SINCERIDAD EN EL DISCURSO DE EVO MORALES
Ovidio Roca
Los políticos raramente dicen la verdad y menos aún manifiestan
honestamente sus intenciones; por lo que es atípico el Presidente Evo Morales,
que cuando se sale del libreto que le preparan sus asesores, dice lo que siente
y cree.
En medio del paisaje altiplánico de Orinoca, a la
vera de donde pastan unas ovejitas (nietas de aquellas dos que llevaron al
profe, para que el Evo pase de curso); el Presidente expone con libertad y
sinceridad, su propio razonamiento:
La autonomía es una forma de organización
administrativa que no convence en occidente; porque, "la asocian con el proceso separatista impulsado por la derecha".
"La autonomía viene de la derecha, ligan la autonomía con independencia y
de paso con el separatismo. Nosotros
para arrebatar su discurso entramos a la autonomía y la constitucionalizamos".
La población boliviana prefiere un Estado Central
antes que Departamentos Autonómicos, puesto que para la población, la autonomía
aún es sinónimo de la oposición. Luego reconoce, que su Gobierno asimiló el
tema autonómico en sus políticas nacionales, solo para “revertir el discurso de la derecha”.
En cuanto a posibles liderazgos opositores fue claro
al decir: “No sé, dudo todavía que algún
hermano o hermana, con pensamiento proimperialista, procapitalista, pueda ser
presidente. Dudo más si es del Oriente”.
En referencia al rechazo de la población a los
estatutos autonómicos, que armó el gobierno y fueron rechazados por amplia
mayoría de la población; dijo: “Esta
votación demuestra que lo que quiere el pueblo en los cinco Departamentos, es
un Gobierno fuerte, la presencia del Gobierno nacional en los departamentos,
desde pequeños, grandes y medianos proyectos. Con las disculpas a todos los
gobernadores, en algunos departamentos dicen: aquí solo el Gobierno nacional.
Aquí es Evo nomás. No hay alcalde ni gobernador”.
Las anteriores declaraciones reflejan la percepción
del Presidente, que como toda percepción es netamente personal, pues cada quien
y como fruto de su propia vivencia ve las cosas de diferente manera.
Es un discurso franco y explícito y a diferencia de
los leiditos de su entorno, expertos en sofismas y maniobras envolvente; él
dice lo que siente. Expresa su percepción absolutista del mundo y de la
política; producto de sus vivencias; su praxis sindical cocalera y el
adoctrinamiento trotskista y social populista, recibido de sus maestros.
Se siente fuerte y expresa su voluntad de poder;
confiando en sus bases cocaleras, movimientos sociales y el apoyo de los
indígenas andinos, los que se sienten representados y reivindicados al tener un
indio como ellos en el Gobierno. Por lo tanto siente que no necesita caer en el
típico discurso de los políticos de toda laya, que dicen a la gente y en cada
uno de los lugares que visitan, lo que ellos quieren oír o por último hablan
sin decir nada, pues el objetivo es quedar bien, distraer y cautivar. En esto,
los ideólogos ayucos, superan al Presidente, pues decir la verdad lo puede
hacer cualquiera, pero para mentir hay que tener imaginación.
Finalmente, lo extraño de todo esto es que el
discurso inicial del masismo propugnaba los valores de la cultura andina
tradicional. Una cultura que se revela contra el individualismo, el
capitalismo, la perdida de los vínculos comunitarios, la disgregación social,
la sociedad de mercado, el consumismo; todos los símbolos que se atribuyen a la
modernidad occidental. Pero irónicamente
esa rebelión, ese discurso, termina instalando un Gobierno presuntamente
indígena, que adopta un modelo mercantil–capitalista, corporativo-populista y
destructor de la pachamama.
ovidioroca.wordpress.com
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