jueves, 1 de octubre de 2015

EL CHORE Y EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

EL CHORE Y EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Ovidio Roca 

Desde hace varios años se vienen mencionando los importantes aportes de la Reserva Forestal del Chore a la preservación del ecosistema y la actividad productiva cruceña; una valiosa contribución al equilibrio climático, calidad de vida de nuestra población y condiciones adecuadas para la producción de alimentos. 
Es además conocido, el negativo impacto causado por la destrucción de los bosques; al acrecentar el desequilibrio y cambio climático que hace extremos los ciclos de los vientos, sequias, inundaciones y degradación de los suelos. Todo esto como producto del destructivo proceso de cambio climático, que como el otro, afectara sustancialmente la capacidad productiva de Santa Cruz y especialmente la del Norte integrado. (1)
Hace algunos días, leí en el diario El Deber, un excelente artículo de Pablo Ortiz: “LOS COLONOS DE CHORÉ CONTROLAN LA TIERRA, SU LEY Y CAMBIAN EL CLIMA”, en el cual se señalaba:
Los ocupantes ilegales de la reserva forestal establecieron su propio régimen. No permiten el ingreso a nadie y los inspectores de la Autoridad de Bosques y Tierras y los técnicos de la Gobernación pueden sufrir agresiones si lo intentan. Nada los detiene. Las más de 30.000 personas que han invadido la reserva forestal están en un limbo jurídico. Nadie, ni el Municipio, ni la Gobernación ni el Gobierno central pueden hacer obras, fundar escuelas o postas sanitarias allí porque la ley lo impide.
Entonces, ¿cómo es posible que el casi millón de hectáreas que conforman la reserva forestal estén cuadriculadas de caminos, que los colonizadores hayan logrado contratar orugas que tumben árboles y preparen el suelo para ser cultivado a un costo promedio de $us 500 la hectárea? La respuesta puede estar en el negocio forestal. Choré es una mina de dólares avas
allada”.
Estos hechos, se los viene denunciando desde hace mucho tiempo y lo más extraño  es que las víctimas directas; los agricultores y habitantes de las Provincias Sara, Obispo Santisteban, Warnes y Andrés Ibáñez; las que sufrirán de manera frontal y directa sus efectos devastadores, no se inmutan en lo más mínimo. La explicación más plausible es que ellos padecen del llamado Síndrome de Estocolmo, donde la víctima se enamora de sus captores y ellos en este caso se han enamorado de sus depredadores.
En los años 1990, CORDECRUZ, con una donación del Gobierno alemán, a través de la KfW y un conjunto de tres empresas contratistas, elaboro un instrumento de planificación: el Plan de Uso del Suelo; un trabajo que busca normar los usos adecuados de las tierras y bosques, garantizando su sostenibilidad. El mismo fue aprobado, mediante Decreto Supremo Nº 24124 y homologado posteriormente por Ley de la República Nº 2553. Tuve la satisfacción de formar parte del equipo de trabajo, bajo la dirección de Roderich von Oven
Dentro del PLUS se contempla la Reserva Forestal del Chore, como bosque de manejo sostenible B2. Reserva que se encuentra ubicada a 160 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Cruz y que en sus inicio tenía 900.000 hectáreas, que posteriormente fueron ampliadas en otras 180.000 ha, haciendo un total de 1.080.000 ha.
De esta superficie, queda ahora con su original cobertura boscosa, menos de un diez por ciento. Se taló y vendió ilegalmente la madera,  se destruyó el bosque nativo para instalar cultivos agrícolas y de coca y como consecuencia, el negocio de unos cuantos industriales cocaleros y de la “línea blanca” internacional, destruirá nuestro hábitat cruceño. Cuando esto ocurra los cocaleros y pichicos levantaran sus bártulos y se irán a otros sitios a hacer lo mismo, pues a nadie le importa.
Según cálculos del Sr. Asín, del Centro de Educación Ambiental de la Gobernación; el Choré protege y ayuda a producir unos mil millones de dólares al año y la mitad de los alimentos del país. Esto es lo que en lo inmediato y en dólares, vale lo que están destruyendo los depredadores cocaleros en el Chore; sin contar lo que nos cuesta en destrucción del ecosistema, la biodiversidad, la falta de agua y sobretodo nuestro futuro y el de nuestros hijos; un valor inconmensurable para nuestra sociedad y nuestro planeta.
Se ha comprobado que los bosques ofrecen una oportunidad única para mitigar y adaptarse al cambio climático, pero no existe la autoridad con voluntad y decisión para cuidar de su preservación; ni aun en las zonas protegidas por ley como es el caso de la Reserva del Chore. Sabemos también que la solución para evitar el cambio climático es global y que la acción concreta se tiene que dar desde lo local. Políticas y acciones mundiales y políticas y acciones regionales, donde necesariamente nos toca actuar.
Pero problema se nos complica con el modelo de Estado plurinacional que tenemos, un Estado dualista y parcelado. Tiene una actitud totalitaria con la oposición y permisiva con los llamados movimientos sociales; en su mayoría grupos informales de avasalladores de bosques, aguas, minas, tierras y a los cuales el Gobierno concede impunidad a cambio de apoyo político.
Un  Estado que no le interesa o carece de autoridad para garantizar la seguridad jurídica y por tanto cualquier posibilidad de preservación y conservación de los recursos naturales. Por supuesto, bajo este sistema, las inversiones de largo plazo y con criterios y prácticas de sostenibilidad son inviables; ni que decir de aplicar Programas de mitigación y adaptación (2) para preservar la vida y la capacidad productiva de la región.
Como ejemplo de lo anterior; hace pocos días un grupo de interculturales utilizando maquinaria pesada, construyeron un canal para desviar las aguas del rio Grande, pretextando que defendian sus tierras y sin preocuparse del daño ambiental causado y que afectara miles de hectáreas de agricultores formales. Ellos actuaron así, siguiendo un masproverbio, que dice: “le meto nomas y que se jodan los demás”.
A nivel internacional se prepara la COP21, donde se establecerán los compromisos de los países para evitar el colapso de nuestro ecosistema, me imagino que tendremos declaraciones y pachamamadas. Pero en casos concretos e inmediatos como este Ecocidio (3) del Chore y otros, como el del rio Grande; nadie hace nada, ni se lo defiende, puesto que los cocaleros son el sustento del régimen masista y dueños absolutos de su “marka cocalera” y ante los cuales y en términos de nuestro Burgomaestre cruceño: los alcaudilis, prefectulis, directulis; tiemblan y menean las nalgulis.

ovidioroca.wordpress.com

Notas:
(1)  Negocios Ambientales, ver en (ovidioroca.wordpress.com).
(2) Adaptación: Es el ajuste en sistemas naturales y humanos, en respuesta a estímulos climáticos reales o esperados o a sus efectos; que mitiga el daño o aprovecha oportunidades.
(3) Ecocidio: Es el término utilizado para referimos a la destrucción extensa del ecosistema o de un territorio en concreto como consecuencia de la acción directa o indirecta de los seres humanos o de la industria.



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