YO UN BOLIVIANO NINGUNO
Ovidio Roca
El próximo 21 de
Noviembre se realizara el Censo Nacional, una herramienta estadística para
ajustar y proyectar políticas públicas. Sus ejecutores impulsados por su síndrome
totalitario, lamentablemente lo han convertido en un instrumento ideológico
para demostrar una mayoría étnica, y el tema en debate y parece ser el único,
es la pregunta sobre identificación étnica y las opciones religiosas del pueblo,
que se ha decidido no conocerlas.
La consecuente polémica
levantada sobre el mestizaje, quedó ya cerrada y trucada con el ultimo anuncio
de las autoridades del Ejecutivo, limitando nuestra respuesta a llenar la
casilla de una de las famosas 57 naciones indígenas o decidirse por la
opciones: Boliviano - ninguno - otro.
Para la mayoría de la
población, un coctel racial y cultural, que ha venido construyendo la patria y
nación boliviana, la opción no es difícil, nos han hecho “gata parida”, nos han
excluido de sus casillas y ahora lo que toca es decidir por la opción que nos
queda: boliviano ninguno.
Todo esto como
sabemos tiene un trasfondo y una explicación. Históricamente el libreto de los
sistemas dictatoriales y absolutistas (fascismo y comunismo) es cambiarlo todo,
para que la historia empiece con ellos, pero fundamentalmente para justificar
sus privilegios y poder recién adquiridos. Se cambian las leyes, y se fabrica rápidamente
una contra cada reclamo de la oposición; se busca sustituir una ciudadanía
republicana de iguales ante la ley por una engañosa ciudadanía étnica; se
cambia el nombre del país, de las instituciones, se cambia la historia y los
héroes; se construyen palacios, se erigen estatuas y se pone la cara del líder
a todo y para todo.
Y como en nuestro
caso el Presidente se asume como Indígena y la imagen que quieren vender es la
de un país indígena, se aprovecha el censo para fabricar una justificación
estadística.
Con este manejo
ideológico, los datos del Censo serán sesgados y nada reales, por lo menos en
los temas que estamos comentado, pues una de las característica de los pueblos
y muy útil para sobrevivir en condiciones difíciles, es acomodarse hacia donde mejor
soplan los vientos. Hace poco vimos en
una encuesta sobre auto identificación étnica realizada por la Fundación UNIR,
que confirma este acomodo, pues entre los años 2006 y 2011, un 22% de la
población cambio su identificación pasando de ser mestizo a indígena, con la
esperanza de verse favorecidos por las ventajas para las etnias (la que
sabemos), que ofrece el actual gobierno. Y si la ventaja fuera ser choco, las
peluquerías no darían abasto decolorando y tiñendo a troche y moche.
Finalmente, los
bolivianos como casi todos los pueblos, somos una variopinta mescla de razas y
cultura; un rico mestizaje étnico y cultural, y que crece con eso de la
globalización y las comunicaciones, del machuque y el cruzamiento, y que desde
nuestra identidad nos proyectamos a la ciudadanía del mundo. Y por eso sabemos
que el proyecto del Gobierno mas allá de su retorica y grandilocuencia, no es
de reivindicación étnica, sino de poder, de coca y de negocios.
C`est la vie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario