EL SOCIALISMO COMUNITARIO CORPORATIVO Y EL MUNDO
ALBANICO
Ovidio Roca
Bolivia es un país altamente diverso en lo geográfico
y lo cultural, en el coexisten múltiples nacionalidades (36 según la
Constitución), varias economías y por
supuesto diversas visiones de lo que debería ser la sociedad boliviana en el
futuro, esto como producto de los variados y dispares intereses que existen en
el país. Por tanto la percepción de la situación económica, institucional y
social del país depende de los valores y la perspectiva que se apliquen en el análisis.
Si decimos que el país va mal (desde la perspectiva
democrática y de la economía formal) otros dicen que nunca estuvo tan bien (desde
la perspectiva y los intereses de la economía informal y cocalera prevaleciente
en el país), la pregunta es cuál es el modelo deseable y sostenible.
Muchos nos preocupamos y pocos se ocupan, cuando
vemos que la receta aplicada en los países Albanicos (nosotros incluido), de
control de la economía, estatización de empresas y eliminación de la empresa
formal privada, está dando sus frutos envenenados: ausencia de libertad, desabastecimiento,
inflación, problemas cambiarios, destrucción de las instituciones y de la
infraestructura; aunque también muchos se enriquecen como nunca antes.
Algunos se alarman por el camino de anomia y
desastre moral que seguimos y que nos conduce al destino de Cuba, que viene
destruyéndose hace más de cincuenta años, y en países como Venezuela y
Argentina, que llevan menos tiempo pero con gran éxito en este su empeño
autodestructivo, pero creen ingenuamente que no les afectara ni a ellos ni a
sus familias.
Como los Albanicos son personajes Orwellianos, para
solucionar el problema de desabastecimiento, en Venezuela ya se creó el “Viceministerio
de la Suprema Felicidad social del pueblo” y en todos estos países ya existe
con otro nombre el Ministerio del Amor, Misterio de la Verdad; vale decir que por
falta de leyes no se quedan atrás.
Siempre se dice y con razón, que el caso boliviano
es diferentes y bastante especial y esto por el ch´enko económico, ideológico e institucional y ahora
racial y religioso en el que nos movemos. La situación es tal en este mundo del
absurdo, que a veces uno llega a pensar que el método de impartir justicia con
la hoja de coca (que daría un cincuenta por ciento de posibilidades al acusado
por el gobierno) es mejor que el método de la justicia plurinacional que no le
da ningún chance.
En cuanto a la economía, gracias a los excepcionales
precios del gas y los minerales, en los últimos siete años hemos recibido ingresos
superiores a los recibidos en los últimos cien años de historia nacional, y como
resultado la situación se la percibe bonancible tanto en la economía formal
como la informal, pero no así en la institucionalidad democrática. Muchas
personas, que militan en el sector informal (en la que vive casi el setenta por ciento de la
población) han mejorado su economía, especialmente aquellos ligados a la coca y
el narcotráfico, por tanto la cosa parecería estar bien si nos olvidamos de la
drogadicción cada vez más extendida y el crimen y la violencia cotidiana.
Debemos recordar que el narcotráfico (según varios
estudios) ingresa al país anualmente cuatro mil trescientos millones de dólares
y estos dineros no entran al sistema financiero, van directamente a la economía
informal: el contrabando, el comercio y se incorpora al negocio de tierras y de
la construcción. A su vez, los ingresos nacionales de la economía formal
alcanzan a alrededor de seis mil millones de dólares, producto de las
exportaciones de gas a Brasil y Argentina.
Es la economía informal añadida a la de la coca la
que establece la diferencia de nuestra economía con respecto a otras, como las de
Venezuela y Argentina, que enfrentan problemas con el régimen cambiario. Aquí en
nuestro estado plurinacional la economía para su comercio y negocios no demanda
dólares del Banco Central, pues tiene su propia fuente de ingresos en el narcotráfico
y por tanto no presiona en el mercado de divisas. En el Ecuador
antinorteamericano la moneda nacional es el dólar.
Por lo tanto estamos bien, pero vamos mal.
ovidioroca.wordpress.com