LOS SACH’A RUNA
DEL TIPNIS
Ovidio Roca
Son algunos caminos vías de integración, de
comunicación que permiten el intercambio ágil y económico de productos y el movimiento
de las personas. El tipo de vías depende de los flujos económicos, de la
fisiografía y los recursos económicos con que se cuenten. En el caso del Beni
que es una llanura de inundación, lo lógico es utilizar modalidades
complementarias: carreteras, vía fluvial (limpiando los ríos y construyendo
puertos flotantes) y la más usual para desplazamientos rápidos, la vía aérea.
Alguna vez se deberá estudiarse seriamente el transporte con Dirigibles, para
cargas pesadas.
Las actuales ventajas comparativas del Beni, para la
producción comercial, según nos señala el Dr. Eloy Avila (1), están en la
ganadería y el cultivo de arroz. Para movilizar esta producción se tiene actualmente
dos vías, la carreta asfaltada a Santa Cruz y de allí al Atlántico, y la
carretera, hace tiempo en construcción, hacia La Paz vía San Borja, para
vincularse con el Pacifico donde la carne vacuna tiene un buen mercado en Chile
y Perú, y donde existen los puertos para la venta de arroz a los mercados del
Asia.
Lo que se requiere adicionalmente para ser
competitivos en la nueva economía verde que se va extendiendo en el mundo, es trabajar
con tecnologías sostenibles para la producción agropecuaria, que cuiden el
ecosistema y el régimen acuático.
Y si de verdad el Gobierno (al que parece que le
sobra la plata que alguien tendrá que pagar) luego de asfaltar la carretera a
La Paz, quisiera vincular el Beni con Cochabamba, podría usar la alternativa
que sugirió en reiteradas oportunidades el Alcalde de Trinidad, Moisés Shriqui.
Desde Villa Tunari hasta el puerto de Camiaco sobre el rio mamoré y luego a
Loreto y Trinidad.
Son otros caminos, los que sirven para penetrar regiones
y dominar sus pueblos. La actual pugna del gobierno por el control territorial del
TIPNIS, es una muestra fehaciente del mal uso de las carreteras por el neo
imperialismo cocalero.
Desde siempre
los pueblos arawak del oriente boliviano, han convivido en ese entorno natural
de bosques y ríos. Son los descendientes de esa antigua y grandiosa cultura
hidráulica en las llanuras inundadizas de Mojos.
En otro contexto ecológico, pueblos del área andina cuyos
antecesores construyeron el Imperio Incaico, por su experiencia cultural vincularon
el bosque con lo salvaje, lo “sach’a”. El monte sin coca, “purum coca coca”,
debe controlarse, civilizarse con cultivos de coca para uso ritual, el “mallki coca coca”. (2)
En los últimos años y con el
recrudecimiento del narcotráfico algunos sindicatos cocaleros del Chapare se
proponen expulsar a los “sach’a runa”, los salvajes, de los montes y los ríos para
civilizar el TIPNIS sembrando coca y cosechando dólares, con un afán de
capitalismo salvaje. Se busca colonizar
el área y vincularse con su base de avanzada (mitimaes) en San Ignacio de
Mojos.
Dada esta declarada necesidad de ampliar el
territorio y área de cultivo cocalero, el Dirigente máximo, el Presidente de
las Seis Federaciones del Trópico no puede defraudar a sus asociados, a sus
bases y dejar de entregarles esa área de expansión cocalera y construir la carretera
que atraviesa el propio corazón del TIPNIS.
Para romper la resistencia expresada en sus sacrificadas
marchas y valientes declaraciones en defensa de su hábitat, se ha buscado permanentemente
desprestigiar a los pueblos del TIPNIS y al margen de lo político, se usan discursos pachamamistas que de forma demagógica difunden el sofisma de la intangibilidad total de la
TCO, que no es tal, pues es el hogar donde han vivido siempre estos pueblos
originarios. Lo que se exige cuando se titula este Territorio Indígena y Parque
Nacional, es que sea manejado sosteniblemente y se proteja y conserve su
biodiversidad.
En el Plan de Manejo y
Conservación del Parque se establecen aéreas núcleo que no se deben intervenir
y que es justamente la que quiere atravesar el Gobierno con la “rodovia do
narcotráfico”.
En las aéreas donde
viven tradicionalmente los indígenas no solo es posible sino necesario hacer
manejo sostenible de recursos forestales maderables y no maderables, de fauna,
de servicios ambientales, de ecoturismo. Pues la gente que vive allí debe tener
recursos para mejorar su calidad de vida, para progresar, cuidando y
disfrutando de la biodiversidad de esta hermosa región. Nosotros también comemos,
“no somos cucos” decía Eusebio Semo, de Puerto San Lorenzo en el Sécure.
Es la coca, pues no se explica de otra manera este
empecinamiento y el falso discurso de integración, pues esta carretera no es
estratégica para el Beni, como lo es y reiteramos, asfaltar de forma inmediata
la postergada carretera Trinidad, San Ignacio de Mojos, San Borja, La Paz y
también apoyar a los pueblos indígenas a progresar haciendo uso pacifico de su
territorio para bienestar suyo y de la humanidad.
(1) Diario La Misión
Trinidad 13/03/2012, “Existen soluciones
mas importantes en el tema vial del Beni, que la carretera Villa Tunari – San
Ignacio”. Entrevista a Eloy Ávila Alberdi.
(2) TIPNIS, ecología y ethos indígena:
en ovidioroca.wordpress.com,
También: Geopolítica cocalera, La marcha del TIPNIS hace renacer el sentimiento
nacional; Vida cotidiana con los Chimanes; Reportando desde el TIPNIS.
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