EL CHORE Y EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO
Ovidio Roca
Desde hace varios años se vienen mencionando los importantes aportes de la Reserva Forestal del Chore a la preservación del ecosistema y la actividad productiva cruceña; una valiosa contribución al equilibrio climático, calidad de vida de nuestra población y condiciones adecuadas para la producción de alimentos.
Es además conocido, el negativo impacto causado por la
destrucción de los bosques; al acrecentar el desequilibrio y cambio climático
que hace extremos los ciclos de los vientos, sequias, inundaciones y
degradación de los suelos. Todo esto como producto del destructivo proceso de
cambio climático, que como el otro, afectara sustancialmente la capacidad
productiva de Santa Cruz y especialmente la del Norte integrado. (1)
Hace algunos días, leí en el diario El Deber, un
excelente artículo de Pablo Ortiz: “LOS COLONOS DE CHORÉ CONTROLAN LA TIERRA,
SU LEY Y CAMBIAN EL CLIMA”, en el cual se señalaba:
“Los ocupantes
ilegales de la reserva forestal establecieron su propio régimen. No permiten el
ingreso a nadie y los inspectores de la Autoridad de Bosques y Tierras y los
técnicos de la Gobernación pueden sufrir agresiones si lo intentan. Nada los
detiene. Las más de 30.000 personas que han invadido la reserva forestal están
en un limbo jurídico. Nadie, ni el Municipio, ni la Gobernación ni el Gobierno
central pueden hacer obras, fundar escuelas o postas sanitarias allí porque la
ley lo impide.
Entonces, ¿cómo es posible que el casi millón de hectáreas que conforman la reserva forestal estén cuadriculadas de caminos, que los colonizadores hayan logrado contratar orugas que tumben árboles y preparen el suelo para ser cultivado a un costo promedio de $us 500 la hectárea? La respuesta puede estar en el negocio forestal. Choré es una mina de dólares avasallada”.
Entonces, ¿cómo es posible que el casi millón de hectáreas que conforman la reserva forestal estén cuadriculadas de caminos, que los colonizadores hayan logrado contratar orugas que tumben árboles y preparen el suelo para ser cultivado a un costo promedio de $us 500 la hectárea? La respuesta puede estar en el negocio forestal. Choré es una mina de dólares avasallada”.
Estos hechos, se los viene denunciando desde hace
mucho tiempo y lo más extraño es que las
víctimas directas; los agricultores y habitantes de las Provincias Sara, Obispo
Santisteban, Warnes y Andrés Ibáñez; las que sufrirán de manera frontal y
directa sus efectos devastadores, no se inmutan en lo más mínimo. La
explicación más plausible es que ellos padecen del llamado Síndrome de Estocolmo,
donde la víctima se enamora de sus captores y ellos en este caso se han enamorado
de sus depredadores.
En los años 1990, CORDECRUZ, con una donación del
Gobierno alemán, a través de la KfW y un conjunto de tres empresas contratistas,
elaboro un instrumento de planificación: el Plan de Uso del Suelo; un trabajo
que busca normar los usos adecuados de las tierras y bosques, garantizando su
sostenibilidad. El mismo fue aprobado, mediante Decreto Supremo Nº 24124 y
homologado posteriormente por Ley de la República Nº 2553. Tuve la satisfacción
de formar parte del equipo de trabajo, bajo la dirección de Roderich von Oven
Dentro del PLUS se contempla la Reserva Forestal del
Chore, como bosque de manejo sostenible B2. Reserva que se encuentra ubicada a
160 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Cruz y que en sus inicio tenía
900.000 hectáreas, que posteriormente fueron ampliadas en otras 180.000 ha,
haciendo un total de 1.080.000 ha.
De esta superficie, queda ahora con su original
cobertura boscosa, menos de un diez por ciento. Se taló y vendió ilegalmente la
madera, se destruyó el bosque nativo para
instalar cultivos agrícolas y de coca y como consecuencia, el negocio de unos
cuantos industriales cocaleros y de la “línea blanca” internacional, destruirá nuestro
hábitat cruceño. Cuando esto ocurra los cocaleros y pichicos levantaran sus
bártulos y se irán a otros sitios a hacer lo mismo, pues a nadie le importa.
Según cálculos del Sr. Asín, del Centro de Educación
Ambiental de la Gobernación; el Choré protege y ayuda a producir unos mil millones
de dólares al año y la mitad de los alimentos del país. Esto es lo que en lo
inmediato y en dólares, vale lo que están destruyendo los depredadores cocaleros
en el Chore; sin contar lo que nos cuesta en destrucción del ecosistema, la
biodiversidad, la falta de agua y sobretodo nuestro futuro y el de nuestros
hijos; un valor inconmensurable para nuestra sociedad y nuestro planeta.
Se ha comprobado que los bosques ofrecen una
oportunidad única para mitigar y adaptarse al cambio climático, pero no existe la
autoridad con voluntad y decisión para cuidar de su preservación; ni aun en las
zonas protegidas por ley como es el caso de la Reserva del Chore. Sabemos también
que la solución para evitar el cambio climático es global y que la acción
concreta se tiene que dar desde lo local. Políticas y acciones mundiales y
políticas y acciones regionales, donde necesariamente nos toca actuar.
Pero problema se nos complica con el modelo de Estado plurinacional
que tenemos, un Estado dualista y parcelado. Tiene una actitud totalitaria con
la oposición y permisiva con los llamados movimientos sociales; en su mayoría
grupos informales de avasalladores de bosques, aguas, minas, tierras y a los
cuales el Gobierno concede impunidad a cambio de apoyo político.
Un Estado que no le interesa o carece de
autoridad para garantizar la seguridad jurídica y por tanto cualquier posibilidad
de preservación y conservación de los recursos naturales. Por supuesto, bajo
este sistema, las inversiones de largo plazo y con criterios y prácticas de
sostenibilidad son inviables; ni que decir de aplicar Programas de mitigación y
adaptación (2) para preservar la vida y la capacidad productiva de la región.
Como ejemplo de lo anterior; hace pocos días un grupo
de interculturales utilizando maquinaria pesada, construyeron un canal para
desviar las aguas del rio Grande, pretextando que defendian sus tierras y sin
preocuparse del daño ambiental causado y que afectara miles de hectáreas de
agricultores formales. Ellos actuaron así, siguiendo un masproverbio, que dice:
“le meto nomas y que se jodan los demás”.
A nivel internacional se prepara la COP21, donde se
establecerán los compromisos de los países para evitar el colapso de nuestro
ecosistema, me imagino que tendremos declaraciones y pachamamadas. Pero en
casos concretos e inmediatos como este Ecocidio (3) del Chore y otros, como el
del rio Grande; nadie hace nada, ni se lo defiende, puesto que los cocaleros
son el sustento del régimen masista y dueños absolutos de su “marka cocalera” y
ante los cuales y en términos de nuestro Burgomaestre cruceño: los alcaudilis,
prefectulis, directulis; tiemblan y menean las nalgulis.
ovidioroca.wordpress.com
Notas:
(1) Negocios
Ambientales, ver en (ovidioroca.wordpress.com).
(2) Adaptación: Es el ajuste en sistemas naturales y
humanos, en respuesta a estímulos climáticos reales o esperados o a sus efectos;
que mitiga el daño o aprovecha oportunidades.
(3) Ecocidio: Es el término utilizado para referimos a
la destrucción extensa del ecosistema o de un territorio en concreto como
consecuencia de la acción directa o indirecta de los seres humanos o de la
industria.
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