Ovidio Roca Avila: Presentación en representación del CEDES en el Foro de la CAINCO, Santa Cruz 2003.
Actualmente, y como nunca en
la historia de la humanidad, contamos con todos los elementos científicos y
tecnológicos para solucionar todas las necesidades básicas del hombre, pero no
hemos logrado como sociedad humana, organizarnos para convivir armoniosamente,
con justicia, paz y prosperidad.
El
desarrollo, entendido como mejoramiento de las condiciones y calidad de vida
del hombre, comenzó a desarrollarse en una época cercana, alrededor del siglo
XVIII, impulsado por elementos culturales y políticos, entre los que se pueden
destacar: la confianza entre los hombres y las instituciones, una nueva
valorización de la iniciativa personal, los derechos de propiedad, el
cumplimiento de los contratos, la libertad de exploración.
En
esta nueva era, la libertad reconoce como contrapartida, la responsabilidad y
la capacidad de responder de sí mismo. Es una nueva etapa en la que se da el
paso de una sociedad de “suspicacia”, que piensa en términos de
ganador-perdedor, hacia la sociedad de la confianza, que piensa en términos de
ganador-ganador. Esta primera condición para el desarrollo, es en la
actualidad, cada vez más válida pero menos abundante.
El otro componente para el desarrollo,
la innovación, cultura industrial y de la productividad, se asentó sobre el uso
de las energías fósiles (carbón, petróleo, etc) utilizadas en las maquinas
convertidas en motores, por el poderoso pensamiento científico y tecnológico
emergente del renacimiento. Pero este modelo de tecnologías entrópicas, en la
que el combustible empleado como fuente de energía era no renovable, ya no parece que pueda proyectarse en el siglo
XXI, si queremos una sociedad sostenible.
El
Desarrollo Sostenible que surge a fines del siglo XX, es el nuevo paradigma que
orienta a gran parte de la humanidad, en procura de valorizar nuevamente la
confianza como principal valor que permite el relacionamiento de los seres humanos
entre sí y con su entorno y por eso, más que de desarrollo sostenible, en
realidad hay que hablar de sociedad sostenible, de país sostenible y de
empresas sostenibles, como un sistema integrado.
Políticos
y economistas, suelen cifrar la sostenibilidad del desarrollo en el buen
funcionamiento indefinido de los mercados. Ecologistas y ambientalistas parecen
más interesados en el mantenimiento de las condiciones ambientales. Obviamente
se trata de garantizar ambas cosas y mejorar la calidad de vida de la gente,
que es el objeto del desarrollo.
El
desarrollo sostenible no es una receta para los países pobres, es una necesidad
que afecta por igual a todas las sociedades y todos los mundos. Vemos cómo el
cuarto mundo, vale decir los pobres en los países ricos, crece día a día.
Este nuevo tipo de desarrollo
sostenible, es un desarrollo anaentrópico (de uso de energía renovable) en
oposición al insostenible desarrollo entrópico (de uso de energía no renovable)
que practicamos hasta ahora.
Todos
vivimos en una casa común, el planeta tierra, siendo este un ecosistema cerrado
que tiene como único nexo con el exterior, la energía solar que recibimos. El
desafío al que se enfrenta la inteligencia humana en nuestros tiempos es que
sea capaz de; por un lado organizar sabiamente nuestra sociedad para saber como
vamos a vivir y relacionarnos los unos con los otros, y por otro, administrar
la energía disponible, fuente de nuestra existencia, procurando ahorrarla y
utilizando preferentemente aquella obtenida
de fuentes alternativas y seguras, evitando en lo posible el incremento
de la entropía.
En
1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, presentó el
denominado “Informe Bundtland” en el que se definió: “El Desarrollo Sostenible, es el desarrollo que satisface las
necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras de satisfacer sus propias necesidades”, lo que viene a ser, en términos
económicos: “Vivir de los intereses y no del capital”
Luego
en 1992, la Cumbre de Río, estableció los tres pilares del desarrollo
sostenible: económico, medio ambiental y social. De estos, el primero usa el mercado como
instrumento que asigna los escasos recursos y servicios para crear una sólida
economía que puede servir como fundación para el progreso social y medio
ambiental. El segundo tal vez el más importante, el uso de los recursos
renovables dentro de sus límites regenerativos y la capacidad de los
ecosistemas de absorber los desechos. Sobre este último tema, se reconoció la importancia
del valor de la biodiversidad. Aunque estas disciplinas limitan la actividad
económica, incrementan la capacidad innovativa y creativa del ser humano.
Finalmente,
el tercer pilar, fue el menos desarrollado y se cayó en la simple retórica de
disminución de la pobreza y reducción del impacto del consumo de occidente.
Luego
de diez años, en el 2002, se celebra la
Cumbre de Johannesburgo, la cual se desenvuelve en un marco donde la pobreza ha
alcanzado una situación que muestra a casi la mitad de la población mundial,
2.8 millardos de personas, que subsisten con menos de 2 US$ al día. Estas
diferencias entre los que tienen y los que no tienen han creado un clima de
tensión y desconfianza entre los individuos y sus instituciones.
Es
importante reflexionar sobre lo que ocurrió en la Cumbre del 2002, ya que
demuestra que si bien Río, dio un gran paso definiendo los tres pilares del
Desarrollo Sostenible, Johannesburgo nos ha mostrado el camino de un cuarto
pilar, fundamental para lograr sentar las bases definitivas. Este pilar es el
Político-Institucional, que va desde lo local hasta lo mundial, y que viene
representado por la gobernabilidad, ya que sin consenso el desarrollo
sostenible está lejos de convertirse en una realidad.
Intentemos explicarnos como
funcionarían estos cuatro pilares. Por un lado (ver fig. 1), tenemos que
considerar que cada pilar es función de un tipo de capital, y que los mismos al
ser stocks (activos de inventario) pueden fluctuar según el tipo de acción que
realizamos. Imaginémonos una pirámide de cuatro lados, donde cada lado es un
pilar.
El Ambiental, pilar que
está definido por el Capital Natural que
es función de los recursos naturales renovables y no renovables, además del
Ecosistema o ambiente que nos rodea. Este capital nos asegurará la durabilidad
de las acciones y los seres que habitan en este ambiente.
Luego, tenemos el pilar económico, que está
representado por el Capital Económico que es función del capital financiero,
físico etc., que nos asegurarán la rentabilidad de las acciones a emprender.
El pilar social representado
por el Capital Social, que está en función del capital humano, estado de las
instituciones, seguridad jurídica, justicia, solidaridad, etc., que nos
permitirá contar con equidad en las acciones que realizamos.
DESARROLLO SOSTENIBLE: CAPACIDAD DE SATISFACER LAS NECESIDADES ACTUALES SIN COMPROMETER LAS NECESIDADES DE LAS GENERACIONES FUTURAS
DESARROLLO SOSTENIBLE: CAPACIDAD DE SATISFACER LAS NECESIDADES ACTUALES SIN COMPROMETER LAS NECESIDADES DE LAS GENERACIONES FUTURAS
Al ser, los capitales
mencionados, stocks, se podrá decir que una acción es el inicio de un proceso
de desarrollo sostenible, sólo y cuando la utilización de uno de estos
capitales no sea solamente para incrementar otro, sino más bien para generar un
crecimiento de los demás, asegurando la equidad, rentabilidad, durabilidad y
gobernabilidad.
Hemos visto en los últimos
años, que estos tres stocks de capitales se han incrementado, pareciera
entonces muy fácil lograr el desarrollo, pero falta desarrollar el cuarto
pilar, el que define que el desarrollo sea realmente realidad. Este pilar,
político-institucional, que no es la participación en un partido, o grupos de
presión, sino más bien es buscar la generación de políticas publicas coherentes,
con las que todos estemos de acuerdo o por lo menos exista consenso
mayoritario.
El pilar
político-institucional, esta representado por el Capital Relacional, el cual
está en función de la capacidad de los actores para el diálogo, concertación y
creación de consensos para la resolución de conflictos. Para que este capital,
se incremente, primeramente tiene que buscarse la transparencia de todos los
actores de la sociedad, la cual generará confianza entre los actores. Para esto
el diálogo, la consulta, la información clara y fidedigna y la discusión
racional, son básicos para resolver los conflictos, que se generan de puntos de
vista e intereses divergentes. Lo importante es explicitar los intereses de los
grupos en pugna y buscar las áreas de interés común, en una perspectiva de
ganar-ganar.
Es fundamental, para el progreso de
la sociedad, tener y garantizar la existencia de reglas del juego claras y
permanentes y organizaciones que las apliquen de una manera transparente y
previsible.
Vale la pena mencionar que la
sociedad norteamericana en el siglo XVIII, se encontraba en un nivel de
desarrollo menor a la América del Sur y como sabemos, en un corto periodo de
tiempo se desarrollan en forma espectacular, basados en su optimismo, confianza
en si mismos, libertad social y de oportunidades, valorando los derechos
humanos -la vida, la libertad, la posibilidad de cada cual procurar la
felicidad- derechos considerados naturales por el liberalismo. Encima de esto,
prevalece en la sociedad norteamericana, desde el comienzo la convicción de que
el imperio de la ley, es “en sí mismo” una conquista tan fundamental contra la
tendencia a la arbitrariedad latente en todos los gobiernos, que más vale
soportar una ley deficiente, y aún mala, hasta poder modificarla mediante un
procedimiento regular, constitucional, que admitir su enmienda o abolición por
un acto de fuerza, de presión ya sea autocrático o revolucionario.
El actual paradigma del Desarrollo Sostenible, basado
cada vez más en el conocimiento, cuando nos indica que “debe satisfacerse las
necesidades del presente, sin comprometer las capacidades de las generaciones
futuras de satisfacer sus propias necesidades”, nos esta exigiendo también
autolimitación en el crecimiento económico y poblacional. Un desafío de los
próximos años es evitar la bomba poblacional.
En su aplicación operativa y
empresarial, temas sobre los cuales vine trabajando el World Business Council
for Sustainable Development desde 1995, el modelo de desarrollo sostenible,
requiere acciones en cada una de las áreas de intersección de los tres
elementos de la sostenibilidad, lo económico, ambiental y social y en el marco
de lo político-institucional, como mencionamos mas arriba y se grafica en el
siguiente cuadro:
Ecoeficiencia: En la intersección del ámbito económico con
lo ambiental, operativamente las empresas trabajan aplicando la ecoeficiencia, donde
el prefijo ‘eco’ se refiere tanto a la economía como a la ecología, y busca crear más bienes y servicios, usando cada vez menos recursos y generando
menos desperdicios y contaminación.
La
ecoeficiencia tiende a estimular la creatividad y la innovación en la búsqueda
de nuevas maneras de hacer las cosas. Consecuentemente, puede ser un gran reto
para los ingenieros de desarrollo, compradores, administradores de cartera de
productos, especialistas en marketing y hasta para especialistas en finanzas y
control. Las oportunidades de la eco-eficiencia pueden salir en cualquier punto
a lo largo de todo el ciclo de vida del producto.
La
implementación de la eco-eficiencia dentro de los procesos de una empresa,
trata ante todo de buscar las oportunidades. Dichas oportunidades para la
eco-eficiencia pueden ser encontradas en cuatro áreas:
Primero,
las organizaciones pueden efectuar la reingeniería de sus procesos para reducir
el consumo de recursos, reducir la contaminación y evitar riesgos, al tiempo
que ahorran costos.
Segundo,
por medio de la cooperación con otras empresas, muchas organizaciones han
encontrado maneras creativas para revalorizar sus coproductos. Esforzándose por
lograr cero desperdicios u objetivos de producción del 100%, han encontrado que
los llamados desperdicios de sus procesos, pueden tener valor para otras
empresas.
Tercero,
las organizaciones pueden ser más eco-eficientes por medio del rediseño de sus
productos.
Cuarto,
algunas compañías innovadoras no solamente rediseñan sus productos, sino que
encuentran nuevas maneras de satisfacer las necesidades de sus consumidores.
Estas empresas trabajan con sus clientes
y con otros grupos de partes interesadas para pensar nuevamente sus mercados, y rehacer la demanda y a sus
proveedores completamente. Estas son formas diferentes y mejores de satisfacer
las necesidades de los clientes.
Las
empresas por si solas, difícilmente pueden lograr la eco-eficiencia. El
progreso requiere ir más allá de las actividades internas de una empresa
individual, requiere de una estrecha cooperación entre las partes interesadas,
estado, sociedad civil y empresa. Se requiere que la sociedad cree y habilite
unas condiciones que permitan a las empresas, individualmente, y a los mercados
en su totalidad, ser más eco-eficientes. Los gobiernos tienen que jugar un
papel importante en la creación de estas condiciones.
Actualmente,
varios países y regiones han establecido planes de acción nacionales y
regionales, enfocados a fomentar una sociedad más eco-eficiente y sostenible.
Llegar a un consenso amplio sobre los indicadores principales de eco-eficiencia
y establecer metas adecuadas, se encuentran entre los elementos más importantes
que ayudarán en la transición hacia una economía eco-eficiente.
Estas
medidas políticas para apalancar las
iniciativas empresariales que lleven a una mayor eco-eficiencia pueden incluir
elementos tales como:
Identificar
y eliminar los subsidios perversos
Internalizar
los costos ambientales
Trasladar
la carga impositiva del trabajo y las utilidades hacia el uso de recursos y la
contaminación
Desarrollar
e implementar instrumentos económicos
Promover
iniciativas voluntarias y acuerdos negociados.
Responsabilidad Social Empresarial (RSE): Cuando se considera la
intersección de los aspectos sociales y ambientales, entramos en el campo de la
seguridad y conservación, para la gente y para el medio ambiente, es decir en
el campo de la Responsabilidad Social Empresarial.
Esta responsabilidad va más allá de una simple ecuación de
ganancias, más caridad o filantropía; va hacia un entendimiento mayor de las
sociedades en las cuales un negocio opera mediante una forma integrativa, no
solamente financiando acciones en pos del desarrollo sostenible, sino también
formando parte activa de ellas. Así encontramos a las empresas dentro de un
espectro amplio de asuntos, que incluyen mayor transparencia y responsabilidad,
derechos humanos, códigos de gobernabilidad corporativa, ética, consultas
comunitarias y manejo de expectativas, resolución de conflictos y estrategias
de sostenibilidad.
Desarrollo: En la intersección del ámbito económico con lo social,
encontramos el desarrollo económico y social, es decir hacer más y mejores
cosas para mejorar la calidad de vida de la gente. La calidad de vida está
entendida como adecuadas condiciones de trabajo y nivel de remuneración, en un
entorno social y ambiental amigable.
El papel de las
organizaciones privadas es lograr el progreso social y se orientan a satisfacer
las necesidades humanas, por el cual esperan ser retribuidas en el mercado.
Deben realizar su trabajo sin aumentar el consumo total de recursos, ni tener
efectos adversos sobre el medio ambiente.
Dentro
del marco político institucional mostrado en el cuadro y en la intersección de
estos tres campos: económico, social y ambiental, encontramos el desarrollo
sostenible.
El
paradigma del desarrollo sostenible es una respuesta actual al desarrollo de la
humanidad, pero al tratarse de procesos histórico - culturales, su aplicación
debe tomar en cuenta las especificidades de cada región.
En el caso latinoamericano debemos
mencionar que su atraso en lograr el desarrollo tiene fundamentalmente un
origen político – institucional, vale decir que el subdesarrollo económico que
padecemos es consecuencia de nuestro subdesarrollo político y por ello nuestro
principal reto es superar esta situación, con liderazgo moderno, institucionalidad,
justicia social, participación, educación, ciencia y tecnología, y
fundamentalmente, con trabajo productivo, pues definitivamente la única forma
de superar la pobreza es creando riqueza.
Santa Cruz de la Sierra 2003
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