DEL DISCURSO A LA PRACTICA ECOLÓGICA, EN EL ESTADO
PLURINACIONAL
Ovidio Roca
El Gobierno maneja un
discurso falaz y demagógico con respecto a la democracia, la libertad, la
defensa de la madre tierra, del ecosistema y la defensa de lo indígena; pero en
su práctica cotidiana hace todo lo contrario, lo que convierte su discurso en una
verdadera pachamamada.
El Vicepresidente, declaraba: "En esta Cumbre Climática, Bolivia no debe
nada, quienes deben al mundo es Alemania, Inglaterra, Francia, España, Italia,
Estados Unidos, ellos tienen que cambiar, nosotros no tenemos que cambiar,
nosotros somos cuidadosos de la Madre Tierra".
Es más fácil culpar a otros, que reconocer que todos
tenemos nuestra cuota parte en el ecocidio y que por tanto nos corresponde asumir
nuestra responsabilidad, trabajar y dar soluciones y hacerlo conjuntamente con
todas las personas y todos los países; pues el medio ambiente no tiene
fronteras ni ideologías.
Nuestra realidad nacional muestra que en lo ecológico,
antes y durante este periodo plurinacional, no hemos sido responsables y
cuidadosos en preservar el bosque, la biodiversidad de plantas y animales y en
consecuencia preservar el ciclo del agua y de la vida.
Según un estudio de la Red Amazónica de Información
Socio ambiental Georreferenciada (RAISG) entre el 2000 y el 2013, se
destruyeron en la Amazonía boliviana 10.400 kilómetros cuadrados de bosque. Y en
los territorios indígenas, se perdieron 1.700 kilómetros cuadrados de bosque,
en el mismo periodo.
Las principales causas directas de esta deforestación fueron:
la ganadería, la agricultura mecanizada y la agricultura migratoria en pequeña
escala, siendo la ganadería, la de mayor impacto negativo. Un grave problema y
cada vez más extendido, es el desbosque masivo
para cultivos de coca y la minería ilegal
y la consiguiente contaminación
de los ríos y acuíferos con los químicos usados para la fabricación de cocaína y la explotación minera.
El Gobierno, ante la actual caída de los ingresos
nacionales por la baja de precios de los hidrocarburos y los minerales y en
procura de conseguir a cualquier costa, más ingresos, más plata; ha decidido
explotar los hidrocarburos en las áreas protegidas, reservas naturales y
forestales, los parques y los territorios indígenas; sin respetar el
ordenamiento legal, el medio ambiente y menos aún a los pueblos originarios,
como lo vemos en el TIPNIS, el Amboró y el Choré.
El Presidente manifiesta que las denominadas reservas
forestales “han sido creadas desde el
imperio norteamericano y que ahora se pretende que sean intocables”. Y
continua diciendo: “Nosotros tenemos la
obligación de explorar qué tenemos, cuánto tenemos, en nuestro territorio. Es
nuestra obligación el medio ambiente, pero no podemos ser guardabosques de los
países industrializados. No es posible que algunas ONG’s algunas fundaciones manden
o deciden a nombre de los pueblos indígenas”.
Y luego advierte:
“Quiero decirles que ONG’s o fundación que perjudique la explotación de los
recursos naturales se va a ir de Bolivia”.
Entre los reclamos “reaccionarios” que hacen las ONG;
está la consulta previa para viabilizar proyectos con impacto ambiental en
áreas protegidas; y para la exploración y explotación de recursos
hidrocarburíferos en las reservas naturales y áreas protegidas del país, contar
con la necesaria autorización de acuerdo a Ley. Es criterio del Gobierno que estos
reclamos de las ONG: “son medidas
reaccionarias y movidas por el imperialismo”.
En este ambiente de políticas y acciones
antiecológicas y anti pueblos indígenas y sus territorios; es que se realizó en Tiquipaya (Cochabamba),
la Cumbre Mundial por el Medio Ambiente y por la Vida. Esto es una ironía, es
otra Pachamamada.
Pero los dirigentes masistas, ante otro público y otro
escenario, cambian de discurso y hablan de la preservación de la naturaleza y la
defensa de la madre tierra; pero persisten
en la búsqueda de culpables externos, el imperialismo y no buscan soluciones y
compromisos comunes y de cumplimiento obligatorio.
Aprovechando el espectáculo, Evo hace entrega un
documento con diez puntos a las NNUU; para cuidar la Madre Tierra, la Pachamama
y que dice lo mismo de siempre. En esencia, la gran propuesta es sustituir al
capitalismo por un “modelo comunitario”,
e identifica al capitalismo como el enemigo de la naturaleza: “Es una amenaza a la vida, porque prioriza la
ganancia y porque genera pobreza”.
Olvidan que allí donde se implantaron sistemas
socialistas: la URSS, la República Democrática Alemana, China, Cuba; además de matar
y sojuzgar a la gente, se produjo una total destrucción del medio ambiente y la
biodiversidad.
Sin embargo, del evento de Tiquipaya corresponde
mencionar que la propuesta de crear un Tribunal Internacional de Justicia
Climática, algo similar a La Haya, merece ser considerada e implementada.
Al parecer los masistas no se han enterado que internacionalmente
se viene trabajando en la agenda 2030 a ser aprobada en la Cop21, la misma que
se enmarca en el paradigma del desarrollo sostenible e incluye el concepto de
los bienes de interés colectivo: la
protección de los océanos, de la atmosfera y la biodiversidad. Incorpora y
promueve los tres pilares del desarrollo sostenible y trata aspectos cruciales
en términos de educación, vivienda, seguridad alimentaria, suministro de
servicios básicos de desarrollo urbano, protección social y riesgos de
catástrofes.
El documento preparado para la nueva agenda global,
propone por primera vez la erradicación de la extrema pobreza para el 2030 y
considera como ha venido afirmando la CEPAL, que el empleo digno y de calidad,
es la llave maestra para alcanzar un desarrollo más inclusivo. El empleo formal debe avanzar juntamente
con la industrialización y la innovación tecnológica para mejorar la
productividad y la eficiencia en la
utilización de los recursos.
Tiquipaya, un nuevo evento, otro discurso y una nueva fotografía,
y a continuar en lo de siempre; facilitando y manteniendo la informalidad, explotando
los recursos naturales, destruyendo los bosques, las áreas protegidas y la
biodiversidad, y todo esto con el afán de conseguir mayores ingresos, para más
dadivas y mayor poder; como lo han hecho en estos últimos diez años.
No necesitábamos de tanto gasto y tanto show, para
saber que hay que cambiar el modelo consumista actual y avanzar hacia un modelo
de economía y naturaleza, sostenible. Pero no hacia la economía del Socialismo
Siglo XXI que en realidad es populismo, capitalismo mercantil, estatismo; un
modelo depredador de los recursos naturales y enemigo de la libertad; pues de hacerlo
sería como saltar del rescoldo al fuego.
ovidioroca.wordpress.com
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