

ovidioroca.wordpress.com




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