Ovidio Roca
Dice la consigna Nazi: “Repite una mentira con insistencia y se convertirá en una verdad”.
Resultado: “No hay ninguna emergencia
climática, por tanto, no hay motivo de pánico ni alarma”.
En esto del cambio climático ya no sabemos que es
verdad y que es mentira, vivimos una “Infodemia” mundial en la cual las
noticias falsas (Fake News) y la desinformación se multiplican cada día.
Lo que sabíamos del Cambio Climático es que se trata de un proceso natural;
que en la historia ha habido muchos cambios climáticos y que ahora se están
incrementado por la acción del ser humano.
Sabíamos también, que el exceso de dióxido de carbono es dañino para todo
organismo viviente.
Sin embargo ahora por declaraciones de unos
científicos muy publicitados, nos enteramos que lo que vemos, sentimos y
creíamos no está ocurriendo; que solo es un producto de nuestra imaginación.
Que cuando destruimos los bosques y se hacen quemas descontroladas para
ganadería y monocultivos, no estamos afectando a la atmósfera. Que es falso
que las emisiones de CO2 afecten el clima.
Que no es cierto que las partículas de dióxido de carbono en suspensión en la
atmósfera: permiten el paso de la radiación solar que llega a la tierra, pero
impiden que ésta salga al espacio, con lo que se produce el incremento de
la temperatura en la tierra.
El documento publicado este mes por el Global Climate
Intelligence Group muestra que todas estas mentiras políticas que creíamos sobre
la crisis climática, ya han sido desmontadas por estos científicos: “No hay ninguna emergencia climática, por
tanto, no hay motivo de pánico ni alarma”.
Se dice en el documento del GCIG, que el dióxido de
carbono es “esencial” para toda la vida en la Tierra y es “favorable” para la
naturaleza, ya que según el informe, permite el crecimiento de la biomasa
vegetal global y aumenta el rendimiento de los cultivos en el mundo. Se
explica que, los ambientalistas cuando hablan del cambio climático “exageran el
impacto de los gases de efecto invernadero” y quienes repiten estas teorías
“ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso”.
Un físico estadounidense elegido miembro de la junta
directiva de CO2 Coalition (un grupo que se centra en las contribuciones
beneficiosas del dióxido de carbono al medioambiente) complementó:
“La narrativa popular sobre el cambio
climático refleja una peligrosa corrupción de la ciencia, que amenaza la
economía mundial y el bienestar de miles de millones de personas”.
Y que a su juicio: “No existe una
verdadera crisis climática” sino una narrativa “promovida y extendida por
agentes de marketing empresarial, políticos, periodistas, agencias
gubernamentales y ambientalistas igualmente equivocados”.
La
ideología y los negocios se conjugan y a muchos políticos les importa un comino
el ecosistema.
El populista, Lula da Silva en su campaña para la presidencia, prometió que
bajo su gestión el país entraría en una nueva fase de cuidado medioambiental.
Pero la ideología y los intereses mandan y ahora se ven cuadrilla
de barcos chinos arrasando con sus redes las distintas especies marinas en
aguas cercanas a la costa brasileña, sin que al Gobierno de Lula (el calamar) que
recibe regalos chinos, le importe un comino o una sardina.
Los chinos se aprovechan de la permisividad y el
silencio cómplice de sus gobiernos latinoamericanos aliados y fuertemente endeudados
con ellos para arrasar con la vida marina y hacer buenos negocios. De esta
manera una flota de barcos financiados por el régimen comunista chino recorre
desde el Atlántico hasta el Pacífico sur, para rodear las costas de Chile,
Ecuador, Perú, Argentina y Uruguay realizando una masiva depredación de la vida
marina y violando ilegal e impunemente la soberanía dentro de las 200 millas de
las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE). Y ahora quien podrá defendernos: Yo, el Chapulín
Colorado.
“En este mundo
traidor /
nada es verdad, nada es mentira /
todo es según el color /
del cristal con que se mira”. Ramón de Campoamor.
“Y también, del color de los billetes”. Pukymon.
ovidioroca.wordpress.com
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